martes, 8 de noviembre de 2011

CHINA

China (en chino, Zhongghuó), país del este de Asia, el tercero más grande del mundo en superficie, después de Rusia y Canadá, y el mayor en cuanto a población. Su nombre oficial es el de República Popular China (Zhonghuá Rénmin Gònghéguó). Limita al norte con la República de Mongolia y Rusia, al noreste con Rusia y Corea del Norte, al este con el mar Amarillo y el mar de la China Oriental, al sur con el mar de la China Meridional, Vietnam, Laos, Myanmar (antigua Birmania), India, Bután y Nepal, al oeste con Pakistán, y Tayikistán y al noroeste con Kirguizistán y Kazajstán. China cuenta con más de 2.900 islas costeras, la mayor de las cuales es Hainan, en el mar de China Meridional. La superficie total de China es de 9.571.300 km², sin incluir el territorio perteneciente a la isla de Taiwan. La capital de China es Pekín; la ciudad más grande del país es Shanghai.

Más de una quinta parte de la población mundial vive dentro de las fronteras de China. Aquí nació una de las primeras civilizaciones del mundo y tiene una historia escrita que data de hace unos 3.500 años. Zhongghuó, el nombre chino del país, significa ‘tierra central’, una referencia a la creencia china de que su país era el centro geográfico de la Tierra y la única civilización verdadera. Hacia el siglo XIX, China se había convertido en un Estado política y económicamente débil.

La llegada del gobierno comunista en 1949 es uno de los hechos más importantes de su historia; en un periodo de tiempo muy corto tuvieron lugar unos cambios tan radicales que afectaron tanto a la economía como a la sociedad china. A pesar de la milenaria historia china, la actual República Popular China fue constituida como tal a partir de la revolución comunista que triunfó en 1949 de la mano de Mao Zedong.

Con 1.300 millones de habitantes, China es hoy una de las naciones más poderosas y sus productos se exportan a todo el mundo, demostrando con ello su apertura y liberalización comercial. La economía china creció un 9,2% anual entre 2001 y 2005, y desde 2006 ha crecido un 7,5% en promedio, por lo cual se espera que prontamente se transforme en la más grande del mundo, superando incluso a Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, el gran desafío de este gigante asiático es su libertad política. Esto, porque en la actualidad China continúa siendo un país gobernado únicamente por el Partido Comunista chino a través de sucesivos regímenes autoritarios.

Desde la década de 1970, China ha abandonado el aislamiento que se había impuesto respecto a la comunidad internacional y ha buscado modernizar su estructura económica.

2 TERRITORIO Y RECURSOS

China comprende una gran diversidad de paisajes y una gran variedad de recursos naturales. En términos generales, los picos más altos de China se encuentran en el oeste, donde se encuentran algunas de las cadenas montañosas más elevadas del mundo. Tres de ellas, el Tien Shan, los montes Kunlun y Qin Ling, datan de un episodio de la orogenia paleozoica que comenzó a finales del periodo carbonífero y terminó en el periodo pérmico, cuando todas las grandes masas de tierra se habían unido para formar un único supercontinente, Pangea (véase Geología: la escala del tiempo geológico). Una cuarta, el Himalaya, tiene un origen más reciente, pues se formó cuando los sedimentos que habían sido depositados en un mar mesozoico, el mar de Tethys, fueron comprimidos y elevados por la colisión de la India con Eurasia, un hecho que comenzó durante la época del oligoceno, del periodo terciario, hace unos 40 millones de años. En la época actual, perteneciente al periodo cuaternario, la actividad tectónica se ha producido en forma de devastadores terremotos que suelen ocurrir en un amplio arco que se extiende desde el extremo occidental de la cuenca de Sichuan, al noreste, hacia Bo Hai, el golfo de la orilla norte del mar Amarillo.

Las numerosas cadenas montañosas del país encierran una serie de mesetas y cuencas, y suministran una gran riqueza de agua y recursos minerales. Hay una amplia variedad de tipos climáticos, desde el subártico al tropical, y engloban grandes zonas de hábitats alpinos y desérticos con una notable diversidad de vida animal y vegetal.

Las montañas ocupan alrededor del 43% de la superficie terrestre de China; las mesetas montañosas suponen otro 26% y las cuencas, muy accidentadas y que están situadas en su mayoría en las regiones áridas, cubren aproximadamente el 19% del territorio. Tan sólo el 12% de toda la superficie se puede calificar de llana.

2.1 Regiones fisiográficas

China puede dividirse en seis grandes regiones geográficas, en cada una de las cuales hay una considerable diversidad geomorfológica y topográfica.

2.1.1 El Noroeste

Esta región está formada por dos cuencas, la de Dzungaria (Junggar Pendi) en el norte y la del Tarim en el sur, y el elevado Tien Shan (Tian Shan). La depresión del Tarim contiene el desierto más seco de Asia, el Takla Makan (Takela Man Shamo); las cadenas de dunas de su interior se elevan hasta unos 100 m de altitud. La depresión de Turfan (Turpan Pendi), la zona más extensa de China situada por debajo del nivel del mar, preside la entrada meridional hacia el Tien Shan. La depresión de Dzungaria, aunque presenta zonas de desierto de arena y piedras, es ante todo una región de suelos fértiles de estepa que mantiene agricultura de regadío.

2.1.2 Zonas fronterizas mongolas

Situada en la zona central del norte de China, es una región de mesetas formada sobre todo por desiertos de arena, piedra o grava que hacia el este se transforman en tierras de estepa con suelos fértiles. Ésta es una región de llanuras, rotas por algunas cadenas montañosas de cumbres planas y estériles que cambian el paisaje. A lo largo de su frontera oriental está la zona montañosa del Gran Xingan (Da Hinggan Ling) más elevada y con mayor vegetación.

2.1.3 El Noreste

Comprende todo Dongbei Pingyuan (Manchuria) al este del Gran Xingan, englobando la llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y las tierras altas que la bordean. La llanura tiene grandes extensiones de suelos productivos. Las tierras altas oscilan entre onduladas y montañosas, con numerosos y amplios valles, y laderas suaves. La península de Liaodong, que se extiende hacia el sur, es muy conocida por sus excelentes puertos naturales.

2.1.4 El Norte

Esta región está situada entre las zonas fronterizas mongolas al norte y la cuenca del río Yangtzé al sur, y está formada por varias unidades de relieve distintas. La meseta del Noroeste está formada por la acumulación de un sedimento fino arrastrado por el viento (loess), que al ser poco compacto se erosiona con facilidad; la superficie de la meseta la cruzan carreteras, valles de paredes verticales y numerosos barrancos. La región tiene extensas terrazas para el cultivo. La llanura norte de China, la mayor zona de tierras bajas llanas del país, está formada por suelos fértiles derivados del loess, por lo que gran parte de la misma está sometida a un intenso cultivo. Hacia el este en la península de Shandong, se encuentran las tierras altas del mismo nombre, compuestas por dos áreas montañosas distintas flanqueadas por colinas onduladas. La costa rocosa de la península permite la ubicación de algunos puertos naturales. Hacia el suroeste aparecen las montañas centrales, que constituyen una gran barrera entre el norte y el sur.

2.1.5 El Sur

Esta región está formada por el valle del Yangtzé y otras regiones topográficamente diversas que se extienden hacia el sur. Este valle consiste en una serie de cuencas con suelos aluviales fértiles surcadas por canales, tanto naturales como artificiales y salpicadas de numerosos lagos. La cuenca del Sichuan, situada hacia el oeste, está rodeada por los escarpados espolones de las tierras altas centrales y constituye un área casi aislada de terreno montañoso; esta zona es muy conocida por una agricultura intensiva en terrazas.

Las tierras altas del sur de China se extienden desde la meseta Tibetana a la costa oriental. Al oeste, la meseta de Yunnan-Guizhou, muy erosionada, está bordeada por una serie de cadenas montañosas, separadas por cañones profundos de fuertes pendientes.

En el este de Guizhou se encuentra uno de los paisajes más pintorescos del mundo, donde el terreno está dominado por elevados pináculos de caliza y picos parecidos a pilares; al este se encuentran las colinas de Nan Ling, fuertemente deforestadas y erosionadas, y a lo largo de la costa están las tierras altas del sureste, muy escarpadas, donde existen bahías con numerosas islas costeras que permiten la ubicación de puertos naturales. Hacia el sur de las colinas de Nan Ling está la depresión del Xi Jiang, una zona montañosa de suelos poco fértiles; sin embargo, los numerosos arroyos de la región están bordeados por valles aluviales planos y fértiles.

La amplia planicie deltaica del Zhu Jiang (río de la Perla) se conoce comúnmente como delta de Cantón.

2.1.6 La meseta Tibetana

En el extremo suroeste de China está la alta meseta del Tíbet, enmarcada por montañas; es la meseta más elevada del mundo, con una altura de unos 4.900 m de promedio. Las cadenas montañosas que la rodean son el Himalaya al sur, Pamir y Karakorum al oeste, y los montes Kunlun y Qilian al norte. La superficie de la meseta está salpicada de lagos salados y pantanos; atravesada por varias cadenas montañosas, sirve de nacimiento de los principales ríos asiáticos del sur y del este, como el Indo, el Ganges, el Brahmaputra, el Mekong, el Yangtzé y el Huang He (río Amarillo). El paisaje es inhóspito, estéril y cubierto por rocas.

2.2 Ríos y lagos

Todos los grandes sistemas fluviales de China (Yangzi Jiang, Huang He y Xi Jiang) fluyen normalmente en dirección oeste-este hacia el océano Pacífico. En general, alrededor del 50% del total hidrográfico del país drena hacia el Pacífico, sólo alrededor del 10% lo hace hacia los océanos Índico y Glacial Ártico, mientras que el 40% restante no tiene salida al mar y drena hacia las cuencas áridas occidentales y septentrionales, donde los arroyos se evaporan para formar reservas de aguas subterráneas profundas; el principal de estos cursos es el Tarim.

El río más largo de China en el extremo norte es el Amur (o Heilong Jiang), que forma la mayor parte de la frontera nororiental con Rusia. Los ríos Songhua (Songari) y Liao, así como sus afluentes, drenan la mayor parte de la llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y sus tierras altas circundantes.

El principal río del norte de China es el Huang He. Tradicionalmente se conoce como ‘el dolor de China’ a causa de las inundaciones periódicas de grandes regiones a lo largo de la historia de China. En su curso bajo, el río está encauzado y su lecho se eleva por encima de la llanura circundante como resultado de la acumulación de sedimentos; en las tierras altas marginales de la meseta Tibetana el río se eleva y sigue un curso tortuoso hasta el Bo Hai (o Po Hai), un brazo del mar Amarillo, y drena un área de más de dos veces la superficie de Francia. El río Yangtzé de la China central tiene un caudal que supera en diez veces al del Huang He; es el río más largo de Asia (6.300 km) y tiene una vasta cuenca de drenaje. El Yangtzé se eleva cerca del nacimiento del Huang He, y desemboca en el mar en Shanghai, siendo su vía de transporte más importante.

Los tramos inferiores en forma de estuario del Xi Jiang, el sistema fluvial más importante del sur de China, sirven al mayor puerto de Cantón. El río, que cuenta con numerosos afluentes y emisarios, tiene un caudal tres veces superior al del Huang He.

La mayor parte de los lagos importantes de China se encuentran a lo largo del curso medio y bajo del Yangtzé; los dos más grandes en la zona media son el Dongting y el Poyang. Durante el verano estos lagos aumentan su área dos o tres veces, y sirven de almacén para el exceso de agua. El lago Tai es el más grande de los lagos presentes en el delta del Yangtzé y los lagos Hongze y Gaoyou se encuentran al norte del delta.

En la meseta Tibetana abundan los lagos salinos de un cierto tamaño. El de mayor extensión es el lago pantanoso Qinghai (también conocido como Koko Nor), que se sitúa en la parte menos elevada de la región Noreste, pero en la meseta elevada hay otros casi tan grandes como él. También en el árido Noroeste y en las zonas fronterizas mongolas hay una serie de grandes lagos, muchos de los cuales son también salinos; los más destacados son los lagos Nur y Bosten, al este de la depresión del Tarim. El lago Ulansuhai, alimentado por el Huang He, se encuentra en el interior de Mongolia; el lago Hulun está situado al oeste del gran Xingan, en Dongbei Pingyuan (Manchuria).

A lo largo de todo el país se han construido más de 2.000 embalses, sobre todo para el regadío y controlar las inundaciones. La mayoría son de pequeño tamaño, pero el mayor (la presa Long Men en el Huang He) tiene una capacidad de 35.400 millones de metros cúbicos.

2.3 Clima

Prevalece el clima templado; también hay regiones desérticas y semiáridas en el interior occidental y una pequeña área de clima tropical en el extremo sureste. Los climas de China, sin embargo, tienden a ser más continentales y por tanto más extremos, y los contrastes regionales suelen ser mayores, debido a la mayor masa continental de Asia respecto de América del Norte.

El monzón (viento predominante) asiático ejerce el control primario sobre el clima de China. Durante el invierno los vientos fríos y secos soplan desde el sistema de altas presiones de Siberia central provocando el descenso de las temperaturas en todas las regiones al norte del río Yangtzé y sequía en la mayor parte del país. En el verano, un aire húmedo y cálido fluye hacia el interior desde el océano Pacífico, lo que da lugar a precipitaciones en forma de tormentas ciclónicas. Enormes cantidades de lluvia caen rápidamente en las laderas de las montañas a sotavento. Las cuencas remotas del noroeste, en cambio, reciben escasas precipitaciones. Las temperaturas de verano son muy uniformes en la mayor parte del país, pero los inviernos se caracterizan por diferencias extremas de temperatura entre el norte y el sur.

El sureste de China, hacia el sur del valle del Yangtzé, tiene un clima subtropical, y un clima tropical en el extremo sur. En esta región las temperaturas de verano alcanzan los 26 ºC de promedio; en invierno las temperaturas descienden desde los 17,8 ºC en el sur tropical hasta unos 3,9 ºC a lo largo del río Yangtzé. Un promedio de ocho tifones anuales, sobre todo entre julio y noviembre, provocan vientos y lluvias fuertes a las áreas costeras. Hacia el suroeste, las llanuras montañosas y cuencas también presentan climas subtropicales, con considerables variaciones locales. Como resultado de las mayores alturas, los veranos son más frescos mientras que los inviernos son templados como consecuencia de la protección que ejercen, impidiendo la entrada de los vientos del norte. La depresión del Sichuan, es muy conocida por su alta humedad y nubosidad; las precipitaciones, especialmente abundantes durante el verano, exceden los 990 mm anuales en casi todas las regiones del sur de China.

La región china del Norte, que no tiene cadenas montañosas que formen una barrera protectora contra el flujo de aire de Siberia, experimenta un invierno frío y seco. Las temperaturas de enero varían desde los 3,9 ºC en el extremo sur hasta unos -10 ºC al norte de Pekín y en las mayores alturas del oeste. Las temperaturas de julio suelen exceder los 26,1 ºC y en la llanura septentrional del país se acercan a los 30 ºC. Las precipitaciones anuales totales son de menos de 760 mm, la mayoría durante el verano, y van disminuyendo hacia el noroeste que tiene un clima más seco, de estepa. La variabilidad interanual de las precipitaciones en estas regiones es grande; este factor, combinado con la posibilidad de tormentas de arena o granizo, hacen que la agricultura sea precaria. Durante más de cuarenta días al año hay niebla en el este, y durante más de ochenta, a lo largo de la costa.

El clima de Dongbei Pingyuan (Manchuria) es similar al del norte de China, pero algo más frío. Las temperaturas de enero sobre una gran parte de la llanura son de -17,8 ºC de promedio, mientras que las de julio suelen exceder los 22,2 ºC. Las precipitaciones se concentran en el verano, y su promedio oscila entre unos 510 y 760 mm en el este, disminuyendo hasta unos 300 mm al oeste del desierto del Gran Xingan.

En la frontera con Mongolia y en el Noroeste predominan los climas de estepa y desérticos. Las temperaturas de enero tienen un promedio por debajo de -10 ºC en todas las zonas, excepto en la depresión de Tarim. Las temperaturas de julio suelen sobrepasar los 20 ºC. Las precipitaciones anuales totales son de menos de 250 mm, y la mayor parte del área recibe menos de 100 mm.

A causa de su altitud, la meseta Tibetana, en la región Suroeste, tiene un clima frío de montaña; las temperaturas de julio permanecen por debajo de 15 ºC. El aire es seco a lo largo de todo el año con precipitaciones anuales totales de menos de 100 mm en todos los lugares excepto en el extremo sureste.

2.4 Vida vegetal

A causa de la gran variedad climática y topográfica, China es rica en diferentes especies vegetales. La mayor parte de la vegetación original ha desaparecido a causa de siglos de asentamientos humanos y cultivos intensivos. Los bosques, que ocupan el 17,1% del territorio total, se han conservado generalmente en las regiones montañosas más inhóspitas.

Al sur del valle de Xi Jiang se pueden encontrar densas selvas tropicales lluviosas, formadas por especies perennes de hoja ancha, algunas con más de 50 m de altura, entremezcladas con palmeras. Una extensa región de vegetación subtropical se extiende al norte del valle del Yangtzé y al oeste de la meseta Tibetana. Esta región es muy rica en especies, como la encina, ginkgo, bambú, pino, azalea y la camelia. También se pueden encontrar bosques con laureles y magnolias, y un sotobosque de arbustos más pequeños y matorrales de bambú. A mayor altitud dominan las coníferas y los pastos de montaña.

Al norte del valle del Yangtzé originalmente había un bosque caducifolio de hoja ancha. Las principales especies que hoy se mantienen son diferentes variedades de robles, fresnos, olmos y arces; hacia el norte, en Dongbei Pingyuan (Manchuria), florecen el tilo y el abedul. Las más importantes reservas madereras de China se encuentran en las montañas al norte de esta región, donde todavía quedan grandes bosques de coníferas dominados por alerces. La llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria), que hoy se utiliza como superficie de cultivo, estuvo dominada por un bosque de estepa (herbáceas entremezcladas con árboles).

En la zona oriental de la frontera con Mongolia aparecen praderas o estepas cubiertas con hierbas resistentes a la sequía. La vegetación de esta región, sin embargo, ha sido reducida por el excesivo pastoreo y la erosión del suelo. Las regiones más áridas del noroeste se caracterizan por macizos de plantas herbáceas separados por extensas áreas estériles; aquí dominan las especies que viven en terrenos salinos. La vegetación de tundra, algo más exuberante, formada por hierbas y flores, se encuentra en la mayor parte de la alta meseta del Tíbet. En localizaciones más favorables, a lo largo de las regiones áridas, pueden darse algunas especies de arbustos grandes y hasta árboles, y en muchas áreas de montaña se pueden encontrar bosques de abetos y píceas.

2.5 Vida animal

Los diversos hábitats de China hacen posible la vida de una amplia variedad de fauna, desde especies árticas en Dongbei Pingyuan (Manchuria), hasta numerosas especies tropicales en el sur del país. Algunas especies, ya extinguidas en otros lugares, aún sobreviven en China, como el gran pez poliodóntido del río Yangtzé, especies de cocodrilos y salamandras, el panda gigante (que habita de forma exclusiva en el suroeste del país) y el ciervo de agua chino (que se puede encontrar sólo en China y Corea).

En el sur tropical abundan distintos tipos de primates, entre los que se encuentran el gibón y el macaco, al igual que distintas especies de simios y monos. Confinados a las áreas más lejanas hay algunos ejemplares de grandes carnívoros, como osos, tigres y leopardos, estos últimos distribuidos en la periferia de las regiones más pobladas; en el norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) hay leopardos, en el Tíbet se encuentran leopardos nivales, y en el extremo meridional se puede observar el leopardo moteado.

Los carnívoros de menor tamaño están más extendidos y son numerosos localmente, como el zorro, el lobo, el perro mapache y el gato de algalia. En las tierras altas y cuencas del oeste habitan antílopes, gacelas, gamuzas, caballos salvajes, venados y otros animales ungulados, mientras que en el norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se puede encontrar el ratón de Alaska. Las aves son muy diversas y engloban faisanes, pavos reales, loros, garzas y grullas.

Además de los animales domésticos más comunes se puede encontrar el búfalo de agua, un importante animal de carga en el sur, el camello, que se utiliza en los terrenos áridos del norte y oeste, y el yak, un animal similar al buey, semidomesticado, que se utiliza en las tierras altas del Tíbet.

La vida marina es abundante, especialmente a lo largo de la costa sureste y comprende platija, bacalao, atún, sepia, cangrejo marino, gambas, camarones y delfines. Los ríos de China contienen una gran variedad de especies de carpas, así como salmón, trucha, esturiones, siluro y el delfín de río chino. Son muy frecuentes las piscifactorías en el interior de China.

2.6 Recursos minerales

A causa de su diversidad geológica, China posee una gran variedad de recursos minerales; aunque carece de vanadio, cromo y cobalto. Los depósitos minerales están distribuidos de una manera muy amplia a lo largo de todo el país; las principales regiones mineras son el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria), la península de Liaodong y las tierras altas del sur. Sólo en la meseta del Tíbet y en las altas montañas que la rodean no se han descubierto depósitos minerales de importancia.

China está bien dotada de recursos energéticos. Se cree que las reservas de carbón llegan hasta los 11 trillones de t, la mayor parte de ellas en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y áreas adyacentes del norte de China. Las reservas de petróleo se estiman en más de 20.000 millones de t, cuyo núcleo ha sido descubierto en la costa. Sus reservas petroleras están consideradas las segundas del mundo, después de Arabia Saudí. Otros depósitos se localizan en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en las provincias noroccidentales de Shaanxi, Gansu y Qinghai, y en la región autónoma uigur de Xinjiang. Los depósitos de pizarras bituminosas están localizados sobre todo en Liaoning y Guangdong.

Entre las menas de minerales metálicos, las de mineral de hierro se estiman en más de 40.000 millones de t. La mayor parte de los grandes depósitos, sobre todo en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria), norte de Hebei y Mongolia Interior (Nei Monggol), son en su mayoría de baja calidad. Hay algunos depósitos de hematites de gran pureza en Liaoning y Hubei, en el valle del Yangtzé; también se han descubierto extensos depósitos en Hainan. Existen importantes reservas de mineral de aluminio, que se encuentran sobre todo en Liaoning y Shandong; en 2003 la producción anual fue de 6.140.000 de toneladas. Ese mismo año se extrajeron 50.000 t de estaño (un 8% de la producción mundial), un metal que se encuentra en Yunnan y la región autónoma zhuang de Guangxi. China tiene las mayores reservas mundiales tanto de antimonio como de tungsteno; este último se puede encontrar en las tierras altas del norte de Xi Jiang y los mayores depósitos de antimonio están en Hunan.

China también tiene grandes reservas de magnesita, molibdeno, mercurio y manganeso. Sin embargo, las reservas de plomo, cinc y cobre son menores. Se ha encontrado uranio en distintas localidades, en especial en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en el Noroeste. Otros recursos que existen en bastante cantidad son fosfatos, sal, talco, mica, cuarzo, sílice y fluorita.

2.7 Temas medioambientales

La Constitución china de 1978 fue la primera que proporcionó algunas medidas de protección medioambiental en un país que hasta ese momento había tenido una dedicación exclusiva al aumento de la producción nacional. Se ha establecido una Oficina de Protección Medioambiental bajo la autoridad del Consejo de Estado que, aunque no cuenta con poderes de regulación, sí coordina soluciones para los problemas medioambientales.

El Instituto Nacional de Protección Medioambiental vigila el uso de productos químicos, herbicidas e insecticidas. El principal avance en este campo, viene dado por la reforestación, control de la erosión y conservación del agua. Se han realizado proyectos a gran escala para aprovechar los principales sistemas fluviales del país.

Un importante componente de la protección medioambiental en China son las terrazas, un método de cultivo que se ha practicado con éxito durante siglos; combinadas con la plantación de árboles y la construcción de pequeñas presas, proporcionan un importante control de la erosión y una importante medida en el ámbito local para garantizar el abastecimiento de agua.

La población enorme y en aumento de China, y su notable crecimiento económico, puede afectar tanto al medioambiente global como a los ecosistemas dentro de sus fronteras. Las restricciones de agua en todo el país, especialmente en las áreas urbanas, pueden constituir un problema aún más serio a medida que el futuro aumento de la cantidad de agua utilizada amenace los recursos disponibles. La mayoría de los ríos de la nación, especialmente en las áreas urbanas, están seriamente contaminados. No obstante, se está poniendo en práctica un sistema de autorizaciones para eliminar aguas residuales, junto con un sistema impositivo sobre la contaminación, según el cual los que contaminan pagan los costos de la limpieza.

El consumo de energía de China en 1990 llegó a representar casi el 11% de las emisiones de monóxido de carbono planetarias. El carbón, que suministra el 80% de las necesidades energéticas de China, es la causa en muchas ciudades, de una fuerte contaminación del aire, así como de la lluvia ácida. La conversión de carbón a electricidad contribuiría a reducir la gravedad de estos problemas.

El 17,1% de la superficie de China está cubierta de bosques, pero la deforestación está amenazando el hábitat de muchas de las miles de especies que habitan en este país, algunas de las cuales son únicas de China. También se ha producido un rápido incremento del área desértica, y la erosión del suelo es un serio problema como contrapartida de la producción agrícola. No obstante, se están realizando esfuerzos para mejorar la situación como la puesta en práctica de programas de reforestación, que en gran parte se orienta al suministro de combustible de leña.

También se han plantado bosques como barreras de arena para combatir la desertización. Con el fin de preservar el hábitat animal, el gobierno chino ha establecido 400 zonas de protección nacional que cubren el 7,8% de la superficie total del país, y ha ratificado numerosos acuerdos internacionales relacionados con la conservación.

3 POBLACIÓN

La población china es aproximadamente en un 93% de etnia china o han. Los chinos pertenecen sobre todo al grupo mongoloide y se diferencian no tanto por su etnia, como por las variaciones lingüísticas. El 7% de la población minoritaria se asienta sobre casi el 60% de la superficie de China, otorgándoles una importancia mayor de lo que su porcentaje podría sugerir.

