La "medida suspensiva" solicitada por Argentina fue un primer paso para abrir un proceso de negociación y le permitiríaposiblemente cancelar el 30 de junio del 2014 un vencimiento con acreedores.
Argentina
solicitó
el día lunes, 23 de junio, al juez de Nueva York Thomas
Griesa la
suspensión
de la sentencia que
la obliga al pago de 1.330
millones de dólares a fondos especulativos mientras
negocia con ellos para evitar un default, en tanto el magistrado
nombró un supervisor para las tratativas.
La
"medida suspensiva" solicitada por Argentina es un primer
paso para abrir un proceso de negociación y le permitiría cancelar
el próximo 30 de junio un vencimiento con acreedores que ingresaron
a los canjes de 2005 y 2010 sin riesgo de embargos en Nueva
York.
En
función de la sentencia de Griesa, el dinero destinado a los
acreedores que aceptaron canjes de deuda podría ser embargado por
los fondos especulativos que le ganaron el litigio al país
sudamericano en la Justicia.
Eso
implicaría un nuevo default para Argentina, algo que el gobierno
de Cristina
Kirchner quiere
evitar.
"La
República Argentina pedirá al juez una medida suspensiva de la
sentencia que obliga a pagar el total de lo adeudado a los fondos
buitres", como llaman en Argentina a los que compraron la deuda
en default, explicó el ministro de Economía, Axel
Kicillof,
en rueda de prensa este lunes.
El
ministro recalcó que pedirá la restitución de una medida cautelar
(stay, en inglés) que Griesa levantó la semana pasada.
Griesa
nombró al abogado Daniel
Pollack para
que "conduzca y presida" negociaciones entre las partes, de
acuerdo a un documento al que tuvo acceso la AFP.
En
una resolución de dos páginas, el juez determinó que Pollack
"podrá conducir y presidir tales negociaciones públicamente o
ante cámaras, en todo o en parte, y tendrá poder para consultar con
las partes a discreción".
Bruce
Wolfson, abogado del estudio Bingham LLT, que asesora a la American
Task Force Argentina (ATFA, que aboga por los fondos), estimó en
rueda de prensa que "negociar un acuerdo es la
respuesta correcta para todos".
CAMBIO
DE POSTURA
Luego
de que el fallo de Griesa quedara en firme después de que la Corte
Suprema de EEUU rechazara
la semana pasada una apelación de Argentina a la sentencia del
magistrado, Buenos Aires se vio obligada a un cambio de postura so
pena de incurrir en un incumplimiento de pagos.
"Tenemos
que cumplir con los compromisos y contratos firmados con todos los
bonistas, los que ingresaron al canje y los que no. Argentina pagará
a la totalidad de los acreedores en condiciones justas, equitativas y
legales, en el marco de nuestra Constitución", dijo Kicillof.
El
ministro repitió lo señalado por Kirchner luego de la decisión de
la Suprema Corte, en el sentido de que el país buscará pagar.
Argentina
viene llevando adelante una estrategia para acercarse nuevamente a
los mercados de capitales, de los que estaba autoexcluida tras la
moratoria declarada en 2001 por unos 100.000 millones de dólares.
En
ese marco, viene de negociar pagos con el Club de acreedores de París
y una indemnización a la petrolera española Repsol por la
nacionalización de YPF que
fue efectuada en bonos soberanos.
Los
fondos especulativos también dieron señales positivas respecto a
resignar un pago en efectivo y sugirieron que veían con buenos ojos
una operación con bonos.
El
país enfrenta dificultades financieras pues depende de su menguado
superávit comercial para obtener divisas.
VENCIMIENTOS
El
gobierno está urgido de armar una estrategia que le permita cumplir
el fallo con los fondos litigantes y a la vez cancelar el pago, por 900 millones de dólares, con acreedores
que poseen bonos reestructurados.
"La
cautelar es necesaria, sin la cautelar, Argentina no puede pagar
a los tenedores de deuda reestructurada sin pagarles a los tenedores
de deuda en default que ya tengan fallo a favor (NML) puesto que si
lo hacen violarían el pari passu y las órdenes de la justicia de
Estados Unidos", explicó a la AFP el
economista Nicolás Dujovne.
Argentina
enfrenta además el dilema que supone que para los bonos
reestructurados que aceptaron casi el 93% de los acreedores, existe
una cláusula contractual por la cual el gobierno se abstiene de
mejorar cualquier futura oferta so pena de extenderla a todos los
demás, imposición que vence el 31 de diciembre.
Ese
problema aún está por resolverse.
La
voluntad negociadora del gobierno argentino expresado en las últimas
horas trajo euforia al mercado bursátil de Buenos Aires, donde la
Bolsa de Comercio cerró la rueda con una ganancia de 8,67%.
En
el mercado cambiario, el dólar oficial abrió estable a 8,15 pesos
mientras la cotización del dólar paralelo se desplomó 70 centavos
y el billete verde se comercializaba a 11,70 pesos.
Fuente:
agencia AFP
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