lunes, 3 de marzo de 2008

La diversidad de civilizaciones

EL HOMBRE Y LA EVOLUCIÓN SEGÚN LA BIBLIA

Los iniciadores de las teorías explicativas del proceso evolutivo no pretendieron oponerse a ningún credo religioso, así como las varías teorías para explicar, por ejemplo, el magnetismo, no crearon para persona alguna un conflicto religioso.
¿Por qué en el caso de la Evolución surgió el conflicto, que ha perdurado por mucho tiempo y cuyas consecuencias perduran aún en nuestros días?

Se pueden anotar dos hechos.

En primer lugar el avance de las ciencias exactas ha dado origen a una forma de pensar que el verdadero progreso está en la ciencia y su aplicación a la tecnología; que la ciencia puede explicar la realidad concreta del mundo, sin ninguna perspectiva trascendente, más allá del mundo físico perceptible. El materialismo científico ha sido un factor deplorable que ha llevado a opinar de la religión como un mito anticuado, y a los creyentes a desconfiar de la ciencia. Indudablemente los puntos de vista del científico y los de la fe se hallan en planos distintos, pero cuando miran una misma realidad, no pueden permanecer en conflicto: la verdad religiosa no puede oponerse a la verdad científica.

En segundo lugar, la interpretación literal de la Cosmogonía narrada en los primeros capítulos del Génesis apareció en contradicción con la posición evolucionista.

¿Cuál es el origen de la Cosmogonía que refiere el Génesis? Se lee en el primer libro de los Reyes (Rey. 1, 11, 4 - 5): "...y cuando Salomón, ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses extranjeros...", "...porque Salomón siguió a Astartet, diosa de los Sidonios, y a Nilcon, ídolo abominable de los Amonitas..."

Se introdujeron así a Israel cultos a dioses con prácticas detestables en los llamados "lugares altos", y doctrinas que explicaban el origen del mundo y del hombre por el poder de las divinidades introducidas. Se vio la necesidad apremiante de volver a la fe en un único Dios, Creador, al cual Israel había jurado fidelidad. Este es el origen más probable del Génesis, escrito después de Salomón.

Es necesario tener en cuenta que la Biblia no es un libro científico, sino histórico-religioso, En su lectura es preciso distinguir el modo y el mensaje.

Pertenecen al modo el género literario, los modismos propios del idioma, la forma personal de expresarse del autor, las implicancias de la cultura de la época, etc.
El modo no pertenece a la revelación. Ésta está contenida en el mensaje bíblico.

En el caso particular de la narración de la Cosmogonía del Génesis, se nota el género literario, común en el oriente, de encerrar la narración en un ciclo natural, como los días de la semana. Se notan profusamente los antropomorfismos referentes a Dios. Tiene aspectos comunes con otras cosmogonías de la época.

El mensaje puede considerarse en la siguiente forma:
Existencia de un solo Dios, Creador del Universo y también del hombre. Dios es el fundamento primordial de toda la realidad. Para el hombre es el fundamento primitivo, sentido último y esperanza integral de su vida.

Hay una relación de dependencia entre el hombre con Dios, perfilándose Dios como padre de la Humanidad. La figura de Dios como padre está ampliamente destacada en el antiguo testamento y ampliada maravillosamente en el nuevo testamento.
La humanidad representada por el nombre de Adán y Eva, unidos en matrimonio. La figura del matrimonio es a menudo empleada en la Biblia para expresar la unión del amor. Los hombres deben vivir unidos en amor, como hijos de un mismo Padre. El amor se opone a la violencia.
La existencia de otras criaturas, a disposición del hombre para que las cultive, las utilice, y las investigue.
El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Esto es está dotado de un espíritu consciente y libre. La libertad lo capacita para hacer lo que sabe que es bueno y correcto y también lo incorrecto y malo (la desobediencia de Adán y Eva).

Por otra parte la semejanza del hombre con Dios confiere la facultad de Amar, de no ser solitario; puede comunicar su existencia a otros y sentirse a sui vez padre y amar como padre.

La evolución en sus diversas facetas a lo largo de millones de años es objeto de investigación científica. No así la Revelación, el hecho de la creación. Pero el hombre no puede quedarse al nivel de los hechos investigables y la lógica que encuentra en su concatenación, como pretende el materialismo científico, la realidad compleja va más allá de lo físico, abarca la metafísica, el campo Teológico y lo Religioso.

La creación no se puede entender como un acto inicial: Dios está siempre presente en su obra, que ciertamente tiene una finalidad. Esta dentro de esta finalidad la llegada del hombre, que con su propio ritmo y libertad debe humanizarse, de acuerdo al modelo del hijo de Dios hecho hombre.

La visión cristiana de la evolución, no está separada de la historia de la salvación, que siguiendo la idea de Tailhard de Chardin, culmina en e punto Omega (literalmente punto final).

La idea está de acuerdo con lo señalado por San Pablo; “la Humanidad se unirá con Cristo en un único Cuerpo místico y llegará a su consumación con Dios.

LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA


"Entonces ¿cómo sabemos que ha habido evolución?"

"En esta primera parte hemos revisado los hechos que sugieren y apoyan la existencia de un fenómeno que modifica a las especies y que llamamos evolución biológica, Estos hechos se pueden dividir en dos a aquellos de naturaleza histórica y aquellos que observamos en las especies que viven en la actualidad. Dentro de lo que nos informan las especies que han existido en el pasado se encuentra el hecho de que las especies que han vivido en nuestro planeta no han sido siempre las mismas, que han cambiado y que aquella naturaleza que nosotros conocemos en la actualidad incluye una proporción muy pequeña de todas las especies que han existido. El no haber conocido un sola dinosaurio vivo apoya esta afirmación si consideramos que este grupo dominó la Tierra durante decenas de millones de años. Dentro de los hechos que obtenemos de estudiar las especies actuales se incluyen aquellos que se basan en la comparación de¡ aspecto y el desarrollo de las especies, y aquellos que tienen su base en la variación genética inherente a los sistemas biológicos. Estimamos que el parecido entre las especies puede ser o bien porque viven en ambientes similares, o bien porque están emparentadas y por tanto tienen un origen común.

Por último consideramos que una de las condiciones para que las especies cambien consiste en que exista variación y que ésta tenga un componente genético.

Estas tres rutas de hechos son las que apoyan con más fuerza la consideración de que las especies se generan unas de otras y que la adaptación al ambiente es una parte integral de este fenómeno.



Las especies están adaptadas al lugar donde viven. Las partes de la evolución

Para entender un proceso, el científico normalmente lo divide en diferentes partes. Quisiera entonces dividir la evolución biológica en dos. El primer aspecto se refiere a la modificación que sufre la estructura de una población porque los individuos se adaptan al medio en el que viven. El segundo aspecto consiste en aquellos mecanismos que producen especies nuevas, diferentes de las anteriores.
Las siguientes dos partes de este libro analizarán cada uno de los aspectos mencionados: la adaptación y la especiación. Existen diferentes concepciones acerca de cómo se relacionan estos dos procesos entre sí. Darwin, por ejemplo, consideró que la evolución es un fenómeno de adaptación al medio, es decir, su concepción no incluía mecanismos de generación de nuevas especies más que como una extensión del fenómeno de la adaptación. La adaptación a medios diferentes haría que con el tiempo dos poblaciones se hicieran cada vez más distintas hasta formar eventualmente dos especies. Esta concepción puramente adaptativa de la evolución fue transformada en lo que se ha llamado durante este siglo el neodarwinismo. Esto es, la inclusión del mecanismo mendeliano de herencia transformó al darwinismo en neodarwinisrrio. Como veremos en el siguiente capítulo el neodarwinismo también incluye mecanismos que, como una extensión de la adaptación, genera especies diferentes. Una visión alternativa de estos conceptos podría ser que ambos aspectos de la evolución son independientes uno de¡ otro, que la forma en la que las plantas y los animales se adaptan a su ambiente no está relacionada con aquella que determina si aparecen o no especies nuevas. Otras concepciones posibles consisten en alternativas que no han seguido hasta ahora ninguna escuela de investigación e incluyen a las que conciben a la evolución como un fenómeno de generación de especies que no están adaptadas a su ambiente y aquellas que conciben a la especiación como un fenómeno previo a la adaptación, es decir, que las especies una vez originadas se adaptan a su ambiente."