3.1 Grupos étnicos

Más de 70 millones de personas componen las 56 minorías nacionales existentes en el país. La mayor parte de estos grupos se distinguen de los chinos por el idioma o la religión, más que por sus características raciales.

Las principales minorías son los zhuang, relacionados con los thai, que constituyen alrededor de 14,6 millones de habitantes, situados mayoritariamente en la región autónoma de Guangxi; los hui, alrededor de 7,9 millones, en la región autónoma hui de Ningxia, en Gansu y en Qinghai; los turco hablantes uigures, alrededor de 6,5 millones, en la región autónoma uigur de Xinjiang; los yi, alrededor de 5,9 millones, en Sichuan, Yunnan y Guangxi; los miao, alrededor de 5,5 millones, en Guizhou, Hunan y Yunnan; los tibetanos, alrededor de 4,3 millones, en la región autónoma del Tíbet y en Qinghai, y los mongoles, alrededor de 3,7 millones, en la región autónoma de Mongolia Interior, en Gansu y en Xinjiang.

Otros grupos son coreanos, bonyei y manchúes; estos últimos son descendientes de los pueblos que conquistaron China en el siglo XVII y establecieron la dinastía Qing o Manchú. Son casi imposibles de distinguir de los chinos han.

3.2 Características de la población

El primer censo nacional desde la llegada al poder de los comunistas se realizó en 1953, en un esfuerzo para evaluar los recursos humanos disponibles para el primer plan quinquenal.

En ese momento, se descubrió que la población de China ascendía a 582.600.000 habitantes. Un segundo censo realizado en 1964 mostró un crecimiento de hasta 694.580.000 habitantes; el tercero, en 1982, revelaba una población (excluyendo a Hong Kong, Macao y Taiwan) de 1.008.180.000 habitantes, haciendo de China el primer país del mundo que sobrepasó los mil millones. Entre 1953 y 2005 la tasa de mortalidad cayó desde 22,5 hasta 6,90 fallecidos por cada 1.000 habitantes; la tasa de natalidad ha descendido desde el 45‰ en 1953 al 13,10 ‰ en 2005.

Como resultado de ello, la tasa de crecimiento de la población ha descendido desde el 1,50% (1950–1960) hasta el 0,58% (2005). A pesar de todo, a ese ritmo China duplicará su número de habitantes en 120 años.

El descenso en la fertilidad registrado entre las décadas de 1950 y 1980 se vio muy favorecido por los esfuerzos gubernamentales para promocionar el matrimonio tardío y más recientemente para inducir a las familias chinas a tener un único hijo. Este programa se ha complementado con la expansión continua de los servicios de salud públicos que proporcionan información sobre el control de la natalidad y métodos anticonceptivos con un costo muy pequeño o incluso nulo.

En 1984 se estimaba oficialmente que el 70% de todas las parejas casadas en edad fértil utilizaban métodos anticonceptivos y que 24 millones de parejas habían prometido formalmente no tener más que un hijo. El aborto es legal y hay presiones sociales hacia las mujeres que tienen ya un hijo o más y se quedan embarazadas en el sentido de que no continúen adelante con ese embarazo.

Las minorías nacionales, generalmente, han sido excluidas del programa gubernamental de control de la natalidad, como respeto hacia las culturas y creencias de otras etnias, con el fin de no dañar la amplia autonomía cultural de la que gozan.

En 1980 el gobierno informó de que el 65% de la población era menor de 30 años, por lo tanto una gran parte de la población china estará en una edad fértil durante al menos algunas décadas más.

En septiembre de 1982, la cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) declaró que la nación debía limitar su población a 1.200 millones hacia finales de siglo, una meta que requería la intensificación de los esfuerzos de control de la población. Gracias a las numerosas medidas aplicadas, se ha conseguido una tasa de fertilidad de tan sólo 1,72 hijos por mujer (2005).

China tiene una población (según estimaciones para 2005) de 1.306.313.800 habitantes. La densidad de población es de 140 hab/km², aunque la distribución geográfica es muy desigual. La gran mayoría de la población se encuentra en las diecinueve provincias del este, que históricamente han formado el corazón de China; esto refleja el distinto uso del suelo que se ha hecho históricamente, así como modelos de asentamiento diferenciados entre los chinos han (en el este) y las demás etnias (en el oeste).

Desde la década de 1960 el gobierno chino ha promocionado el asentamiento en las tierras de las provincias occidentales y las regiones autónomas.

A pesar de la industrialización, China sigue siendo un país predominantemente rural y agrícola. Aunque ya existían grandes concentraciones urbanas, incluso antes de la época del Imperio romano, el país en su conjunto se ha ido urbanizando poco a poco. Sin embargo, alrededor del 61% de la población se puede clasificar como rural.

La migración espontánea desde el campo a las ciudades fue prohibida desde mediados de la década de 1950 a causa de la falta de trabajo para los habitantes que llegaban a la ciudad.

Esta prohibición fue consecuencia de la idea de Mao Zedong de que las distinciones de clases entre la población urbana y la rural era la gran causa de las desigualdades sociales en China. Durante la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970 (en especial durante el periodo de la Revolución Cultural) los chinos desarrollaron una campaña para enviar al campo durante varios años, o incluso de manera definitiva, a jóvenes educados en las ciudades.

Este movimiento debía proporcionar ciertas habilidades a las zonas rurales y por lo tanto reducir el interés de los campesinos por emigrar a la ciudad. La importancia del programa de ‘ruralización’ fue decayendo tras la muerte de Mao en 1976 y fue eliminado de hecho a finales de 1978, momento en que empezó a aumentar la migración hacia la ciudad.

El cambio de residencia dentro de las ciudades también está controlado por el gobierno: una persona debe tener la aprobación gubernamental y la garantía de una residencia y empleo antes de trasladarse. Se ha producido un cierto movimiento dentro de las grandes ciudades como consecuencia de la destrucción a gran escala de viviendas antiguas en mal estado y su sustitución por edificios de apartamentos de cuatro y cinco pisos.

3.3 Divisiones administrativas

El territorio chino está integrado por 22 provincias (Anhui, Fujian, Gansu, Guangdong, Guizhou, Hainan, Hebei, Heilongjiang, Henan, Hubei, Hunan, Jiangsu, Jiangxi, Jilin, Liaoning, Qinghai, Shaanxi, Shandong, Shanxi, Sichuan, Yunnan y Zhejiang), 5 regiones autónomas (Guangxi, Mongolia Interior, Ningxia, Tíbet y Xinjiang) y 4 municipalidades especiales (Pekín, Shanghai, Tianjin, Chongqing).

Las regiones autónomas fueron establecidas en áreas que originalmente tenían poblaciones de etnia no china. Tíbet, una de las regiones autónomas chinas, tiene un gobierno en el exilio considerado por parte de un sector de la opinión pública internacional como el legítimo representante de un Estado soberano ocupado. Taiwan, por su parte, es considerada por el gobierno de la China continental como una provincia renegada. Finalmente, Hong Kong adquirió en 1997 la categoría de Región Administrativa Especial tras su retrocesión a China, al igual que sucedió con Macao en 1999.

3.4 Ciudades principales

Las ciudades más antiguas de China evolucionaron en el siglo XV a.C. bajo la dinastía Shang. Las ciudades han sido importantes desde hace muchos siglos para cubrir las funciones ceremoniales (administrativas y religiosas), así como de lugar de residencia de la corte china y como lugar de intercambio comercial. En el siglo XX, y especialmente desde la década de 1950, las ciudades chinas han ganado gran relevancia como centros industrialmente productivos. Sin embargo, han mantenido su significado ceremonial bajo el gobierno comunista.

Según estimaciones para 1992, China tenía 40 ciudades cuyas poblaciones superaban el millón de habitantes. La ciudad más grande de China y su principal puerto es Shanghai (12.887.000 habitantes); Pekín (10.839.000 habitantes), la capital y centro cultural de China; Tianjin (9.156.000 habitantes), una ciudad portuaria en la unión del río Hai y el Gran Canal; Shenyang (4.828.000 habitantes); Wuhan (5.169.000 habitantes), una ciudad portuaria en la confluencia de los ríos Han y Yangzé, y Cantón (3.893.000 habitantes), ciudad portuaria en el Shi Jiang (río de la Perla). Todas estas ciudades han desarrollado grandes zonas industriales.

3.5 Idioma

Los chinos han disfrutado de un idioma escrito desde hace más de 3.000 años. Aunque el idioma chino está formado por más de una docena de grandes dialectos hablados, toda el sistema de escritura se realiza con los mismos caracteres. Esta unidad literaria ha sido importante para la unidad histórica del pueblo chino desde la dinastía Shang (c. 1766-c. 1027 a.C.).

Uno de los ambiciosos esfuerzos del gobierno comunista chino desde 1949 ha sido la modificación de la lengua china. El idioma hablado de forma oficial por los chinos es el putonghua (habla corriente); a veces los occidentales lo conocen como mandarín y es el dialecto del norte de China. En 1955 este dialecto fue declarado idioma común en la Conferencia Nacional de la Reforma del Idioma Chino Escrito. Se han realizado grandes esfuerzos también para modificar el idioma escrito. El uso de caracteres simplificados (caracteres escritos con menos trazos), se ha incrementado poco a poco, lo que ha facilitado el objetivo del gobierno de ampliar la alfabetización.

En 1977 los chinos realizaron una petición formal a las Naciones Unidas para utilizar los caracteres del alfabeto latino en la escritura o grafía pinyin (ortografía fonética) con el fin de poder transcribir los nombres de lugares en China de acuerdo a pautas comprensibles para el resto del mundo; se creó este método de transcripción a finales de la década de 1950 y ha sufrido modificaciones constantes. Algunos dirigentes chinos aseguran que el pinyin llegará finalmente a reemplazar los caracteres chinos y se convertirá en el idioma chino escrito; sin embargo, no se espera que esto ocurra en un futuro cercano.

Los más de 70 millones de personas que componen las minorías étnicas de China tienen sus propios idiomas hablados, entre los que se encuentran mongol, tibetano, miao, tai, uigur y kazajo. Antes muchos de estos idiomas minoritarios no tenían una forma escrita, pero el gobierno chino ha animado el desarrollo de formas escritas de estos idiomas, utilizando el pinyin.

También se anima a estos grupos a continuar las tradiciones que promocionarán el conocimiento de su herencia etnolingüística. El dialecto mandarín es el que se enseña en las escuelas, generalmente como segundo idioma y su conocimiento es indispensable en toda China. Véase Lengua china.

3.6 Religión

Una de las primeras acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) al obtener el control en 1949 fue eliminar, de modo oficial, la religión organizada. Antes, las religiones dominantes en China habían sido el confucianismo, el taoísmo y el budismo. A causa de la naturaleza casi secular del confucianismo, y debido a que la mayor parte de los chinos estaban vinculados a las tres grandes creencias, por lo que carecían de una fuerte fidelidad a una sola religión, la población ofreció muy poca resistencia al cambio del ejecutivo.

Además del budismo y taoísmo, las principales religiones formales de China, eran el cristianismo y el islam. La mayor parte de los templos y escuelas de estas cuatro religiones se secularizaron. Sólo con la Constitución de 1978 se permitió el desarrollo oficial de las religiones organizadas en China, aunque también establecía que la población tenía el derecho a no tener creencias religiosas y ‘a propagar el ateísmo’.

Desde que se han garantizado los derechos religiosos, los grupos cristianos en las ciudades y las sectas budistas tanto en el campo como en la ciudad han sido muy activas. Los chinos musulmanes étnicos (o hui) así como los pueblos musulmanes minoritarios como los uigur, kazajos y kirguises, mantienen su fe en el islam, pero hoy practican su religión de un modo más abierto.

4 EDUCACIÓN Y CULTURA

China tiene una larga y rica tradición cultural en la cual ha desempeñado un importante papel la educación. A lo largo de todo el periodo imperial (221 a.C.-1912 d.C.) tan sólo los que tenían una educación tenían posiciones de liderazgo social y político. La primera Universidad se estableció en el año 124 a.C. para formar a los futuros funcionarios públicos en el conocimiento del confucianismo y los clásicos chinos. Sin embargo, a lo largo de la historia muy pocos chinos han sido capaces de llegar a aprender de forma total y correcta el complejo idioma y su literatura. Se estima que en 1949 tan sólo el 20% de la población de China sabía leer y escribir. Para los comunistas chinos, el analfabetismo era un obstáculo para la promoción de sus programas políticos, por lo que combinaron la propaganda política con el desarrollo educativo.

4.1 Educación

Uno de los programas más ambiciosos del Partido Comunista ha sido el establecimiento de la educación pública universal para toda la población. En los dos primeros años del nuevo gobierno (1949-1951) más de 60 millones de campesinos acudieron a las ‘escuelas de invierno’, establecidas para aprovechar la estación de descanso de los trabajadores agrícolas. Mao declaró que una meta primordial de la educación era reducir las diferencias de clase por lo que era fundamental reducir las distancias sociales entre el trabajo manual y el intelectual, entre los residentes en la ciudad y el campo, y entre el obrero y el campesino.

El desarrollo más radical en la educación de China tuvo lugar entre 1966 y 1978. Durante la Revolución Cultural de 1966 a 1969, se cerraron prácticamente todas las escuelas del país. Los 131 millones de jóvenes que estaban inscritos en las escuelas primarias y secundarias tuvieron que abandonarlas; muchos se involucraron en los esfuerzos de Mao por crear una nueva elite china, en la que hubiera jóvenes críticos que revisaran los programas políticos gubernamentales. En 1968 y 1969 se volvieron a abrir, pero hasta el periodo de 1970 a 1972 todas las instituciones de educación superior permanecieron cerradas.

Las políticas gubernamentales respecto a la educación cambiaron de un modo drástico. Los trece años tradicionales desde el jardín de infancia hasta el grado 12 se vieron reducidos a un plan de 9 o 10 años para la escuela primaria y secundaria (o media). Las escuelas universitarias que tradicionalmente habían tenido una duración de cuatro o cinco años, adoptaron un programa de tres años, y parte de este tiempo se dedicaba a un trabajo productivo para apoyar a la escuela. También se hizo indispensable un periodo de dos años de trabajos manuales para la mayor parte de los graduados de la escuela secundaria que deseaban continuar estudios universitarios.

Tras la muerte de Mao en 1976 se revisó profundamente esta política. Como resultado de ello, y a causa de un creciente interés por el desarrollo de las áreas científicas, el sistema educativo volvió a ser similar a la de los años anteriores a la Revolución Cultural. Los programas para la escolarización primaria y secundaria (en sus dos ciclos) se fueron reajustando gradualmente para volver a los doce años de estudio, y los graduados del segundo ciclo de la escuela secundaria o preparatoria ya no tuvieron que ir a trabajar al campo durante dos años para poder acceder a las escuelas universitarias.

Un cambio importante en el sistema educativo ha sido la reinstauración de pruebas o exámenes normalizados para el acceso a la universidad. Estos exámenes formaban parte del mecanismo de ascensos existente en China antes de la Revolución Cultural.

Durante esos años, los antitradicionalistas fueron capaces de eliminar los exámenes de ingreso argumentando que se favorecía a una elite que tenía una herencia intelectual que procedía de sus familias. Cuando se volvieron a abrir las universidades, entre 1970 y 1972, se permitió la admisión de muchos candidatos por sus actividades políticas, sus actividades dentro del partido y por el apoyo que recibían del mismo.

Este método de selección terminó en 1977 cuando los dirigentes chinos lanzaron su nueva campaña para las ‘cuatro modernizaciones’. El gobierno estableció como objetivo la rápida modernización de la agricultura, industria, defensa, ciencia y tecnología que requería niveles elevados de preparación. Estos programas educativos tenían que basarse necesariamente en habilidades teóricas y formales, más que en actitudes políticas o en el espíritu revolucionario.

En la actualidad, la tasa de alfabetización es del 87,3% de adultos. En el curso 1998–1999 había 145 millones de alumnos en las escuelas primarias y alrededor de 90,7 millones de estudiantes en las secundarias; en 1949 habían sido alrededor de 24 millones los estudiantes de escuela primaria y 1.250.000 los de las secundarias. Se estima que unos 12,1 millones de estudiantes están inscritos en las más de 1.000 instituciones chinas de educación superior.

La educación superior china está caracterizada en la actualidad por el ‘sistema de punto clave’. Bajo este programa, los estudiantes más prometedores son colocados en escuelas seleccionadas de puntos considerados básicos, que se especializan en el entrenamiento de una elite académica.

Los estudiantes que terminan la escuela secundaria pueden acudir a escuelas universitarias y a distintas escuelas técnicas y de formación profesional. Entre las universidades más importantes de China destacan la Universidad de Pekín (1898), la Universidad de Hangzhou (1952), la Universidad Fudan (1905), en Shanghai, y la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (1958), en Hefei. Toda la educación superior en China es gratuita. Una innovación en el sistema educativo de China es la Universidad por Televisión (véase Comunicaciones, más adelante).

4.2 Vida cultural

Las metas educativas del gobierno comunista chino han sido fomentadas por otros medios además de la educación formal. Durante la década de 1960 y la de 1970, se consideró que las obras de teatro, la ópera, la literatura popular y la música tenían capacidad de ser utilizados como elementos educativos; en 1964 la Ópera de Pekín, con una historia de 200 años de actuaciones ininterrumpidas en China, presentó el Festival de la Ópera de Pekín en Temas Contemporáneos, bajo la organización de Jiang Qing, la esposa de Mao.

Se escribieron nuevas obras que combinaban drama e ideología, con títulos como Tomando la montaña Tigre por estrategia. Se introdujeron modificaciones culturales similares en el ballet chino, donde se introdujeron elementos de bailes populares tradicionales, artes marciales, gimnasia y ballet clásico en producciones populares. Estos espectáculos se representaban no sólo en las grandes ciudades sino también en las ciudades pequeñas y en el campo.

Con el aumento, desde mediados de la década de 1970, de intercambios culturales extranjeros, la actitud oficial hacia los aspectos propagandísticos de las artes se había relajado. La literatura extranjera, prohibida en la década de 1960, comenzó a reaparecer en China. En 1978 y 1979 la Editorial Popular de Literatura realizó unas 200 traducciones de trabajos extranjeros, entre ellas numerosas obras de éxito en Occidente.

En la música popular el cambio fue celebrado oficialmente en un informe, en el que se indicaba que las nuevas canciones que aparecían a comienzos de la década de 1980 se debían a que los chinos ‘estaban cansados de las viejas canciones y las directrices con que crecieron’.

El gobierno chino reconocía también que las artes proporcionan una salida social útil; los cines estaban repletos y los grupos de acróbatas, artistas de circo y juglares, así como espectáculos de ballet y ópera itinerantes actuaban en teatros abarrotados, en pequeñas ciudades y centros de comunas.

Durante la década de 1980, China ha mostrado una creciente apertura hacia los músicos clásicos y populares occidentales.

El ambiente cultural en China es poco estable a causa de los cambios repentinos por parte de las autoridades. En 1957, durante la campaña de las ‘cien flores’, se animó a escritores e intelectuales a exponer en público sus opiniones y proporcionar perspectivas de progreso en el gobierno para así conocer las necesidades de la población.

Las críticas suscitadas por esta campaña fueron tan fuertes que inmediatamente el gobierno se volvió atrás y muchos intelectuales se vieron perseguidos por las opiniones que habían expresado. Semejantes actitudes llevaron a los artistas, escritores, compositores y cineastas de China a responder con cautela al estímulo gubernamental de una expresión cultural independiente a finales de la década de 1970 y comienzos de la siguiente.

4.3 Instituciones culturales

Pekín, Shanghai y Cantón, desempeñan un papel dirigente en la cultura de China; la mayor parte de los museos, teatros y exposiciones culturales más conocidos se encuentran en estas ciudades.

Pekín sigue siendo el corazón cultural de la nación. Cerca de la famosa plaza de Tiananmen están la Ciudad Prohibida, antigua residencia del emperador convertida hoy en museo abierto al público; el Mausoleo de Mao Zedong y el Museo de la Revolución China. También se encuentra en Pekín el famoso ‘muro de la democracia’ donde se colocaban carteles y pósteres que expresaban la opinión de los ciudadanos sobre los cambios en la política gubernamental tras la muerte de Mao en 1976 (fueron oficialmente prohibidos a finales de la década). Cerca de Pekín están el palacio de Verano, el templo del Cielo, las tumbas de la dinastía Ming y la Gran Muralla china; estos grandes monumentos de las dinastías Ming y Qing proporcionan un amplio foco cultural para una población china cada vez más cambiante.

En Shanghai se encuentran el Museo de Arte e Historia, que alberga una de las mejores colecciones de arte de China y el Museo de Ciencias Naturales. También se encuentra aquí el jardín del mandarín Yu, que ejemplifica un importante programa de apoyo gubernamental a las artes; después de 1949 el gobierno comunista abrió muchas casas privadas, jardines y parques de los más ricos hacendados, convirtiéndolos en museos públicos. En todas las ciudades se han convertido en lugares populares de paseo y encuentro para tomar el té, hablar con los amigos y para conocer las diferencias de clase entre los ricos y los pobres antes de 1949.

En Cantón se encuentra uno de los mayores zoológicos de China, el Museo de Cantón, el Mausoleo Sun Yat-sen, el parque Yuexiu, con la pagoda Zhenhai de la dinastía Ming; el templo de los Seis Árboles Banyan y la mezquita Huaisheng, fundada en el año 627 d.C. Cerca de Xi’an (Sian) se ubica uno de los más impresionantes trabajos de la antigüedad china: un ejército de terracota de más de 6.000 figuras de tamaño natural descubiertas en la tumba del emperador Qing, QuinShi Huangdi, que murió en el 210 a.C.

La promoción de ampliar el conocimiento nacional desde la revolución de 1949, ha llevado a establecer a cada ciudad algún tipo de monumento que haya contribuido al desarrollo cultural de China. En las ciudades que carecen de museos, por lo general se transforman antiguas haciendas en jardines abiertos o lugares de encuentro, lo que les confiere un carácter más urbano.

5 GOBIERNO

China ha tenido un gobierno organizado desde el establecimiento de la dinastía Shang, alrededor del 1726 a.C., convirtiéndola en una de las naciones más antiguas del mundo. A lo largo de la historia, el control político de la enorme población china fue administrado por una serie de gobiernos locales de fuerte control, por una capital central y por una corte cuyo carácter político varió según las circunstancias históricas. Desde que el 1 de octubre de 1949 llegaron al poder los comunistas chinos, se ha hecho evidente una tendencia hacia el establecimiento de un gobierno nacional centralizado en Pekín.

Esta unidad se ha logrado en gran parte a través de la autoridad personal y el liderazgo de Mao, y a la estructura gubernamental establecida por el Partido Comunista Chino. A esta estructura moderna le fue dando forma la primera Constitución promulgada en 1954 y revisada en 1975. En 1978 se promulgó una tercera Constitución (efectiva desde el 1 de enero de 1980) que reflejaba los cambios en las políticas gubernamentales después de la muerte de Mao. En 1982 se adoptó una nueva Constitución.

5.1 Poder ejecutivo

Por esta Constitución el presidente es elegido para un mandato de cinco años por la Asamblea Nacional Popular. Sin embargo, el cargo de presidente es sobre todo ceremonial.

Los poderes ejecutivos residen en el Consejo de Estado, encabezado por el primer ministro que es el encargado de administrar los diferentes ámbitos de la administración estatal.

El mando de las fuerzas militares nacionales corresponde a la Comisión Central Militar. Por lo general, los cargos de mayor autoridad en el gobierno chino son los de primer ministro y secretario general del Partido Comunista; para ocupar estos cargos influye en gran manera la personalidad.

5.2 Poder legislativo

La Asamblea Nacional Popular es el órgano más alto del poder estatal en China. Sus miembros son elegidos para periodos de cinco años a través de una serie de elecciones indirectas; cada provincia elige un representante (o diputado) para la Asamblea por cada 400.000 personas, habiendo al menos diez diputados representando a cada provincia. La V Asamblea Nacional Popular, elegido en 1978, estaba formado por 3.497 diputados, casi la mitad de ellos trabajadores y campesinos. La VI Asamblea Nacional Popular, que se reunió en junio de 1983, tenía 2.978 delegados. La VII Asamblea se reunió en marzo de 1988, la VIII Asamblea en marzo de 1993 y la IX Asamblea en marzo 1998.

La Asamblea Nacional Popular tiene poder para aprobar leyes, enmendar la Constitución y aprobar el presupuesto nacional y los planes económicos. También tiene el poder de elegir y sustituir a los miembros del Consejo de Estado, que es el más alto componente en la estructura del gobierno chino.

En la práctica, sin embargo, la Asamblea Nacional Popular tiene un poder bastante limitado. A causa de su gran tamaño, la Asamblea se reúne sólo de manera irregular para llevar a cabo los temas necesarios. Mientras la Asamblea no tiene sesión, actúa en su lugar un Comité Permanente, elegido entre sus miembros que también representa a la Asamblea en una gran variedad de funciones gubernamentales, entre las que se encuentran recibir a delegaciones extranjeras y ratificar o anular tratados con gobiernos extranjeros.

El Consejo de Estado es el cuerpo central gubernamental de la Asamblea Nacional Popular. Está encabezado por el primer ministro y el viceprimer ministro chinos. Distintos ministros, comisiones y agencias son responsables ante el Consejo.

5.3 Poder judicial

Los chinos han tenido una tradición legislativa y judicial bastante diferente de las de los Estados occidentales. El ordenamiento civil ha sido históricamente competencia de la familia, el vecindario o el gobierno local. De manera general, el proceso judicial chino ha estado más interesado por comprender las circunstancias de un crimen individual, para comprender sus causas, que en crear un sistema judicial formalizado.

Desde la promulgación de la Constitución de 1978, sin embargo, China ha realizado un esfuerzo considerable para alinear su sistema jurídico con los modelos occidentales; la Constitución de 1982 garantiza el derecho a una defensa legal. El sistema legal chino tiene tres componentes: un sistema de tribunales, una administración de seguridad pública, o componente policial, y una oficina del procurador o fiscal. El más alto órgano es el Tribunal Supremo Popular, que asegura el cumplimiento de la Constitución y las regulaciones del Consejo de Estado. En los ámbitos provincial, de condado y municipal se pueden encontrar oficinas de las tres ramas judiciales, mientras que las oficinas de seguridad pública funcionan desde el rango de vecindario local.

