Al igual que en otras antiguas repúblicas soviéticas, la economía se ha visto afectada de forma muy negativa por la disolución de la URSS. El declive económico, que comenzó en los últimos años del periodo soviético, alcanzó el 20% en 1992. En 2003 el producto interior bruto (PIB) fue de 432.855 millones de dólares. La inversión ha disminuido en un tercio desde los últimos años de la década de 1980, y la inflación anual ha llegado a ser del 1.000%. El poder adquisitivo de la moneda rusa, el rublo, ha caído de forma alarmante desde el valor oficial de 0,6 rublos por dólar estadounidense en 1988, a algo más de 1.000 rublos por dólar en 1993. El enorme déficit presupuestario, heredado del periodo soviético, es el equivalente a una quinta parte del producto nacional bruto.
Las causas de esta depresión económica son el hundimiento del modelo comercial tradicional y la demora en la ejecución de las reformas económicas. El comercio entre Rusia, el resto de las antiguas repúblicas soviéticas y los países de Europa del Este ha disminuido de forma considerable desde los últimos años de la década de 1980, en que estos países europeos acabaron con sus respectivos regímenes comunistas y con el sistema comercial bajo el control soviético, a partir de lo cual la producción empezó a estancarse. Además, los acuerdos comerciales entre Rusia y otras repúblicas han generado problemas, en especial sobre el precio de las exportaciones del petróleo ruso. Las reivindicaciones por parte de los diferentes estamentos administrativos de Rusia no han hecho más que añadir confusión a la hora de establecer posibles acuerdos con el gobierno ruso.
Las reformas de mercado, perseguidas con gran vigor por parte del presidente Borís Yeltsin y sus partidarios, comenzaron en 1992, pero se enfrentaron con una resistencia generalizada encabezada por los directivos del sector industrial y de otros más conservadores. A pesar de las protestas de los funcionarios públicos, el Banco Central de Rusia emitió en 1992 ayudas a gran escala para financiar a las empresas en declive, lo cual contribuyó a aumentar la inflación y el déficit presupuestario. A comienzos de 1993, la banca privada se adhirió a las directrices gubernamentales sobre ayudas financieras. La privatización continuó —alrededor de un tercio de todas las empresas municipales y estatales fueron privatizadas a finales de 1993—, pero este proceso dependió en gran medida del apoyo de las administraciones locales; en algunas ciudades, como Nizni Nóvgorod, San Petersburgo o Yaroslavl este proceso se llevó a cabo mucho más rápidamente que en el resto del país. Además, el armazón legal para llevar adelante la privatización estaba incompleto. La propiedad privada, venta y arrendamiento de tierras no se legalizaron hasta octubre de 1993, cuando el presidente Yeltsin emitió un decreto que revocaba una moratoria de diez años, que impedía la reventa de tierras, impuesta por la legislación entonces vigente. Esta acción legal pretendía acelerar la liberalización económica de Rusia, aunque las previsiones del futuro económico inmediato seguían siendo bastante poco prometedoras.
1 TRABAJO
La población activa de Rusia ascendía en 2003 a 78,4 millones de personas; la gran mayoría seguía trabajando en empresas estatales. Según datos del año 1999, el sector servicios con un 59% es el que más mano de obra acapara, le sigue la industria con un 29%, y por último, la agricultura con un 12%. En 2002 sólo un 9% de las personas estaban oficialmente en situación de desempleo, pero el índice real es mucho mayor y existen de hecho miles de trabajadores sin salario o con jornadas laborales excesivas. Esta tasa engloba un alto porcentaje de mujeres y un número cada vez mayor de jóvenes.
Las organizaciones sindicales han cambiado poco desde el periodo soviético. Los sindicatos están dominados por organizaciones que no son más que herencia de los sindicatos comunistas oficiales de la URSS, organizaciones que sobrevivieron a la caída del comunismo, manteniendo sus dirigentes, su estructura y su influencia política. Su organismo matriz, la Federación Independiente de Sindicatos (las siglas rusas son FNPR), cuenta con cincuenta millones de afiliados o lo que es lo mismo, el 70% del total de la mano de obra. Por el contrario, los miembros de los sindicatos no afiliados al FNPR totalizan algo menos de medio millón. Los sindicatos del FNPR contaron con gran poder durante el periodo soviético; ejemplo de ello es el control que mantenían sobre los fondos de la Seguridad Social, la disponibilidad de descontar de forma automática los honorarios de los sindicalistas, y el derecho a vetar propuestas de despido de trabajadores por parte de la dirección de las empresas. El gobierno hizo algunas tentativas para reducir estos privilegios, sin contar con la colaboración de los sindicatos del FNPR, apoyados por la oposición política de los conservadores. Además el FNPR estableció una estrecha relación con las empresas industriales que aún conservaban vestigios de la era soviética en cuanto a las relaciones entre trabajador y empresa.