LA EVOLUCIÓN CULTURAL

¿QUÉ CAMBIOS SUFRIRÁ LA ESPECIE HUMANA?

Ø Nuestra historia del mundo enfrenta ahora un cuarto acto, el de la evolución cultural, nos dice Joél de Rosnay. ¿Piensas lo mismo?

Ø Ives Coppens: Le dije un día a Jean-Louis Étienne, explorador que regresaba del polo norte- "Debiste pasar frío por allí". Me respondió, sencillamente: "No, iba abrigado". Esto es bastante típico de nuestra evolución cultural. Mejoramos cada día nuestro dominio del cuerpo y del entorno y hemos entregado el relevo a la cultura. Y es ésta, no la naturaleza, la que más rápido responde a las solicitaciones del entorno.

Ø ¿Ya no se modifica, entonces, nuestro cuerpo de Horno sapíens?

Ø Sí, pero con suma lentitud. Para verificarlo debemos mirar hacia un porvenir más distante, más allá del próximo milenio. Dentro de diez millones de años es posible que tengamos una cabeza diferente de la actual. El esqueleto se nos hará aún más grácil y el cerebro sin duda se nos va a seguir desarrollando.

Ø Lo que permitirá aptitudes nuevas

Ø Sí. No es imposible que el aumento del tamaño del cerebro, y por lo tanto de la talla del feto, imponga un tiempo de gestación aún más breve. Si, la madre del superhumano de mañana debe dar a luz a los seis meses, la infancia se prolongará y también el tiempo de aprendizaje. No se comprende muy bien la que fue la gestación en el pasado, pero podemos pensar que nuestra evolución se hizo en ese sentido y que proseguirá así.

Ø Nuestra evolución biológica no tía terminado entonces

Ø Va más lento, pero continúa. Porque seguimos sometidos ¿i las leyes de la biología y a adaptaciones. Los virus, que también evolucionan, nos pueden causar problemas. Tampoco estamos al abrigo de un cataclismo cósmico que altere la atmósfera. Pero, en cambio, ya no se puede decir que el hombre esté sometido a una verdadera selección natural.

Ø ¿Y tampoco a grandes mutaciones de nuestros genes, que podrían cambiar la especie?

Ø A mutaciones, sí, por cierto. Pero otra cosa es que puedan aparecer homozigotías. El ensamblaje genético de la población humana actual es permanente. Ya no hay grupos aislados que puedan hacer que surjan, por deriva genética, rasgos recesivos. A menos que colonicemos el espacio. Es probable, por lo demás, que el hombre lo consiga; al adquirir un mejor conocimiento de los planetas, emprenderá un nuevo tipo de expansión, como la que emprendió hace tres millones de años para invadir la Tierra.

Ø ¿Qué sucedería en tal caso?

Ø Las pequeñas poblaciones instaladas en otra Tierra, si quedan aisladas mucho tiempo, derivarán, divergirán: su biología y su cultura van a evolucionar de otro modo. Imagina cuántas culturas nuevas podrían nacer en otros planetas... Y quizás nuevas especies, también.

Ø Si vamos al espacio, el cuerpo va a cambiar de manera considerable, ¿verdad? Las estadías en órbita han mostrado que los huesos se atrofian rápidamente, que el organismo ya no funciona de la misma manera. Corremos el riesgo de convertirnos en babosas sabias...
Ø Todavía sabemos muy poco acerca de las condiciones y consecuencias de la vida en el espacio. Con la ausencia de gravedad, son importantes las modificaciones del cuerpo: los elementos minerales de los huesos emigran y es difícil hacerlos volver a sus lugares de origen. Al cabo de algunos millones de años de exilio en el espacio, nuestros primos serían sin duda muy distintos a nosotros. Quizás entonces nos toparíamos con una suerte de diversidad de poblaciones, con verdaderas razas nuevas.

Ø Cosa que hoy estamos a punto de perder: La cultura humana es cada vez más homogénea, el mundo más homogéneo, el mundo más global y el planeta empequeñece.

Ø Es verdad. La gente viaja mucho, se mezcla biológica y culturalmente. También las culturas. Pero cuando vemos, por ejemplo, a los bosquimanos o a los indios de América, relegados en lo que crudamente se califica de "reservas", cabe la pregunta: ¿Querer que esas poblaciones continúen con sus tradiciones, sus cantos, sus lenguas, no es acaso prohibirles el acceso al mundo contemporáneo? ¿Acaso esas reservas no son pequeñas islas de origen que mantenemos por placer y no por placer de sus habitantes? Creo que esas poblaciones no tienen otra solución que mezclarse genética y culturalmente con nosotros - lo que también vale recíprocamente - o desaparecer. La nostalgia no es necesaria.

Ø Crees que va a proseguir la complejidad que opera desde el Big Bang?

Ø Sí. El hombre acumula un conocimiento creciente. Progresa hacia un saber mayor, una mayor libertad, hacia una cultura y quizás una naturaleza más y más complejas. Seguimos el mismo camino de la materia y de la vida.

Ø ¿Eres, más bien, de la especie optimista?

Ø Decididamente. Me parece que las sociedades humanas se organizan bastante bien. Poco a poco somos más conscientes de nuestro entorno. Consideremos la Sociedad de las Naciones, las Naciones Unidas: estos organismos han experimentado múltiples dificultades, Pero cuando las cosas se miran con perspectiva, se aprecia que el horrible ha adquirido conciencia de su condición mundial en apenas setenta años. ¿Y qué es eso en relación con nuestra historia?

Ø Poca cosa. Pero mucho para un individuo...

Ø No hay que olvidar que la duración de nuestra modernidad es desdeñable si se la compara con los tres millones de años de vida de nuestra especie. La humanidad actual, aunque haya llegado a algún nivel de reflexión, me parece todavía muy joven. Gran cantidad de dificultades de nuestro siglo es producto de que hay mucha población que sólo posee una información muy reducida acerca del mundo.


EVOLUCIÓN DE LAS EXTRUCTURAS MENTALES

EVOLUCIÓN CULTURAL

Evolución de las estructuras mentales

La línea evolutiva hizo que el hombre desarrollara en cada individuo un número importante de habilidades mentales, que le llevaron a descubrimientos, como el fuego y sus aplicaciones, la elaboración de utensilios para la caza de animales, la predicción de fenómenos de la naturaleza, etc.

Los científicos se han preguntado: ¿de qué minera han evolucionado las estructuras mentales en el ser humano?, ¿Tendrían los neanderthales, Australopitecus o el Homo erectus una forma de pensar similar a la del hombre actual?

La primera construcción de utensilios domésticos y de caza fue rudimentaria. Después fue haciéndose cada vez más elaborada y eficiente, lo que hace pensar en un camino de progreso de sus habilidades mentales, traducidas en mayores destrezas psicomotoras.