Una de las razones de que en China no se haya desarrollado un marco legal formal es que el Partido Comunista Chino siempre ha actuado como un mediador informal entre las partes agraviadas. Este papel le ha dado al partido una importante función en los trabajos diarios de la sociedad china, como por ejemplo en la resolución de disputas vecinales, divorcios, peleas familiares y robos menores; por lo general, el secretario local del partido era el mediador en estos casos.

En ocasiones los juicios públicos tienen mucha publicidad intentando que sean instructivos para el público chino; el más famoso fue el juicio de la ‘banda de los cuatro’ en 1980 y 1981. Mientras los chinos se mueven hacia unas relaciones más cercanas con los Estados occidentales, se incrementan las presiones para instituir un cuerpo legislativo y jurídico más formal. Es posible que esto a su vez genere una red asociada de abogados, juzgados y unos procedimientos legales más formales.

5.4 Gobierno local

El gobierno local en China está organizado en tres niveles administrativos básicos: las provincias, los condados y las ciudades y localidades administrativas. En el primer nivel, bajo el teórico control del gobierno central, están las 22 provincias, 5 regiones autónomas y 4 municipalidades gobernadas directamente (Pekín, Shanghai, Tianjin y Chongqing). En este nivel cabe señalar que el gobierno chino incluye a Taiwan como vigésima tercera provincia, si bien desde 1949 ésta se encuentra en manos de grupos nacionalistas que hubieron de huir a la isla tras la derrota del Guomindang en la guerra civil librada en la China continental. Hong Kong y Macao tienen el rango de regiones administrativas especiales cuya autonomía está preservada por sus respectivas constituciones.

En el segundo ámbito están las prefecturas, condados y municipalidades; en el último se encuentran las subdivisiones municipales, ciudades y localidades administrativas. En cada uno de estos niveles existen entidades autónomas en áreas donde habitan sobre todo minorías no chinas.

Desde finales de la década de 1950 hasta la década de 1970, en la mayor parte del territorio chino el nivel correspondiente a las ciudades y localidades administrativas fue reemplazado por comunas como unidades administrativas básicas, que con posterioridad fueron divididas en brigadas de producción.

Con posterioridad a 1984 se llevó a cabo un programa continuado de reformas administrativas que preveía la transferencia de la administración de los condados desde las prefecturas a las ciudades dándoles un rango similar, así como la formación de asambleas populares con el objetivo de generar un crecimiento económico rural bajo el liderazgo urbano. En 1985, dentro de este programa de reformas instauradas por Deng Xiaoping, se completó una campaña quinquenal para desmantelar 56.000 comunas rurales.

Aunque cada ámbito de la estructura gubernamental es responsable ante el nivel superior, existe un fuerte nivel de autogobierno en las pequeñas unidades locales. Esta promesa fue importante para la victoria de los comunistas chinos en 1949.

El gobierno desarrolló este gobierno local, que servía para la discusión pública y formaba parte del proceso de gobernación de China. El gobierno en el nivel local es en la actualidad desarrollado mediante un sistema de elecciones libres que ha dado un óptimo resultado.

El eje de la política gubernamental en la década de 1980 consistió en delegar autoridad con el fin de promover el crecimiento. Así, en 1983 siete ciudades (Chongqing, Wuhan, Shenyang, Dalian, Cantón, Harbin y Xi’an) fueron exoneradas de la jurisdicción provincial y se les permitió tratar con la autoridad central de manera directa; Shanghai obtuvo un estatus similar en 1990.

Del mismo modo, las provincias, que pasaron a disponer de sus propias asambleas populares a partir de 1980, obtuvieron un grado similar de autonomía, de modo tal que incrementaron su poder decisorio para atenuar o desatender las órdenes llegadas del gobierno central.

Las reformas económicas privatizadoras de la década de 1980, así como la reducción del control central, han hecho que un buen número de autoridades locales en los niveles inferiores se hayan preocupado más por obtener beneficios económicos que por la actividad política como tal, lo que ha dado lugar a la aparición de numerosos casos de corrupción.

5.5 Partidos políticos

De acuerdo con la Constitución de 1982, China es una dictadura del proletariado encabezada por el Partido Comunista y basada en un frente unido que engloba a otros partidos. En la práctica, el Partido Comunista lleva la actividad política nacional. La gran mayoría de cargos oficiales son ocupados por miembros del mismo.

El Partido Comunista Chino (PCCh) tiene más de 52 millones de miembros: aunque esto representa sólo a cerca del 4,5% de la población total, lo convierte en el mayor del mundo. Organizó su primer congreso nacional en 1921 cuando sólo tenía 57 miembros; el número de éstos creció hasta 10 millones hacia 1956.

La organización y funciones del Partido se establecieron con su fundación; en 1982 se aprobó la sexta reorganización del partido durante el XII Congreso; en él se subrayó la autoridad de su máximo dirigente, cuyo título cambió de presidente a secretario general. El Congreso Nacional es el principal órgano decisorio del partido.

El Comité Central, elegido por el Congreso Nacional, elige al Politburó y a su Comité Permanente, así como al secretario general.

Hay algunas organizaciones políticas menores en China, así como otros grupos dependientes del régimen. Entre estos están la Liga Democrática China, la Federación Atlética de toda China y la Federación de Mujeres de toda China, pero el único que tiene algún potencial para influir políticamente es la Liga de Jóvenes Comunistas, con unos 50 millones de miembros a finales de la década de 1980.

Esta organización desempeña un importante papel en el reclutamiento de los jóvenes que quieren prepararse para ingresar en el Partido Comunista al cumplir los 18 años de edad.

5.6 Salud y bienestar social

El gobierno de China cubre todos los servicios sanitarios de sus ciudadanos. Las metas de los servicios sociales fueron un elemento importante en la llegada al poder del Partido Comunista. Los grandes programas públicos de bienestar se han encargado de prestar otros servicios tales como la vivienda, la oportunidades profesionales, las pensiones de jubilación y los servicios funerarios.

Los logros más impresionantes son los del área de sanidad. En 1949 la esperanza de vida en China era de 45 años y en 2005 los datos se habían elevado hasta 70,7 años para los varones y 74,1 para las mujeres. Durante el mismo periodo, el número de médicos se incrementó considerablemente: a pesar del rápido crecimiento general de la población, China tenía en 2000 un médico por cada 595 habitantes, frente al porcentaje de uno por cada 27.000 en 1949. En los pueblos y distritos hay clínicas, y los hospitales están en su mayor parte localizados en la ciudad capital del condado.

El coste por un año de cobertura en una clínica, por cada individuo es equivalente a dos días y medio de trabajo aproximadamente; cuando un paciente visita la clínica se le impone una tarifa nominal. Para un tratamiento más exhaustivo en las instalaciones médicas municipales o provinciales, el coste lo suele pagar la unidad de trabajo o el gobierno central.

Uno de los cambios más profundos que han tenido lugar recientemente en los servicios de salud ha sido el renovado interés por la medicina china tradicional, a través de tratamientos con hierbas locales, y acupuntura. Este tipo de tratamientos son hoy más comunes en China que la medicina occidental. Los denominados ‘doctores descalzos’ desempeñan un importante papel al llevar los servicios de salud a la gente.

Este personal está preparado para consultas de higiene, medicina preventiva, acupuntura y tratamientos rutinarios de las enfermedades más comunes; trabajan en las zonas rurales donde los médicos son escasos. Para millones de campesinos este doctor es su primer encuentro con los servicios de salud del Estado.

China ha promocionado campañas masivas en el campo de la sanidad. El gobierno ha promovido ampliamente la inmunización de niños, la erradicación de la esquistosomiasis y la disminución de las enfermedades venéreas. Se han lanzado campañas de gran éxito en contra de la tuberculosis, malaria, filariasis y otras enfermedades que anteriormente estaban muy extendidas. El gobierno no ha vacilado en su apoyo a la planificación familiar a través de programas de control de la natalidad que se incrementaron desde la Revolución Cultural, a finales de la década de 1960. La política de familias de un solo hijo está apoyada por la propia Constitución. El gobierno también establece programas de ayuda social para los discapacitados, ancianos y por maternidad.

5.7 Defensa

La Constitución de 1982 dio el mando supremo de las Fuerzas Armadas a la Comisión Central Militar. La fuerza militar del país es el Ejército de Liberación Popular (ELP), denominado así desde 1946. En 2003 el ELP estaba integrado por unos 2 millones de hombres y mujeres, y como tal, era la fuerza militar más grande del mundo. Sin embargo, es una fuerza armada escasamente sofisticada.

La Armada tenía 255.000 miembros, englobando unos 25.000 pertenecientes a la fuerza aérea naval y otros 6.000 en la infantería de marina; la Fuerza Aérea tenía 400.000 miembros, entre los que se encuentran 220.000 de la defensa aérea. A los 1.600.000 miembros del Ejército de Tierra se suma una milicia nacional de unos 12 millones de personas.

La Armada tenía más de 1.700 barcos de guerra, con más de 90 submarinos, uno de ellos armado con misiles nucleares. La Fuerza Aérea tenía aproximadamente unos 5.000 aviones de combate. China ha realizado grandes progresos en el desarrollo de armas nucleares, pero en comparación con los de Estados Unidos o los de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), su arsenal es pequeño.

El ELP también desempeña un importante papel en la producción económica y en grandes proyectos de construcción como presas, proyectos de regadío y programas de recuperación de tierras.

El ELP gobernó prácticamente el país durante los años más caóticos de la gran Revolución Cultural proletaria (1966-1969) y en junio de 1989 reprimió duramente manifestaciones a favor de la democracia en Pekín.

6 ECONOMÍA

Durante más de 2.000 años la economía china operó bajo un tipo de sistema feudal; la tierra estaba concentrada en las manos de un grupo relativamente pequeño de terratenientes cuyo medio de vida dependía de las rentas de sus campesinos arrendatarios. A esa carga que soportaban los campesinos había que añadir los impuestos agrícolas por parte del gobierno imperial y lo imprevisible de las cosechas que estaban sujetas a sequías e inundaciones periódicas. En estas condiciones, la agricultura se mantuvo infradesarrollada, organizada en pequeñas unidades, donde se utilizaban métodos primitivos para garantizar una subsistencia básica.

El fin de las guerras del Opio en 1860, inició formalmente un periodo de penetración occidental de China desde los puertos costeros, en los que la presencia occidental se había establecido bajo tratados diplomáticos impuestos. Se construyeron ferrocarriles y autopistas, y se comenzó un cierto desarrollo industrial. Toda esta actividad tuvo, sin embargo, un impacto menor sobre el conjunto de la economía china, puesto que China estaba repartida en varias esferas de influencia controladas por potencias coloniales en competencia por ampliar su área de dominio. Japón, que había intentado unir China a su esfera de coprosperidad del este de Asia, sólo fue capaz de crear centros aislados de una economía moderna.

El Partido Comunista Chino emergió en la década de 1920, en un marco de crisis económica causada por la intervención extranjera y por la mayor influencia de los terratenientes en el campo. Durante más de dos décadas, expandió su control sobre grandes zonas rurales al introducir un programa de reforma agraria basado en el control de la renta, el ahorro y en dar poder a las asociaciones agrarias.

El 1 de octubre de 1949 el Partido Comunista consiguió por primera vez desde el fin del periodo imperial en 1912 establecer un gobierno nacional unificado y una política económica conjunta para la zona continental. Desde 1949 hasta 1952 lo más importante era detener la inflación y acabar con la falta de alimentos y el desempleo.

El nuevo gobierno inició un programa de reforma agraria que distribuyó tierras a 300 millones de campesinos sin recursos. Durante el primer plan quinquenal (1953-1957) el 92% de la población agrícola estuvo organizada en granjas cooperativas. En 1958 se establecieron las comunas rurales populares que han dominado la agricultura china hasta comienzos de la década de 1980.

La comuna estaba basada en la propiedad colectiva de toda la tierra y del utillaje agrario por parte de sus miembros, que debían alcanzar las metas planificadas por el Estado y eran recompensados de acuerdo con el trabajo que realizaban, aunque las necesidades básicas de todos sus miembros estaban garantizadas.

En la ciudad, la propiedad estatal de las empresas industriales y comerciales se fue extendiendo gradualmente. La industria creció debido a las fuertes inversiones bajo el primer plan quinquenal, y el sector estatal alcanzó una gran importancia.

El segundo plan quinquenal se introdujo en 1958 y ese mismo año el régimen se embarcó en su Gran Salto adelante al que se dio una gran publicidad. Este programa se caracterizó por las grandes inversiones en la industria pesada y el establecimiento a pequeña escala, de industrias como las refinerías de acero. Sin embargo, el programa dio lugar a graves trastornos en la gestión económica, impidiendo un crecimiento económico racional y en 1960 se había abandonado el Gran Salto adelante. La economía china entró entonces en un periodo de reajustes, pero hacia 1965 la producción en muchos campos se aproximaba de nuevo al nivel de finales de la década de 1950.

El tercer plan quinquenal comenzó en 1966, pero tanto la producción agrícola como la industrial habían sido restringidas por los efectos de la Revolución Cultural; en 1971 comenzó un cuarto plan quinquenal al comenzar una recuperación de la economía.

Tras eliminar los vestigios de la Revolución Cultural en 1976, los dirigentes chinos decidieron moverse a un paso más rápido en todos los frentes económicos para compensar las pérdidas que habían sufrido en los diez años precedentes. Un quinto programa quinquenal comenzó en 1976 pero se interrumpió en 1978, cuando se lanzó el programa de las ‘cuatro modernizaciones’ exigía la modernización completa de la agricultura, industria, defensa nacional, ciencia y tecnología para finales de siglo de manera que la economía pudiera estar en las primeras posiciones mundiales.

Un plan de diez años desde 1976 hasta 1985 reforzó las mejoras económicas y un papel mayor para empresas de propiedad privada y colectiva (frente a las que pertenecían al Estado). Este programa fue sustituido por un plan decenal más modesto desde 1981 hasta 1990, pero continuaron los esfuerzos por atraer la tecnología e inversiones occidentales, al igual que el programa de incentivos para incrementar la producción agrícola.

Las políticas introducidas en octubre de 1984 exigían una mayor descentralización de la planificación económica y una mayor confianza en las fuerzas del mercado para determinar el precio de los bienes de consumo. El plan quinquenal de 1986 a 1990 anticipó una tasa anual de crecimiento económico del 7%, pero la economía se frenó después de la crisis política que tuvo lugar en 1989.

Sin embargo, el retraso fue temporal y la economía china se recuperó rápidamente a comienzos de la década de 1990 mientras el gobierno continuaba moderando los controles en la economía; en 1992 la economía creció en un 13%. Este rápido crecimiento ha dado lugar a algunos problemas, como las altas tasas de inflación en las áreas urbanas.

6.1 Producción nacional

El producto interior bruto (PIB) de China en 2003 era de 1.417.000 millones de dólares, lo que equivalía a 1.100 dólares per cápita. La producción agrícola (que también engloba algunas industrias de pequeña escala en zonas rurales, silvicultura y pesca) contribuía con un 14,6% al PIB, la industria con un 52,3% y los servicios con un 33,1%. Entre 1965 y 1979 el PIB creció a un ritmo de 6,4% anual, mientras que entre 1980 y 1988 el crecimiento fue de un 10,3%. La tasa de crecimiento cayó por debajo del 4% en 1989; en el periodo 1990–2003 se situó en el 9,55 por ciento.

6.2 Agricultura

La agricultura ha sido tradicionalmente el pilar económico de China y sigue siendo un sector de gran importancia en la economía nacional, que sostiene a la mayor parte de la población. El 47% de la población activa trabajaba en este sector en 2000. Tan sólo el 16,5% de la superficie total de China está cultivada (situada sobre todo en su parte oriental). Casi la mitad de la tierra cultivada es irrigada; China es uno de los países con mayor superficie irrigada. A pesar de los grandes beneficios en la producción nacional desde 1949, el crecimiento tan rápido de la población ha provocado que el aumento de la renta per cápita haya sido de menor importancia. Por ejemplo, entre 1959 y 1979 la producción anual de grano creció en un 103%, pero la producción per cápita de grano sólo lo hizo en un 20%. Hacia 1979, aunque se pusieron en cultivo nuevas superficies, especialmente en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y noroeste de China, la pérdida de tierra cultivada dedicada para usos no agrícolas fue aún más rápida lo que provocó, con el gran crecimiento de la población, que el promedio per cápita se redujera de 0,18 ha en 1949 a sólo 0,08 ha en 1995.

6.2.1 Organización de la actividad agraria

El aumento constante en la producción agraria de China, puede atribuirse en parte a una mayor eficiencia en la productividad. Hacia 1979, alrededor de 838 millones de habitantes que formaban la población rural se habían organizado en unas 52.000 comunas populares. Como unidad socioeconómica, la comuna recibía las metas de producción del Estado y, además se aseguraba de que se consiguieran esos objetivos. Las comunas estaban formadas por distintas brigadas de producción, cada una de las cuales se subdividía en equipos de producción. Cada uno de estos grupos tenía su propio terreno, herramientas y otros materiales, siempre de forma comunal, para desarrollar su labor. Unos 6 millones de equipos de producción representaban las unidades básicas del sistema.

Con el sistema de comunas fue posible organizar una experimentación agrícola a gran escala para establecer una agricultura científica, plantar cultivos en zonas donde el suelo y otras condiciones naturales son menos favorables, y desarrollar el regadío y drenaje eficazmente. Aunque la tierra era de propiedad comunal, cada familia rural generalmente tenía acceso a un pequeño terreno privado, que podían utilizar como quisieran. También se daba autonomía a los equipos de producción y a los hogares individuales para producir otros cultivos para el mercado, una vez que se hubieran alcanzado los objetivos oficiales.

A comienzos de la década de 1980, en un intento por mitigar la falta de alimentos pertinaz en China, mientras se permitía un aumento en el consumo de alimentos per cápita, el gobierno chino reestructuró una vez más el sector agrícola. El sistema de comunas y las brigadas de producción se desmantelaron, y las familias se convirtieron en la unidad principal de producción agrícola. Con este ‘sistema de responsabilidad’, cada familia, después de un contrato con las autoridades locales para producir su cuota de las cosechas especificadas, era libre para vender cualquier producción adicional en el mercado. Tales ventas representaban alrededor del 60% de la producción agrícola china a finales de esa década.

6.2.2 Mejora y planificación agraria

Dada la tremenda presión sobre la tierra agrícola, es de una gran importancia la planificación racional de los usos del suelo. Durante las décadas de 1960 y 1970 se puso gran énfasis en el cultivo de cereales, lo que llevó a la eliminación de otros cultivos, huertos y árboles, descuido de los animales y daños medioambientales. Desde entonces, el gobierno ha promocionado una economía agrícola mixta que esté de acuerdo con las condiciones medioambientales locales y que también proporcione ingresos en metálico.

Se ha buscado denodadamente la mecanización agrícola, aunque permanece en los primeros estadios de desarrollo y se considera impracticable en muchos lugares a causa del tamaño reducido de las áreas cultivadas. Desde finales de la década de 1950 se han realizado proyectos a gran escala para controlar las inundaciones así como otros de regadío, que suponen la construcción de presas, canales y embalses. En el mismo periodo han tenido lugar cambios importantes en los modelos de cultivo en China. Con el desarrollo de los recursos de agua y un uso más intenso de fertilizantes, se podía lograr una segunda cosecha en los valles de los tres ríos de la llanura del norte de China. Los tramos medio e inferior del valle del Yangzé, que ya era un área de arrozales de doble cosecha, pasaron a dar tres cosechas de arroz anuales. En época más reciente, sin embargo, se ha discutido la posibilidad de volver al esquema de dos cosechas, porque la tercera supone un importante gasto en abonos.

Para aumentar la producción agrícola, los diferentes ámbitos gubernamentales manejan más de 2.000 granjas estatales. Hay unidades a gran escala que se organizan para la experimentación agrícola y la producción comercial de ciertos cultivos comercializables y alimentos para los mercados urbanos o la exportación; suelen estar situados en tierra virgen o en nuevas zonas recuperadas donde la densidad de población rural no es excesiva y la maquinaria moderna se puede utilizar de manera efectiva.

6.2.3 Cultivos alimenticios

Alrededor del 80% de los sembrados en China se dedica a cultivos alimenticios. El más importante es el arroz, que ocupa alrededor de un tercio del área cultivada total. Se cultiva mayoritariamente al sur del río Huai, sobre todo en el valle medio e inferior del río Yangzi Jiang, en el delta del río Perla en la región de Cantón y en la cuenca roja de Sichuan. En 2004, la producción de arroz fue de 187 millones de toneladas.

El segundo cultivo alimenticio en importancia es el trigo, que crece sobre todo al norte del río Huai. Las principales áreas dónde se cultiva son la llanura del norte de China y los valles de los ríos Wei y Fen, en la región del loess. Aunque el área cultivada con trigo es casi tan grande como la del arroz, la cosecha es menor. La producción de trigo en 2004 fue de 91,3 millones de toneladas.

El kaoliang (un tipo de sorgo) y el mijo son también importantes cultivos alimenticios en el norte de China y en Dongbei Pingyuan (Manchuria). El primero se utiliza también para alimentar a los animales y para convertirlo en bebida alcohólica; los tallos se utilizan para fabricar papel y como material útil para construir techos en las viviendas. El maíz ocupa alrededor del 20% del área cultivada. La avena es importante sobre todo en la Mongolia Interior y en el oeste, sobre todo en el Tíbet. La producción total de cereales está en torno a los 423 millones de toneladas.

Otros cultivos alimenticios son batatas, patatas blancas (papas) y frutas variadas y verduras. Las batatas predominan en el sur y las patatas blancas en el norte. Las frutas varían desde variedades tropicales como piñas y plátanos, que crecen en la isla de Hainan, hasta manzanas y peras, cultivadas en las provincias septentrionales de Liaoning y Shandong. Los cítricos, en especial naranjas y mandarinas, son un importante producto del sur de China.

Las semillas oleaginosas tienen un importante papel en la agricultura china, al proporcionar aceites comestibles e industriales y una importante parte de las exportaciones. El cultivo oleícola más importante es la soja (soya), que ocupa alrededor del 8% del total del área cultivada; se cultiva sobre todo en el norte de China y en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Su producción es la tercera del mundo, pero China también es uno de los principales productores mundiales de maní, que se cultiva en Shandong y Hebei. Otros importantes cultivos de este tipo son las semillas de sésamo, girasol y colza. El árbol tung también proporciona un valioso aceite; más de la mitad del aceite de tung producido en China es originario de Sichuan. La producción de oleaginosas alcanzó en 2004 los 16,1 millones de toneladas.

El té es uno de los cultivos comerciales tradicionales de China, que sigue siendo uno de los mayores productores, con más del 20% del abastecimiento mundial; su producción anual es de 821.000 toneladas. Las principales plantaciones de té están en las colinas del tramo medio del valle del río Yangzé y en las provincias del sureste de Fujian y Zhejiang.

China obtiene azúcar tanto de la caña de azúcar como de la remolacha azucarera. La caña de azúcar crece sobre todo en las provincias de Guangdong y Sichuan; en 2004, la producción fue de 93,2 millones de toneladas. La remolacha azucarera, un cultivo relativamente nuevo para el país, se cultiva en la provincia de Heilongjiang, en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en tierras de regadío en la Mongolia Interior.

6.2.4 Cultivos para la obtención de fibras

El gobierno comunista de China ha prestado una creciente atención a la expansión de cultivos para el desarrollo de la industria textil. El más importante de estos cultivos es el algodón: se producen anualmente 18 millones de toneladas, lo que hace de China el principal productor mundial de algodón. Este producto, que se puede cultivar en casi todas las partes del país, se realiza sobre todo en la llanura del norte de China (que aporta casi la mitad de la producción total del país), la región del loess, el delta y la llanura media del Yangzé.

Otras fibras a destacar son el rami y el lino, que se utilizan para confeccionar ropa de cama y otros tejidos finos, el yute y el cáñamo, con los que se fabrican sacos (costales) y cuerdas. El rami, una hierba originaria de China y similar al cáñamo, se cultiva sobre todo en el valle del río Yangzé; el lino es un cultivo del norte. Las principales áreas de cultivo del yute son Zhejiang y Guangdong. Otro producto tradicional chino es la seda en bruto. La sericultura (cría de gusanos de seda) es muy común en el centro y sur del país, en especial en el delta del Yangzé.

6.2.5 Ganadería

China mantiene una gran cabaña ganadera. El ganado porcino es numeroso; hay 473 millones de cabezas, lo que representa más del 40% del total mundial. El país es el principal exportador de cerdas de puerco. En las áreas occidentales, la ganadería de rebaños nómadas también constituye la principal ocupación rural. La mayor parte de los rebaños están formados por ganado ovino, caprino y camellos. En las tierras altas del Tíbet el yak es una fuente de alimentos y combustible (los excrementos se queman) y su pelo y piel proporcionan materiales para cobijarse y vestir. La cabaña ganadera se estima que tiene 157 millones de cabezas de ganado ovino, 183 millones de ganado caprino, 107 millones de ganado vacuno, 22,8 millones de bueyes, 7,90 millones de caballos, 3,96 millones de mulas y unos 265.000 camellos.

6.3 Silvicultura

Los recursos forestales de China son limitados a causa de siglos de sobretala para obtener combustible y materiales de construcción. Los programas de reforestación han incrementado la extensión de los bosques desde un 8% del área total en 1949 hasta más de un 17,1% en 2000. Sin embargo, el abastecimiento de madera sigue siendo pequeño; la producción de madera en 2003 fue de 286 millones de metros cúbicos.