2 AGRICULTURA
La agricultura, que suponía en 1991 el 19,9% del producto total neto, experimentó, a principios de 1990, un agudo declive en cuanto a producción se refiere. Entre 1990 y 1992, la producción total descendió en más de un 4% anual; la producción de cereales, en particular, bajó un 24% entre 1990 y 1991. Aunque la producción de carne permaneció prácticamente estable, la cabaña ganadera disminuyó también de forma destacada: entre 1986 y 1993, el número total de aves de corral se vio reducido en un 10%, las cabezas de ganado vacuno en un 12%, y el número de cabezas de ganado porcino, ovino y caprino en un 19%. El declive en número de aves de corral se debió en parte a la falta de piensos, mientras que la disminución de la producción agrícola fue resultado de la falta de un buen apoyo financiero, del aumento de los costes de la maquinaria, los insumos químicos y los combustibles. La privatización de este sector se ha producido de una forma muy lenta; casi toda la tierra cultivable (el 96% en 1993), permanece bajo el control de las antiguas explotaciones colectivas y estatales, muchas de las cuales han sido reorganizadas como cooperativas o compañías asociadas, y sólo el 4% se ha convertido en explotaciones privadas. El Estado es el mayor comprador de la producción agrícola del país, aunque esta situación varió de forma sustancial a principios de la década de 1990. La disminución de esta capacidad de aprovisionamiento fue particularmente notable en productos como remolacha azucarera, verduras, pepitas de girasol y patatas (papas). No obstante, hasta 1992 el Estado todavía compraba más de la mitad de la producción de carne, leche y huevos. En 2003, la agricultura representó un 5% del producto interior bruto (PIB).
Rusia es un gran productor de trigo, cebada, avena y centeno. En 2004 la producción de cereales fue de 74,5 millones de t, de los cuales 42,2 millones fueron de trigo. Expresado en toneladas métricas, en ese mismo año, el país produjo 1,95 millones de oleaginosas; 37 millones de patatas (papas); y 15,7 millones de hortalizas; es también destacada la producción de maíz (2.200.000), mijo (1.050.000) y legumbres (1,53 millones), y está también muy extendido el cultivo de frutas propias de climas templados como manzanas, peras y cerezas, con una producción de 3,45 millones de toneladas. Actualmente, la cabaña ganadera está compuesta por 24,8 millones de cabezas de ganado vacuno, 14,5 de ovino, 16 de porcino y 342 millones de aves de corral. La principal ocupación de la población del norte es la cría del reno.
La mayor parte de las tierras cultivables se extienden por el llamado “triángulo de la fertilidad”, que comienza a lo largo de la frontera occidental, prolongándose desde el Báltico hasta el mar Negro, para estrecharse al sur de los Urales, donde alcanza una anchura de unos 400 km, desde donde continúa a través de las márgenes suroccidentales de Siberia. Al este de los montes Altái, la agricultura se practica sólo en valles intermontanos aislados, a lo largo de los límites meridionales de Siberia y en la región más oriental. El resto de las áreas que están fuera de esta fértil región no son aptas para el cultivo, a menos que el hombre las acondicione. Al norte, la época de cultivo es demasiado corta, por lo que hay que contar con la ayuda de invernaderos, y al sur el clima es tan seco que el regadío se hace indispensable. Durante el periodo de régimen soviético y con el fin de fomentar la agricultura, se construyeron sistemas de regadío extensivo a lo largo del río Kuban y otras cuencas hidrográficas de la Rusia europea; no obstante, los principales proyectos de regadío de la antigua URSS están localizados en las repúblicas de Asia central.
5.3 SILVICULTURA
Rusia cuenta con un 20% de los bosques del mundo y alrededor de un tercio de los bosques de coníferas, por lo que es uno de los principales productores del mundo de madera y productos derivados. Más del 96% del total de las reservas forestales se encuentran en la antigua URSS. La mayor parte de la producción maderera se centra en la manufactura de maderas blandas, en concreto de madera de pino, abeto y alerce, mientras que la madera noble más comercializada es la del abedul. Alrededor de un 20% de la tala es utilizada como combustible y otro 20% es utilizado en bruto para la construcción de postes telefónicos o cabañas, entre otros usos. Las principales zonas productoras están localizadas en Rusia oriental, en los Urales centrales, en Siberia meridional (en concreto en las proximidades de la vía ferroviaria del Transiberiano) y en Rusia oriental.
La mayor producción de madera tuvo lugar durante la época soviética; hoy, especies menos valiosas han ocupado las regiones que en su día tuvieron gran importancia forestal. Algunos de estos bosques aún continúan intactos en zonas poco accesibles de Siberia y de la Rusia europea septentrional. Son bosques que, en particular en Siberia, albergan un gran número de alerces; se trata de un árbol de costosa explotación dada la enorme cantidad de resina que contiene; la explotación a gran escala de estas especies no es rentable, pues su extracción, el transporte y el procesado se hacen muy difíciles. No obstante, los avances tecnológicos y los cambios producidos en el mercado maderero pueden hacer que la explotación forestal de estos bosques sea económicamente más atractiva.