Se estima que los primeros hombres disponían de un vocabulario muy limitado, por lo cual era menor la posibilidad de llegar a conceptos abstractos. La abstracción se fue desarrollando paulatinamente, a medida que el lenguaje se perfeccionaba.

El progreso de la actividad mental durante los cambios sucesivos de nuestros antepasados hace pensar a los hombres de ciencia, que Inactividad mental debe seguir amparándose con mayor rapidez en la actualidad y en el futuro evolutivo del hombre. Al hacer esta reflexión se debe considerar el aumento de circuitos neuronales del hombre actual y la herencia de la inteligencia.




Desarrollo de la inteligencia

El pensamiento humano se logra a partir de la integración funcional de todas las regiones de la corteza cerebral.

La inteligencia lógica se mide por la densidad de circuitos neuronales existentes en la corteza cerebral. Esta relación dio una importancia crucial a los haces neuronales de asociación, a las neuronas intercalares y a todas las estructuras que aumentan la complejidad del cerebro y que permiten organizar nuevos circuitos nerviosos.

Durante la evolución se supone que las conexiones neuronales fueron aumentando, lo que permitió el desarrollo progresivo de habilidades mentales más complejas. Es interesante imaginar cuáles serán las tendencias de desarrollo de la inteligencia en el futuro evolutivo de la especie humana.

En la actualidad se sabe que poseemos muchas más neuronas de las que ocupa realmente el cerebro humano en sus funciones vitales. De esta afirmación se puede deducir que nuestros antepasados ocupaban un número aún menor. ¿Qué ocurriría en el futuro si las neuronas establecieran nuevas conexiones o sinapsis?

Difícil será imaginar qué consecuencias tendría este desarrollo. Ante esta interrogante es probable que cada uno de nosotros se sienta como si a un Homo erectus le preguntásemos cómo podría resolver un complejo problema de cálculo matemático o bien como enfrentaría la era de los computadores.

Los científicos han hecho predicciones al respecto. Señalan que el probable aumento de los circuitos neuronales se manifestaba como producto de una educación en constante desarrollo, lo que traería como consecuencia el aumento de los reflejos condicionados, acompañado de un automatismo psíquico para desarrollar las funciones del pensamiento social y laboral.

El automatismo psíquico dejaría al cerebro humano más libre para perfeccionar las áreas de interpretación simbólica, que nos permitiría pasar rápidamente de lo concreto a lo abstracto. No lograríamos pensar más rápidamente, sino más intensamente.


La influencia del medio social en la evolución

El hombre ha tenido un progreso intelectual y social sin precedentes. Quedaron atrás los tiempos en que tuvo que aprender el uso de los metales, de la rueda, la agricultura y la escritura. El progreso de la vida social e intelectual le ha permitido una capitalización comunitaria de las experiencias. Se transmiten los conocimientos y las ideas desde otras latitudes y tiempos evolutivos.

La experiencia de los otros hombres ya no resulta ajena ni perdida; la lectoescritura se enseña desde la infancia en cualquier sistema educativo. La tecnología, perfeccionada día a día por el hombre, se va incorporando a los programas de enseñanza.

El factor social es un agente nuevo y diferente que ha intervenido en la evolución, a diferencia del factor biológico, que sentó las bases de las teorías evolutivas.

La organización social del ser humano modifica la selección natural. El hombre ha transformado el planeta para su propia existencia. Vivimos en grandes ciudades donde el progreso científico-tecnológico ha permitido la supervivencia de los individuos más débiles de la población.

La lucha contra las enfermedades y el descubrimiento de nuevas técnicas para su control, ha aumentado las expectativas de vida y, como consecuencia, el crecimiento de la población humana.

La ingeniería genética esta aportando técnicas para la eliminación de genes defectuosos y la creación de nuevas perspectivas de desarrollo, como la conquista espacial y la mayor apertura al ambiente marino. La evolución psíquica y cultural sustituirá a la lenta evolución morfológica. La edad de oro del ser humano recién comienza. Algunos ven en las futuras generaciones la suprahumanidad.

El progreso científico y tecnológico ha puesto en las manos del ser humano herramientas para dirigir su propia evolución. ¿Que debemos hacer entonces? ¿Deberemos volver a la vida natural y olvidarnos de todos nuestros logros? ¿De que manera podrá controlar el hombre la selección de su propia especie?

Al ser humano le cabe una gran responsabilidad en la conservación de la biodiversidad del planeta y sus condiciones para lograr un desarrollo sustentable. El desafío es importante, puesto que puede incidir de manera importante en los procesos evolutivos. En le desarrollo evolutivo hay dos principios básicos a considerar la herencia y la variación.
Uno de los problemas que los evolucionistas han intentado dilucidar es como se originó la vida. Las evidencias de los primeros organismos vivos sugieren que eran propiamente heterófonos. Luego lograron utilizar la luz solar y ciertos compuestos inorgánicos para sintetizar compuestos orgánicos. Así surgieron los organismos autótrofos.

Whittaker propone una historia evolutiva a partir de cinco reinos. En la diversificación de estos reinos a lo largo a lo largo de estos últimos 700 millones de años, aparecieron diferentes especies. Hay distintos tipos de especiación: alopátrida, semipátrida y parapatrida.

Los diferentes evolucionistas han intentado, a lo largo de la historia, dilucidar el origen y variación de las especies, entre ellos Lamark y Darwin. Este último explica la evolución de los organismos vivos por la selección natural.

Los postulados de Darwin, junto a los aportees de la genética de Poblaciones permitieron elaborar posteriormente la Teoría Sintética de la Evolución.

Durante el proceso de hominización, se produjeron fases que culminaron con la aparición del Homo Sapiens. Esta subespecie se ha diversificado en razas distribuidas por todo el planeta, adquirió la bipedía, la disminución de la mandíbula, la dentición y el aumento de la capacidad craneana, además del lenguaje, la socialización y la cultura, características propias de la especie humana.

LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE


EL SURGIMENITO DEL HOMBRE

Un antepasado poco presentable

Ø "Si es verdad que el hombre desciende del mono, roguemos que eso no se divulgue", exclamó una respetada dama inglesa, en 1860, cuando le informaron acerca de la teoría de la evolución de un cierto Charles Darwin. Parece, hoy, que no le hicieron caso: "eso" se ha sabido.

Ø Ives Coppens: No tanto. Siempre nos ha sido difícil aceptar este parentesco. El origen animal del hombre choca con tantas convicciones filosóficas o religiosas, que sigue provocando numerosas reticencias... Mi abuela materna, bretona de antigua sepa, me dijo un día, con toda seriedad: "¡Tú quizás desciendas del mono, pero yo no! Muchas personas siguen increíblemente confusas en este tema. ¡Cuando se afirma que descendemos del mono, algunos creen que hablamos del chimpancé!

Ø El hombre no desciende del mono, sino de un mono, ¿verdad?

Ø Exactamente. Proviene de una especie que fue antepasado común de dos linajes, el de los monos superiores de África por una parte, y el de los prehumanos, por otra. El hombre sólo es, entonces, un mono, en el sentido amplio de su "posición" en la clasificación animal; su especificidad es, precisamente, haber conseguido superar esa simple condición. Joél de Rosnay lo ha recordado: no podemos ignorar nuestra filiación: la llevamos en el cuerpo.

Ø Hasta a los científicos, parece, les costó reconocerlo

Ø En realidad todavía no se reponen del efecto de ese primer hallazgo. La vieja Europa cristiana del siglo pasado tuvo la idea de investigar los orígenes de la humanidad y, en Bélgica y después en Alemania, realizó los primeros descubrimientos. ¡Un verdadero impacto! Esperaban hallar un antepasado presentable, ¿acaso el hombre no había sido creado a imagen de Dios? Y dieron con los fósiles de un individuo que, más tarde se comprendería, fue una excepción.