La distribución de los bosques es muy desigual. El noreste y suroeste contienen la mitad de los bosques y tres cuartas partes de los recursos forestales. Las principales especies taladas son pinos, abetos, alerces y robles, y en el extremo sur, teca y caoba. Otras especies comerciales son el tung, árbol de laca, alcanfor y bambú. Las campañas nacionales de plantaciones de árboles han sido llevadas a cabo tanto por el Estado como por colectividades: las comunas rurales han sido responsables de la plantación del 70% del total del área reforestada. Los árboles se plantan alrededor de los asentamientos, de carreteras, junto a ríos o arroyos y junto a las casas de los campesinos. Un gran proyecto es el establecimiento de un cinturón boscoso a lo largo de la frontera noroccidental de las regiones semiáridas, en la llanura del norte de China y en el oeste de Dongbei Pingyuan (Manchuria).

6.4 Pesca

El total de capturas de pescado, marisco y moluscos se estima en 44,1 millones de toneladas anuales. La actividad piscícola de agua dulce es importante y el gobierno ha animado el desarrollo de piscifactorías junto a otras actividades agrícolas. Las principales regiones productoras son aquéllas cercanas a los núcleos urbanos en el valle medio y bajo del Yangzé y del delta del río Perla (Zhu Jiang). Los estanques de carpas, una fuente de alimentación tradicional china durante miles de años, suponen una parte importante del total.

Al contrario de lo que ocurre con la pesca de agua dulce del interior, que es una actividad importante, la pesca marina está relativamente subdesarrollada, si bien en los últimos años las capturas marinas se han duplicado. En la década de 1960 la mayor parte de los pescadores fueron reasentados en comunas pesqueras costeras y se les animó a combinar las actividades agrícolas con las propias de la pesca. Estas comunas también practicaban la acuicultura marina. Utilizando artes pequeñas y trabajando en las aguas territoriales de China, en 2001 los pescadores capturaron en el litoral chino 11 millones de t de pescado.

6.5 Industria

El sector industrial está compuesto, para los propósitos de planificación del gobierno, de industria, minería, producción de energía eléctrica y construcción. Entre 1965 y 2003 la proporción de la industria en el producto interior bruto subió desde el 39% hasta el 52,3%; la industria pesada representa la mayor parte de ese crecimiento. Hacia mediados de la década de 1980 había más de 300.000 empresas industriales diseminadas por todo el país, formando sistemas regionales independientes, pero integrados. Las ciudades de tamaño grande y mediano y muchas pequeñas ciudades y pueblos han desarrollado una base industrial considerable. Este sector ocupa en la actualidad al 18% de la población activa.

6.5.1 Planificación industrial

A finales de la década de 1970, el gobierno revisó sus objetivos industriales en un intento por remediar una serie de problemas causados por una mala planificación. En muchas ciudades se había permitido crecer la autosuficiencia a expensas de la especialización y las empresas industriales se encontraron duplicando sus funciones. Además, el rápido crecimiento de la industria pesada había dañado algunos entornos urbanos y absorbido fondos que se podrían haber dedicado mejor a la agricultura, la industria ligera y la mejora de las instalaciones urbanas; incluso el desarrollo tecnológico llegó a estancarse.

El programa de reajustes requería un crecimiento más lento de la industria pesada; así, se dio prioridad a las industrias ligeras en recibir fondos para el desarrollo, porque se consideraba que eran capaces de recuperar las inversiones en un corto periodo de tiempo, facilitando su propia expansión rápidamente. Los fondos económicos también se dirigieron a la industria de la construcción para mejorar las condiciones de vida de la población urbana y para crear oportunidades de trabajo para los desempleados de las ciudades.

Recientemente se ha garantizado la autonomía a las empresas de propiedad estatal para determinar —después de alcanzar las metas estatales— cómo manejar la producción, las ventas y los beneficios. China también ha enviado al extranjero numerosos técnicos cualificados y administradores de fábricas para que adquieran experiencia administrativa y se familiaricen con las técnicas modernas. La entrada de tecnología extranjera ha facilitado la aparición de nuevas zonas industriales.

6.5.2 Actividad industrial

La industria siderúrgica ha recibido prioridad en China desde 1949. El país produce hoy una gran variedad de productos de acero, como acero de tungsteno, acero inoxidable, láminas de acero pesado y tuberías continuas. Las principales zonas productoras son Dongbei Pingyuan (Manchuria), norte de China y el valle del Yangzé.

Hay grandes plantas siderúrgicas en Anshan, Benxi, Pekín, Baotou, Taiyuan, Wuhan, Ma’anshan, Panzhihua, Chongqing, Shanghai y Tianjin. China produce anualmente 83 millones de t de hierro y 80 millones de t de acero en crudo.

Entre las industrias pesadas de China destacan los astilleros de construcción naval y las destinadas a la fabricación de locomotoras, material rodante, tractores, maquinaria minera, equipos para generar energía y maquinaria para prospecciones y refinado de petróleo.

La industria petroquímica también tiene plantas en la mayor parte de las provincias y regiones autónomas; las mayores se encuentran en Pekín, Shanghai, Lanzhou, Shengli, Yueyang, Anqing y Cantón. Sus productos engloban fibras sintéticas, plásticos y productos farmacéuticos. Una característica peculiar de la industria petroquímica china es la presencia muy extendida de pequeñas fábricas de abonos nitrogenados que utilizan una técnica de producción desarrollada en China. En 2004 las fábricas chinas produjeron 32 millones de t de fertilizantes.

La industria textil china es la mayor del mundo y da trabajo a más de 4 millones de empleados. La producción de hilos de algodón era de 4,8 millones de t a comienzos de la década de 1990. La mayor parte de las nuevas hilanderías de algodón se han construido en las áreas de cultivo del mismo de las provincias de Hubei (Hupeh), Hunan, Hebei y Shaanxi. No obstante, a pesar de un gran incremento en la producción desde 1949, la industria no está produciendo para abastecer a toda la población, lo que hace necesario continuar con el racionamiento de las telas de algodón.

Otras importantes industrias (con su producción a comienzos de la década de 1990) eran cemento (405 millones de t), papel y cartón (20 millones de t), bicicletas (40,9 millones de unidades), máquinas de coser (9,9 millones de unidades), vehículos a motor (1.402.000 unidades) y televisores en color (17 millones de unidades).

6.6 Minería

China tiene ricos recursos minerales, que engloban grandes depósitos de algunos industrialmente importantes.

La industria de la minería del carbón es la mayor del mundo, con una producción anual que llegó a 1.380.000.100 t en 2002. A lo largo de todo el país hay numerosas minas de carbón de pequeño tamaño, pero los grandes centros se encuentran al norte del río Yangzé, especialmente en Shaanxi. El carbón es el principal combustible tanto doméstico como industrial y representa una gran parte de la mercancía transportada por los ferrocarriles.

El rápido desarrollo de la industria petrolera desde la década de 1950 ha convertido a China en uno de los mayores productores mundiales; la producción anual en 2002 estaba cifrada en 1.238.070.400 barriles. En 1963 pasó a ser autosuficiente en gasolina y hacia 1973 era capaz de exportar tanto crudo como productos petroleros refinados. A finales de la década de 1950 se descubrió y desarrolló el campo petrolero de Daqing, en la provincia de Heilongjiang y hoy es el más productivo de todo el país. Las mayores reservas de la nación, estimadas aproximadamente en unos 10.000 millones de barriles, se encuentran en la árida depresión de Tarim, en la región autónoma uigur de Xinjiang.

La producción de mineral de hierro ha crecido de manera muy rápida desde la década de 1970. China es además el mayor productor mundial de grafito natural, con una producción de 310.000 t en 1994. Otros minerales que se producen en el país en cantidades importantes son sal (29 millones de t), fosfatos (7,35 millones de t), bauxita (12,5 millones de t), cinc (1,65 millones de t), cobre (610.000 t), estaño (50.000 t), azufre, magnesita, plomo, mineral de antimonio, tungsteno y mercurio.minerales

6.7 Energía

China es uno de los principales productores mundiales de electricidad, con una producción anual estimada de 1.575.130 millones de KWh en 2002. Con todo, la producción de electricidad no es suficiente para cubrir las necesidades nacionales, especialmente en las ciudades donde el gobierno ha dado prioridad al desarrollo económico.

La energía hidroeléctrica representa el 19,61% de la producción eléctrica anual de China; el 78,77% de la energía se genera en centrales térmicas de carbón. Las más importantes centrales hidroeléctricas del país están en Liujia Xia, en el Huang He, en Gansu, Danjiangkou en el río Han, en Hubei, Gongu en el río Dadu, en Sichuan, y otra en el Xin’an Jiang en Zhejiang. A finales de las décadas de 1970 y 1980 había en construcción otras grandes centrales, una en el río Yangzé, debajo de las gargantas de este río y otra en el Huang He, donde abandona la pradera de Qinghai. Entre las nuevas centrales térmicas de carbón varias se construyeron junto a los grandes campos de carbón del norte de China. Existe una central nuclear en Shanghai.

Los recursos de energía hidroeléctrica son más abundantes que en cualquier otro país. Una destacada característica de la industria energética china ha sido la construcción de pequeñas centrales locales para generar energía. Los gobiernos locales y las comunas rurales han aprovechado el potencial hidroeléctrico como parte integral de sus programas de conservación de agua, especialmente en el sur, donde las precipitaciones son fuertes y los ríos rápidos, y a menudo tienen pendientes muy marcadas. En la década de 1980 algunas centrales comenzaron a utilizar como combustible el metano desprendido de la quema de basuras.

6.8 Turismo

Desde comienzos de la década de 1970 las fuertes restricciones de los viajes a China se han ido levantando gradualmente. En 1979 el gobierno chino estableció un plan quinquenal para desarrollar el turismo; este plan requería la construcción de nuevos hoteles y restaurantes a lo largo de todo el país y preparar al personal para recibir el creciente número de visitantes. En 2003 visitaron el país 33 millones de turistas que reportaron unos ingresos de 9.205 millones de dólares.

6.9 Moneda y banca

La unidad monetaria china es el yuan, con el jiao y el fen como monedas fraccionarias (en 2003, 8,28 yuanes equivalían a un dólar estadounidense). El sistema bancario está completamente bajo control estatal. El Banco Popular de China es la institución financiera central y la única fuente para emitir moneda. Sin embargo, el Banco de China, que cuenta con casi 50 sucursales en el extranjero entre las que hay oficinas en Hong Kong, Singapur y Londres, se ocupa principalmente de las cuentas internacionales y los acuerdos sobre monedas extranjeras. Además, China tiene otros tres grandes bancos: la Corporación Internacional de Inversiones y Trusts de China, que reúne fondos para la inversión en el interior y organiza empresas conjuntas en el país y en el extranjero; el Banco Popular de la Construcción de China, que se ocupa de los fondos para las construcciones básicas, y el Banco Agrícola de China, que es el responsable de los préstamos al sector rural de la economía.

6.10 Comercio

La circulación de mercancías, anteriormente determinada por la planificación central, está hoy en gran medida orientada por los agentes del mercado. Entre 1978 y 1984 la participación de las ventas al por menor controladas por el sector estatal descendieron desde el 90,5% hasta el 45,8%; durante ese mismo periodo, las de las colectividades aumentaron su participación desde el 7,4% hasta el 39,6% y las empresas privadas desde el 2,1% hasta el 14,6 por ciento.

Hasta finales de la década de 1970 las materias primas y el equipamiento que necesitaban las empresas propiedad del Estado, por lo general, no eran adquiridas como mercancías sino que se las proporcionaba el gobierno. Después de completar la producción, los productos se devolvían al gobierno para su distribución. Los bienes de consumo que necesitaba la población rural los distribuía la oficial Cooperativa de Suministros. Los artículos esenciales como cereales alimenticios, aceite, carne, azúcar y telas de algodón estaban racionadas porque eran escasas a causa de que se fijaban bajos precios para garantizar su acceso a toda la población. Los cereales para la alimentación los distribuían los equipos de producción a los domicilios rurales como una parte importante de la remuneración por el trabajo realizado.

Desde 1979 las empresas propiedad del Estado son libres para obtener parte de sus suministros y disponer de parte de sus productos en el mercado; también se ha hecho evidente un uso más amplio de la publicidad como fuente de información. En los centros urbanos, esta reorganización del comercio ha ocasionado un rápido crecimiento de los negocios de propiedad colectiva e individual, como los restaurantes, casas de té, hostales, estudios fotográficos, sastrerías y todo tipo de servicios de reparación y mantenimiento. Se han vuelto a abrir los mercados rurales, donde se permite a los campesinos deshacerse del excedente de sus productos o bien abastecerse de ellos.

6.11 Comercio exterior

El comercio exterior está completamente monopolizado por el Estado. En 1979 China levantó algunas restricciones comerciales, preparando el camino para el aumento de las, hasta entonces, relativamente pequeñas inversiones extranjeras y actividad comercial. En 2003 las exportaciones anuales suponían un total de 438.228 millones de dólares y las importaciones 412.760 millones. Las principales exportaciones chinas eran petróleo crudo y refinado, telas de algodón, seda, ropas, arroz, cerdo, gambas o camarones congelados y té. Entre las importaciones destacan la maquinaria, productos de acero, otros metales, automóviles, artículos sintéticos, productos químicos para la agricultura, caucho, trigo y barcos. La mayor parte del comercio tiene lugar con países no comunistas; Japón es el principal, seguido por la Región Administrativa Especial de Hong Kong y Estados Unidos. China también tiene buenas relaciones con países como Alemania y Singapur. Las relaciones comerciales con Estados Unidos estuvieron en peligro en 1993 cuando amenazaron con no renovar la condición comercial de China de nación más favorecida (NMF), hasta que las condiciones de los derechos humanos no mejoraran. Sin embargo, en mayo de 1994 Estados Unidos renovó el nombramiento de China de nación más favorecida, aun cuando el gobierno chino hizo muy pocos progresos en la mejora de los derechos humanos.

6.12 Transporte

El medio de transporte más importante es el ferrocarril, que mueve unos dos tercios del tráfico de pasajeros y la mitad del de mercancías. Desde 1949 la longitud total de los ferrocarriles se ha duplicado y en la actualidad es de 60.627 km. Las nuevas líneas construidas han extendido las dos rutas mayores norte-sur (Cantón-Pekín y Shanghai-Pekín) hacia el noreste, Mongolia y Rusia, y al sureste. La mayor línea este-oeste, desde Lianyungang a Lanzhou, ha sido unida a Ürümqi en el extremo noroccidental. Las nuevas líneas proporcionan una densa red en las regiones muy pobladas y económicamente importantes del noreste, centro y suroeste de China. Cuando se complete la línea Lanzhou-Lhasa (Tíbet), hará que todas las provincias y regiones autónomas sean accesibles por ferrocarril.

Las carreteras y autopistas chinas han crecido desde una longitud de unos 80.000 km (en 1949), que sólo proporcionaba conexiones entre los puertos costeros con presencia colonial extranjera y el interior inmediato, hasta un sistema de 1.765.222 km, de los cuales aproximadamente el 85% está pavimentado. En la actualidad hay carreteras que unen Pekín a las capitales de todas las provincias y regiones autónomas, así como a los mayores puertos y nudos ferroviarios. La red se extiende también a las zonas rurales, que hace accesibles por carretera a la mayor parte de las localidades. En los centros urbanos el transporte público motorizado está bien desarrollado y las bicicletas son de uso común para viajar distancias cortas. Sin embargo, la tasa de vehículos es sólo de 12 por cada mil habitantes.

China tiene más de 170.000 km de canales interiores navegables. La navegación interior representa una quinta parte de los bienes embarcados y su potencial para un mayor desarrollo es enorme. Los mayores canales interiores están en el río Yangzi Jiang, el cuarto mayor río del mundo. Unos 18.000 km de este río y sus afluentes son navegables para barcos de vapor; sus principales puertos son Chongqing, Yichang y Wuhan. Sin embargo, el canal más transitado es el Gran Canal, que se extiende desde Pekín a Hangzhou; su parte sur está integrada en un sistema local de canales y lagos, convirtiendo a ciudades como Suzhou, Wuxi y Changzhou en importantes puertos interiores. En algunas partes de la China rural los campesinos utilizan los canales de regadío y drenaje como vías fluviales.

La larga línea de costa de China y la localización de algunas de las más importantes ciudades industriales en ella han convertido a la navegación costera en un importante medio de transporte. El incremento del transporte marítimo internacional es un fenómeno más reciente, que alcanzó su punto más alto antes de la II Guerra Mundial (1939-1945) y volvió a ser importante en la década de 1960. China tiene una flota mercante de 3.497 grandes buques (la mayoría de construcción nacional) que visitan puertos en más de 100 países.

El transporte aéreo recibió un gran impulso con la compra en 1979 de tres aviones Jumbo y la apertura de un nuevo aeropuerto internacional en Pekín en 1980; desde entonces, el transporte aéreo entre China y el resto del mundo se ha intensificado. Los vuelos nacionales ahora unen más de 90 ciudades, muchas de las cuales se encuentran en la China occidental.

6.13 Comunicaciones

El gobierno comunista de China puso un gran hincapié en la radio cuando quiso ganarse el máximo apoyo para su política a comienzos de la década de 1950. Se ubicaron altavoces en los campos comunitarios y los lugares de trabajo desde la década de 1950 hasta la de 1970, y la gente se fue acostumbrando gradualmente a la presencia continua de los medios de comunicación; en 1997 había más de 417 millones de aparatos de radio. Entre 1977 y 1981 el número de receptores de televisión de propiedad privada aumentó desde 630.000 hasta los 7 millones; China tenía 380 millones de receptores de televisión en 2000. En Pekín, el promedio era de dos receptores de televisión por cada tres hogares. Un símbolo del clima de apertura en el ámbito económico y social fue la inauguración en el sur de China, en 1986, de estaciones comerciales de radio.

La Cadena Central Popular de Televisión se estableció en Pekín en 1958, el mismo año que se empezaban a fabricar los primeros aparatos de televisión chinos en la Planta Estatal de Radio de Tianjin. Pekín ha aumentado la programación normal de la Cadena Central Popular de Televisión con dos canales más y muchas ciudades o provincias tienen sus propias cadenas locales. La composición media de la programación es de un 20% de noticias, 25% de deportes, programas de servicios públicos, científicos, programas infantiles y para una audiencia especializada, y el 55% de diversión.

La Universidad por Televisión, bajo la administración de la Televisión Central Popular, es otro de los aspectos destacados de las comunicaciones de China. En Pekín se ofrecen nueve horas diarias de programas educativos por televisión; son miles los estudiantes que siguen estos programas universitarios por televisión. Este sistema es muy útil para China debido a la enorme población en edad universitaria.

La cadena internacional de radio más antigua fue Radio Pekín; se estableció en 1950 con programas en siete idiomas. En 1978 se le cambió el nombre por el de Radio Internacional de la República Popular China y su esquema de emisiones se amplió a 38 idiomas extranjeros.

Hay 39 periódicos diarios, con una circulación total de 48 millones de ejemplares. El periódico más importante es el Renmin Ribao (Diario Popular), publicado en Pekín. Se encuentra bajo el control directo del Comité Central del Partido Comunista. Su circulación diaria es de unos 5 millones de ejemplares. La mayor parte de las noticias provienen de Xinhua (agencia de noticias Nueva China). Los observadores extranjeros consideran que ésta es la fuente fundamental para conocer noticias del país. Otros grandes periódicos y revistas son Guangming Ribao (Diario de Kuangming), Jiefang Ribao (Diario Liberación), Renmin Huabao (Revista Ilustrada Popular) y Tiyu Kexue (Ciencia de los Deportes).

China tiene una activa industria editorial. El impulso del gobierno para conseguir la educación de toda la población ha dado como resultado un aumento del interés público, tanto por las obras de ficción como por los títulos de pensamiento, así como por las obras traducidas de autores extranjeros.

Los servicios postales y de telecomunicaciones están controlados por el Estado. El servicio telefónico llega a casi todas las poblaciones, pero muy pocos hogares tienen su propio teléfono. En 2003 había 209 teléfonos y 28 equipos informáticos en uso por cada mil habitantes.

6.14 Trabajo

Se estima que la población activa china es de más de 773 millones de personas. El desempleo (un 4% en 2002) y subempleo han dado lugar a una caída de la productividad laboral y de los ingresos, problemas directamente unidos al gran tamaño y la tasa de crecimiento de la población. A comienzos de la década de 1980 alrededor de un tercio de la población tenía 15 años o menos, lo que supone que cada año un gran número de jóvenes pasan a formar parte de la población activa. Aunque un 47% de la población activa está formada por trabajadores agrícolas, el programa gubernamental de reparto de trabajo no engloba las zonas rurales y aquí la nueva mano de obra tiene que ser absorbida por la economía colectiva y familiar. Se estima que la familia rural recibe un 75% de sus ingresos de la economía colectiva y el resto de actividades suplementarias.

7 HISTORIA

De acuerdo con la tradición, el pueblo chino se originó en el valle del Huang He o río Amarillo. Las leyendas hablan de un creador, P’an Ku, al que sucedieron una serie de soberanos celestiales, terrestres y humanos. Las pruebas arqueológicas son escasas, aunque fueron encontrados restos de Homo erectus, cerca de Pekín, que datan de hace 460.000 años, y que recibieron el nombre de Sinanthropus pekinensis. Se cultivaba arroz en la China oriental aproximadamente en el 5500 a.C. y unos cinco siglos después se desarrolló una sociedad agrícola en el valle del Huang He. Hay pruebas fehacientes de la existencia de dos culturas con cerámica, la cultura de Yangshao (c. 3950-c. 1700 a.C.) y la cultura de Longshan (c. 2000-c. 1850 a.C.).

7.1 Las dinastías primitivas

La tradición dice que los Xia (1994-1766 a.C.) fueron la primera dinastía china hereditaria, que sólo desapareció cuando fue expulsado su último gobernante debido al poder tiránico que ejerció sobre su pueblo. Sin embargo, no hay restos arqueológicos que confirmen esta historia; la primera dinastía de la cual hay evidencias históricas es la Shang.

7.1.1 La dinastía Shang (1766-1027 a.C.)

La dinastía Shang gobernó en el territorio que ocupan las actuales provincias de Henan, Hubei, Shandong y la parte septentrional de Anhui, en el centro y norte de China. La capital, desde alrededor del 1384 a.C. en adelante, estaba situada en Anyang cerca de la frontera norte de Henan. La economía estaba basada en la agricultura; se cultivaba mijo, trigo, cebada y posiblemente arroz. También se cuidaban gusanos de seda, y se criaban cerdos, perros, ovejas y bueyes. Se han encontrado recipientes de bronce, armas y otras herramientas, lo cual indica el conocimiento de la metalurgia y la existencia de artesanía. La sociedad creada por los Shang era aristocrática. Al frente estaba el rey, que presidía una nobleza militar y elegía a los gobernantes territoriales, que estaban obligados a ayudarle en sus empresas militares. Entre esta clase aristocrática y los plebeyos había un estrato sacerdotal culto que se ocupaba de los documentos de gobierno y era responsable de la adivinación. Los Shang adoraban a sus antepasados y a una multitud de dioses, el principal de los cuales era conocido como Shang Ti, ‘el Señor en lo Alto’.

El relato de la caída de la dinastía Shang que aparece en las historias tradicionales chinas sigue el modelo legendario de la defección de los Xia. El último monarca Shang, un tirano cruel y libertino, fue expulsado por un enérgico Zhou de un estado en el valle del río Wei. Situada en las franjas noroccidentales del dominio Shang, la cultura de los Zhou era una síntesis de los elementos básicos de la civilización Shang y ciertas tradiciones marciales características de los pueblos no chinos del norte y del oeste.

7.1.2 La dinastía Zhou (1122-256 a.C.)

Durante este periodo la civilización china se fue extendiendo gradualmente hacia el norte, ocupando el valle del río Yangzé. La amplia expansión por este territorio y el primitivo estado de las comunicaciones terrestres hicieron imposible que los Zhou ejercieran un control directo sobre toda la región; por lo tanto delegaron la autoridad en vasallos, cada uno de los cuales gobernaba por lo general sobre una ciudad amurallada y su territorio circundante. La jerarquía de estos estados de tipo feudal estaba encabezada por el señor, cargo que era hereditario; por debajo de él estaba la clase guerrera y en la base social se encontraban los campesinos y esclavos domésticos. Con el tiempo, estos estados vasallos se fueron haciendo cada vez más autónomos.

La sociedad Zhou estaba organizada alrededor de la producción agrícola. La tierra estaba dividida idealmente en extensiones cuadradas, cada una de las cuales se subdividía en nueve parcelas que formaban un espacio con forma de triángulo equilátero. Las ocho parcelas exteriores estaban asignadas a ocho familias campesinas, quienes unían sus esfuerzos y recursos para cultivar la parcela central propiedad de la clase dirigente. No está claro hasta qué extremo se utilizaba este sistema de distribución de tierras, pero las dinastías posteriores pensaron que era la manera más equitativa de dividir la tierra.

Las prácticas religiosas se correspondían con el sistema social jerárquico. Los Zhou creían en el poder que emanaba del Cielo, que autorizaba el poder de los reyes; éstos hacían sacrificios al Señor en lo Alto, ahora llamado Tian (‘Cielo’) y a sus antepasados. El señor de los estados hacía sacrificios a la naturaleza local y a deidades agrícolas, así como a sus antepasados. Las familias individuales también ofrecían sacrificios a sus antepasados para evitar infortunios y calamidades.

7.1.2.1 Los Zhou del este

Los reyes Zhou fueron capaces de mantener un control efectivo sobre sus dominios hasta que finalmente, en el 770 a.C., algunos de los estados se rebelaron y junto con invasores nómadas del norte expulsaron a los Zhou de su capital, cerca de la actual Xi’an. Con posterioridad, los Zhou establecieron una nueva capital hacia el este, en Luoyang. Aunque ahora estaban más a salvo de los ataques de los bárbaros, los Zhou del este no podían ya ejercer una gran autoridad política o militar sobre los estados vasallos, muchos de los cuales habían crecido hasta ser más poderosos que el poder central Zhou. Sin embargo, como guardianes del mandato celestial, los Zhou continuaron la práctica de confirmar el derecho de los nuevos señores a gobernar sobre sus tierras y por lo tanto permanecieron como jefes supremos hasta el siglo III a.C. Desde el siglo VIII al III a.C. tuvo lugar un rápido crecimiento económico y un profundo cambio social en el marco de una inestabilidad política extrema y un estado de guerra casi incesante. Durante estos años China entró en la edad del hierro; el arado de hierro tirado por bueyes, junto con más perfeccionadas técnicas de regadío, llevaron a conseguir mejores cosechas, que a su vez, mantuvieron el constante crecimiento demográfico, el cual estuvo acompañado por la aparición de una nueva clase de mercaderes y comerciantes. Se mejoraron las comunicaciones por el progresivo uso del caballo como animal de transporte.

