El deseo de Occidente de mantener el dominio global es la razón principal de la crisis diplomática que se está desarrollando entre Irán y los países occidentales, según el experto en Oriente Próximo Sukant Chandan.
Según él, Occidente “está involucrado en una guerra constante y quiere someter a todos los que se opongan a esta dominación”. El estudioso no tiene dudas de que Irán y Siria son las víctimas del creciente apetito de EE. UU. y de diferentes estados europeos y asegura que todo Oriente Próximo se verá afectado por el conflicto.
El miércoles el Reino Unido expulsó a los diplomáticos iraníes del país, cerró su embajada en Teherán y evacuó a todo el personal de la república islámica en respuesta a la irrupción de un grupo de manifestantes iraníes en la sede de la diplomacia británica, que se produjo el martes. A su vez, los ministerios de exteriores de Alemania y Francia llamaron a consultas a sus embajadores en Irán. Por su parte, las autoridades noruegas anunciaron el cierre de su embajada en la capital iraní “por razones de seguridad”.
El ataque a la embajada fue fruto de las últimas sanciones económicas impuestas por Londres al Gobierno iraní por su programa nuclear.
La profesora Shirin Shafaie, de la Escuela de Estudios sobre Oriente y África en Londres, opina que Occidente no tardó en usar cualquier pretexto para empeorar las relaciones diplomáticas con Irán, lo que es un síntoma de los problemas aún mayores entre Irán y Occidente que están por venir.
Según ella, es inevitable una escalada del conflicto y no solo Irán sino también los países occidentales se verán afectados por las sanciones que ellos mismos imponen a la república islámica. Así, Shafaie no descarta que las tensiones diplomáticas puedan provocar un nuevo aumento de los precios del combustible.
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