sábado, 23 de mayo de 2009

Comunismo

Comunismo,

Ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues, en el Estado.






Karl Marx

Karl Marx fue, junto a Friedrich Engels, el fundador del socialismo científico. Autor del Manifiesto Comunista y de El capital, ambas obras se convirtieron en el sustrato ideológico de dicho movimiento, que pronto pasaría a ser conocido por el nombre de comunismo

El concepto comunista de la sociedad ideal tiene lejanos antecedentes, incluyendo La República de Platón y las primeras comunidades cristianas. La idea de una sociedad comunista surgió, a principios del siglo XIX, como respuesta al nacimiento y desarrollo del capitalismo moderno. En aquel entonces, el comunismo fue la base de una serie de afirmaciones utópicas; sin embargo, casi todos estos primeros experimentos comunistas fracasaron; realizados a pequeña escala, implicaban la cooperación voluntaria y todos los miembros de las comunidades creadas participaban en el proceso de gobierno.

La Internacional

La Internacional fue musicalizada en 1888 por Pierre Degeyter, aunque su texto ya había sido compuesto por el poeta francés Eugène Pottier durante la Comuna de París (1871). En 1910 fue adoptada por la II Internacional y traducida a un gran número de lenguas. A partir de entonces fue reconocida universalmente como enseña sonora del movimiento comunista. Desde 1917 hasta 1944 fue también el himno oficial de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.



Third Comintern Congress (1921).
Center of Moscow. Delegates on the river bank, in cars, in the meeting halls of the Kremlin. Among them: Bela Kun, M. T. Tskhakaia, Feliks Kon, D. B. Riazanov, Anatolii Lunacharskii, A. T. Okuashvili, Karl Radek, Grigorii Zinoviev, Ember-Dro, V. Kolarov, Dzhenari, Ladzari, Nikolai Bukharin. A rally to honor the Comintern delegates on Red Square. Speakers: Karl Radek, Anatolii Lunacharskii, Vaiian-Kutiur'e. Unveiling of a monument to John Reed on Red Square July 3, 1921. Speakers: Lev Kamenev, Bill Haywood.




La Internacional
La Internacional fue musicalizada en 1888 por Pierre Degeyter, aunque su texto ya había sido compuesto por el poeta francés Eugène Pottier durante la Comuna de París (1871). En 1910 fue adoptada por la II Internacional y traducida a un gran número de lenguas. A partir de entonces fue reconocida universalmente como enseña sonora del movimiento comunista. Desde 1917 hasta 1944 fue también el himno oficial de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Posteriormente, el término ‘comunismo’ pasó a describir al socialismo científico, la filosofía establecida por Karl Marx y Friedrich Engels a partir de su Manifiesto Comunista. Desde 1917, el término se aplicó a aquellos que consideraban que la Revolución Rusa era el modelo político ideal, refundido el tradicional marxismo ortodoxo con el leninismo, creador de una verdadera praxis revolucionaria. Desde el inicio de aquélla, el centro de gravedad del comunismo mundial se trasladó fuera de la Europa central y occidental; desde finales de la década de 1940 hasta la de 1980, los movimientos comunistas han estado frecuentemente vinculados con los intentos de los países del Tercer Mundo de obtener su independencia nacional y otros cambios sociales, en el ámbito del proceso descolonizador.
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Hace muchos años un defensor del sistema capitalista, un señor llamado Mandeville, escribió un libro que en su momento fue famoso, La fábula de las abejas. Ahí sostenía que "...para contentar al pueblo aun en su mísera situación, es necesario que la gran mayoría siga siendo tan ignorante como pobre". Mandeville pensaba que el conocimiento por parte del pueblo era peligroso porque "amplía y multiplica nuestros deseos, y cuanto menos desea un hombre tanto más fácilmente pueden satisfacerse sus necesidades". Y mucha gente sigue pensando así; de hecho, incluso, hace poco en el diario La Nación, de amplia circulación entre la clase pudiente, apareció un largo artículo, lleno de elogios a Mandeville y su La fábula de las abejas.

Pues bien, el objetivo de este pequeño escrito es hacer exactamente lo opuesto de lo que quería Mandeville. O sea, vamos a explicar, de la manera más sencilla posible, qué es el sistema capitalista, por qué es un sistema que produce concentración de la riqueza, por un lado, y al mismo tiempo genera miseria, desocupación, y trabajos mal pagos y agotadores. Queremos ayudar a ubicar en una perspectiva amplia las luchas sociales que el pueblo emprende diariamente. O sea, que los trabajadores, los desocupados, conozcan por qué el actual sistema económico podría cambiarse, y la sociedad podría organizarse de manera que millones de personas no tengan que estar en una situación mísera. Que se conozca por qué tenemos el derecho de conocer para "ampliar y multiplicar nuestros deseos", y para que algún día tengamos un mundo libre de miserias y privaciones.

Empecemos explicando las clases sociales.






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