La integración económica permitió a los gobernantes ejercer el control sobre mayores extensiones de territorio. Los estados situados en las fronteras exteriores de la zona cultural china se expandieron a costa de sus vecinos no chinos, menos avanzados, y al expandirse se estimuló y diversificó su propia cultura al adquirirse elementos culturales de las civilizaciones exteriores. Por ejemplo, por aculturación de las culturas no chinas del noroeste, los chinos de las regiones fronterizas adoptaron por primera vez el uso de unidades de caballería montada. Para los estados de la llanura del norte de China, la expansión significó una agresión contra otras organizaciones políticas que compartían la misma civilización básica, y la uniformidad cultural entre los estados tendía a promocionar el estancamiento cultural. Hacia el siglo VI a.C. siete poderosos estados sitiaron a los más pequeños y relativamente débiles de la llanura del norte de China.

Con la caída de la autoridad política de la dinastía Zhou y la aparición de poderosos estados periféricos, las relaciones interestatales se volvieron cada vez más inestables. Durante los siglos VII y VI a.C., se consiguieron breves periodos de estabilidad al organizarse alianzas interestatales bajo la hegemonía del miembro más fuerte. Sin embargo, hacia el siglo V a.C. el sistema de alianzas era insostenible y la China de los Zhou desembocó en el denominado periodo de los Reinos Combatientes (481-221 a.C.), caracterizado por la anarquía.

7.1.2.2 La edad dorada de la filosofía china

La respuesta intelectual a la extrema inestabilidad e inseguridad política produjo las fórmulas filosóficas que moldearon el crecimiento del Estado y la civilización china durante los dos milenios siguientes. El más antiguo y más influyente de los filósofos del periodo fue Kongfuzi o Confucio. En esencia, las propuestas de Confucio representaban la restauración de las instituciones políticas y sociales de comienzos de la dinastía Zhou. Creía que los sabios gobernantes de ese periodo habían trabajado para crear una sociedad ideal, por lo que intentó crear una clase de caballeros virtuosos y cultivados que pudieran desempeñar los altos cargos del gobierno y guiar al pueblo a través de su ejemplo personal.

Las doctrinas del taoísmo, la segunda gran escuela filosófica existente durante el periodo de los Reinos Combatientes, se exponen en el Tao Tê-King, que se atribuye a la figura semihistórica de Laozi, y a los trabajos de Zhuangzi. Los taoístas desdeñaban el sistema estructurado que preconizaban los confucianos para el cultivo de la virtud humana y el establecimiento del orden social. En al aspecto político, el taoísmo abogaba por un retorno a las comunidades agrícolas primitivas, en las cuales la vida podía seguir un curso más natural.

Una tercera escuela de pensamiento que floreció durante el mismo periodo y posteriormente ejerció una influencia duradera en la civilización china fue el legalismo. Razonando que los grandes desórdenes de su momento exigían nuevas y drásticas medidas, los legalistas abogaban por el establecimiento de un orden social basado en leyes estrictas e impersonales, que rigieran cada aspecto de la actividad humana. Para reforzar este sistema propugnaban el establecimiento de un Estado rico y poderoso, en el cual el soberano tendría una autoridad incontestable. Los legalistas instaban a la socialización del capital, el establecimiento del monopolio gubernamental y otras medidas económicas designadas para enriquecer al Estado, reforzar su poder militar y centralizar el control administrativo.

7.2 La creación del Imperio

Durante el siglo IV a.C., el reino de Qin, uno de los estados periféricos emergentes del noroeste, se embarcó en un programa de reformas administrativas, económicas y militares, siguiendo las doctrinas legalistas. Al mismo tiempo, el poder de los Zhou pasó a ser cada vez más débil hasta que el régimen se colapsó en el 256 a.C. Una generación después, los Qin habían sojuzgado a los demás estados.

7.2.1 La dinastía Qin (221-206 a.C.)

En el 221 a.C., el rey de Qin se autoproclamó Qin Shi Huangdi, o primer emperador de la dinastía Qin. El nombre China deriva de esta dinastía.

Con la ayuda de un ministro legalista, Li Si, el emperador unificó el mosaico de estados feudales en un imperio administrativamente centralizado y culturalmente unificado. Se abolieron las aristocracias hereditarias y sus territorios se dividieron en provincias gobernadas por burócratas nombrados por el emperador. La capital de Qin, cerca de la actual ciudad de Xi’an, se convirtió en la primera sede de la China imperial. Se adoptó un sistema de escritura y su uso se hizo obligatorio en todo el Imperio. Para promocionar el comercio interno y la integración económica, los Qin unificaron los pesos y medidas, la acuñación de moneda y las medidas de las hachas. Se adoptó la propiedad privada de la tierra y se aplicaron leyes e impuestos con igualdad. La búsqueda de la uniformidad cultural llevó a los Qin a ilegalizar muchas escuelas filosóficas que habían florecido a finales del último periodo Zhou. Sólo se dio la aprobación oficial a los legalistas y en el 213 a.C. se quemaron los libros de todas las otras escuelas, a excepción de los ejemplares que se guardaban en la biblioteca imperial Qin.

El primer emperador también intentó extender las fronteras exteriores de China. En el sur sus ejércitos marcharon hacia el delta del río Rojo, lo que en la actualidad es Vietnam. En el suroeste su dominio se extendió para englobar la mayor parte de las actuales provincias de Yunnan, Guizhou y Sichuan. En el noroeste sus conquistas alcanzaron Lanzhou, en la actual provincia de Gansu y el noreste, un sector de lo que hoy es Corea, reconoció la superioridad de los Qin. El centro de la civilización china, sin embargo, permaneció en el valle del Huang He. Aparte de la unificación y expansión del Imperio, el logro más conocido de la dinastía Qin fue la terminación de la Gran Muralla china.

El coste económico y humano de las conquistas extranjeras de los Qin y la construcción de la Gran Muralla y otras obras públicas fue enorme. El peso siempre creciente de los impuestos, el servicio militar y los trabajos forzados crearon un hondo resentimiento contra la dinastía Qin entre las clases populares del Imperio. Además, las clases intelectuales estaban ofendidas por la política gubernamental de control del pensamiento, en especial la quema de libros. El sucesor de Qin Shi Huangdi cayó bajo la influencia de un astuto eunuco de palacio. Siguió una lucha por el poder, mutilando la administración central y el pueblo indignado se levantó en una rebelión.

7.2.2 Los Han anteriores u occidentales (206 a.C.-9 d.C.)

De los tumultos y estado de guerra que marcaron los últimos años de la dinastía Qin, destacó un dirigente de origen humilde, Liu Bang (véase Gaozu). Aplastó a otros pretendientes al trono y se proclamó a sí mismo emperador en el 206 a.C. La dinastía Han por él fundada sería la más duradera de la era imperial. Los Han se constituyeron sobre la base unificada que habían dejado los Qin, modificando la política que había conducido a su derrocamiento. Las leyes onerosas fueron suspendidas, los impuestos se redujeron sensiblemente y se adoptó una política favorecedora del comercio que permitió la recuperación económica. En principio Liu Bang concedió reinos hereditarios a algunos de sus aliados y familiares, pero hacia mediados del siglo II a.C. la mayor parte de estos reinos habían sido reintegrados y casi todo el territorio chino estaba bajo la jurisdicción del Imperio de los Han.

Una de las contribuciones más importantes de esta dinastía fue el establecimiento del confucianismo como ideología oficial; sin embargo, en un intento por proporcionar una ideología completa al Imperio, los Han incorporaron al confucianismo ideas de otras muchas escuelas filosóficas y emplearon supersticiones populares para incrementar las enseñanzas de Confucio. En el funcionamiento administrativo heredado de los Qin, los emperadores Han siguieron el principio confuciano de elegir a los hombres sobre la base del mérito más que por su nacimiento, siendo elegidos los más cualificados mediante exámenes escritos. A finales del siglo II a.C. se fundó una universidad imperial en la cual se formaban los futuros funcionarios en los cinco clásicos de la escuela confuciana.

Los primitivos Han alcanzaron el cenit de su poder bajo el emperador Wudi (reinó desde el 140 al 87 a.C.). Casi todo el territorio que hoy engloba China pasó a estar bajo poder imperial, aunque muchas regiones, en especial al sur del río Yangzi Jiang, no estaban totalmente asimiladas. La autoridad china se estableció en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Corea. En el oeste, los ejércitos Han lucharon con una tribu conocida como los xiongnu, que probablemente estaban emparentados con los hunos y penetraron en el actual territorio de Kazajstán. En el sur, la isla de Hainan pasó a estar bajo control Han y se establecieron colonias alrededor del delta del Xi Jiang, en Annam y en Corea.

Las políticas expansionistas del emperador Wudi consumieron los excedentes económicos que se habían ido acumulando durante las administraciones de sus predecesores y fue necesaria la restauración de políticas legalistas para reponer las arcas del estado. Se subieron los impuestos, reaparecieron los monopolios estatales y la moneda se devaluó. Las penurias que sufrían los campesinos se vieron agravadas por el crecimiento demográfico, lo cual provocó la reducción del tamaño de las parcelas individuales en un momento en que los impuestos se incrementaban. Durante el siglo I a.C., las condiciones empeoraron aún más. En varias ocasiones el trono fue heredado por príncipes en edad infantil, cuyas madres a menudo completaban las responsabilidades del gobierno con miembros no cualificados de su propia familia. Las facciones y la incompetencia debilitaron el gobierno imperial. Grandes familias terratenientes de la provincia desafiaron a las autoridades que recaudaban los impuestos del gobierno central y adquirieron una especie de privilegio para la exención de impuestos, lo que redujo los ingresos del gobierno y gravó duramente a los campesinos. Los levantamientos agrarios y el bandolerismo reflejaron el descontento popular.

7.2.3 La dinastía Xin (9 d.C.-23 d.C.)

Durante este periodo de desórdenes, un ministro ambicioso, Wang Mang, envenenó al emperador Pingdi, aún niño y para el que había estado actuando como regente, estableciendo la efímera dinastía Xin. Wang Mang intentó revitalizar el gobierno imperial y mitigar la situación de los campesinos. Actuó contra los grandes estados exentos de impuestos al nacionalizar toda la tierra y redistribuirla entre los verdaderos cultivadores; se abolió la esclavitud, se reforzaron los monopolios imperiales sobre la sal, el hierro y la acuñación de moneda y se crearon otros nuevos. El Estado fijaba los precios para proteger a los campesinos de los comerciantes sin escrúpulos y proporcionó préstamos a bajo interés a los que necesitaban capital para comenzar empresas productivas. La resistencia de las poderosas clases propietarias de la tierra fue tan dura que Wang Mang fue obligado a revocar su legislación sobre la tierra. La crisis agraria se intensificó y la situación empeoró con la ruptura de los grandes sistemas de control del agua del norte de China, que habían sido descuidados por un gobierno debilitado fiscalmente. En el norte estalló una rebelión campesina a gran escala bajo el protagonismo de un grupo conocido como ‘Cejas Rojas’. Muy pronto las grandes familias terratenientes se unieron a ellos y al final consiguieron matar a Wang Mang y reinstaurar la dinastía Han.

7.2.4 Los Han posteriores u orientales (25-220)

La debilidad administrativa y la ineficacia lastraron la última dinastía Han u oriental desde sus inicios. Al igual que bajo los Han anteriores u occidentales, el gobierno central entró en decadencia al ser elegidos familiares maternos incompetentes en representación de los emperadores infantiles. Con la ayuda de los eunucos de la corte, los emperadores posteriores consiguieron deshacerse de ellos, pero sólo a costa de conceder una responsabilidad igualmente grande a los eunucos cortesanos. Como resultado de ello, el gobierno de nuevo estuvo dividido en facciones. Entre el 168 y el 170 surgió el conflicto entre los eunucos y los burócratas, que sentían que los primeros habían usurpado su legítima posición de influencia en el gobierno. Hacia el 184 se produjeron dos grandes rebeliones, encabezadas por un grupo taoísta denominado Turbantes Amarillos, que saquearon Shandong y las áreas adyacentes. En el 215 fue sofocada otra rebelión taoísta dirigida por la Sociedad de los Cinco Montones de Arroz de Sichuan.

7.2.5 Periodo de desunión

La dinastía Han comenzó a desmembrarse cuando las grandes familias terratenientes, aprovechándose de la debilidad del gobierno imperial, establecieron sus propios ejércitos privados. Finalmente, en el 220, Cao Pei fundó la dinastía y reino Wei (220-265) en las provincias del norte. La dinastía Shu Han (221-263) se estableció en el suroeste y la dinastía Wu (222-280) en el sureste. Los tres reinos libraron incesantes guerras entre sí. En el 265, Sima Yang, un poderoso general de la dinastía Wei, usurpó el trono y estableció la dinastía Xi Jin (265-317) en el norte de China. Hacia el 280 había reunificado el norte y el sur bajo su mandato. Sin embargo, poco después de su muerte en el 290, el Imperio empezó a derrumbarse. Una importante razón para esta inestabilidad interna era la influencia de las principales familias terratenientes. Hicieron que su poder se sintiera a través de un sistema de nueve grados de funcionarios, mediante el cual se dio a individuos destacados en cada zona administrativa la autoridad para jerarquizar a las familias locales, de acuerdo con su potencial de servicio al gobierno. A causa de la arbitrariedad con que algunas personas importantes decidieron la clasificación, a menudo reflejaba más los deseos de las familias dirigentes en el territorio que el mérito de aquéllos que habían sido elegidos.

Las tribus no chinas del norte, a las que los Han habían combatido hasta conseguir detenerlos a lo largo de la frontera, aprovecharon la oportunidad que les ofrecía la debilidad del gobierno para extender su ansia de tierras de pastos dentro de la fértil llanura del norte de China. Las invasiones comenzaron en el 304, y hacia el 317 los xiongnu habían arrebatado a la dinastía Xi Jin el norte de China. Durante casi tres siglos este territorio estuvo gobernado por varias dinastías no chinas, mientras en el sur lo hacían una sucesión de cuatro dinastías chinas, todas ellas centradas en el área de la actual ciudad de Nanjing. Ninguna de las dinastías invasoras fue capaz de extender su control sobre la totalidad de la llanura del norte hasta el 420, año en que lo hizo la dinastía Bei Wei (o Bei del Norte, 386-534).

Durante la segunda mitad del siglo V los Bei del Norte adoptaron una política de unificación. Se administró burocráticamente la región agrícola del norte de China, como había ocurrido con dinastías chinas anteriores, y se impuso el servicio militar obligatorio a los miembros de las tribus. Se adoptaron las ropas y costumbres chinas y el chino se convirtió en el idioma oficial de la corte. Los jefes tribales, presionados por esta política unificadora, se rebelaron y en el 534 derrocaron a la dinastía. Durante los siguientes 50 años, el norte de China fue gobernado nuevamente por dinastías no chinas.

7.3 El restablecimiento del Imperio

China fue reunificada bajo la dinastía Sui (581-617). El primer emperador fue Yang Chien, un militar que en el 581 usurpó el trono del norte. Durante los siguientes ocho años terminó la conquista del sur de China y estableció su capital en Chang’a (hoy Xi’an). Los Sui restablecieron el sistema administrativo centralizado de los Han y reinstauraron los exámenes para la selección de funcionarios. Aunque el confucianismo fue instaurado oficialmente, también el taoísmo y el budismo fueron admitidos en la formulación de la nueva ideología imperial. Floreció el budismo, introducido en China desde la India durante la última dinastía Han y el periodo subsiguiente de desunión.

El breve reinado de la dinastía Sui fue una etapa de gran actividad: se reparó la Gran Muralla con un gran coste en vidas humanas, se construyó un sistema de canales, que posteriormente daría lugar al Gran Canal, para transportar los ricos productos agrícolas del delta del Yangzi Jiang hasta Luoyang y el norte, y se reasentó el control chino sobre el norte de Vietnam y, en menor medida, sobre las tribus de Asia central. Sin embargo, una larga y costosa campaña militar en el norte de Corea terminó en derrota. Con su prestigio seriamente empañado por el empobrecimiento de su población, la dinastía Sui cayó en el 617 ante el levantamiento dirigido por Li Yuan.

7.3.1 La dinastía Tang (618-907)

Fundada por Li Yuan, la dinastía Tang supuso una época de fuerza y brillantez sin precedentes en la historia de la civilización china. El sistema de exámenes para reclutar a los funcionarios públicos de la administración era tan refinado para su momento que, en su forma básica, ha sobrevivido hasta el siglo XX. Se reestructuraron los órganos del gobierno imperial y local, que se ampliaron para proporcionar una administración centralizada, y se decretó un elaborado código de leyes administrativas y penales. Chang’an, capital de los Tang, fue un centro de tolerancia cultural y religiosa. Se practicaban muchas religiones, incluso el cristianismo nestoriano. Se desarrolló un importante comercio exterior con Asia central y Occidente, desarrollándose las rutas de las caravanas, y mercaderes de Oriente Próximo comerciaban a través del puerto de Cantón. Bajo los Tang, la influencia china se extendió sobre Corea, sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Vietnam; en el oeste, por medio de alianzas con tribus de Asia central, los Tang controlaron la depresión de Tarim y al final hicieron que su influencia llegara hasta lo que hoy es Afganistán.

7.3.1.1 Sistema administrativo

La fuerza económica y militar del Imperio Tang se basaba en un sistema de reparto equitativo de la tierra para la población adulta masculina. El impuesto agrícola per cápita que pagaban los propietarios por cada parcela de tierra era la fuente principal de ingresos para el gobierno y el servicio militar periódico que se les exigía era la base del poder militar Tang. Sin embargo, surgieron dificultades porque el gobierno seguía exonerando a los estados libres de impuestos y hacía grandes concesiones de tierra a aquéllos que les eran favorables. Como resultado del crecimiento de la población hacia el siglo VIII, los propietarios de parcelas individuales heredaban unos terrenos de tierra muy reducidos, pero el impuesto anual mantenía su cuantía, por lo que los campesinos abandonaban sus parcelas, reduciendo de ese modo los ingresos del Estado y mermando la eficiencia de las fuerzas armadas. Las áreas fronterizas ya no podían estar protegidas por las fuerzas militares, por lo que se encargó su defensa a tropas no chinas dirigidas por un sistema en el que tenían grandes privilegios los jefes militares.

7.3.1.2 Rebelión de An Lushan

Los primeros gobernantes Tang, también la emperatriz Wu Zetian (reinó desde el 683 hasta el 705), una antigua concubina imperial, por lo general fueron gobernantes capaces. Sin embargo, el brillante emperador Xuanzong, se enamoró de la cortesana Yang Guifei, una mujer mucho más joven que él y descuidó sus deberes permitiéndole situar a sus amigos y familiares en cargos importantes del gobierno. Uno de los favoritos de Yang era el competente general An Lushan, quién luchó con el hermano de Yang por el control del gobierno, de manera que precipitó una revuelta en el 755; no se restableció la paz hasta el 763 y aún entonces sólo por medio de alianzas que los Tang habían formado con tribus de Asia central. Tras la rebelión de An Lushan, el gobierno central nunca más fue capaz de controlar a los comandantes militares de las fronteras, algunos de los cuales convirtieron sus puestos en reinos hereditarios y retuvieron con regularidad los impuestos destinados al gobierno central. Esta situación se expandió a otras regiones de la propia China y hacia el siglo IX la zona que se encontraba bajo el control efectivo del gobierno central estaba limitada a la provincia de Shaanxi.

Durante los últimos años de los Tang tuvo lugar un gran florecimiento cultural; los poetas Li Bo, Du Fu y el maestro de la prosa Han Yu aparecieron en un momento en que ya había comenzado el proceso de declive político. La impresión de libros promovió la unidad cultural.

7.3.1.3 Persecución religiosa y desunión

La decadencia del budismo y la reaparición del confucianismo a finales de la era Tang dieron lugar a la aparición de una nueva y vigorosa ideología, que proporcionó la base para el crecimiento de una civilización perdurable en los siglos siguientes. Aunque el budismo había alcanzado el punto más alto de su popularidad durante los años de paz y prosperidad de los primeros Tang, se había desarrollado una clase oficial culta, principalmente de creencias confucianas hacia mediados de la dinastía que consideraba al budismo una fuerza perjudicial para la sociedad china. En el 845, el emperador comenzó una dura persecución contra los budistas; más de 4.600 monasterios y 40.000 templos y santuarios fueron destruidos, y más de 260.000 monjes budistas se vieron obligados a volver a la vida secular. También otros grupos religiosos pasaron a estar bajo control estatal.

El crecimiento social y económico tendía a preservar la unidad durante los años de fragmentación política. Durante el periodo de gobierno de los últimos Tang se desarrollaron los gremios de artesanos, el uso de papel moneda y la centralización comercial.

La dispersión del poder político y económico que marcó la disolución de la dinastía Tang dio lugar al llamado periodo de las Cinco Dinastías (907-960). No sólo se sucedieron cinco cortas dinastías en el valle del Huang He del norte de China, sino que se establecieron diez estados independientes, la mayor parte de ellos en el sur del país. A pesar de ello, los invasores extranjeros no asolaron China durante este periodo; la dinastía Liao (907-1125) de los mongoles Khitan, con base en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y Mongolia, fue capaz de extender su influencia sobre las provincias de Hebei y Shaanxi. Pekín se convirtió en la capital del sur del imperio conjunto chino-khitan.

7.3.2 Maduración cultural y gobierno extranjero

El periodo de las Cinco Dinastías terminó en el 960, cuando un jefe militar, Zhao Guangyin, accedió al trono y proclamó el establecimiento de la dinastía Song (960-1279). Hacia el 978 los Song controlaban la mayor parte de China, de la que quedaban excluidos tan sólo aquellos territorios en el norte de las provincias de Hebei y Shaanxi en poder de la dinastía Liao de los mongoles Khitan. El periodo suele subdividirse en la etapa de los Song del norte (960-1126), cuando la capital estaba situada en Kaifeng, y la de los Song del sur (1127-1279), cuya capital se encontraba en Hangzhou y la dinastía Tan sólo controlaba el sur de China.

7.3.2.1 Los Song del norte

Los primeros Song limitaron en gran manera el poder de los militares de las provincias y subordinaron el ejército al gobierno civil, por miedo a dispersar el poder militar hacia las fronteras, un desarrollo que había debilitado a los Tang. Así, los funcionarios (burócratas) civiles dominaban cada aspecto del gobierno y la sociedad. El sistema Tang de realizar exámenes o pruebas para los funcionarios públicos se expandió para proporcionar a la dinastía un constante flujo de talentos. Los Song reorganizaron el gobierno imperial, centralizando el control efectivo en la capital de una manera mucho mayor que hasta entonces. La estructura administrativa local permaneció según el modelo diseñado por los Tang. La literatura, las artes y la filosofía siguieron su desarrollo a lo largo de las líneas que se habían establecido en el último periodo Tang. La educación floreció y la economía siguió su expansión y diversificación. Sin embargo, la debilidad militar se convirtió en un problema crónico.

Después de numerosas derrotas a manos de los Liao, los Song firmaron un tratado en el 1004, cediendo de forma permanente el área que los Liao ocupaban a lo largo de la frontera norte y aceptando pagar un tributo anual. Tras una lucha prolongada con los Xi Xia, una tribu de la frontera noroccidental, los Song de nuevo compraron la paz en 1044, aceptando el pago de un tributo. Hacia mediados del siglo XI, los Song comenzaron a experimentar dificultades fiscales. El crecimiento demográfico había sobrepasado las tasas del crecimiento económico y los gastos militares asociados a la defensa de la frontera norte al igual que los costes administrativos de una burocracia civil en constante crecimiento consumían la mayor parte de los ingresos anuales. Mientras se deterioraba la situación militar y fiscal, la burocracia civil estaba dividida en grupos que proponían diferentes medidas reformistas.

En 1069, un joven emperador Song eligió al capaz Wang Anshi como su consejero principal. Wang concibió una serie de reformas tajantes destinadas a incrementar los ingresos gubernamentales, reducir los gastos y reforzar el ejército. Al darse cuenta de que los ingresos del gobierno estaban relacionados con la prosperidad de los campesinos individuales que pagaban impuestos, propuso una reforma agraria que daría terrenos iguales a todos, préstamos para ayudar a los agricultores en la siembra y cosecha, la eliminación de trabajo obligatorio para los campesinos, un impuesto gradual sobre la riqueza y la compra por parte del Estado de los excedentes de bienes para su redistribución en tiempos de hambre. Se adoptaron algunos de estos programas de Wang, pero pronto se abandonaron a causa de la oposición de la burocracia.

7.3.2.2 Los Song del sur

Incitados por la propia debilidad militar y fiscal, los Song se aliaron, a comienzos del año 1120 con la dinastía Jin (1122-1234) del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en contra de los Liao. Después de la derrota de éstos, los Jin se volvieron contra los Song y marcharon hacia el norte de China, tomando la capital, Kaifeng, en 1126. Los Song se retiraron y en 1135 restablecieron su capital en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang.

Bajo los Song del sur, la China meridional siguió desarrollándose con rapidez. La prosperidad económica y los logros intelectuales sobrepasaron a los de sus hermanos conquistados del norte; el rápido desarrollo económico permitió al gobierno reforzar sus defensas en mayor grado que lo que habían conseguido los Song del norte; el confucianismo, sintetizado en su forma final por Zhu Xi, siguió como un sistema de pensamiento centrado en el hombre, aunque tomó prestadas doctrinas metafísicas del budismo para presentar una filosofía del Universo más equilibrada y duradera. Aunque el deterioro administrativo fue en aumento, los Song del sur no mostraban signos de inestabilidad interna; sin embargo la dinastía fue sometida por una fuerza militar claramente superior tras algunos años de duros enfrentamientos.