La producción de madera se vio particularmente afectada por el cese de las inversiones durante el periodo inmediatamente posterior al fin de la URSS. En los primeros meses de 1993, la producción total era un 27% menor que los niveles obtenidos en ese mismo periodo en 1992, un mayor porcentaje de descenso que el del sector industrial. En el año 2003 el total fue de 169 millones de metros cúbicos.
5.4 PESCA
La industria pesquera rusa es una de las mayores del mundo, solamente superada en producción por Japón, China y Estados Unidos. El pescado es una importante parte de la dieta alimenticia de la población rusa; durante el periodo soviético, el consumo de pescado per cápita alcanzó los 23 kg al año. A lo largo de la historia, la pesca se concentró en las zonas marítimas costeras, en los lagos interiores y en los ríos; no obstante, en estas últimas décadas se ha realizado un gran esfuerzo para promover las actividades pesqueras; la flota soviética empezó a operar en casi todos los bancos pesqueros del mundo y la piscicultura se desarrolló a través de estanques naturales o embalses rurales. Como resultado de todo esto, en la década de 1980 Rusia estuvo sólo detrás de Japón en cuanto a volumen de captura pesquera, y en 2001 alcanzó la cifra de 3,7 millones de toneladas. Las pesquerías marítimas totalizaron alrededor del 92% del total de capturas y las interiores estaban en torno al 8%; de estas últimas, las capturas en el mar de Azov, en el Negro y en el Caspio acumularon el 60% del total, mientras que los lagos de agua dulce, ríos, embalses y viveros reunían el 40% restante.
Entre las especies más comerciales de las aguas continentales cabe destacar el esturión del Caspio meridional; esta especie es la principal fuente de caviar del mundo; se trata de un pescado que puede vivir hasta cien años y alcanzar un peso de hasta 1.500 kg; la hembra normalmente produce unos 25 kg de huevas útiles. Otro pescado de interés es el esturión de Kaluga o reina de Amur, que vive en el río del mismo nombre y es el pescado de agua dulce más grande del mundo: puede llegar a medir 6 m de longitud y pesar una tonelada.
Alrededor del 25% de la pesca rusa procede de los océanos Atlántico y Ártico. La mayor parte de la flota pesquera está fondeada en las radas del Báltico, donde se ubica Kaliningrado, uno de los puertos pesqueros más grandes de Rusia, junto con el puerto de San Petersburgo en el golfo de Finlandia. Las especies comerciales más importantes del Báltico son el arenque y el espadín. Los puertos de mayor actividad pesquera son Múrmansk y Arjanguelsk, ambos localizados en la costa occidental del Ártico, aunque hay muchos otros al sur, ubicados en las costas de los mares Negro, Azov y Caspio; entre ellos destaca Astracán, en el Volga, cerca de la desembocadura de este río en el mar Caspio.
El otro 60% de la pesca rusa procede del Pacífico y mares de los alrededores. Vladivostok es sin duda el puerto pesquero y centro de procesado más grande de la región rusa del Pacífico, aunque hay otros muchos puertos repartidos a lo largo de las costas continentales, además de los existentes en la isla de Sajalín. El mar de Ojotsk es, gracias a sus aguas frías, uno de los bancos pesqueros más ricos del mundo, especialmente conocido por el salmón y el cangrejo de Kamchatka. Otras de las especies comunes del Pacífico son arenque, platija, eperlano, caballa y bacalao, además de algunas especies de mamíferos como focas y morsas.
A mediados de la década de 1980, la antigua URSS se convirtió en el país a la cabeza en la captura de ballenas. Aunque el comercio de esta especie en el Pacífico norte cesó en 1979, continuó realizándose su captura en las aguas del Ártico. En Rusia, las flotillas balleneras se localizaban fundamentalmente en Vladivostok, en la costa del Pacífico. La URSS puso fin oficialmente a sus actividades balleneras en 1988.