Ø ¿Y quién era?

Ø El neandertal. Se descubrió un ser "feo", de cráneo bajo, de rostro hinchado y arcos ciliares protuberantes en forma de visera... Sabios eminentes se precipitaron sobre este pobre desgraciado. Unos suponían que sólo se trataba de un individuo artrítico y peludo, Según otros, sólo podía emitir el sonido "ugh". No es necesario recordar que sólo después de muchos años se le aceptó en nuestra familia, por lo menos como un primo lejano...


Aparecido con las flores

Ø ¿En qué fecha se ha establecido, hay, su origen?

Ø Tal como en el caso de un "origen" de la vida, tampoco se puede determinar un “origen” del hombre. Ni, por lo demás, una definición de lo humano. Se comprueba, más bien, una larga evolución, una filiación zoológica en el curso de la cual las distintas características se van incorporando.

Ø ¿Se conocen, por lo menos, las grandes etapas?

Ø Sí. Tenemos que retroceder hasta finales del cretáceo, hace unos setenta millones de años. Es el alba del terciario, están desapareciendo los últimos dinosaurios. El entorno padece profundas modificaciones, y sabemos que la historia de la evolución está muy vinculada a la del clima. En esa época África es una isla y también lo son América del Sur y Asia. En el continente que agrupaba Europa, América del Norte y Groenlandia aparecen unos animales pequeños: los primeros monos, que descienden de insectívoros. Empiezan a proliferar en medio de una flora completamente nueva: las primeras plantas con flores

Ø ¡Nacidos con las primeras flores! Una noción, muy bella...

Ø También es la época, por lo tanto, de los primeros frutos. Los monos que conquistan este nuevo entorno son los primeros que los consumen. Rompen con las costumbres de sus antepasados, que se alimentaban de insectos. Esto va a provocar, en el curso de las generaciones, una serie de cambios anatómicos: el cuerpo se les equipa, por ejemplo, con una clavícula, magnífica innovación.

Ø ¿Por qué razón?

Ø Ensancha la caja torácica del animal, aumenta entonces la amplitud de sus miembros superiores y le permite, en el momento de la recolección, aferrarse mejor al tronco de los árboles para trepar. Por la misma razón, las garras, molestas para escalar, se convierten en uñas planas. Y la pata va a poseer un dedo oponible a los demás, lo que permitirá que estos primitivos cojan, con el conjunto de sus extremidades, un fruto, una piedra o un trozo de madera.

La sabana primitiva

Ø ¿Y cómo nos hemos vuelto hacia el África?

Ø Darwin sugirió la idea de que podía constituir la cuna de la humanidad, después Teilhard de Chardin dijo lo mismo. Al cabo de toda una vida de trabajo en Europa y más tarde en Asia, este último escribió, a su regreso de África, poco antes de morir: "Allí hay que buscar, sin duda; somos unos idiotas por no haberlo visto antes". En 1959, el descubrimiento, que hizo Louis Leakey en Tanzania, de un cráneo completo confirmó la intuición; el cálculo de su edad, que se realizó midiendo la desintegración natural de algunos isótopos inestables produjo estupor: un millón setecientos cincuenta mil años. Nadie quiso aceptarlo en un principio,

Ø ¿Siempre la arrogancia, que no desea un hombre tan arcaico?

Ø Sí. En esa época se conocía la mayoría de los antepasados del hombre, pero se calculaba mal su edad y estatus (el primer australopiteco se descubrió en 1924, pero por mucho tiempo se lo creyó "pariente del chimpancé"). Se creía que la aparición del primer antepasado era relativamente reciente, de hacía ochocientos mil años como máximo. Pero los nuevos métodos de datación con radioisótopos y la extraordinaria cosecha de fósiles que va a ocurrir obligarán a envejecer al hombre.

Ø Las miradas vuelven al África, por lo tanto

Ø Sí. Cada año hay una expedición internacional a Kenia, Tanzania, Etiopía, a sitios que hoy son famosos: el lago Turkana, Olduvai, el valle del Omo... Hice el cálculo: en total, debemos haber recogido unos doscientos cincuenta ni¡¡ fósiles, entre los cuales hay dos mil osamentas humanas y prehumanas; Y la mayor parte data de dos o tres millones de años. Una hermosa cosecha que nos ha permitido reconstruir una genealogía.

Ø ¿Estamos seguros, entonces, de que el hombre nació en África?

Ø La ciencia jamás puede estar "segura". Pero todos los descubrimientos convergen hacia esa conclusión. Basta pensar rápidamente en los distintos lugares donde hemos encontrado los fósiles reconocidos como antepasados del hombre. Fósiles de siete millones sólo se han encontrado en Kenia; también de seis y de cinco millones. Los de cuatro millones han aparecido en Kenia, Tanzania y Etiopía. Los de tres millones, en Kenia, Tanzania, Etiopía, África del Sur y en el Tchad. Los de dos millones se han hallado en las mismas regiones y además, con algunas piedras talladas, en Europa y en Asia... Los de un millón de años se extienden por toda África, Asia y Europa. Después vienen Australia y América. Si se sitúan todos estos mapas en orden cronológico y se ¡os encadena, se descubre la historia del poblamiento humano y se está obligado a concluir esto: El hombre salió de un pequeño hogar africano, se repartió lentamente en África y después en el mundo entero; y ahora último realiza una ligera excursión por el sistema solar.

Ø Nuestra cuna... ¿Nacimos, de algún modo, de la sequía?

Ø Exactamente. Todo lo que nos caracteriza, el estar de pie, la alimentación omnívora, el desarrollo del cerebro, la invención de nuestras herramientas, todo resultaría de una adaptación a un medio más seco. Es un mecanismo clásico de selección natural: un pequeño grupo de antepasados, que posee, genéticamente, rasgos que constituyen ventajas para sobrevivir mejor en este nuevo entorno, pasa a ser poco a poco la mayoría de esa población, porque, al vivir más tiempo que los otros, tiene una descendencia que posee esos mismos rasgos y es más numerosa.

El mono de pie

Ø ¿Qué ventajas?

Ø No las conocemos. Quizás un crecimiento distinto de la pelvis, que les permite erguirse con mayor facilidad y ver mejor la presa y los predadores, atacar y defenderse, transportar mejor- el alimento o a sus hijos... ¿Estar de pie es consecuencia o causa de esta evolución? En cualquier caso, prevalecieron los que disponían de esta ventaja genética. Había que ser muy hábil para salvar la piel en ese entorno.

Ø ¿Y qué les impulsa a adoptar definitivamente la posición erguida?

Ø A causa de una mutación genética, algunos individuos poseen una pelvis más ancha y menos alta, que les molesta para caminar en cuatro patas. En el nuevo entorno, este "handicap" se convierte en ventaja. Y se impone con el paso del tiempo.

Ø ¿Es una hipótesis?

Ø Por supuesto. ¿Quién podría saberlo con seguridad? Cuando se observa a los chimpancés, se los ve ponerse de pie en tres tipos de situaciones: para ver más lejos, para defenderse o atacar - porque esto les libera las manos y les permite lanzar piedras - y, en fin, para llevar alimento a los pequeños. Podemos imaginar que en esa época nuestros antepasados perdieron pelo para facilitar la transpiración que producía la sequía y que, para llevar a los bebés, las madres debieron sostenerlos en brazos (mientras que, entre los simios, los pequeños se sujetan ellos mismos, aferrados del pelo de la madre), También podemos pensar que si el simio se mantiene de pie en ese paisaje descubierto se ofrece menos superficie corporal al sol.