En 1206, una asamblea de todas las tribus turcomongolas se reunió en Karakorum, en Mongolia exterior, para confirmar el establecimiento de la unidad mongola bajo la jefatura de Gengis Kan. Los mongoles iniciaron inmediatamente una serie de conquistas que dieron como resultado el establecimiento del mayor imperio conocido hasta entonces. En China fue la dinastía extranjera Jin la que primero cayó ante los ejércitos mongoles. Gengis Kan conquistó Pekín en 1215 y por tanto extendió su poder sobre el resto del norte de China. La conquista de los Song del sur no se completó hasta el 1279, después de que Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, heredara la dirección de las fuerzas mongolas.

7.3.2.3 Mandato mongol

Kublai trasladó la capital mongola desde Karakorum hasta un lugar cercano a Pekín, desde donde gobernó un imperio que se extendía desde la Europa oriental hasta Corea y desde el norte de Siberia al sur de la frontera norte de la India. Kublai y sus sucesores adoptaron gran parte de la maquinaria administrativa que había existido bajo los Song. Gobernaron como emperadores de China con el título dinástico de Yuan (1279-1368) y así son considerados por los chinos. El reinado de Kublai Kan fue el punto más alto del poder mongol. Se mejoraron mucho las comunicaciones y las rutas de comercio de Asia central, bajo control mongol, eran ahora más seguras que nunca, favoreciendo el tráfico comercial desde Occidente a Oriente. Llegaron a China misioneros y comerciantes, y con ellos aparecieron nuevas ideas, técnicas, alimentos y medicinas. El más conocido de los extranjeros que llegaron a China fue el mercader veneciano Marco Polo, cuyos escritos describieron muy vivamente el esplendor del Imperio mongol.

Mientras tanto, existía un creciente descontento dentro de China. La clase oficial confuciana estaba resentida por las prohibiciones mongolas para que los chinos ocuparan puestos importantes. La inflación y los impuestos oprimían a los campesinos chinos. Las décadas de 1330 y 1340 estuvieron marcadas por las malas cosechas y el hambre en el norte de China, y por fuertes inundaciones del Huang He. Durante la década de 1340 tuvieron lugar levantamientos en casi todas las provincias. En la siguiente década aparecieron destacados dirigentes rebeldes y en la década de 1360 Chu Yuanziang, un antiguo monje budista, fue capaz de extender su poder a través del valle del Yangzi Jiang. En 1371, mientras los mongoles estaban paralizados por rivalidades internas, marchó hacia el norte y tomó Pekín. Finalmente los mongoles se retiraron a su territorio de Mongolia, desde donde continuaron hostigando a los chinos.

7.4 Poder imperial

Dos grandes dinastías dominaron la historia china tras la llegada al poder de los Chu.

7.4.1 La dinastía Ming (1368-1644)

Fundada por Chu, los Ming establecieron su capital en principio en Nanjing y revitalizaron la civilización china de los Tang y los Song. Su poder se asentó firmemente en China y a lo largo de Asia oriental, se restableció el gobierno civil, se fomentó la literatura, se fundaron escuelas y se reformó la administración de justicia; se amplió la Gran Muralla y se mejoró el Gran Canal. El imperio se dividió en 15 provincias, la mayor parte de las cuales aún mantienen sus nombres originales. Cada provincia estaba supervisada por tres comisionados —uno para las finanzas, otro para los temas militares y un tercero para los temas judiciales. El comisionado financiero, que encabezaba la administración, fue sustituido en los últimos años de la dinastía por un gobernador.

Los primeros Ming también restablecieron el sistema de relaciones tributarias mediante las cuales los estados no chinos de Asia oriental reconocieron la supremacía cultural y moral de China y enviaron periódicamente tributos a la corte china. Durante el primer cuarto del siglo XV, las tribus de Mongolia fueron derrotadas definitivamente y la capital volvió a ubicarse en Pekín. Las expediciones navales chinas extendieron el poder del imperio Ming a lo largo de todo el sureste de Asia, la India y Madagascar. Sin embargo, desde mediados del siglo XV, el poder Ming comenzó a declinar. El protagonismo imperial se había deteriorado y los eunucos de la corte llegaron a ejercer un gran control sobre el emperador, alentando el descontento y la creación de grupos disidentes en el gobierno. El tesoro imperial se había reducido a causa del coste de la defensa contra las repetidas incursiones mongolas y las incursiones de los piratas japoneses que habían asolado la costa sureste durante todo el siglo XVI. Una campaña de siete años contra las tropas japonesas en Corea a finales del siglo XVI dejó a los Ming exhaustos.

Durante el periodo de decadencia de los Ming, se iniciaron las relaciones marítimas entre Occidente y China. Los primeros en llegar fueron los portugueses, en 1521, y hacia 1557 habían adquirido una factoría comercial en Macao. Después de 1570 comenzó el comercio entre China y los asentamientos españoles en Filipinas. En 1619 los holandeses se asentaron en Taiwan y tomaron posesión de las cercanas islas Pescadores. Mientras tanto, en la última mitad del siglo XVI, habían llegado a China desde Europa misioneros jesuitas y comenzaron a predicar el cristianismo. La sabiduría y los conocimientos de los jesuitas pronto les dieron acceso a la corte Ming, ante la oposición de los sabios neoconfucianos que permanecían preocupados con problemas de orden social. Los jesuitas fueron incapaces de implantar el cristianismo y de arraigar en China el pensamiento científico occidental.

La caída de los Ming se ocasionó por una rebelión que estalló en la provincia de Shaanxi como resultado de la incapacidad gubernamental para proporcionar ayudas en momentos de hambre y desempleo. Cuando los rebeldes llegaron a Pekín en 1664, las tropas Ming estaban desplegadas en la Gran Muralla, procurando frenar la invasión de los manchúes, una tribu tungúsica que había obtenido recientemente el poder en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Los Ming decidieron aceptar la ayuda manchú para expulsar a los rebeldes de la capital, pero tras prestar esa colaboración, los manchúes se negaron a abandonar Pekín, lo que forzó a los Ming a retirarse al Sur de China, donde intentaron, sin éxito, restablecer su régimen.

7.4.2 La dinastía Manchú o Qing (1644-1912)

Bajo la dinastía Qing, los manchúes siguieron absorbiendo la cultura de China. Su organización política se basaba en la de los Ming, aunque estaba más centralizada; el máximo organismo administrativo fue una nueva institución, el Gran Consejo, que tramitaba los asuntos militares y políticos del Estado bajo la supervisión directa del emperador. Los funcionarios (burócratas) principales en la capital tenían tanto un jefe chino como manchú. Desaparecieron tanto la burocracia tradicional como los exámenes para funcionarios públicos, que eran elegidos por su conocimiento del confucianismo.

Hacia finales del siglo XVII, los Qing habían eliminado toda la oposición Ming y sofocado una rebelión encabezada por generales chinos, quienes en principio habían ayudado a los manchúes y a los que se habían otorgado dominios semiautónomos en el sur. A mediados del siglo XVIII, durante el reinado del emperador Qianlong, la dinastía Qing llegó al apogeo de su poder. Dongbei Pingyuan (Manchuria), Mongolia, Xinjiang y el Tíbet se encontraban bajo el control Qing, hasta Nepal notó la influencia china; Birmania enviaba periódicamente tributos a la corte Qing, al igual que las islas Ryūkyū; Corea y Vietnam del Norte reconocieron ambos la soberanía china y Taiwan fue anexionada.

El orden interno que los manchúes implantaron hizo del siglo XVIII un periodo de paz y prosperidad sin precedentes en China; la población se duplicó, pero la producción fue incapaz de expandirse al mismo ritmo. Hacia finales del siglo XVIII, la situación económica del campesinado chino había empezado a declinar. Los recursos financieros del gobierno estaban gravemente mermados por el coste de la expansión exterior y a finales del reinado de Qianlong estaban casi agotados por la corrupción oficial. Las tropas manchúes situadas a lo largo de toda China fueron una causa más de deterioro de la economía y, debilitadas por su escasa experiencia bélica al servir como simples guarniciones, fueron poco capaces de empuñar las armas en su propia defensa.

A finales del siglo XVIII los manchúes aceptaron con reservas las relaciones comerciales con Occidente; el comercio estaba limitado al puerto de Cantón y los comerciantes extranjeros tenían que llevar a cabo sus intercambios comerciales a través de un número limitado de comerciantes chinos (sistema del Cohong). Los países más activos eran Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, aunque el comercio británico era el más importante. Inicialmente el balance comercial era favorable a China, pues Gran Bretaña compraba té y hacía sus pagos en plata. Para invertir la balanza comercial, durante la década de 1780, los comerciantes británicos introdujeron en China opio procedente de la India. Hacia 1800 el mercado del opio se había desarrollado muy rápidamente y la balanza comercial se había inclinado a favor de Gran Bretaña. La pérdida de la plata china como resultado del creciente comercio del opio agravó las dificultades fiscales a las que ya se tenía que enfrentar el gobierno Qing.

7.4.2.1 Presión extranjera

El siglo XIX estuvo caracterizado por un rápido deterioro del sistema imperial y un crecimiento continuo de la presión extranjera desde Occidente y más tarde desde Japón. El tema de las relaciones comerciales entre China y Gran Bretaña dio lugar al primer conflicto serio. Los británicos estaban ansiosos por expandir sus contactos comerciales más allá de los límites restrictivos impuestos en Cantón. Para llevar a cabo esta expansión, intentaron establecer relaciones diplomáticas con el Imperio chino de la misma forma que existían entre Estados soberanos en Occidente. China, con su larga historia de autosuficiencia económica, no estaba interesada en incrementar el comercio; además, desde el punto de vista chino las relaciones internacionales, si tenían que existir de alguna manera, debían ser según un sistema tributario en el que se reconociera la hegemonía china. Por otra parte, los chinos estaban ansiosos por detener el comercio del opio, que estaba socavando las bases fiscal y moral del Imperio. En 1839, oficiales chinos confiscaron y destrozaron grandes cantidades de opio de barcos británicos en el puerto de Cantón y aplicaron fuertes presiones a la comunidad británica de esa ciudad. Los británicos se negaron a restringir aún más la importación de opio y las hostilidades surgieron a finales de 1839.

7.4.2.2 Guerras comerciales y tratados desiguales

La primera guerra del Opio terminó en 1842 con la firma del Tratado de Nanjing. China había sido vencida y los términos del tratado garantizaban a Gran Bretaña las prioridades comerciales que buscaba. Durante los dos años siguientes, tanto Francia como Estados Unidos obtuvieron tratados similares. China vio estos tratados como desagradables pues eran concesiones dictadas por bárbaros ingobernables; sin embargo, su sumisión a las cláusulas comerciales respecto a la expansión del comercio estaba muy por debajo de las expectativas de las potencias occidentales. Tanto Gran Bretaña como Francia encontraron pronto ocasión para renovar las hostilidades y durante la segunda guerra del Opio (1856-1860), aplicaron la presión militar a la capital de la región en el norte de China. Se firmaron nuevos tratados en Tianjin en 1858, que extendieron las ventajas occidentales. Cuando el gobierno de Pekín se negó a ratificarlos, se reabrieron las hostilidades. Una fuerza expedicionaria franco-británica penetró hasta Pekín. Después de que el palacio de Verano fuera incendiado como venganza por las atrocidades chinas infligidas a los prisioneros occidentales, se firmaron las Convenciones de Pekín, en las que se ratificaban los términos de los tratados anteriores.

Estos tratados, conocidos en su conjunto en China como los ‘tratados desiguales’, determinaron las relaciones chinas con Occidente hasta 1943, cambiaron el curso del desarrollo social y económico chino y obstaculizaron de manera permanente la política de la dinastía Manchú. De acuerdo con sus disposiciones, los puertos chinos se volvieron a abrir al comercio internacional, se permitió la instalación de colonias de residentes extranjeros, y se cedieron de forma permanente a Gran Bretaña los territorios de Hong Kong y Kowloon. Además se garantizó a los súbditos de los Estados firmantes de los tratados la extraterritorialidad, de modo que casi todos los extranjeros en China quedaban bajo la única jurisdicción de sus consulados y sólo estaban sujetos a las leyes de sus países de origen. Todos los tratados presentaban una cláusula de nación más favorecida, bajo la cual cualquier privilegio que extendía China a una nación era automáticamente extendida a todos los demás Estados signatarios de los tratados. Con el tiempo se fraguó el control extranjero sobre toda la economía china. Los tratados marcaron los aranceles sobre los bienes importados por China en un máximo de un 5% de su valor; esta disposición hizo que China fuera incapaz de recaudar suficientes impuestos sobre las importaciones, lo que impidió proteger a las industrias nacionales y promover la modernización económica.

7.4.2.3 La rebelión Taiping

Durante la década de 1850 se agitaron los cimientos del imperio por la rebelión Taiping, una revolución popular de origen religioso, social y económico. Su dirigente, Hong Xiuquan se llegó a considerar a sí mismo hermano pequeño de Jesucristo, al que por mandato divino se le había ordenado deshacerse del mandato manchú de China y establecer una dinastía cristiana. La rebelión surgió en la provincia de Guangxi en 1851; hacia 1853 los Taiping se habían desplazado hacia el norte y establecido su capital en Nanjing. Aunque no fueron capaces de ocupar Pekín, hacia 1860 estaban firmemente atrincherados en el valle del Yangzi Jiang y amenazaban Shanghai.

La dinastía manchú, enfrentada a la realidad de tener que mantener relaciones con los más poderosos Estados occidentales y destrozada por una rebelión interna de proporciones sin precedentes, pretendió reformar su política para garantizar la supervivencia del imperio. Desde 1860 a 1895 se hicieron intentos para restaurar el gobierno siguiendo principios confucianos con el fin de solucionar los problemas internos, sociales y económicos, y permitir la introducción de tecnología occidental que reforzara el poder del Estado. Los manchúes eran incapaces de proporcionar las directrices para tales programas, por lo que los reformistas se dirigieron hacia los oficiales chinos de las provincias. Gracias al poder imperial que les había concedido una mayor autoridad financiera, administrativa y militar, algunos de estos oficiales chinos habían tenido importantes éxitos al llevar a cabo sus programas. Durante las décadas de 1860 y 1870, en gran medida a través de los esfuerzos de los gobernadores Tseng Kuo-Fan y Li Hongzhang, se sofocó la rebelión Taiping, se restauró la paz interna, se establecieron arsenales y astilleros, y se abrieron varias minas. Sin embargo, los objetivos de mantener un gobierno confuciano y desarrollar un poder militar moderno eran básicamente incompatibles. La dirección de este programa de modernizaciones fue desempeñada por los burócratas neoconfucianos, graduados siguiendo el sistema de exámenes para funcionarios públicos. Sin embargo, estos hombres estaban pobremente equipados o estaban encargados de llevar a cabo programas parciales de modernización cuyo objetivo era aumentar el poder estatal; en consecuencia, los esfuerzos de China por fortalecerse desde 1860 a 1895 fueron inútiles.

7.4.2.4 Esferas de influencia extranjeras

En principio, los Estados occidentales tendían a consolidar sus beneficios bajo la firma de tratados desiguales más que a buscar privilegios adicionales. Sin embargo, en 1875 Occidente y Japón comenzaron a desmantelar el sistema chino de estados tributarios, mantenidos en el sureste de Asia. Desde 1875 las islas Ryūkyū cayeron bajo el control japonés. La Guerra Chino-francesa de 1884 y 1885 puso Tonkín bajo el imperio colonial francés y al año siguiente Gran Bretaña ocupó Birmania. En 1860 Rusia obtuvo las provincias marítimas del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los territorios al norte del río Amur. En 1894 los esfuerzos japoneses por anexionarse Corea originaron la Guerra Chino-japonesa. China sufrió una derrota decisiva en 1895 y se vio forzada a reconocer la pérdida de Corea, pagar una enorme indemnización de guerra y ceder a Japón la isla de Taiwan y la península de Liaodong, en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria).

Rusia, Francia y Alemania reaccionaron de inmediato ante la cesión de la península de Liaodong, pues suponía otorgar a Japón una posición prioritaria en la región más rica de China. Estos tres Estados intervinieron demandando que Japón devolviera Liaodong a cambio de una mayor indemnización económica. Una vez que consiguieron esto, las tres potencias europeas le presentaron a China nuevas demandas. Hacia 1898, sin poder negarse a las demandas extranjeras, China había sido dividida en esferas de influencia económica. Se le concedió a Rusia el derecho a construir el ferrocarril Transiberiano, la posesión del ferrocarril chino oriental, que a través de Dongbei Pingyuan (Manchuria) llegaba hasta Vladivostok, y el ferrocarril del sur de esta región atravesando el extremo meridional de la península de Liaodong, así como derechos económicos adicionales exclusivos en el conjunto de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Otros derechos de exclusividad para el desarrollo de ferrocarriles y la explotación de minas se concedieron a Alemania en la provincia de Shandong, a Francia en las provincias meridionales, a Gran Bretaña en las provincias ribereñas del Yangzi Jiang y a Japón en las provincias costeras del sureste. Como resultado de la Guerra Ruso-japonesa (1904-1905), la mayor parte del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los derechos rusos de esta zona fueron transferidos a Japón. Estados Unidos, en un intento de mantener sus derechos en China sin competir por el territorio, inició la política de puertas abiertas en 1899 y 1900. Esa política, consentida por las restantes potencias, estipulaba que sus nuevos privilegios en China no cambiaban en ninguna manera la posición igualitaria de todos los Estados acogidos a las cláusulas de nación más favorecida. Estados Unidos acometió la garantía de la integridad territorial y administrativa de China, aunque permaneció hasta 1941 sin respaldarla por la fuerza.

7.4.2.5 Movimientos de reforma y la rebelión Bóxer

Hacia 1898 un grupo de reformadores ilustrados adquirieron gran influencia sobre el joven y abierto emperador Guangxu. En el verano de ese año, incitados por la urgencia de la situación creada por el aumento de las nuevas esferas de influencia extranjera, aplicaron un profundo programa de reformas diseñado para convertir a China en una monarquía constitucional y modernizar su economía y sistema educativo. Este programa enfrentó a la oposición de la camarilla de oficiales manchúes elegidos por la emperatriz Cixi, que se había retirado poco tiempo antes. Cixi y los oficiales manchúes secuestraron al emperador y con la ayuda de jefes militares leales sofocaron el movimiento reformista. Se extendió por todo el país una reacción violenta, que alcanzó su punto álgido en 1900 con un levantamiento xenófobo de la sociedad secreta de los Bóxer, un grupo que gozaba del apoyo de la emperatriz viuda y de numerosos oficiales manchúes. Después de que una fuerza expedicionaria occidental hubiera aplastado la rebelión Bóxer en Pekín, el gobierno manchú se dio cuenta de la inutilidad de su política. En 1902 adoptó su propio programa de reformas e hizo planes para establecer un gobierno constitucional limitado, según el modelo japonés. En 1905 se abandonó el antiguo sistema de exámenes para los funcionarios.

Era tarde para los manchúes. Poco después de la Guerra Chino-japonesa, Sun Yat-sen, formado según el modelo occidental, había iniciado un movimiento revolucionario dedicado a establecer un gobierno republicano. Durante la primera década del siglo XX, los revolucionarios atrajeron a estudiantes, comerciantes chinos con el extranjero y grupos nacionales poco satisfechos con el gobierno manchú. A mediados de 1911 tuvieron lugar levantamientos como protesta contra el programa de nacionalización del ferrocarril Qing y en octubre de ese año estalló la Revolución republicana en Hankou (en la actualidad, parte de la ciudad de Wuhan), en China central, extendiéndose a otras provincias, mientras Sun tomaba el control de la revuelta. Los ejércitos manchúes, reorganizados por el general Yuan Shikai, eran claramente superiores a las fuerzas rebeldes, pero Yuan sólo aplicó una presión militar limitada y negoció con los dirigentes rebeldes ser designado presidente de un nuevo gobierno republicano. El 12 de febrero de 1912 Sun Yat-sen cedió su puesto de presidente provisional en favor de Yuan y sumisamente los manchúes se retiraron del poder. El 14 de febrero de 1912 una asamblea revolucionaria reunida en Nanjing eligió a Yuan primer presidente de la República de China.

7.5 La República de China

La República de China mantuvo una frágil existencia desde 1912 hasta 1949. Aunque se adoptó una Constitución y se estableció un Parlamento en 1912, Yuan Shikai nunca permitió que estas instituciones limitaran su control personal del gobierno. Cuando el recién fundado Partido Nacionalista, o Guomindang, encabezado por Sun Yat-sen, intentó reducir el poder de Yuan, primero mediante tácticas parlamentarias y luego con la fracasada revolución de 1913, Yuan respondió con la disolución del Parlamento, la ilegalidad del Guomindang y el gobierno a través de sus conexiones personales con los dirigentes militares provinciales. Sun Yat-sen se refugió en Japón. Yuan, sin embargo, se vio forzado por la oposición popular a abandonar sus planes de restaurar el imperio y convertirse en emperador. Murió en 1916, y el poder político fue ejercido por los jefes militares provinciales. El gobierno central mantuvo hasta 1927 una existencia precaria y casi ficticia.

Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), Japón buscó obtener una posición de supremacía incuestionable en China. En 1915 presentó a China las denominadas “Veintiuna Demandas”, cuyos términos habrían reducido China a un virtual protectorado japonés. China, flexible ante una versión modificada de las demandas, accedió, entre otras concesiones, a transferir las posesiones alemanas en Shandong a Japón. La tardía entrada de China en la guerra en 1917 estaba destinada a conseguir participar en el futuro tratado de paz para revisar las ambiciosas peticiones japonesas. China esperaba que Estados Unidos, de acuerdo con su política de puertas abiertas, le ofreciera su apoyo. Sin embargo, en Versalles, el presidente estadounidense Woodrow Wilson retiró el apoyo de su país a China en el tema de Shandong, cuando Japón retiró sus demandas de una cláusula de igualdad racial en el Pacto de la Sociedad de Naciones, una disposición a la que se oponían duramente en Estados Unidos a causa de la posibilidad de que hubiera una afluencia ilimitada de mano de obra desde oriente. La delegación china, indignada, se negó a firmar el Tratado de Versalles. Sin embargo, China obtuvo posteriormente su admisión en la Sociedad de Naciones a partir de la firma de un tratado de paz por separado con Austria.

Los jóvenes e intelectuales chinos, que en la década precedente habían vuelto sus ojos cada vez más hacia Occidente, en busca de modelos e ideales para la reforma de China, se sintieron traicionados por Wilson en Versalles. Cuando estas noticias llegaron, se inició en la Universidad de Pekín una manifestación masiva de protesta en contra de los japoneses, el llamado ‘Movimiento del Cuatro de Mayo’, que se extendió por todo el país en 1919.

7.5.1 El Guomindang y el ascenso del Partido Comunista

Tras ser sofocado, siguió un periodo de examen y reajuste, desde el cual surgieron dos objetivos claros: deshacerse del imperialismo que se cernía sobre China y restablecer la unidad nacional. Los chinos estaban desilusionados por el cínico interés de los poderes imperialistas occidentales y se fueron acercando progresivamente al pensamiento marxista-leninista y a la Unión Soviética. El Partido Comunista Chino (PCCh) se fundó en Shanghai en 1921, contando entre sus primeros miembros con Mao Zedong. En 1923 Sun Yat-sen aceptó el consejo soviético para reorganizar un Guomindang en proceso de desintegración, y fortalecer sus débiles fuerzas militares. Al mismo tiempo aceptó el ingreso de comunistas en el Guomindang. Los principios ideológicos de Sun (nacionalismo, democracia y socialismo) estaban íntimamente relacionados con un espíritu antiimperialista y la defensa de la unificación nacional. A pesar de la muerte de Sun en 1925, el rejuvenecido Guomindang, bajo el mandato del joven general Jiang Jieshi, lanzó una expedición militar en 1926 desde su base de Cantón. Jiang buscaba reunificar China bajo el mandato del Guomindang y liberar al país del imperialismo y de la fuerza de los jefes militares provinciales (los llamados señores de la guerra). No obstante, antes de que el Guomindang completara la reunificación territorial de China ya en 1928, Jiang llevó a cabo una cruenta purga de los miembros comunistas del partido, y desde entonces confió en el apoyo de las clases propietarias y de las potencias extranjeras.

7.5.1.1 Los problemas de Jiang

El nuevo gobierno nacional que el Guomindang estableció en Nanjing en 1928 se encontró con tres problemas de gran magnitud. Primero, Jiang en realidad sólo tenía bajo su control cinco provincias, pues el resto del país aún estaba gobernado por jefes militares locales. Segundo, hacia comienzos de la década de 1930 se encontró con una rebelión interna comunista. Los comunistas chinos, después la purga del Guomindang en 1927 se dividieron en dos facciones y pasaron a la clandestinidad. Uno de los dos grupos intentó fomentar los levantamientos urbanos; el otro, dirigido por Mao Zedong, tomó la zona rural de la China central, donde movilizó a los campesinos, formó un ejército con ellos y estableció algunas comunas siguiendo el modelo soviético. La primera facción se unió finalmente a Mao en la China central. El tercer problema del nuevo gobierno Jiang fue la agresión japonesa en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y el norte de China.

Durante la década de 1920 Japón había moderado su política respecto a China. En la Conferencia Naval de Washington de 1922, había aceptado devolver las antiguas posesiones alemanas en Shandong. Desde 1928, sin embargo, el nacionalismo militante del Guomindang chocó con los intereses imperialistas japoneses interesados en el control del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria). El 18 de septiembre de 1931, los japoneses se valieron de un presunto bombardeo nacionalista del ferrocarril para extender su control militar sobre toda la región. La primavera siguiente los japoneses transformaron las tres provincias de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en el nuevo Estado de Manchukuo y posteriormente convirtieron a Puyi, el último gobernante de la dinastía manchú, en su emperador. A comienzos de 1933 la zona oriental de Mongolia Interior fue incorporada al Manchukuo. Hacia mediados de 1933, Japón había conseguido de China un acuerdo para la desmilitarización del noreste de Hebei.