5 MINERÍA
La minería es el sector más importante de la economía del país y aporta el mayor número de productos de exportación, un 53% en el caso de los combustibles y el 7% en el de minerales y metales. Los recursos minerales son variados y abundantes, y normalmente están muy desarrollados. Rusia es un importante exportador de mena de hierro (12 millones de t en 1990), cuya mayor producción se centra en la llamada anomalía magnética de Kursk en el sur de Rusia central; los yacimientos más explotados de este mineral están localizados cerca de Magnitogorsk, en los Urales. Rusia es también un importante exportador de cobre y níquel; ambos minerales se encuentran principalmente en los Urales, aunque hay grandes yacimientos de níquel en la península de Kola, cerca de Múrmansk. Rusia es, además, uno de los productores más importantes de oro (170.068 kg en 2003), extraído en los Urales, Siberia occidental y Siberia oriental, concretamente en el valle del río Lena. Los yacimientos de bauxita están localizados principalmente en los Urales y al noroeste de la Rusia europea, cerca de San Petersburgo; se han encontrado otros menos importantes en Siberia occidental, cerca de Kemerovo, y en la región más oriental, cerca de la desembocadura del río Amur. El estaño se extrae en Siberia nororiental, y el plomo y el cinc en Siberia y en la región más oriental. Hay reservas de manganeso en los Urales, Siberia occidental y en el extremo oriental.
5.6 INDUSTRIA
La estructura de la industria rusa se ha visto afectada, en gran medida, por las teorías sobre el papel que la industria debería tener en el crecimiento económico del país y por la planificación estatal. De acuerdo con el punto de vista soviético, la industria pesada debía tener prioridad sobre el resto de los sectores, poniendo un especial interés en la industria de fabricación de maquinaria y en la metalúrgica. La producción está muy diversificada, desde sencillos utensilios, instrumentos y equipamiento informático, hasta maquinaria industrial de todo tipo: material de transportes, comunicaciones, equipamiento para minería y maquinaria agrícola, incluso naves espaciales. La industria armamentística goza de prioridad absoluta en los programas de producción nacional. El avance tecnológico está presente en la industria rusa, sobre todo en lo relativo a la fabricación de determinados artículos en el sector aeroespacial, aunque los niveles de investigación y desarrollo están bastante por debajo de los correspondientes a los países más industrializados. La fabricación de maquinaria está localizada normalmente en las ciudades más grandes, dado que es una industria que requiere mano de obra abundante.
En la planificación industrial de la antigua URSS, el gobierno prestó una atención especial a la situación geográfica de los grandes complejos industriales. Inicialmente, las empresas manufactureras estaban concentradas en Moscú y San Petersburgo; al mismo tiempo se comenzaron trabajos de electrificación en la región de los Urales, rica en reservas minerales (en especial de carbón) y se planificó también la electrificación de algunas regiones de Siberia. A partir del buen resultado de los planes quinquenales y del progreso de las áreas generadoras de energía, se empezaron a instalar nuevos y grandes complejos fabriles, con el fin de sacar el máximo provecho a esos recursos naturales; el resultado de todo ello fue el aumento de la producción en las regiones orientales. Esta significativa expansión estuvo promovida más por el desarrollo de nuevas regiones industriales situadas al este, que por la bajada de la producción de los centros industriales más antiguos; es más, las antiguas regiones industriales continuaron aumentando su producción.
Hoy la industria de equipamiento de transporte está concentrada en la Rusia europea; en Kolomna, Murom y Liudinovo (todos localizados cerca de Moscú) se fabrican locomotoras para trenes; el material móvil de las vías férreas se fabrica en las plantas situadas en Tver y Briansk, al noroeste y sureste de Moscú respectivamente; los vagones de metro o suburbano se fabrican en Mytishchi, un distrito situado al norte de Moscú; Engels, en el valle del Volga, es el principal centro de fabricación de trolebuses. En la cuenca de Minusinsk, al este de Siberia, hay una importante planta de fabricación de vagones de tren, que además presta servicios al Transiberiano y al ferrocarril Baikal-Amur.
El mayor centro de construcción naval está en San Petersburgo, a orillas del Báltico; de menor importancia son los de Kaliningrado en el Báltico, Arjanguelsk en el mar Negro y algunos otros puertos del Pacífico. La mayor parte de los transbordadores o ferrys se construyen en la cuenca del río Volga-Kamar. El más viejo y aún el más grande de los centros productores de este tipo de naves está en la ciudad de Nizni Nóvgorod, aunque hay otras plantas de producción en Moscú, Ríbinsk y Kostromá, en el curso alto del Volga.
La industria de fabricación de motores para vehículos está bastante limitada porque el gobierno soviético dio, en su día, escasa prioridad al tráfico de vehículos en comparación con el de trenes y otros medios de transporte; no obstante, hay muchas fábricas de construcción a gran escala de automóviles y camiones que producen alrededor del 87% de todos los fabricados en 1990 en la antigua URSS, cuyo mayor proyecto de construcción durante los años de régimen comunista fue el octavo plan quinquenal (1966-1970), que establecía la construcción de la planta de fabricación de vehículos Volga en Togliatti, al este de la Rusia europea. El volumen de producción de esta planta es de unos 660.000 automóviles al año, casi la mitad de la producción de coches de la antigua URSS; aunque en los últimos años no se ha podido mantener el mismo volumen de producción, esta planta sigue en activo. En Moscú, Ízhevsk y Nizni Nóvgorod, hay otras importantes plantas de montaje de automóviles; la mayor de ellas se construyó durante el noveno plan quinquenal (1971-1975) y fue la planta de fabricación de camiones del río Kama, en Náberezhnie Chelni; también hay otras en Nizni Nóvgorod, Moscú, Uliánovsk en el Volga, y Miass en los Urales.
