Un equipo
internacional de arqueólogos, encabezado por el esloveno Ivan Šprajc, ha
descubierto en la selva mexicana una antigua ciudad maya nunca antes
mencionada.
La urbe,
bautizada como Chactún ('Piedra Roja' o 'Piedra Grande'), fue descubierta hace
unas dos semanas y data entre el 600 y el 900 d.C. La ciudad está localizada en
el sureste de Campeche y se cree que fue el centro de una vasta región, según
Iván Šprajc, el líder del equipo.
"Es uno de
los sitios más grandes de las Tierras Bajas Centrales, comparable por su
extensión y la magnitud de sus edificios con Becán, Nadzcaan y El Palmar, en
Campeche", destacó el investigador al indicar que esto se infiere por la
extensión del sitio —más de 22 hectáreas— y la cantidad de monumentos, al menos
una decena de ellos con inscripciones.
El sitio alberga
tres complejos monumentales con numerosas estructuras de tipo piramidal y
palaciego, incluyendo dos canchas de juego de pelota, patios, plazas,
monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más grande tiene 23
metros de altura.
El sitio alberga tres complejos monumentales con numerosas estructuras de tipo piramidal y palaciego, incluyendo dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más grande tiene 23 metros de altura.
Según el arqueólogo Octavio Esparza, varios de estos monumentos fueron reutilizados en épocas posteriores, posiblemente a finales del periodo clásico tardío o incluso en el posclásico temprano. "Estas personas tal vez desconocían el significado de los monumentos, pues algunas de las estelas fueron encontradas al revés; sin embargo, sabían que eran importantes y les rendían culto", precisó
El sitio alberga tres complejos monumentales con numerosas estructuras de tipo piramidal y palaciego, incluyendo dos canchas de juego de pelota, patios, plazas, monumentos esculpidos y áreas habitacionales. La pirámide más grande tiene 23 metros de altura.
Según el arqueólogo Octavio Esparza, varios de estos monumentos fueron reutilizados en épocas posteriores, posiblemente a finales del periodo clásico tardío o incluso en el posclásico temprano. "Estas personas tal vez desconocían el significado de los monumentos, pues algunas de las estelas fueron encontradas al revés; sin embargo, sabían que eran importantes y les rendían culto", precisó
La iniciativa de
esta exploración, que cuenta con la aprobación del Consejo de Arqueología del
INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México), es financiada
por la National Geographic Society, la empresa austriaca Villas y la eslovena
Ars Longa.
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