¿QUÉ CAMBIOS SUFRIRÁ
> Nuestra historia del mundo enfrenta ahora un cuarto acto, el de la evolución cultural, nos
dice Joél de Rosnay. ¿Piensas lo mismo?
> Ivés Coppens: Le dije un día a Jean-Louis Étienne, explorador que regresaba del polo
norte- "Debiste pasar frío por allí". Me respondió, sencillamente: "No, iba abrigado". Esto
e es bastante típico de nuestra evolución cultural. Mejoramos cada día nuestro dominio del cuerpo y del entorno y hemos entregado el relevo a la cultura. Y es ésta, no la naturaleza, la que más rápido responde a las solicitaciones del entorno.
> ¿7a no se modifica, entonces, nuestro cuerpo de Horno sapiens?
> Sí, pero con suma lentitud. Para verificarlo debemos mirar hacia un porvenir más distante,
más allá del próximo milenio. Dentro de diez millones de años es posible que tengamos
\- una cabeza diferente de la actual. El esqueleto se nos hará aún más grácil y el cerebro sin duda se nos va a seguir desarrollando.
> Lo que permitirá aptitudes nuevas
>';• Sí. No es imposible que el aumento del tamaño del cerebro, y por lo tanto de la talla del feto, imponga un tiempo de gestación aún más breve. Si, la madre del superhumano de mañana debe dar a luz a los seis meses, la infancia se prolongará y también el tiempo de aprendizaje. No se comprende muy bien la que fue la gestación en el pasado, pero podemos pensar que nuestra evolución se hizo en ese sentido y que proseguirá así.
> Nuestra evolución biológica no tía terminado entonces
> Va más lento, pero continúa. Porque seguimos sometidos ¿y las leyes de la biología y a adaptaciones. Los virus, que también evolucionan, nos pueden causar problemas.
Tampoco estamos al abrigo de un cataclismo cósmico que altere la atmósfera. Pero, en cambio, ya no se puede decir que el hombre esté sometido a una verdadera selección natural.
> ¿Y tampoco a grandes mutaciones de nuestros genes, que podrían cambiar la especie?
> A mutaciones, si, por cierto. Pero otra cosa es que puedan aparecer homozigotías. El ensamblaje genético de la población humana actual es permanente. Ya no hay grupos aislados que puedan hacer que surjan, por deriva genética, rasgos recesivos. Amenos que colonicemos el espacio. Es probable, por lo demás, que el hombre lo consiga; al adquirir un mejor conocimiento de los planetas, emprenderá un nuevo tipo de expansión, como la que emprendió hace tres millones de años para invadir
¿Qué sucedería en tal caso?
> Las pequeñas poblaciones instaladas en otra Tierra, si quedan aisladas mucho tiempo, derivarán, divergirán: su biología y su cultura van a evolucionar de otro modo. Imagina cuántas culturas nuevas podrían nacer en otros planetas... Y quizás nuevas especies, también.
Si vamos al espacio, el cuerpo va a cambiar de manera considerable, ¿verdad? Las estadías en órbita han mostrado que los huesos se atrofian rápidamente, que el organismo ya no funciona de la misma manera. Corremos el riesgo de convertirnos en babosas sabias...
> Todavía sabemos muy poco acerca de las condiciones y consecuencias de la vida en el espacio. Con la ausencia de gravedad, son importantes las modificaciones del cuerpo: los elementos minerales de los huesos emigran y es difícil hacerlos volver a sus lugares de origen. Al cabo de algunos millones de años de exilio en el espacio, nuestros primos serían sin duda muy distintos a nosotros. Quizás entonces nos toparíamos con una suerte de diversidad de poblaciones, con verdaderas razas nuevas.
> Cosa que hoy estamos apunto de perder: La cultura humana es cada vez más homogénea, el mundo más homogéneo, el mundo más global y el planeta empequeñece.
> Es verdad. La gente viaja mucho, se mezcla biológica y culturalmente. También las culturas. Pero cuando vemos, por ejemplo, a los bosquimanos o a los indios de América,
relegados en lo que crudamente se califica de "reservas", cabe la pregunta: ¿Querer que esas poblaciones continúen con sus tradiciones, sus cantos, sus lenguas, no es acaso prohibirles
el acceso al mundo contemporáneo? ¿Acaso esas reservas no son pequeñas islas de origen que mantenemos por placer y no por placer de sus habitantes? Creo que esas poblaciones
no tienen otra solución que mezclarse genética y culturalmente con nosotros - lo que también vale recíprocamente - o desaparecer. La nostalgia no es necesaria.
> Crees que va a proseguir la complejidad que opera desde el Big Bang?
> Sí. El hombre acumula un conocimiento creciente. Progresa hacia un saber mayor, una mayor libertad, hacia una cultura y quizás una naturaleza más y más complejas. Seguimos el mismo camino de la materia y de la vida.
> ¿Eres, más bien, de la especie optimista?
> Decididamente. Me parece que las sociedades humanas se organizan bastante bien. Poco a poco somos más conscientes de nuestro entorno. Consideremos
conciencia de su condición mundial en apenas setenta años. ¿Y qué es eso en relación con nuestra historia?
> Poca cosa. Pero mucho para un individuo...
> No hay que olvidar que la duración de nuestra modernidad es desdeñable si se la compara con los tres millones de años de vida de nuestra especie. La humanidad actual, aunque haya llegado a algún nivel de reflexión, me parece todavía muy joven. Gran cantidad de dificultades de nuestro siglo es producto de que hay mucha población que sólo posee una información muy reducida acerca del mundo.
Mariela Urbina G. Rigoberto Barrera M.
Jefe Opto. Hist y C.Soc. Director ATA III
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ESTAMOS A TU DISPOSICIÓN