Otra de las grandes industrias de Rusia es la fabricación de maquinaria agrícola. En 1990, el país disponía del 60% de la producción total de la antigua URSS, en su día el mayor fabricante de tractores del mundo y un destacado exportador. La mayor parte de las plantas más activas están en la Rusia europea, concretamente en Volgogrado, Vladímir, Briansk y Lípetsk; también hay otros importantes centros productores en Chelíabinsk, en los Urales, y Rubtsovsk en la región de Altái (Siberia). Rostov del Don combina la producción de maquinaria de autopropulsión y agrícola.
Rusia es también un importante productor de artículos textiles. La antigua URSS fue la primera potencia en la producción de prácticamente todo tipo de textiles, concentrando la mayor parte de su capacidad productiva en las ciudades de Moscú, Ivánovo, Kostromá, Tver y Vladímir, donde esta industria es casi una tradición. A finales de la década de 1980, la producción de hilo de algodón de la antigua URSS fue de 1,7 millones de t, seguido de un importante competidor, Estados Unidos. La antigua URSS fue, igualmente, el mayor productor mundial de tejidos de lino (1.200 millones de m2) e hilo de lana (465.000 t); después de Japón, fue el segundo fabricante de tejidos confeccionados a base de seda natural. Fue además líder mundial en la producción de rayón y fibras de acetato, pero sobre todo de fibras sintéticas obtenidas a partir de materiales no celulosos. En términos generales, sólo estuvo por detrás de los países más desarrollados en la tecnología de fibras sintéticas y materiales plásticos. La producción textil en Rusia se ha visto muy afectada a partir de la separación de las demás antiguas repúblicas soviéticas, ya que éstas proporcionaban la mayor fuente de materias primas de la industria textil; casi todo el algodón en bruto procede de las repúblicas de Asia central y de la república de Azerbaiyán; cuando los suministros procedentes de estos países dejaron de llegar, muchas de las hilanderías rusas fueron cerradas. La producción textil en 1992 se vio reducida en algo más del 50 por ciento.
Tradicionalmente, este país ha sido un importante productor de pieles, industria que el antiguo gobierno soviético promocionó y difundió de forma importante. La antigua URSS estuvo a la cabeza en la fabricación de calzado de piel, con una producción aproximada de 820 millones de pares de zapatos y botas al año.
La industria alimentaria tiene también un lugar destacado en el sector industrial de Rusia. Al principio, los molinos harineros se establecieron en las áreas productoras de cereales, aunque más tarde se levantaron otros más modernos en las áreas de mayor consumo. En las zonas de cultivo se manipula una parte importante de las hortalizas y frutas frescas del país, ya que el transporte y los métodos de refrigeración no son adecuados para la posterior distribución de productos frescos.
En general, la producción industrial ha descendido notablemente en los últimos años como continuación a la caída que tuvo lugar durante los últimos años del periodo soviético; la producción total descendió cerca del 20% en 1992, aunque fue mucho mayor la caída en la producción de determinados artículos; así, en comparación con los primeros cuatro meses de 1992, la producción de pintura y laca en este mismo periodo de 1993 fue un 50% menor, los tintes sintéticos bajaron un 48%, el cemento un 38% y el caucho sintético un 32%. La producción de bienes de equipo descendió de forma global en 1992, aunque la de algunos artículos, como los televisores, se vio incrementada. La producción de comestibles también bajó, con la única excepción del azúcar que aumentó.
7 ENERGÍA
Rusia es el único país desarrollado que goza de buenos suministros energéticos; no sólo es autosuficiente en la producción de combustibles minerales, sino que también es exportador de una importante cantidad de éstos. El carbón constituyó hasta 1955 el principal aporte energético del país, seguido del petróleo y el gas natural; en la década de 1970 estos dos últimos productos se convirtieron, sin embargo, en las dos principales fuentes energéticas, convirtiendo a la antigua URSS en el principal productor del mundo de combustibles fósiles, con 2.706 millones de barriles anuales de petróleo y 235.232.010 t de carbón. En 1990, Rusia poseía entre el 7 y el 10% de las reservas mundiales de petróleo y generaba la mayor parte de la producción energética de la URSS: el 90% del petróleo, el 79% del gas natural y el 56% de todo el carbón extraído. Los índices energéticos descendieron de forma global tras la disolución de la URSS aunque la producción de gas natural aumentó ligeramente entre 1990 y 1992. La producción de petróleo cayó en un 11% en 1991 y alrededor del 15% en 1992; el volumen de producción de carbón bajó un 10% en este mismo año.