7.5.1.2 El incidente Sian

Mientras se ocupaba de estos tres problemas durante la década de 1930, Jiang Jieshi negoció con los jefes militares locales y contemporizó con los japoneses, dando prioridad a la supresión de la rebelión comunista. A finales de 1934, consiguió desalojar al Ejército Rojo de su base de China central, pero los comunistas se desplazaron hacia el oeste y después al norte en la denominada Larga Marcha, que terminó en Yan’an, en la provincia de Shaanxi; hacia 1936 habían establecido una nueva base en el noroeste. Mientras se intensificaba la agresión de los japoneses, aumentó la presión popular para que los chinos pusieran fin a las luchas internas y se unieran contra Japón. Sin embargo, Jiang resistió hasta finales de 1936, en que fue secuestrado por uno de sus propios generales. Durante su periodo de cautiverio en Xi’an fue visitado por el propio dirigente comunista, con quien acordó la adopción de una política común contra Japón. Cuando fue liberado moderó su postura anticomunista y en 1937 se formó un frente unido del Guomindang y los comunistas contra los japoneses.

7.5.2 La II Guerra Mundial

En 1937 Japón y China comenzaron una guerra a gran escala como resultado de una escaramuza en el puente de Marco Polo, cerca de Pekín. Hacia 1938 Japón controlaba la mayor parte del noreste de China, interior del valle del Yang-tsê hasta Hankou, y la zona alrededor de Cantón en la costa sureste. El Guomindang cambió su capital y desplazó la mayor parte de su fuerza militar al interior a Chongqing en la provincia suroccidental de Sichuan.

Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno del Guomindang en Chonqing sufrió un importante debilitamiento militar y financiero mientras los comunistas, con su cuartel general en Yan’an, expandían de manera significativa sus bases territoriales y sus fuerzas militares gracias al aumento de la militancia en el partido. Después de haber sufrido importantes pérdidas humanas y materiales durante la batalla por la China oriental en 1937 y 1938, los mandos del ejército del Guomindang se reabastecieron con reclutas mal entrenados; además, el reequipamiento de estos ejércitos hubo de posponerse hasta 1945, año en que llegaron al gobierno nacionalista los primeros envíos a gran escala de material militar estadounidense. No sólo estaban muy debilitadas las fuerzas militares del gobierno del Guomindang después de 1938 sino que también la jefatura estaba desgarrada por las múltiples disidencias en su seno. Estos problemas se complicaron con unas condiciones de inflación creciente que comenzó en 1939, cuando el gobierno se desligó de su mayor fuente de ingresos en la China oriental ocupada por los japoneses. A pesar de la importante ayuda financiera estadounidense, la tendencia inflacionista empeoró con el posterior crecimiento de la corrupción oficial, pérdida de la moral entre las tropas y entre la población civil.

Por otro lado, los comunistas se habían dispersado desde Yan’an, ocupando una gran parte del norte de China y se habían infiltrado en muchas de las regiones rurales por la retaguardia de las líneas japonesas. Allí organizaron hábilmente a los campesinos para que ingresaran en las filas del Partido Comunista y del Ejército Rojo. La unidad y la disciplina organizativa se mantuvieron a través de una fuerte campaña de propaganda ideológica. Las fuerzas soviéticas, que ocuparon Dongbei Pingyuan (Manchuria) tras la declaración de guerra a Japón el 8 de agosto de 1945, entregaron a los comunistas gran cantidad de armas capturadas a los japoneses. Como resultado de ello, los comunistas salieron de la II Guerra Mundial con una fuerza más fuerte, disciplinada y equipada que antes.

7.5.3 La lucha por la supremacía entre el Guomindang y el Partido Comunista

En 1945, poco después de que Japón capitulara, estalló la lucha entre los comunistas y las tropas del Guomindang por el control de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Se alcanzó una tregua temporal en 1946 a través de la mediación del general estadounidense George C. Marshall. Aunque de inmediato se reanudó la lucha, Marshall continuó sus esfuerzos para unir a las dos partes. En agosto de 1946, Estados Unidos intentó reforzar el papel de Marshall como mediador imparcial al suspender su ayuda militar al gobierno nacionalista. No obstante, las hostilidades continuaron y en enero de 1947, convencidos de la inutilidad de proseguir la mediación, Marshall abandonó China. Muy pronto el conflicto estalló en una guerra civil a gran escala y desaparecieron todas las esperanzas de un acercamiento político. En mayo de 1947, se reanudó la ayuda estadounidense a los nacionalistas. Sin embargo, las fuerzas gubernamentales estaban agotadas tras dos décadas de un estado de guerra casi continuo, el mando estaba dividido por la desunión interna y la economía estaba paralizada por una espiral inflacionista; además, los campesinos recelaban de una prometida reforma agraria que no llegaba nunca, mientras que los liberales en el gobierno eran sometidos por los sectores más conservadores. En 1947 la iniciativa militar pasó a los comunistas, cuyo Ejército de Liberación Popular (nombre oficial) dirigido por Lin Biao derrotó a los nacionalistas en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en el verano de 1949, la resistencia nacionalista se derrumbó. El gobierno, con las fuerzas que pudo recuperar, buscó refugio en la isla de Taiwan. La Revolución comunista había triunfado en China.

En septiembre de 1949 los comunistas reunieron la Conferencia Consultiva Popular Política China, un cuerpo constituyente de 662 miembros, que adoptó un grupo de principios y directrices políticas y una ley orgánica para gobernar el país. La conferencia eligió al Consejo de Gobierno Central Popular, que iba a servir de órgano supremo político. Mao Zedong, nombrado presidente de este organismo, era de hecho el jefe del Estado. De acuerdo con los poderes que había delegado en él la conferencia, el Consejo de Gobierno Central Popular instituyó los diferentes órganos de gobierno central y local. En el plano nacional, el Consejo Administrativo de Gobierno, encabezado por Zhou Enlai, llevó a cabo funciones de gobierno tanto legislativas como ejecutivas. Subordinados al Consejo se encontraban más de 30 comisiones y ministerios encargados de tratar diferentes aspectos de los asuntos estatales. La República Popular China fue oficialmente proclamada el 1 de octubre de 1949.

7.6 La República Popular

En 1953 después de que el control comunista se hubiera establecido con firmeza en la mayoría de las poblaciones, el Consejo de Gobierno Central Popular inició la elección de los congresos populares locales, que a su vez, eligieron los congresos del ámbito administrativo inmediatamente superior. En 1954 se completó la red de congresos electos, con la elección del Congreso Nacional Popular, que aprobó el borrador de la Constitución que se envió al Comité Central del Partido Comunista Chino.

La Constitución de 1954, que reemplazó a la Ley Orgánica de 1949 como la ley fundamental del país, confirmó la hegemonía del Partido Comunista Chino e introdujo cambios destinados a centralizar el control del gobierno.

7.6.1 La transformación de la sociedad

La política básica del régimen comunista fue transformar China en una sociedad socialista. Para alcanzar este fin se utilizaron ampliamente la educación en los principios del marxismo-leninismo y la propaganda política, en especial hacia los jóvenes. Se aseguró a las mujeres una posición de igualdad mediante las nuevas leyes de matrimonio, que pusieron fin a la práctica del concubinato, la poligamia, la venta de niños y la interferencia en los nuevos matrimonios de las viudas, y aseguraban derechos iguales respecto al empleo, propiedad de los bienes y divorcio. Se controló estrictamente la religión; se obligó a los misioneros extranjeros a salir del país y se colocó a clérigos chinos dispuestos a cooperar con los comunistas, al mando de las iglesias cristianas. Los intelectuales se vieron sujetos al control gubernativo dirigido a la erradicación de las ideas anticomunistas.

En los primeros años de la República Popular, el gobierno también recurrió al terror en sus esfuerzos por eliminar a toda la oposición y a los enemigos potenciales; en 1951, las autoridades de Pekín afirmaron que entre octubre de 1949 y octubre de 1950, se ejecutó a más de un millón de los denominados elementos contrarrevolucionarios. Algunas autoridades extranjeras estimaron que esos datos podrían haberse incrementado a finales de 1951 a dos millones.

7.6.1.1 Política económica

La primera acción de los comunistas fue reconstruir la economía, que se había visto afectada por las consecuencias de las décadas de guerra continua. Inmediatamente instituyeron medidas severas para controlar la inflación, restaurar las comunicaciones y restablecer el orden interno necesario para el desarrollo económico. Su política económica potenció la colectivización agrícola para poder promocionar el ahorro necesario para el establecimiento de la industria pesada. La industria privada pasó gradualmente a estar bajo propiedad mixta estatal y privada. El control del Estado fue ejercido mediante una serie de programas que implicaban la incautación de los considerados sectores económicos básicos y la paulatina desaparición de algunos propietarios mediante pagos compensatorios fijos. La reforma agraria se inició en 1950 y fue seguida de la creación de equipos de ayuda mutua, cooperativas y granjas colectivas. El primer plan quinquenal, que se inició en 1953 y se llevó a cabo con ayuda soviética, potenció la industria pesada a costa de los bienes de consumo. La ayuda económica y el consejo técnico soviético contribuyeron en gran manera al éxito inmediato del programa.

7.6.1.2 Política exterior

La política exterior china reflejaba la unidad existente en el movimiento comunista internacional en la década de 1950. China y la Unión Soviética firmaron un tratado de amistad y alianza en 1950 y varios acuerdos complementarios, que concluyeron en 1952 y 1954, por los que la Unión Soviética hizo grandes concesiones a China, como la desaparición de la presencia soviética en Dongbei Pingyuan (Manchuria). China también pretendió estrechar relaciones con sus vecinos comunistas. Durante la guerra de Corea las tropas chinas ayudaron al régimen comunista de Corea del Norte contra las fuerzas de Naciones Unidas, enfrentándose directamente a las tropas de Estados Unidos. Cuando este conflicto finalizó en 1953, los chinos aceleraron el flujo de la ayuda militar a los insurgentes comunistas que luchaban contra los franceses en Indochina. Zhou Enlai desempeñó un importante papel en las negociaciones de los Acuerdos de Ginebra de 1954, que terminaron momentáneamente con las hostilidades en esta región.

Con su llegada al poder, el régimen comunista también intentó recuperar los territorios que consideraba dentro de las fronteras históricas de China. En 1950, las tropas chinas invadieron Tíbet y obligaron al país a aceptar el mandato chino. En agosto de 1954, Zhou Enlai declaró oficialmente que la liberación de Taiwan era uno de sus principales objetivos, mientras que desde el campo nacionalista se insistía también en volver a unificar el país. Los comunistas comenzaron a bombardear a principios de septiembre la isla de Quemoy, que se encontraba en manos de los nacionalistas, y posteriormente atacaron otras islas más allá de la costa de la China continental, entre las que se contaban Matsu y las Tachens. Los nacionalistas respondieron con ataques aéreos y navales contra el continente. Cuando en 1955 los comunistas intensificaron su ofensiva contra las islas, los nacionalistas, con la ayuda de la VII Flota de Estados Unidos, evacuaron las Tachens. Desde 1958 se ha mantenido de manera general por ambas partes un alto el fuego en los estrechos, aunque el régimen comunista nunca ha renunciado a utilizar la fuerza para conquistar Taiwan.

7.6.1.3 El Gran Salto adelante

La prudencia y planificación que supuso el primer plan quinquenal fueron abandonadas en gran medida en el segundo, que comenzó en 1958. Se impusieron controles más rígidos sobre la economía para incrementar la producción agrícola, restringir el consumo y acelerar la industrialización; se trataba en definitiva de realizar un “gran salto adelante”, como lo llamó la propaganda oficial. Sin embargo, a causa de una mala dirección e inadecuada planificación, el programa fracasó: la economía se desorganizó y la producción industrial descendió entre 1959 y 1962 hasta un 50 por ciento.

7.6.2 Creciente aislamiento

La situación empeoró en 1960 con la retirada de la ayuda económica y el consejo técnico de los soviéticos. Mientras la Unión Soviética avanzaba hacia una coexistencia pacífica con Occidente, surgieron diferencias ideológicas entre las dos potencias comunistas hegemónicas. Su alianza se fue deteriorando con rapidez a comienzos de la década de 1960 y en 1962 China condenó abiertamente a la URSS por retirar sus misiles de Cuba ante las presiones de Estados Unidos, manteniendo que la revolución era el único medio para poder lograr el objetivo máximo del comunismo: poner fin al capitalismo. En particular, los chinos acusaron al dirigente soviético Nikita S. Jruschov de revisionismo moderno y de traicionar la ideología marxista-leninista. Como resultado de ello, la URSS cortó totalmente su financiación al desarrollo económico de China. Los chinos comenzaron a competir abiertamente con la Unión Soviética por la jefatura del bloque comunista y por la influencia entre los nuevos Estados surgidos de la descolonización; con este fin Zhou Enlai viajó a Asia y África en 1963 para obtener el apoyo a China.

Sin embargo, el irredentismo chino y las tácticas subversivas impidieron los esfuerzos diplomáticos para obtener este fin. En 1959, tropas chinas penetraron y ocuparon unos 31.000 km2 de territorio que reclamaba la India. Las negociaciones entre los dos países no fueron concluyentes y de nuevo en 1962 se iniciaron fuertes enfrentamientos, cuando las tropas chinas avanzaron a lo largo de las fronteras reclamadas por la India. Aunque posteriormente los chinos retiraron sus tropas a las posiciones de 1959, la agresión hizo disminuir el prestigio de China entre los Estados neutrales de Asia y África. En el Sureste asiático, China prestó su apoyo moral así como ayuda técnica y material a los movimientos comunistas de Laos y Vietnam. Además, en Indonesia, los numerosos oficiales chinos colaboraron activamente en el fomento de la fracasada revolución comunista que provocó su expulsión en 1965, después del triunfo del golpe de Estado militar que colocó en el poder al general Suharto, y en la que sufrieron enormes pérdidas de vidas y propiedades. Birmania y Camboya, aunque mantenían relaciones de amistad con China, se encontraban más vinculadas con la Unión Soviética. Tan sólo Albania se mantuvo como un aliado incondicional de China.

7.6.3 La Revolución Cultural

Mientras los comunistas luchaban por construir la sociedad china, aparecieron diferencias entre Mao, que favorecía una ideología comunista pura y los intelectuales, profesionales y burócratas, que querían un acercamiento más racional y moderado que animara la eficacia y productividad del país. En mayo de 1956, los dirigentes del partido preocupados por las críticas de los moderados, más pragmáticos, lanzaron una campaña animando a los chinos a “dejar florecer cien flores, dejar luchar a cien escuelas de pensamiento.” Los intelectuales fueron instados a exponer sus quejas al sistema para que los problemas pudieran ser identificados y solucionados. A comienzos de 1957 Mao amplió la campaña de las “cien flores”, invitando a la libre crítica de la política gubernamental. Se asumió, por supuesto, que tales críticas se encontrarían dentro del marco del comunismo. Sin embargo en junio de 1957 se volvieron a imponer estrictos controles sobre la libertad de expresión, que pusieron fin a la denominada “primavera de Pekín”.

7.6.3.1 Ampliación de la división

La escisión entre Mao y los moderados se amplió. En 1959 abandonó la presidencia de la República y le sucedió el moderado Liu Shaoqi; sin embargo, retuvo parte de su poder. La influencia de Mao se vio disminuida posteriormente por el fracaso económico que supuso el Gran salto adelante. La escisión se convirtió en un conflicto público en 1966, cuando Mao y sus seguidores lanzaron la Revolución Cultural proletaria para erradicar lo que perdurara de las ideas y costumbres burguesas y para recuperar el celo revolucionario del primitivo comunismo chino. Mao también quería debilitar la burocracia del partido, ahora atrincherada en los privilegios y modernizar el sistema educativo para beneficiar a los trabajadores rurales y manuales.

Estudiantes autoproclamados guardias rojos, a los que se unieron grupos de trabajadores, campesinos y soldados desmovilizados, tomaron las calles para manifestarse a favor de Mao, a veces violentamente, convirtiendo a los intelectuales, funcionarios estatales y del partido y trabajadores urbanos en sus principales objetivos. Se desmontó la estructura central del partido ya que se destituyó a los numerosos altos dignatarios, entre los que se encontraba el jefe de Estado, Liu, y se los expulsó del partido. Se cerraron las escuelas y la economía quedó paralizada.

7.6.3.2 Tensión internacional

Durante 1967 y 1968 los enfrentamientos entre maoístas y antimaoístas, así como entre diferentes facciones de los guardias rojos, costaron miles de vidas. En algunas zonas la rebelión condujo a la anarquía. Al final, se tuvo que recurrir al ejército, dirigido por el ayudante de Mao, Lin Biao, para restaurar el orden.

La Revolución Cultural tuvo un efecto adverso sobre las relaciones exteriores. La actitud de los guardias rojos inspiró comportamientos similares en Hong Kong que dieron lugar a un caos económico y social. La propaganda a favor de los guardias rojos y la agitación de los chinos residentes en el extranjero dificultaron las relaciones con muchos Estados, especialmente con la URSS, y la prueba positiva de una bomba de hidrógeno china en 1967 no hizo sino agravar la preocupación soviética. La tensión entre las dos potencias fue aumentando mientras los chinos acusaban a los dirigentes soviéticos de imperialismo después de que en 1968 la URSS invadiera Checoslovaquia. En 1969 los crecientes ataques chinos sobre la policía soviética en el río Ussuri, en Dongbei Pingyuan (Manchuria), crearon una situación explosiva.

7.6.4 Los últimos años de Mao

Mao emergió victorioso de la Revolución Cultural y su presencia en la vida diaria china fue absoluta. El IX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en abril de 1969, intentó restablecer su organización central. Mao fue reelegido presidente señalándose que su pensamiento inspiraría al partido y a toda la nación; el ministro de defensa Lin Biao, fue nombrado su sucesor eventual, una elección personal de Mao. Sin embargo, las figuras más destacadas no fueron los maoístas sino los moderados: altos oficiales militares seguidores de Lin Biao y personalidades caracterizadas por su pragmatismo como el primer ministro, Zhou Enlai.

En 1971 la desaparición de Lin Biao (que oficialmente falleció en un accidente de aviación) y a quien se acusó posteriormente de planear el asesinato de Mao, supuso la hegemonía en el partido de Zhou. El X Congreso del Partido, que tuvo lugar en agosto de 1973, eliminó la supuesta herencia de Lin como sucesor de Mao y se reafirmaron las posiciones de Mao y Zhou. El compromiso de Mao para la movilización de las masas y su arraigada desconfianza en la burocracia fueron expresadas en 1973 y 1974 en una nueva campaña de reforma ideológica que atacaba tanto al confucianismo como a Lin Biao. El pensamiento radical de Mao se reflejó en una nueva Constitución que, muy simplificada, fue adoptada por el IV Congreso Nacional Popular en enero de 1975; pero el moderado Deng Xiaoping, una víctima rehabilitada de la Revolución Cultural, fue nombrado primer viceprimerministro y vicepresidente del Partido.

Durante este periodo las relaciones exteriores de China mejoraron en gran manera, en especial con Estados Unidos, que en 1971 retiró su veto a la incorporación de la República Popular China en las Naciones Unidas, tras lo cual fue admitida en sustitución de la República de China (posteriormente conocida como Taiwan), no reconocida por la República Popular China. En 1972 el presidente estadounidense Richard M. Nixon realizó una visita oficial a China, durante la cual se planteó la necesidad de establecer contactos diplomáticos entre ambos países como paso previo para una eventual retirada de las tropas de Estados Unidos de Taiwan. Con este fin, se crearon oficinas de enlace en Pekín y Washington en 1973; anteriormente, en 1972 se establecieron relaciones diplomáticas con Japón.

7.6.5 Los sucesores de Mao

Tanto el primer ministro Zhou como el presidente Mao murieron en 1976, dejando un vacío de poder. La muerte de Zhou precipitó la lucha por el mismo entre los dirigentes radicales y los moderados. Los radicales obtuvieron su primera victoria al impedir que Deng Xioaoping fuera elegido primer ministro y al lograr que fuera expulsado de sus cargos en el gobierno y en el partido. Como solución de compromiso, Hua Guofeng, un administrador sin lazos cercanos con ninguna de las facciones enfrentadas, se convirtió en primer ministro. Bajo su gobierno se impusieron las políticas moderadas. Para consolidar su posición hizo arrestar y acusó de varios crímenes a la Banda de los Cuatro —nombre dado por los moderados a la viuda de Mao Jiang Qing y otros tres dirigentes radicales—. En ese tiempo fue nombrado sucesor de Mao como presidente del Partido Comunista Chino.

Hua se centró en desarrollar una política de estabilización, en ayudas para superar los efectos de los terremotos que habían devastado Tangshan y otras regiones del norte en julio de 1976 y en favorecer el desarrollo económico. Para llevar a cabo su programa nombró a dirigentes moderados para ocupar altos cargos. En 1977 se reinstauró a Deng como primer sustituto del primer ministro y también en los otros cargos de los que había sido expulsado, mientras seguidores de la Banda de los Cuatro fueron depurados. El XXI Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en agosto de 1977, estuvo dominado por el presidente Huan, el vicepresidente Deng y Ye Jianying. Nuevamente la dirección fue ocupada por los militares y oficiales veteranos del partido.

El énfasis puesto en la moderación política y en la modernización económica del gobierno se reflejó en el V Congreso Nacional Popular, que se reunió en febrero y marzo de 1978. Hua fue reelegido como primer ministro, con Deng como sustituto del primer ministro. Ye fue nombrado presidente del Comité Permanente del Congreso Nacional, un cargo que, según la nueva Constitución, equivalía a la jefatura del Estado.

7.6.6 Relaciones internacionales

Mientras se realizaban estos reajustes internos, las relaciones con Vietnam empezaron a ser tensas. Para disgusto de China, la influencia soviética en Vietnam iba en aumento y la minoría china se veía obligada a cerrar sus negocios privados en el sur recién conquistado. El resultado fue un éxodo de chinos que se establecieron en el sur de China, colapsando la situación interna de esas regiones; hacia julio de 1978 China cerró sus fronteras. Cuando más adelante Vietnam invadió Camboya y en enero 1979 derrocó al gobierno de ese país, que estaba respaldado por los chinos, China tomó represalias y un mes después envió tropas a Vietnam.

Por miedo a quedar rodeados por los soviéticos y los vietnamitas, China aumentó sus contactos exteriores. En enero de 1979 se establecieron relaciones diplomáticas con Estados Unidos y en julio se realizó un acuerdo comercial. También se estrecharon los lazos con Japón y Europa occidental.

7.6.7 La peculiar ‘vía china al capitalismo’

Deng Xiaoping fue la figura dominante en China a lo largo de la década de 1980 y los primeros años de la de 1990, manteniendo su influencia de forma oculta incluso cuando cedía sus títulos públicos. Favoreció una política que permitía el desarrollo comercial e industrial, atrayendo inversiones extranjeras. Deng y la envejecida cúpula dirigente de China tenían una posición mucho menos dogmática sobre la política económica que sobre los temas políticos.

En 1980, Hua Guofeng renunció a ser primer ministro y le sucedió Zhao Ziyang, un seguidor de Deng. A comienzos de 1981, fueron declarados culpables los miembros de la Banda de los Cuatro e ingresaron en prisión. En junio, otro de los aliados de Deng, Hu Yaobang, sustituyó a Hua como dirigente del partido. En 1982 se adoptaron una nueva Constitución y una nueva reorganización del Partido Comunista Chino. La primera restableció el cargo, en gran manera representativo, de presidente de la República (anteriormente presidente de Estado), que en 1968 había sido abolido por Mao.

La política desarrollada por Deng generó un rápido desarrollo económico, pero también desencadenó una crisis social considerable (las grandes urbes crecieron a un ritmo mayor que el resto del país, lo que originó graves desequilibrios entre el campo y la ciudad, así como dentro de las ciudades) y aspiraciones políticas entre los grupos sociales más beneficiados por la apertura de consecuencias imprevisibles, pues enseguida se puso de manifiesto que los máximos dirigentes del país no tenían la menor intención de comprometer el poder absoluto del Partido Comunista.

En enero de 1987, Zhao Ziyang fue nombrado secretario general del Partido Comunista y Hu Yaobang fue obligado a dimitir, en tanto que Li Peng fue nombrado primer ministro. Los cambios en la jefatura llegaron tras una ola de manifestaciones estudiantiles que reclamaban una mayor democratización y libertad de expresión. La muerte de Hu en abril de 1989 inició una nueva ola de manifestaciones a favor de la democracia, que aumentaron en mayo cuando el dirigente soviético Mijail Gorbachov visitó Pekín para poner fin a las desavenencias entre la URSS y China, que ya duraban treinta años. Los manifestantes ocuparon la plaza de Tiananmen en Pekín hasta la mañana del 4 de junio, en que las tropas armadas tomaron al asalto el centro de la ciudad, matando al menos a cuatrocientos civiles (véase Sucesos de Tiananmen). Gran parte de la comunidad internacional criticó la forma violenta en que se resolvió el conflicto y la posterior vulneración de los derechos humanos que tuvo lugar contra aquéllos que participaron en la protesta. En el posterior periodo de represión política, Zhao Ziyang fue despojado de sus cargos en el partido y Jiang Zemin se convirtió en secretario general. La VIII reunión de la Asamblea Nacional Popular eligió en marzo de 1993 a Jiang como presidente de China y reeligió a Li Peng como jefe de gobierno.

Jiang Zemin tuvo que enfrentarse, como máximo dirigente del país, a graves problemas: pérdida de influencia del Partido Comunista, incremento de la inflación y del déficit comercial, aumento de las diferencias económicas entre las distintas regiones (lo que lleva aparejado diferencias sociales), corrupción generalizada entre los empleados públicos y empeoramiento de las relaciones con algunos países occidentales, debido fundamentalmente al quebrantamiento de los derechos humanos. En este sentido, la entrega o devolución (según el punto de vista) de Hong Kong a China es un posible elemento de tensión entre las potencias occidentales y el ‘gigante asiático’.