Ø ¿Sea cual sea la razón, estamos seguros de que adoptaron definitivamente esa posición?

Ø Sí. La observación de las huellas internas de los cráneos fósiles nos entrega los mismos indicios: las circunvalaciones del cerebro están menos marcadas en la parte alta que a los costados, lo que es lógico, pues, si el cuerpo está erguido, la parte alta del cerebro no toca el hueso y deja por lo tanto menos huellas.

Ø ¿Y este ser que se pone de pie va a engendrar una nueva especie?

Ø Más bien una multitud de especies nuevas, que no son hombres todavía y cuyos fósiles más antiguos provienen de hasta siete millones de años: los australipitecos, o, si se prefiere, los prehumanos."

CULTURA

EVOLUCIÓN CULTURAL

La evolución cultural

"Hasta ahora hemos visto cómo diferentes características del hombre y sus parientes los han ayudado a adaptarse al medio ambiente. ¿Sigue ocurriendo esto en la actualidad? Hoy en día el hombre ya no se adapta a su ambiente por medio de la evolución biológica sino por medio de la llamada evolución cultural: para sobrevivir ya no son importantes las características biológicas sino más bien las culturales. Regresemos un momento al hombre de Cro-Magnon y a sus herramientas. Éstas facilitaron sin duda su adaptación proveyéndose de formas para explotar y utilizar mejorar su ambiente. Pero como ya mencionamos, la construcción de herramientas tan sofisticadas no significó un aumento en la cantidad de neuronas. ¿Cómo entonces adquirió esta habilidad? La respuesta, aunque se puede resumir en una sola palabra, describe un fenómeno extraordinariamente complejo: la cultura. Hemos concebido hasta ahora a la evolución biológica como la modificación de la estructura genética en las especies: en la molécula de la herencia, el ácido desoxirribonucleico (DNA), se acumulan todos los cambios que modifican una especie y la transforman en otra. En la evolución cultural el proceso de acumulación de información no se lleva a cabo en la molécula de DNA sino en todos aquellos aspectos que componen la cultura: las artes, las ciencias y la tecnología. En ellas se acumula el conocimiento y las experiencias que el hombre ha ido obteniendo a través del tiempo. Así, esta cultura ya no se transmite de generación en generación por medio del código genético sino de libros, pinturas y todos aquellos medios de acumulación de información que poseemos.


La transmisión de la cultura

Uno de los aspectos más dolorosos de la muerte de un hombre lo constituye el hecho de que toda su formación, sus ideas, su cultura, desaparecen con él. Sus hijos no heredan ese acervo cultural como lo hacen con sus características físicas. Esto sin contar que la herencia cultural es selectiva. El hijo de un gran músico no es, genéticamente, ni siquiera un músico regular. En cambio, el hijo de un hombre con ojos oscuros, muy probablemente también los tendrá oscuros. Pero eso no es todo. La transmisión de la cultura no se parece a la de los genes en muchas otras características. Por ejemplo, por lo general, se transmite a individuos que no están relacionados por parentesco. Las ideas se transmiten con la misma facilidad entre parientes que entre extraños. La cultura es, de hecho, un fenómeno tan complejo, que el hombre ha instituido un proceso de aprendizaje de ella que lleva una veintena de años y en ningún caso cubre todas sus áreas con profundidad. La cultura es, pues, tan vasta en la actualidad, que una sola persona no puede acumular toda esa información. De aquí tengamos la necesidad de construir bibliotecas, hemerotecas, etc.

¿Y la evolución biológica? Hemos visto que la evolución cultural es un evento omnipresente En nuestra sociedad, pero esto no quiere decir que algunos aspectos de la evolución biológica, los extremos, no existan. Por ejemplo, la existencia de algunos genes que producen enfermedades muy graves, a veces hasta mortales, aún no han podido ser eliminadas. Esto es, las personas que tienen esos genes, mueren, de allí que sigamos estando sujetos a la selección natural y, por tanto, a una evolución biológica. En la actualidad la medicina ya está logrando que en la mayor parte de los casos, estas personas sobrevivan. Uno de ellos es el de la diabetes; se las mantiene sanas gracias a la constante inyección de una proteína, la insulina, cuya falta produce la enfermedad. Más aún, se está intentando llevar esta violación de "las leyes de la naturaleza" a niveles extremos: hoy en día se investiga la posibilidad de “injertar” el gene que produce la insulina normal en personas enfermas, de tal manera que se pueda no solamente curarlas, sino hacer que puedan transmitir el gene normal a sus hijos. Esto demuestra que si proyectáramos hacia el futuro la evolución humana, podríamos predecir que la evolución cultural será sin duda de hoy en adelante la manera más común como la humanidad se adaptará a su medio ambiente, convirtiendo a la evolución biológica en una alternativa cada vez menos importante.

Aunque las comparaciones no son buenas...

Dicen que toda comparación es mala, pero para entender un poco más lo que representa la evolución cultural me gustaría compararla con la evolución biológica.

El proceso de evolución biológica requiere de la aparición de variantes (mutaciones) que en condiciones específicas serán seleccionadas. En la evolución cultural sucede algo semejante: se consideran ideas que aparecen y que, bajo ciertas condiciones socioeconómicas, también incrementarán en frecuencia las personas que las comparten. En la evolución biológica hemos hablado de genes que aumentan su frecuencia en el fenómeno de adaptación. En la evolución cultural las ideas constituyen las características que modifican el acervo cultural de las sociedades. La aparición de las mutaciones es un fenómeno independiente de su posible adaptación. En un ambiente acuático con mucha sal, por ejemplo, no aparecen más frecuentemente mutaciones que adapten a los organismos a las altas concentraciones de sal que en un ambiente con poca salinidad. En cambio, cuando hablamos de la generación de ideas siempre se dice que ciertas ideas surgen con más frecuencia en ciertas condiciones socioeconómicas e históricas. El cálculo infinitesimal desarrollado independientemente por Newton y Leibniz, o el concepto de selección natural propuesto también independientemente por Darwín y Wallace, son ejemplos de que la aparición de ideas corresponde a condiciones específicas de la sociedad.

Si comparamos la transmisión de los genes con la de las ideas encontraremos que en el primer caso la transmisión es vertical (de padres a hijos) única y exclusivamente, mientras que en el segundo ocurre también entre individuos de la misma generación (transmisión horizontal). Esto quiere decir que el incremento en la frecuencia de una idea en una población puede ser mucho más rápido que el que se presenta en un gene.

La selección natural opera en forma muy similar a la selección cultural. Cuando algún individuo tiene una habilidad cultural que lo beneficia (ya sea una herramienta, una tecnología particular o hasta una receta de cocina), aparte de que muy probablemente tendrá más recursos, poco a poco sus ideas, tecnologías o recetas serán más frecuentes en la sociedad, de forma similar a como ocurre en la selección biológica. Existe, por otro lado, un aspecto de la evolución cultural que es completamente diferente de la natural. Una idea puede hacerse más frecuente porque existe un proceso militar de imposición en el que un grupo de hombres obliga a que cierta cultura y ciertas ideas predominen.

Por último, la mortalidad o fecundidad no selectiva... que se presenta en poblaciones pequeñas con mucha frecuencia y que genera diversificación de las poblaciones, tiene un fenómeno paralelo en la evolución cultural. Este predice que en poblaciones aisladas existirá una mayor divergencia simplemente porque algunas ideas tenderán a fijarse más rápidamente en poblaciones de pocos individuos aunque no sean adaptativas. Este hecho explica en parte las diferentes tradiciones y culturas que tienen algunas tribus. Ideas más irreales tienden a fijarse más en sociedades pequeñas."