Junto con otras industrias —principalmente la explotación forestal y minera—, la producción de combustibles fósiles se trasladó hacia el este durante el periodo soviético. Los yacimientos de petróleo más importantes están en Siberia occidental, que totaliza casi la mitad de la antigua producción total soviética, además de la región de los Urales-Volga que supone alrededor de un tercio de la producción total. Aparte de estos yacimientos hay otros también importantes en el norte del Cáucaso y en la parte norte de la isla de Sajalín. Los pozos de gas natural más considerables están en las proximidades de los yacimientos de petróleo en Siberia occidental, la región del Volga-Urales y el norte del Cáucaso. Las áreas predominantes en la producción de carbón son la cuenca de Kunetsk, en Siberia occidental, y la cuenca del Pechora, al noreste de la Rusia europea. Las áreas más productivas en la extracción de lignito son la cuenca de Kansk-Achinsk, en Siberia, y la de Moscú, aunque hay otras minas menos importantes repartidas por toda Siberia, donde existen grandes reservas de este preciado mineral, en concreto en la zona de la cuenca del Tunguska, que ocupa una gran parte de Siberia central.
Aparte de estas fuentes energéticas, hay que destacar las plantas hidroeléctricas y nucleares. Rusia cuenta con grandes recursos hidráulicos, que generaban aproximadamente el 21% de la producción total de electricidad de la antigua URSS. En los mayores ríos de la Rusia europea, como el Volga y el Don, se ubican importantes centrales hidroeléctricas; sin embargo, las mayores instalaciones hidroeléctricas se encuentran a orillas de los ríos más caudalosos de Siberia, en concreto del Yeniséi y el Angará. El accidente de Chernóbil de 1986 provocó el abandono oficial de la construcción de este tipo de centrales por el riesgo que entrañaban, pero en 1992 el gobierno ruso anunció el proyecto de expandir la capacidad de producción de energía nuclear instalada en el país. La energía nuclear totaliza alrededor del 16% de la producción energética de Rusia, cuya mayor capacidad generadora está localizada en la zona europea; las dos ciudades más importantes, Moscú y San Petersburgo, dependen de este tipo de energía para poder cubrir de un quinto a un tercio de sus necesidades energéticas.
8 TRANSPORTE
La red de transportes es estatal y cubre todo el país, aunque es mucho menos extensa que la de otros países más desarrollados. El gobierno soviético consideró que los gastos generados en transporte eran improductivos pero necesarios para el desarrollo de la economía nacional. Se puso, pues, especial interés en todo tipo de instalaciones que facilitaran traslados masivos de artículos y viajeros al menor coste posible, lo que a veces llevó a sacrificar la conveniencia del propio consumidor en aras de la eficiencia. La red de transportes está encabezada por el ferrocarril, ya que el transporte por carretera tiene menor incidencia. Los oleoductos y gasoductos facilitaron la rápida expansión de las industrias petroleras y de gas, y el transporte marítimo permitió el crecimiento del comercio exterior.
El ferrocarril es también el medio más importante de transporte de pasajeros, aunque en los últimos años las líneas de transporte por carretera han empezado a experimentar un gran movimiento y las líneas aéreas son muy utilizadas para cubrir grandes distancias. El número de líneas de la red de ferrocarriles ha aumentado en la Rusia europea, en concreto en San Petersburgo, aunque también llega hasta Siberia y las regiones más al este. Son las líneas con mayor tráfico del mundo, entre las que destacan las que cubren la zona occidental de Siberia, comunicada por el Transiberiano, donde los trenes llegan a pasar con una frecuencia de hasta tres minutos. Para aliviar este denso tráfico, se han construido líneas paralelas en esta zona y en el norte de Kazajstán. No obstante, se ha construido una nueva línea, la Baikal-Amur, que cruza Siberia y la región oriental hasta el norte de la actual línea transiberiana.
El antiguo gobierno comunista desatendió el transporte por carretera y barco por los elevados costes que generaban, en particular los relativos a la construcción y mantenimiento de carreteras. En 2001 había 537.289 km de carreteras, de las que el 67% están pavimentadas. La red ferroviaria cuenta con 85.542 km. Tanto las carreteras como los ferrocarriles son más utilizados en la parte europea del país.
A finales de la década de 1980, la flota mercante de la antigua URSS era la más grande del mundo, con más de 6.700 buques y un desplazamiento total de 29,2 millones de toneladas de registro bruto. Los puertos más transitados son Novorossiisk en el mar Negro, San Petersburgo y Kaliningrado en el Báltico, Najodka, Vostochnyy, Vladivostok y Vanino en las costas del Pacífico, y Múrmansk y Arjanguelsk en el Ártico. En la actualidad, la flota mercante tiene 3.802 buques con una capacidad de 8.638.887 toneladas brutas registradas.
