sábado, 14 de febrero de 2009

Patio de Los Cañones








El espacio está adornado con dos grandes cañones de bronce “Furioso” y “Tronador”, instalados en este Patio que da a calle Moneda y que debe su nombre a estas reliquias bélicas, hechas en Lima en 1771 y 1772 por orden del virrey Manuel de Amat, antiguo Gobernador de Chile, y ejecutadas por el fundidor Juan de Espinoza, quien cinceló en la cara superior de ambas piezas las armas reales de España.





Este espacio albergó también en el pasado otro objeto lleno de simbolismo agua a la ciudad de Santiago. La fuente permaneció en la Plaza de Armas hasta 1838. Durante la reconstrucción del edificio tras el bombardeo de 1973, fue rearmada en el Patio de Los Naranjos, siendo hoy el principal elemento decorativo de ese lugar. Tras la reapertura del edificio como paseo peatonal, el 13 de marzo del 2000, se ha hecho costumbre que los transeúntes arrojen monedas en ella y pidan deseos.


Dentro del proyecto de Toesca, el empedrado Patio de Honor estuvo destinado a ser el corazón del edificio. Durante sus primeros años, todo el ajetreo de la Casa de Moneda cruzaba por este lugar, iniciándose cada mañana con la misa en la Capilla y la apertura de las puertas a la ciudad.


Desde el punto de vista arquitectónico, el Patio cuenta con cuatro fachadas enfrentadas entre sí, todas con portadas, dos zaguanes de doble altura y dos puertas menores laterales flanqueadas por pilastras y columnas.


En el frente norte, de tres pisos, está el único zaguán de acceso que inicialmente tuvo La Moneda, donde se controlaba el ingreso y salida de personas y metales. En este lugar existen también dos escaleras de piedra y dos puertas, enfrentadas entre sí. Estas dos últimas, próximas a la calle Moneda, albergan las salas de guardia y portería. Junto con la Capilla, son hoy los únicos recintos que conservan el uso que se les dio en el siglo XVIII.




Las dos escaleras de piedra del zaguán daban originalmente a las residencias de los empleados de mayor jerarquía de la Real Casa de Moneda: la del Superintendente - al oriente - y la residencia del Contador Mayor -al poniente. En 1846, cuando el Palacio se transformó en Casa de Gobierno, la escala oriente pasó a servir a la Presidencia de la República, y la poniente al Ministerio del Interior.


Hoy estas escaleras dan acceso a los Gabinetes de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República y de Jefa de Estado, respectivamente.





Una reja de fierro forjado con el escudo nacional en lo alto, hecha por el arquitecto Josué Smith durante las restauraciones del período de Ibáñez del Campo, entre 1929 y 1931, controla el acceso al Patio, y un gran portón de madera con clavazón de bronce el acceso desde calle Moneda hacia el Palacio. En los otros dos costados del Patio destacan portadas que se enfrentan. Al poniente, la que actualmente da al Salón O’Higgins, y que antiguamente era la recepción de metales preciosos y despacho del Superintendente.

Al oriente, la portada de la Capilla del Palacio, que existió allí desde que fue inaugurada en 1808 hasta la presidencia de Manuel Montt, y que en la última restauración volvió a su lugar original. Al extremo de esos costados, dos puertas menores llevan a patios interiores. Éstos originalmente alojaron dependencias secundarias de la Casa de Moneda, hasta su adecuación para sede de Gobierno. A partir de esa fecha, uno albergó la residencia del Presidente y el otro, la Guardia de Palacio.

En la actualidad, la escala poniente accede al Patio de Las Camelias, las oficinas del Ministro Secretario General de la Presidencia y el Gabinete de la Presidenta de la República. La que le enfrenta, en tanto, llega al Patio del Canelo, las oficinas del Ministro del Interior y el despacho de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República.


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