EL ORIGEN DEL HOMBRE SEGÚN LA BIBLIA

EL ORIGEN DEL MUNDO Y DE LA HISTORIA HUMANA

Los orígenes de mundo y de la historia humana
La Creación
"En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.
Entonces Dios dijo: "¡Que haya luz!"
Y hubo luz. Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad y la llamó "día", y a la oscuridad la llamó "noche". De este modo se completó el primer día.
Después Dios dijo: "Que hay una bóveda que separe las aguas, para que éstas queden separadas."
Y así fue. Dio hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. A la bóveda la llamó "cielo'. De este modo se completó el segundo día.
Entonces Dios dijo: "Que el agua que está debajo del cielo se junte en un solo lugar, para que aparezca lo seco."
Y así fue. A la parte seca Dios la llamó "tierra", y al agua que se había juntado la llamó "mar'.
Al ver Dios que todo estaba bien, dijo: "Que produzca la tierra toda clase de plantas: hierbas que den semilla y árboles que den fruto."
Y así fue. La tierra produjo toda clase de plantas: hierbas que dan semilla y árboles que dan fruto. Y Dios vio que todo estaba bien. De este modo se completó el tercer día-
Entonces Dios dijo: "Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los días, los años y las fechas especiales."
Y así fue. Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas. Dios puso las luces en la bóveda celeste para alumbrar la tierra de día y de noche, y para separar la luz de la oscuridad, y vio que todo estaba bien. De este modo se completó el cuarto día.
Luego Dios dijo: "Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra."
Y así fue. Dios creó los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce y que viven en ella, y todas las aves.
Al ver Dios que así estaba bien, bendijo con estas palabras a los animales que había hecho:
"Que tengan muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo."
De este modo se completó el quinto día.
Entonces Dios dijo: "Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo."
Y así fue. Dios hizo estos animales y vio que todo estaba bien.
Entonces dijo: "Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre tos que se arrastran por el suelo."
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su bendición:
"Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran."
Después les dijo: miren a Ud. Les doy todas las plantas de la tierra que producen semillas y todos los árboles que dan frutos. Todo eso les servirá de alimento. Pero a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento.
Así fue, y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien. De este modo se completó el sexto día.
El cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos quedaron terminados. El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró sagrado porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación. Esta es la historia de creación del cielo y de la tierra.

TEORÍA SOBRE EL ORIGEN DE LAS ESPECIES

: EL ORIGEN DE LAS ESPECIES

Las primeras explicaciones acerca de cómo evolucionaron las especies surgieron en Grecia. Los escritos de filósofos y matemáticos de la época, como Tales de Mileto, Aristóteles, Anaximandro, Empédocles y Epicuro, revelan una búsqueda de explicaciones naturalistas para dilucidar los fenómenos de la variación, de las especies.

La diversidad de los seres vivos y su adaptación a los distintos ambientes fue explicada por dos teorías: fijismo y transformismo.

El fijismo sostenía que las especies eran inmutables, independientes y estáticas, es decir, no habían cambiado sus características desde que surgieron por primera vez en el planeta. Esta idea perduró hasta mediados del siglo XVIII. Linneo y Cuvier fueron algunos de los científicos que sostenían esta postura. Por su parte, el transformismo sostenía que las Especies cambian en el transcurso del tiempo, dando origen a otras diferentes. Esta teoría surge en contraposición a la idea del fijismo y fue planteada por Lamarck.

En la actualidad, los hechos aportados por las diferentes disciplinas científicas permiten establecer que la evolución es un proceso continuo que ha transcurrido en un período largo de tiempo. En ese período, las especies surgen, se desarrollan y dan origen a nuevas especies; unas han colonizado con éxito los ambientes naturales del planeta y otras, que no han tenido éxito, se han extinguido.

A continuación se tratan algunas teorías transformistas.

I.- Teoría de Lamarck. En 1809, Jean Baptiste Lamarck propone la idea de transformismo en la evolución. Este proceso fue explicado como una progresión, desde los organismos más sencillos y pequeños, pasando luego a las plantas y animales más complejos, hasta llegar al máximo de la perfección: el hombre.

La teoría evolutiva de Lamark fue formulada tomando en consideración cuatro principios evolutivos:

1 Existencia de un impulso interno hacia la diferenciación en todos los seres vivo.
2 Capacidad de los organismos para adaptarse a los cambios ambientales.
3 Principio de uso y desuso de los órganos.
4 La herencia de los caracteres adquiridos.

El principio del uso y desuso plantea que los órganos se fortalecen, Debilitan o adquieren importancia según el uso que se les dé: el uso los perfecciona y el no uso los reduce y atrofia. Los caracteres que fueron adquiridos se transmiten de generación en generación, si las variaciones se mantienen en el tiempo, la descendencia seguirá manifestando cambios hasta lograr una modificación definitiva.

La creencia del principio de los caracteres adquiridos se mantuvo hasta fines del siglo XIX, cuando el biólogo alemán August Weismann demostró la imposibilidad de heredar a los descendientes caracteres adquiridos por los progenitores.

Weismann planteó que al iniciarse el desarrollo embrionario de un ser vivo, el material hereditario, que llamó germinoplasma, se aísla tempranamente de otra parte que denominó somatoplasma, la cual constituirá el cuerpo del individuo. El somatoplasma se muere con el individuo, en tanto que el germinoplasma se prolonga a la generación siguiente, a través de la reproducción.

Hoy sabemos que sí un individuo de tez clara se tuesta al sol, tendrá hijos de tez clara que se volverán morenos solo si se exponen al sol. De acuerdo a la teoría de Lamarck, en cambio, cada generación heredaría el color de tez oscuro.

Años más tarde, se hizo evidente que el medio puede actuar en ocasiones sobre el material hereditario produciendo mutaciones; sin embargo, el resultado de la acción del medio es aleatorio y no tiene relación con la adaptación, como lo planteaba Lamarck.

II.- Teoría de Darwin.

El interés de Darwin por la diversificación de las especies y su origen, nace a partir de conversaciones sobre la inmutabilidad de las especies sostenidas con su abuelo Erasmus y del descrédito de las ideas lamarquianas en el ámbito científico de la época. Sin embargo, Darwin a los 18 años no dudaba de la inmutabilidad de las especies.
A los 22 años, en 1831, Darwin se embarcaba en el bergantín H.M.S. Beagle, al mando del capitán Fitz Roy. El objetivo de Darwin era estudiar la diversidad de las especies en distintas latitudes del planeta. A su regreso a Inglaterra, en 1836, agrupa en sus notas tres observaciones claves que le hacen dudar de todas las concepciones existentes hasta ese momento.
La primera observación determinante la hizo en las islas Galápagos, un archipiélago de trece islas volcánicas con hábitats muy variados. En ellas encontró que los pinzones o gaviotines diferían de isla en isla y presentaban, en general, un parecido con los encontrados en Sudamérica. Se supone que toda esta variedad se originó a partir de una especie ancestral que llegó desde el continente. Estos pinzones diferían en su tamaño, en la forma de los picos y en el nicho ecológico; el más grande se alimentaba de semillas y vivía sobre el suelo y el más pequeño se alimentaba de insectos y -vivía sobre los árboles
De esta observación surgen dos problemas: ¿por qué en este grupo de islas los pinzones difieren en su morfología? y, ¿cuáles son las diferencias con los encontrados en Sudamérica?