El Volga es la vía fluvial más importante de Rusia y soporta más de la mitad del tráfico fluvial del país. La navegación aquí está favorecida por la construcción de siete importantes diques además del canal Volga-Don al sur, y la vía Volga-Báltico al norte; el primero facilita la salida a mar abierto a través del mar Negro y la segunda a través del Báltico. Los puertos más importantes situados a orillas del Volga son Ríbinsk, Nizni Nóvgorod, Samara, Volgogrado y Astracán, y el de Rostov del Don, en el mar de Azov. Los puertos de Moscú están comunicados con el sistema fluvial del Volga a través del canal de Moscú. En Siberia y en la región más oriental, los ríos sirven sólo como vías de transporte en zonas alejadas de las líneas ferroviarias. La mayor parte de los ríos siberianos, como el Lena, el Yeniséi y el Obi, fluyen hasta el Ártico, lo que limita su importancia en una región donde las conexiones fluviales este-oeste son vitales; la vía fluvial por excelencia de la parte oriental del país es el río Amur.
Rusia cuenta asimismo con una extensa red de gasoductos y oleoductos, que, en su mayor parte, recorren el país de este a oeste. Los oleoductos unen las áreas productoras de Siberia occidental y los campos del Volga-Urales con las áreas de mayor consumo localizadas en la Rusia europea y en otros países de Europa. El gas es también transportado desde el noroeste al este de Siberia, noreste de la Rusia europea y norte del Cáucaso. Hay además un elevado número de conductos que conectan Rusia con los gasoductos y oleoductos de las repúblicas de Asia central y el oeste de Kazajstán. Aparte de éstas, hay otras muchas que van desde Siberia occidental e Irkutsk hasta el sur y este del país, sin contar con algunas otras aisladas de menor importancia, localizadas en el norte de Siberia y en la región oriental.
9 MONEDAD Y BANCA
La unidad monetaria básica de Rusia es el rublo, dividido en 100 kópeks. Durante décadas, la antigua URSS impidió la circulación del rublo dentro de los mercados internacionales, por lo que fue necesario asignarle un valor arbitrario y relativo para equipararlo a las monedas extranjeras; así, el cambio oficial era de 0,75 rublos por cada dólar estadounidense en 1991. A finales de este mismo año, el gobierno ruso llevó a cabo unas medidas decisivas en la liberalización del rublo, tras lo cual su valor cayó de forma vertiginosa; en 1992 la equivalencia con respecto al dólar era de 100 rublos y en 1993 bajó a algo más de 1.000 rublos. Todavía hoy continúa siendo la única moneda en muchas de las antiguas repúblicas soviéticas. El gobierno ha puesto en circulación un nuevo rublo, desprovisto de la insignia soviética. En 2003, 30,69 rublos equivalían a 1 dólar estadounidense.
La estructura de la banca en Rusia ha cambiado de forma significativa desde mediados de la década de 1980. En los últimos años de la antigua URSS, las filiales del Gosbank (Banco Federal de la URSS) fueron reconvertidas en bancos comerciales y pasaron a estar bajo el control del nuevo Banco Central de Rusia. Los cinco grandes bancos sectoriales soviéticos (la Caja de Ahorros, el Banco de Comercio Exterior, y los Bancos para el Sector Social, de la Agricultura, Construcción e Industria) se cerraron o fueron también reconvertidos en entidades comerciales; a los bancos sectoriales que no sufrieron cambios no se les asignaron funciones ni clientela concretas, aunque mantenían los antiguos clientes por una simple cuestión de inercia. Son mucho más numerosas las entidades reconvertidas que los bancos comerciales de reciente creación: los activos del mayor de los antiguos bancos sectoriales superan los 110.000 millones de rublos, en contraste con los 1.500 millones de media de los nuevos bancos comerciales. Estos dos tipos de bancos también difieren en sus clientes; las antiguas entidades sectoriales atienden fundamentalmente a las empresas de capital estatal, mientras que los nuevos bancos comerciales se dedican por norma general al sector privado. Solamente operan en el país doce bancos extranjeros. En noviembre de 1993, el gobierno ruso emitió algunas regulaciones por las que se limitaban las actividades de los bancos con capital extranjero.
Dirigido por su presidente, quien se opuso a la reforma radical, el Banco Central de Rusia estuvo involucrado a principios de la década de 1990 en las disputas sobre la reforma económica, sostenidas entre el gobierno y el Soviet Supremo. El banco, inicialmente bajo la autoridad del Soviet Supremo, emitió más créditos de los que permitía el gobierno (un 50% más de lo estipulado en las directrices gubernamentales), lo cual dificultó las reformas económicas por la financiación de empresas deficitarias y la aceleración del proceso inflacionario. Bajo la Constitución de 1993, el Banco Central pasó a ser independiente del gobierno o del control legislativo, aunque su presidente, nombrado por la Duma, se vio obligado a actuar bajo las recomendaciones del presidente del país.
10 COMERCIO EXTERIOR
Desde el final de la II Guerra Mundial hasta mediados de la década de 1980, las consideraciones políticas dictaron que los principales socios económicos de la antigua URSS fueran países socialistas, en especial los de la Europa del Este. Incluso antes de la convulsión política a finales de esta misma década, tanto la URSS como sus aliados socialistas habían ya encontrado la forma de importar más tecnología avanzada de los países desarrollados del Oeste. En 1987, los países miembros del COMECON totalizaban el 60% de las exportaciones soviéticas y el 64% de las importaciones, mientras que los países occidentales aportaban el 23% de las importaciones y el 21% de las exportaciones. Entre los países socialistas, la antigua Alemania del Este era el principal socio comercial de la URSS, seguido de la antigua Checoslovaquia, Polonia, Hungría y Bulgaria. Fuera del bloque socialista, los principales intercambios comerciales se realizaban con la antigua Alemania Occidental, Italia y Japón.
En los últimos años, el comercio exterior de Rusia ha cambiado de forma considerable. Los países desarrollados de Occidente absorben en la actualidad más de la mitad de las actividades comerciales de Rusia (el 60% en 1992), al margen de las antiguas repúblicas soviéticas. Alemania continúa siendo el principal socio comercial, con un 17% del total del comercio, en los primeros meses de 1993. Por el contrario, los antiguos países miembros del COMECON sólo suponían el 20% del total de las exportaciones rusas, y menos del 16% del total de las importaciones.
El agudo declive del volumen de comercio exterior constituye otro de los importantes cambios en la evolución de la economía rusa. En 1992 las exportaciones fueron algo menos de los dos tercios de las realizadas en 1988, mientras que las importaciones totalizaron la mitad de las efectuadas en el mismo periodo. El comercio exterior cayó aún más durante el primer cuarto de 1993, lo que estuvo motivado en parte por la aplicación de nuevos aranceles y por los controles sobre las exportaciones no declaradas. No obstante, los intentos por determinar datos reales sobre el balance comercial del país se vieron complicados por la existencia del trueque y la transferencia ilegal de los activos rusos al extranjero. El comercio de intercambio o trueque constituyó en 1992 cerca del 40% del total de las exportaciones y el 26% de las importaciones; los artículos se intercambiaban sobre todo con las antiguas repúblicas soviéticas, muchas de las cuales recibían el carburante ruso a precios simbólicos. En cuanto al movimiento ilegal de los activos, se estima que la pérdida de capital alcanzó la cifra de 50.000 millones de dólares a mediados de la década de 1990. En 2003 el volumen de las importaciones alcanzó un valor de 133.717 millones de dólares.
11 TURISMO
El turismo constituyó la mayor fuente de divisas en la antigua URSS, y a pesar de las diferencias políticas con muchos países de Occidente, el gobierno soviético desarrolló procedimientos que facilitaban y promovían esta actividad. La mayor organización estatal de turismo era Intourist y se establecieron numerosos comercios (o beryozka) que vendían a los extranjeros todo tipo de artículos. Los viajes para estudiantes estaban organizados por la agencia Sputnik; cada año, cerca de siete millones de personas visitaban la URSS, de los que algo menos de la mitad eran turistas procedentes de países de la Europa del Este. El gobierno soviético promocionó los viajes por el interior del país y cada año millones de ciudadanos soviéticos visitaban las zonas más alejadas de sus ciudades de residencia. La capital, Moscú, era el destino de la mayor parte de los soviéticos durante la época de vacaciones.
Después de la desintegración de la antigua URSS, el turismo sigue siendo una importante fuente de ingresos y el país cuenta con una gran variedad de atracciones para turistas. Entre éstas, destacan la residencia de los zares (cerca de San Petersburgo), el casco antiguo de Nóvgorod, el “anillo dorado” de las ciudades medievales que rodean Moscú y los numerosos museos, galerías, teatros y monumentos arquitectónicos de las ciudades de Moscú y San Petersburgo; las costas del mar Negro constituyen puntos de destino vacacional frecuentados tanto por turistas del propio país como por extranjeros; también son famosos los cruceros por el Volga, mientras que las montañas del Cáucaso ofrecen una amplia variedad de deportes alpinos, como senderismo, acampada libre, escalada y pesca; el lago Baikal, que es el lago de agua dulce más profundo del mundo además de albergue de especies únicas de flora y fauna, atrae cada año a miles de visitantes. Los recorridos que ofrece el ferrocarril Transiberiano también cuentan con una gran aceptación popular. El número de turistas que visitó Rusia en 2003 fue de 8.015.000 y aportaron unos ingresos de 7.434 millones de dólares.
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