Las restantes observaciones las recabó en su viaje por Sudamérica. En este viaje se dio cuenta de que algunas especies estaban sustituidas en otras regiones por otras muy semejantes. Por ejemplo el avestruz del viejo mundo se representaba en las pampas de la patagonia por una especie similar: el ñandú. Por otro lado, encontró en las pampas restos fósiles de grandes mamíferos cubiertos por armaduras óseas. A estos animales les llamó armadillos fósiles y encontró en el mismo lugar armadillos vivientes. De esta observación surgió una nueva interrogante: ¿por qué animales actuales tienen las mismas características de algunos ya extinguidos?

A partir de estas interrogantes Darwin llegó a la idea de la transmutación o evolución de las especies. En el año 1838 postuló el mecanismo que explicaba la evolución: LA SELECCIÓN NATURAL. Años más tarde, en 1858, comunicaba su teoría a la Linneasn Society of London y en 1858 publicaba el libro Origin of Especies by Means of Natural Selection, donde expone el resultado de sus observaciones a través de los viajes.

El naturalista británico Alfred Wallace, estudiando especies de la flora y fauna en las islas Orientales, también llegó a la idea de la selección natural. Su trabajo fue leído en la misma sesión de la Linnean Society.

Los principios en que se apoya el principio de la selección natural son:
El mundo no es estático: evoluciona. Las especies cambian continua y gradualmente; se originan unas y se extinguen otras.
El proceso evolutivo es gradual y continuo: no consiste en saltos bruscos o discontinuos.
Los organismos semejantes están emparentados y descienden de un antepasado común.

El proceso evolutivo para Darwin consta de dos etapas: la primera se origina cuando surge la variabilidad; la segunda consiste en una selección a través de la supervivencia. A continuación se da una serie de antecedentes para comprender mejor la idea de selección natural.
Inspirado en un principio planteado por Malthus, según el cual: las poblaciones naturales crecen en proporción geométrica y el alimento solo lo hace en una proporción aritmética, Darwin pudo inferir que, dada la escasez de alimentos, los organismos deben luchar por la existencia, lo que mantiene el número de individuos de cada especie más o menos constante.
En consecuencia, los individuos que presentan la combinación de características más idóneas para hacer frente al ambiente tendrán mayores probabilidades de sobrevivir, reproducirse y dejar descendientes.

El proceso de selección no actúa sobre un individuo drásticamente, es una acción lenta y progresiva sobre un grupo o población y se da a distintos estratos de edad. En la selección natural no son los mejores los que sobreviven, sino aquellos con mayor potencial reproductivo.

La selección actúa sobre la variabilidad fenotípica de la población: perecen aquellos organismos cuyos rasgos reducen su viabilidad y potencial reproductivo; sobreviven los que presentan características que responden de mejor manera a las exigencias ambientales. La herencia de las pequeñas variaciones escogidas por la selección natural, es fuente de una evolución continua. Con relación al papel del medio ambiente, las teorías de Darwin y Lamarck coinciden en apoyarse en el principio de la utilidad para la especie. Una característica puede ser ventajosa o perjudicial para las poblaciones, dependiendo de las condiciones ambientales.

Para Darwin, el principio de utilidad va acompañado de los conceptos de adaptación y selección natural. Para Lamarck, la utilidad se basa en el uso y destino de los órganos. Ambos coinciden en la utilidad que tienen los cambios morfológicos para la sobrevivencia de las especies.

La teoría de la selección natural se enfrentó con el problema de explicar las grandes tendencias evolutivas. Si bien da cuenta de la aparición gradual de caracteres con gran valor adaptativo por acción de la selección natural, no responde al surgimiento abrupto de rasgos de igual importancia.
Los postulados de Darwin fueron aceptados, prácticamente, por todos los científicos de la época y posteriores. Sin embargo, el principio de gradualismo fue cuestionado por algunos evolucionistas de su tiempo.

Años más tarde, Hugo De Vries y Goldschmidt defendían la teoría saltacionista, señalando que las nuevas especies se originaban por mutaciones.

III.- Teoría Sintética de la Evolución. Esta teoría es el resultado de la síntesis de un grupo de biólogos, Huxley, Dobzhanskv, Simpson y Mayr, elaborada a mediados del siglo que se conoce también con el nombre de neodarwinismo, ya que combina las ideas de Darwin y Mendel, ampliando sus postulados e integrándolos con la Teoría Cromosómica de la Herencia, el concepto biológico de especie, la Genética de Poblaciones, la Bioquímica y la Cítología.

La evolución se produce a través de la selección natural. A través de este mecanismo, se seleccionan los organismos cuyos rasgos responden de mejor manera al medio ambiente y que se reproducen en mayor número y en menor tiempo. La enorme variabilidad genética que existe al interior de las poblaciones naturales, corresponde al sustrato sobre el que actúa el proceso evolutivo.

La Teoría Sintética de la Evolución proporciona un contexto diferente a los planteados anteriormente: el poblacional. En este contexto, el concepto de población se entiende como el grupo de organismos que se reproducen entre sí y que comparten un reservorio génico. La evolución sería el resultado de los sucesivos cambios a través del tiempo en la composición relativa del reservorio génico.

G. Hardy y G.. Weinberg plantearon en 1908, en forma independiente, un principio que relaciona los organismos de una población con los cambios en la frecuencia de un alelo. Según este principio, en una población de gran tamaño de individuos, que se reproducen sexualmente y al azar, no se modificarían las frecuencias genotípicas y génicas de una generación a otra; es decir, no habría evolución.

En una población natural, el equilibro propuesto por Hardy-Weinberg no se mantiene, principalmente, por la acción de la selección natural, además de las mutaciones, migraciones, la deriva génica, los cruzamientos no aleatorios y por diferentes factores bióticos y asiáticos. Todos estos factores alteran la Composición genética de la población y conducen a la evolución.

Teissier, otro investigador, señala que la variabilidad de las especies se debe principalmente al grado o fuerzas de las mutaciones. Luego, la selección natural tiende a eliminar los genes desfavorables para las condiciones de supervivencia de la población.
La Teoría Sintética de la Evolución. Explica el proceso evolutivo a través de la Genética de Poblaciones e intenta describirlo con ayuda de modelos matemáticos.

Los detractores de esta teoría señalan que el valor evolutivo de la selección es discutible, ya que la selección no explica cómo un grupo taxonómico se transforma en otro sin dejar más huellas que los fósiles, y cómo unos grupos desaparecen, mientras que otros sobreviven en las mismas condiciones de vida.

Otro aspecto que se critica de la Teoría Sintética de la Evolución es que el rol de las mutaciones en la evolución se sobre valora, ya que una serie de mutaciones pueden explicar fácilmente alteraciones del metabolismo, pero no la aparición de órganos complejos.

El papel que desempeña el azar es otro de los aspectos cuestionados. Sus detractores señalan que la evolución ha tenido en todos los tiempos una tendencia hacia una finalidad: un órgano específico no puede aparecer por efecto del azar.

Durante el presente siglo se han planteado otras teorías evolutivas que intentan explicar cómo se ha producido la evolución; entre ellas podemos mencionar: la teoría del equilibrio puntual, planteada por Eldredge y Gould la teoría neutralista, propuesta por M. Kimura.

La teoría del equilibrio puntual sostiene que la evolución no tiene siempre un carácter gradual, como afirma la Teoría Sintética, sino que en muchas ocasiones se produce a saltos. La teoría neutralista afirma que la mayor parte de las mutaciones que sufre el genoma de una especie, origina genes neutros que no alteran la supervivencia de los organismos, Sin embargo, al heredarse estas mutaciones pueden mortificarse y provocar la aparición de nuevas especies.

EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS Y EL SURGIMIENTO DEL HOMBRE


El PRINCIPIO DE TODO Y EL SURGIMENTO DEL HOMBRE

Para eludir este quebradero de cabeza ¿podaríamos definir el Big Bang como el comienzo del espacio y el tiempo?

Definámoslo, mejor, como el momento en que esas nociones empiezan a ser utilizables. El Big Ben, en realidad, es nuestro horizonte en el tiempo y en el espacio. Lo consideramos el instante cero de nuestra historia por comodidad, porque no tenemos otro recurso. Estamos como exploradores ante un océano: no vemos si hay algo más allá del horizonte.

Si comprendo bien, el Big Bang, de hecho, es un modo de señalar el límite de nuestros conocimientos y no verdaderamente el límite del mundo.

Exactamente. Pero atención: tampoco concluyamos que el universo no tiene origen. Vuelvo a repetirlo: no sabemos nada. Convengamos, para simplificar, que nuestra aventura comienza hace quince mil millones de años en el caos infinito e informe que lentamente se va a estructurar. Es, en cualquier caso, el comienzo de la historia del mundo como la ciencia puede reconstruirla hoy en día.

A los especialistas les puede bastar una abstracción para figurarse el Big Bang. Pero los demás necesitan de una metáfora. Se lo suele describir como una bola concentrada de materia que estalla en un gran resplandor de luz que llena el espacio...

Una comparación no es una razón. Esa representación supone la existencia de dos espacios, uno lleno de materia y de luz que va invadiendo progresivamente a un segundo espacio vació y frío. En el modelo del Big Bang solo hay un espacio, uniforme lleno de luz y de materia, que se expande por todas partes: todos sus puntos se alejan de manera uniforme dos unos de los otros.

Difícil de imaginar. ¿Qué representación visual se puede entonces tener del Big Bang?

En rigor, se puede mantener la imagen de la explosión si se acepta que se producía en cada punto de un espacio inmenso y quizá, pero no con seguridad, infinito. Difícil de imaginar sin duda, ¿pero hay de qué asombrarse? Cuando abordamos tales escalas, nuestras facultades se topan con terrenos no habituales y nuestras representaciones resultan un tanto inadecuadas.

¿Y Dios?

Sea infinito o no, esa imagen equivale bastante a la creación del mundo que propone la Biblia: “Y la luz se hizo”...

Esta similitud perjudicó mucho tiempo la credibilidad de la teoría del Big Bang cuando se la propuso a principios de los años treinta. Especialmente después de la declaraciones del papa Pío XII: la ciencia ha reencontrado el “Fiat lux”. La actitud de los comunistas de Moscú fue también muy reveladora en esa época. Después de rechazar totalmente esas “gansadas papales”, advirtieron que esta teoría podía confirmar el dogma comunista del materialismo histórico “¡Lenin lo había dicho!”... Sin embargo, a pesar de las tentativas de cooptación religiosa y política, el Big Beang terminó por imponerse. No han cesado de acumularse pruebas a su favor en el curso de los decenios y casi la totalidad de los astrofísicos reconocen que esta teoría es el mejor escenario de la historia del cosmos. Con excepción de Fred Hoyle, astrofísico inglés, ardiente defensor de un universo estático: él, por burlarse, lo llamó “Big Bang”. El nombre ha quedado...

Pero no es escandaloso que la ciencia se encuentre, en su camino, con la religión.
Siempre que no se confundan. La ciencia intenta comprender el mundo; las religiones (y las filosofías), por lo general, se atribuyen la misión de dar un sentido a la vida. Se pueden aclarar mutuamente, a condición de que cada una se mantenga en su territorio propio. Hubo conflicto cada vez que la Iglesia imponer su explicación del mundo. Recordemos a Galileo, que decía a sus adversarios que eran teólogos: “Decidnos cómo se va al cielo, y dejad que os digamos cómo ‘marcha’ el cielo”. Y recordemos la oposición de los eclesiásticos a las teorías darwinianas. La ciencia se interesa en los hechos visibles, perceptibles. No permite interpretar lo que hay “más allá” de lo visible. Contrariamente a una opinión muy confundida, no elimina a Dios. Pero no puede probar su existencia ni su inexistencia. Ese discurso le es extraño.

Pero sucede que no sólo la religión cristiana, sino también numerosas mitologías explican la creación del mundo mediante una explosión de luz. ¿No resulta por lo menos perturbador?

La imagen de un caos inicial que se metamorfosea progresivamente en universo organizado está, en efecto, en varios relatos tradicionales. Es común a numerosas creencias: se la encuentra en egipcios, indios de América del norte, sumerios. El caos se suele presentar con una imagen acuática, un océano inmerso en la oscuridad, por ejemplo. "Nada existía, a excepción del cielo vacío y el mar en calma en la noche profunda", relata la tradición maya. "Toda la tierra era mar, dice un texto babilónico. "La 'Tierra era sin forma y vacía, la oscuridad ocupaba la superficie de las profundidades,. y el espíritu de Dios se movía par toda la extensión de, las aguas se lee en el Génesis. También se recurrió con frecuencia a la metáfora del huevo. Un líquido aparentemente informe, en el interior del huevo, se convierte en polluelo. Es una hermosa imagen de la evolución del universo. Para los chinos, el huevo se separa en dos mitades que van a constituir, cada una por separado, el cielo y la Tierra. No obstante, en estas mitologías, el caos se relaciona con el agua y la oscuridad. En la cosmología moderna, en cambio, está constituido por calor y luz.

Sin embargo, las analogías entre el relato científico y estos mitos son innegables...
¿Se trata de una coincidencia? ¿O de un saber intuitivo? Al cabo, y lo veremos en el curso de esta historia, nosotros mismos estamos compuestos de polvo del Big Bang. ¿Tendremos con nosotros la memoria del universo?


Eva y la manzana

Ø ¿Qué misterio queda en este escenario de los orígenes del hombre que acabamos de recorrer?

Ø El gran misterio es el modo como procede la evolución. En un medio cambiante, los animales y los hombres se pueden transformar para adaptarse a nuevas condiciones climáticas, como si en cada oportunidad hubiera, el escalón adecuado de mutaciones para que se pudiera efectuar la opción correcta. La evolución procede, sin duda, por selección natural. ¿Pero basta para explicar la maravillosa adaptación de los seres vivos a los cambios de su entorno? ¿Acaso éste induce cambios genéticos de un modo más directo? Quizás lo comprenderemos en un tiempo más...

Ø ¿Dirías que nuestra historia tiene un sentido, una lógica?

Ø Sólo puedo comprobarlo: los seres vivos de hoy son más complejos que los que vivían hace mil millones de años. Y no creo en la contingencia ni en el azar: sólo parecen manifestarse cuando se estudia un período muy breve.

Ø ¿Quieres decir que habría que conciliar la concepción científica de nuestros orígenes con la concepción religiosa, por ejemplo?

Ø No son incompatibles. La ciencia, en última instancia, sólo observa. No puede ser dogmática. Sabe muy bien que la realidad es siempre más compleja.

Ø ¿Dónde situarías a Adán y Eva en esta historia?

Ø Serían Homo Habilis que vivían en la bella sabana perfumada del África oriental hace tres millones de años, cerca de aquella falla. Esa región debió ser una especie de paraíso terrestre cuando el hombre empezó a cazar y a hablar.


Ø ¿Con serpientes y manzanas'?

Ø Manzanas de doum, que son frutos de palmeras. Y no faltarían serpientes... Pero no intentemos apegar la Biblia a la ciencia; no tiene sentido.

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