Jiang desarrolló grandes esfuerzos para resolver estos asuntos, realizando una gestión en la que la eficacia fue el principio básico de actuación. En abril de 1995 consiguió que el Comité Central destituyera por el cargo de corrupción al poderoso alcalde de Pekín, Chen Xitong. La inflación se redujo del 22% en 1994 a menos del 15% en 1995, gracias a la aplicación de medidas tales como el control de precios y el incremento de la producción agrícola. Jiang fortaleció su base de apoyo nombrando aliados en Shanghai, si bien el respaldo hacia su figura dentro del estamento militar fue considerado menos firme.

Aunque Jiang ha seguido la línea ideológica marcada por Deng (que podría resumirse en el principio de ‘apertura económica sin cambio político’), ha procurado, no obstante, dejar su impronta en la acción de gobierno y reafirmarse como líder por derecho propio. Así, en el campo económico, favoreció la liberalización en la línea establecida por Deng, pero a un ritmo más moderado, prestando mayor atención a las consecuencias negativas que el desarrollo económico puede tener entre la población.

Con la muerte de Deng Xiaoping el 19 de febrero de 1997, Jiang Zemin, en su condición de presidente de la República y jefe de las Fuerzas Armadas, se convirtió en la figura indiscutible de la escena política china.

En septiembre de 1997 se celebró el XV Congreso del Partido Comunista Chino, en el que se apoyó el mantenimiento de la línea política, conocida como 'marxismo neoliberal' (caracterizado por dar prioridad a los méritos y la competencia como factores clave del desarrollo económico), se reforzaba la figura de Jiang Zemin al frente del país, seguido del primer ministro, Li Peng, y del nuevo 'número tres', Zhu Rongji, y se reducía el número de efectivos del Ejército, al que se conminaba a doblegarse a las directrices del PCCh.

A comienzos del mes de noviembre de ese año tuvo lugar en Pekín una cumbre chino-rusa (la quinta en seis años) de tres días de duración, en la que se acordó establecer la demarcación fronteriza definitiva entre ambos países, así como acuerdos comerciales de gran envergadura.

De acuerdo con lo establecido en el XV Congreso del PCCh, en marzo de 1998 la Asamblea Nacional Popular aprobó el inicio de una drástica reducción del aparato estatal, en la que se preveía el despido de la mitad de los funcionarios y una fuerte contención del gasto público; asimismo, la Asamblea ratificó a Jiang Zemin como presidente de la República para un nuevo mandato de cinco años, sustituyó a Li Peng (que pasó a desempeñar la presidencia de dicha cámara legislativa) en el cargo de primer ministro y nombró como sustituto a Zhu Rongji.

Las enmiendas a la Constitución de 1982, mediante las que se reafirmaban los principios de reforma y apertura económica —considerando la propiedad privada como base del desarrollo ulterior del país en tanto que “un importante componente de la economía de mercado socialista”—, fueron aprobadas el 15 de marzo de 1999 por la Asamblea Nacional Popular, pese a la férrea oposición de los diputados ortodoxos, contrarios a la liberalización.

En otro orden de cosas, durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1998 se produjeron inundaciones en China que provocaron más de 3.000 muertos y cuantiosos daños en las infraestructuras del país asiático.

Jiang Zemin reforzó la alianza china con Rusia cuando el 25 de agosto de 1999 firmó con el presidente de ese país, Borís Yeltsin, una declaración de confianza respecto de los miles de kilómetros fronterizos entre sus respectivos países, así como entre China y otros tres estados pertenecientes a la desaparecida URSS: Tayikistán, Kazajstán y Kirguizistán. Ambos presidentes ampliaron su estrategia internacional común al rechazar la política exterior de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En noviembre de 1999, China se integró a la carrera espacial (tras Rusia y Estados Unidos), 42 años después del inicio de ésta: el primer vuelo orbital terrestre chino duró 21 horas y consistió en 14 vueltas a la Tierra, tras las cuales se pudo recuperar la nave no tripulada. Portugal devolvió su colonia de Macao (que ocupaba desde mediados del siglo XVI) a China en la medianoche del 19 de diciembre de ese año. Se ponía así fin a la presencia europea en territorio chino.

A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Taiwan, el gobierno de la República Popular China emitió el 21 de febrero de 2000 una seria advertencia a las autoridades taiwanesas, que incluía el posible “uso de la fuerza” en caso de que éstas retrasaran indefinidamente las negociaciones para la reunificación con China. El resultado de los comicios taiwaneses, favorables al candidato defensor de la independencia clara y definitiva de la isla, no supuso sin embargo el inicio de una actividad bélica como se había anunciado.

7.6.8 Acontecimientos recientes

El 10 de noviembre de 2001 fue aprobado el ingreso de China en la OMC, hecho que fue considerado un hito histórico, no sólo para el propio país, sino para el conjunto de los intercambios comerciales mundiales. Justo un año después se celebró el XVI Congreso del PCCh, en cuyo transcurso Jiang Zemin fue sustituido como secretario general del partido por Hu Jintao. El relevo de la tercera generación de políticos comunistas culminó en marzo de 2003, en el marco de la X Asamblea Nacional Popular. Durante ésta, Hu Jintao sucedió también a Jiang Zemin en la presidencia del país, Wen Jiabao a Zhu Rongji en el cargo de primer ministro, y Wu Bangguo a Li Peng al frente del propio Parlamento.

La nueva cúpula dirigente no tardó en tener que afrontar un grave problema: el derivado del brote de una enfermedad, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS, también conocido como neumonía asiática o atípica), cuyo primer caso reconocido se registró en febrero de 2003. En el orden internacional, Hu Jintao se convirtió en junio de ese año en el primer máximo mandatario chino que asistía a una reunión del Grupo de los Ocho. Durante ese mismo mes, Wen Jiabao y el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, firmaron una declaración conjunta en la que sobresalía el reconocimiento del gobierno indio de la plena soberanía china sobre la Región Autónoma del Tíbet. Asimismo, en este nuevo marco, China e India establecieron diversos acuerdos para potenciar la cooperación política y económica entre ambos estados.

En octubre de 2003, en el transcurso de una reunión del Comité Central del PCCh, Hu Jintao dejó ver su intención de promover cierta democratización interna del partido; ya con anterioridad, el nuevo máximo mandatario había realizado declaraciones que dejaban abierta la posiChina: desde la revolución hasta nuestros días



China

China (en chino, Zhongghuó), país del este de Asia, el tercero más grande del mundo en superficie, después de Rusia y Canadá, y el mayor en cuanto a población. Su nombre oficial es el de República Popular China (Zhonghuá Rénmin Gònghéguó). Limita al norte con la República de Mongolia y Rusia, al noreste con Rusia y Corea del Norte, al este con el mar Amarillo y el mar de la China Oriental, al sur con el mar de la China Meridional, Vietnam, Laos, Myanmar (antigua Birmania), India, Bután y Nepal, al oeste con Pakistán, y Tayikistán y al noroeste con Kirguizistán y Kazajstán. China cuenta con más de 2.900 islas costeras, la mayor de las cuales es Hainan, en el mar de China Meridional. La superficie total de China es de 9.571.300 km², sin incluir el territorio perteneciente a la isla de Taiwan. La capital de China es Pekín; la ciudad más grande del país es Shanghai.

Más de una quinta parte de la población mundial vive dentro de las fronteras de China. Aquí nació una de las primeras civilizaciones del mundo y tiene una historia escrita que data de hace unos 3.500 años. Zhongghuó, el nombre chino del país, significa ‘tierra central’, una referencia a la creencia china de que su país era el centro geográfico de la Tierra y la única civilización verdadera. Hacia el siglo XIX, China se había convertido en un Estado política y económicamente débil.

La llegada del gobierno comunista en 1949 es uno de los hechos más importantes de su historia; en un periodo de tiempo muy corto tuvieron lugar unos cambios tan radicales que afectaron tanto a la economía como a la sociedad china. A pesar de la milenaria historia china, la actual República Popular China fue constituida como tal a partir de la revolución comunista que triunfó en 1949 de la mano de Mao Zedong.

Con 1.300 millones de habitantes, China es hoy una de las naciones más poderosas y sus productos se exportan a todo el mundo, demostrando con ello su apertura y liberalización comercial. La economía china creció un 9,2% anual entre 2001 y 2005, y desde 2006 ha crecido un 7,5% en promedio, por lo cual se espera que prontamente se transforme en la más grande del mundo, superando incluso a Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, el gran desafío de este gigante asiático es su libertad política. Esto, porque en la actualidad China continúa siendo un país gobernado únicamente por el Partido Comunista chino a través de sucesivos regímenes autoritarios.

Desde la década de 1970, China ha abandonado el aislamiento que se había impuesto respecto a la comunidad internacional y ha buscado modernizar su estructura económica.

2 TERRITORIO Y RECURSOS

China comprende una gran diversidad de paisajes y una gran variedad de recursos naturales. En términos generales, los picos más altos de China se encuentran en el oeste, donde se encuentran algunas de las cadenas montañosas más elevadas del mundo. Tres de ellas, el Tien Shan, los montes Kunlun y Qin Ling, datan de un episodio de la orogenia paleozoica que comenzó a finales del periodo carbonífero y terminó en el periodo pérmico, cuando todas las grandes masas de tierra se habían unido para formar un único supercontinente, Pangea (véase Geología: la escala del tiempo geológico). Una cuarta, el Himalaya, tiene un origen más reciente, pues se formó cuando los sedimentos que habían sido depositados en un mar mesozoico, el mar de Tethys, fueron comprimidos y elevados por la colisión de la India con Eurasia, un hecho que comenzó durante la época del oligoceno, del periodo terciario, hace unos 40 millones de años. En la época actual, perteneciente al periodo cuaternario, la actividad tectónica se ha producido en forma de devastadores terremotos que suelen ocurrir en un amplio arco que se extiende desde el extremo occidental de la cuenca de Sichuan, al noreste, hacia Bo Hai, el golfo de la orilla norte del mar Amarillo.

Las numerosas cadenas montañosas del país encierran una serie de mesetas y cuencas, y suministran una gran riqueza de agua y recursos minerales. Hay una amplia variedad de tipos climáticos, desde el subártico al tropical, y engloban grandes zonas de hábitats alpinos y desérticos con una notable diversidad de vida animal y vegetal.

Las montañas ocupan alrededor del 43% de la superficie terrestre de China; las mesetas montañosas suponen otro 26% y las cuencas, muy accidentadas y que están situadas en su mayoría en las regiones áridas, cubren aproximadamente el 19% del territorio. Tan sólo el 12% de toda la superficie se puede calificar de llana.

2.1 Regiones fisiográficas

China puede dividirse en seis grandes regiones geográficas, en cada una de las cuales hay una considerable diversidad geomorfológica y topográfica.

2.1.1 El Noroeste

Esta región está formada por dos cuencas, la de Dzungaria (Junggar Pendi) en el norte y la del Tarim en el sur, y el elevado Tien Shan (Tian Shan). La depresión del Tarim contiene el desierto más seco de Asia, el Takla Makan (Takela Man Shamo); las cadenas de dunas de su interior se elevan hasta unos 100 m de altitud. La depresión de Turfan (Turpan Pendi), la zona más extensa de China situada por debajo del nivel del mar, preside la entrada meridional hacia el Tien Shan. La depresión de Dzungaria, aunque presenta zonas de desierto de arena y piedras, es ante todo una región de suelos fértiles de estepa que mantiene agricultura de regadío.

2.1.2 Zonas fronterizas mongolas

Situada en la zona central del norte de China, es una región de mesetas formada sobre todo por desiertos de arena, piedra o grava que hacia el este se transforman en tierras de estepa con suelos fértiles. Ésta es una región de llanuras, rotas por algunas cadenas montañosas de cumbres planas y estériles que cambian el paisaje. A lo largo de su frontera oriental está la zona montañosa del Gran Xingan (Da Hinggan Ling) más elevada y con mayor vegetación.

2.1.3 El Noreste

Comprende todo Dongbei Pingyuan (Manchuria) al este del Gran Xingan, englobando la llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y las tierras altas que la bordean. La llanura tiene grandes extensiones de suelos productivos. Las tierras altas oscilan entre onduladas y montañosas, con numerosos y amplios valles, y laderas suaves. La península de Liaodong, que se extiende hacia el sur, es muy conocida por sus excelentes puertos naturales.

2.1.4 El Norte

Esta región está situada entre las zonas fronterizas mongolas al norte y la cuenca del río Yangtzé al sur, y está formada por varias unidades de relieve distintas. La meseta del Noroeste está formada por la acumulación de un sedimento fino arrastrado por el viento (loess), que al ser poco compacto se erosiona con facilidad; la superficie de la meseta la cruzan carreteras, valles de paredes verticales y numerosos barrancos. La región tiene extensas terrazas para el cultivo. La llanura norte de China, la mayor zona de tierras bajas llanas del país, está formada por suelos fértiles derivados del loess, por lo que gran parte de la misma está sometida a un intenso cultivo. Hacia el este en la península de Shandong, se encuentran las tierras altas del mismo nombre, compuestas por dos áreas montañosas distintas flanqueadas por colinas onduladas. La costa rocosa de la península permite la ubicación de algunos puertos naturales. Hacia el suroeste aparecen las montañas centrales, que constituyen una gran barrera entre el norte y el sur.

2.1.5 El Sur

Esta región está formada por el valle del Yangtzé y otras regiones topográficamente diversas que se extienden hacia el sur. Este valle consiste en una serie de cuencas con suelos aluviales fértiles surcadas por canales, tanto naturales como artificiales y salpicadas de numerosos lagos. La cuenca del Sichuan, situada hacia el oeste, está rodeada por los escarpados espolones de las tierras altas centrales y constituye un área casi aislada de terreno montañoso; esta zona es muy conocida por una agricultura intensiva en terrazas.

Las tierras altas del sur de China se extienden desde la meseta Tibetana a la costa oriental. Al oeste, la meseta de Yunnan-Guizhou, muy erosionada, está bordeada por una serie de cadenas montañosas, separadas por cañones profundos de fuertes pendientes.

En el este de Guizhou se encuentra uno de los paisajes más pintorescos del mundo, donde el terreno está dominado por elevados pináculos de caliza y picos parecidos a pilares; al este se encuentran las colinas de Nan Ling, fuertemente deforestadas y erosionadas, y a lo largo de la costa están las tierras altas del sureste, muy escarpadas, donde existen bahías con numerosas islas costeras que permiten la ubicación de puertos naturales. Hacia el sur de las colinas de Nan Ling está la depresión del Xi Jiang, una zona montañosa de suelos poco fértiles; sin embargo, los numerosos arroyos de la región están bordeados por valles aluviales planos y fértiles.

La amplia planicie deltaica del Zhu Jiang (río de la Perla) se conoce comúnmente como delta de Cantón.

2.1.6 La meseta Tibetana

En el extremo suroeste de China está la alta meseta del Tíbet, enmarcada por montañas; es la meseta más elevada del mundo, con una altura de unos 4.900 m de promedio. Las cadenas montañosas que la rodean son el Himalaya al sur, Pamir y Karakorum al oeste, y los montes Kunlun y Qilian al norte. La superficie de la meseta está salpicada de lagos salados y pantanos; atravesada por varias cadenas montañosas, sirve de nacimiento de los principales ríos asiáticos del sur y del este, como el Indo, el Ganges, el Brahmaputra, el Mekong, el Yangtzé y el Huang He (río Amarillo). El paisaje es inhóspito, estéril y cubierto por rocas.

2.2 Ríos y lagos

Todos los grandes sistemas fluviales de China (Yangzi Jiang, Huang He y Xi Jiang) fluyen normalmente en dirección oeste-este hacia el océano Pacífico. En general, alrededor del 50% del total hidrográfico del país drena hacia el Pacífico, sólo alrededor del 10% lo hace hacia los océanos Índico y Glacial Ártico, mientras que el 40% restante no tiene salida al mar y drena hacia las cuencas áridas occidentales y septentrionales, donde los arroyos se evaporan para formar reservas de aguas subterráneas profundas; el principal de estos cursos es el Tarim.

El río más largo de China en el extremo norte es el Amur (o Heilong Jiang), que forma la mayor parte de la frontera nororiental con Rusia. Los ríos Songhua (Songari) y Liao, así como sus afluentes, drenan la mayor parte de la llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y sus tierras altas circundantes.

El principal río del norte de China es el Huang He. Tradicionalmente se conoce como ‘el dolor de China’ a causa de las inundaciones periódicas de grandes regiones a lo largo de la historia de China. En su curso bajo, el río está encauzado y su lecho se eleva por encima de la llanura circundante como resultado de la acumulación de sedimentos; en las tierras altas marginales de la meseta Tibetana el río se eleva y sigue un curso tortuoso hasta el Bo Hai (o Po Hai), un brazo del mar Amarillo, y drena un área de más de dos veces la superficie de Francia. El río Yangtzé de la China central tiene un caudal que supera en diez veces al del Huang He; es el río más largo de Asia (6.300 km) y tiene una vasta cuenca de drenaje. El Yangtzé se eleva cerca del nacimiento del Huang He, y desemboca en el mar en Shanghai, siendo su vía de transporte más importante.

Los tramos inferiores en forma de estuario del Xi Jiang, el sistema fluvial más importante del sur de China, sirven al mayor puerto de Cantón. El río, que cuenta con numerosos afluentes y emisarios, tiene un caudal tres veces superior al del Huang He.

La mayor parte de los lagos importantes de China se encuentran a lo largo del curso medio y bajo del Yangtzé; los dos más grandes en la zona media son el Dongting y el Poyang. Durante el verano estos lagos aumentan su área dos o tres veces, y sirven de almacén para el exceso de agua. El lago Tai es el más grande de los lagos presentes en el delta del Yangtzé y los lagos Hongze y Gaoyou se encuentran al norte del delta.

En la meseta Tibetana abundan los lagos salinos de un cierto tamaño. El de mayor extensión es el lago pantanoso Qinghai (también conocido como Koko Nor), que se sitúa en la parte menos elevada de la región Noreste, pero en la meseta elevada hay otros casi tan grandes como él. También en el árido Noroeste y en las zonas fronterizas mongolas hay una serie de grandes lagos, muchos de los cuales son también salinos; los más destacados son los lagos Nur y Bosten, al este de la depresión del Tarim. El lago Ulansuhai, alimentado por el Huang He, se encuentra en el interior de Mongolia; el lago Hulun está situado al oeste del gran Xingan, en Dongbei Pingyuan (Manchuria).

A lo largo de todo el país se han construido más de 2.000 embalses, sobre todo para el regadío y controlar las inundaciones. La mayoría son de pequeño tamaño, pero el mayor (la presa Long Men en el Huang He) tiene una capacidad de 35.400 millones de metros cúbicos.

2.3 Clima

Prevalece el clima templado; también hay regiones desérticas y semiáridas en el interior occidental y una pequeña área de clima tropical en el extremo sureste. Los climas de China, sin embargo, tienden a ser más continentales y por tanto más extremos, y los contrastes regionales suelen ser mayores, debido a la mayor masa continental de Asia respecto de América del Norte.

El monzón (viento predominante) asiático ejerce el control primario sobre el clima de China. Durante el invierno los vientos fríos y secos soplan desde el sistema de altas presiones de Siberia central provocando el descenso de las temperaturas en todas las regiones al norte del río Yangtzé y sequía en la mayor parte del país. En el verano, un aire húmedo y cálido fluye hacia el interior desde el océano Pacífico, lo que da lugar a precipitaciones en forma de tormentas ciclónicas. Enormes cantidades de lluvia caen rápidamente en las laderas de las montañas a sotavento. Las cuencas remotas del noroeste, en cambio, reciben escasas precipitaciones. Las temperaturas de verano son muy uniformes en la mayor parte del país, pero los inviernos se caracterizan por diferencias extremas de temperatura entre el norte y el sur.

El sureste de China, hacia el sur del valle del Yangtzé, tiene un clima subtropical, y un clima tropical en el extremo sur. En esta región las temperaturas de verano alcanzan los 26 ºC de promedio; en invierno las temperaturas descienden desde los 17,8 ºC en el sur tropical hasta unos 3,9 ºC a lo largo del río Yangtzé. Un promedio de ocho tifones anuales, sobre todo entre julio y noviembre, provocan vientos y lluvias fuertes a las áreas costeras. Hacia el suroeste, las llanuras montañosas y cuencas también presentan climas subtropicales, con considerables variaciones locales. Como resultado de las mayores alturas, los veranos son más frescos mientras que los inviernos son templados como consecuencia de la protección que ejercen, impidiendo la entrada de los vientos del norte. La depresión del Sichuan, es muy conocida por su alta humedad y nubosidad; las precipitaciones, especialmente abundantes durante el verano, exceden los 990 mm anuales en casi todas las regiones del sur de China.

La región china del Norte, que no tiene cadenas montañosas que formen una barrera protectora contra el flujo de aire de Siberia, experimenta un invierno frío y seco. Las temperaturas de enero varían desde los 3,9 ºC en el extremo sur hasta unos -10 ºC al norte de Pekín y en las mayores alturas del oeste. Las temperaturas de julio suelen exceder los 26,1 ºC y en la llanura septentrional del país se acercan a los 30 ºC. Las precipitaciones anuales totales son de menos de 760 mm, la mayoría durante el verano, y van disminuyendo hacia el noroeste que tiene un clima más seco, de estepa. La variabilidad interanual de las precipitaciones en estas regiones es grande; este factor, combinado con la posibilidad de tormentas de arena o granizo, hacen que la agricultura sea precaria. Durante más de cuarenta días al año hay niebla en el este, y durante más de ochenta, a lo largo de la costa.

El clima de Dongbei Pingyuan (Manchuria) es similar al del norte de China, pero algo más frío. Las temperaturas de enero sobre una gran parte de la llanura son de -17,8 ºC de promedio, mientras que las de julio suelen exceder los 22,2 ºC. Las precipitaciones se concentran en el verano, y su promedio oscila entre unos 510 y 760 mm en el este, disminuyendo hasta unos 300 mm al oeste del desierto del Gran Xingan.

En la frontera con Mongolia y en el Noroeste predominan los climas de estepa y desérticos. Las temperaturas de enero tienen un promedio por debajo de -10 ºC en todas las zonas, excepto en la depresión de Tarim. Las temperaturas de julio suelen sobrepasar los 20 ºC. Las precipitaciones anuales totales son de menos de 250 mm, y la mayor parte del área recibe menos de 100 mm.

A causa de su altitud, la meseta Tibetana, en la región Suroeste, tiene un clima frío de montaña; las temperaturas de julio permanecen por debajo de 15 ºC. El aire es seco a lo largo de todo el año con precipitaciones anuales totales de menos de 100 mm en todos los lugares excepto en el extremo sureste.

2.4 Vida vegetal

A causa de la gran variedad climática y topográfica, China es rica en diferentes especies vegetales. La mayor parte de la vegetación original ha desaparecido a causa de siglos de asentamientos humanos y cultivos intensivos. Los bosques, que ocupan el 17,1% del territorio total, se han conservado generalmente en las regiones montañosas más inhóspitas.

Al sur del valle de Xi Jiang se pueden encontrar densas selvas tropicales lluviosas, formadas por especies perennes de hoja ancha, algunas con más de 50 m de altura, entremezcladas con palmeras. Una extensa región de vegetación subtropical se extiende al norte del valle del Yangtzé y al oeste de la meseta Tibetana. Esta región es muy rica en especies, como la encina, ginkgo, bambú, pino, azalea y la camelia. También se pueden encontrar bosques con laureles y magnolias, y un sotobosque de arbustos más pequeños y matorrales de bambú. A mayor altitud dominan las coníferas y los pastos de montaña.

Al norte del valle del Yangtzé originalmente había un bosque caducifolio de hoja ancha. Las principales especies que hoy se mantienen son diferentes variedades de robles, fresnos, olmos y arces; hacia el norte, en Dongbei Pingyuan (Manchuria), florecen el tilo y el abedul. Las más importantes reservas madereras de China se encuentran en las montañas al norte de esta región, donde todavía quedan grandes bosques de coníferas dominados por alerces. La llanura de Dongbei Pingyuan (Manchuria), que hoy se utiliza como superficie de cultivo, estuvo dominada por un bosque de estepa (herbáceas entremezcladas con árboles).

En la zona oriental de la frontera con Mongolia aparecen praderas o estepas cubiertas con hierbas resistentes a la sequía. La vegetación de esta región, sin embargo, ha sido reducida por el excesivo pastoreo y la erosión del suelo. Las regiones más áridas del noroeste se caracterizan por macizos de plantas herbáceas separados por extensas áreas estériles; aquí dominan las especies que viven en terrenos salinos. La vegetación de tundra, algo más exuberante, formada por hierbas y flores, se encuentra en la mayor parte de la alta meseta del Tíbet. En localizaciones más favorables, a lo largo de las regiones áridas, pueden darse algunas especies de arbustos grandes y hasta árboles, y en muchas áreas de montaña se pueden encontrar bosques de abetos y píceas.

2.5 Vida animal

Los diversos hábitats de China hacen posible la vida de una amplia variedad de fauna, desde especies árticas en Dongbei Pingyuan (Manchuria), hasta numerosas especies tropicales en el sur del país. Algunas especies, ya extinguidas en otros lugares, aún sobreviven en China, como el gran pez poliodóntido del río Yangtzé, especies de cocodrilos y salamandras, el panda gigante (que habita de forma exclusiva en el suroeste del país) y el ciervo de agua chino (que se puede encontrar sólo en China y Corea).

En el sur tropical abundan distintos tipos de primates, entre los que se encuentran el gibón y el macaco, al igual que distintas especies de simios y monos. Confinados a las áreas más lejanas hay algunos ejemplares de grandes carnívoros, como osos, tigres y leopardos, estos últimos distribuidos en la periferia de las regiones más pobladas; en el norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) hay leopardos, en el Tíbet se encuentran leopardos nivales, y en el extremo meridional se puede observar el leopardo moteado.

Los carnívoros de menor tamaño están más extendidos y son numerosos localmente, como el zorro, el lobo, el perro mapache y el gato de algalia. En las tierras altas y cuencas del oeste habitan antílopes, gacelas, gamuzas, caballos salvajes, venados y otros animales ungulados, mientras que en el norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se puede encontrar el ratón de Alaska. Las aves son muy diversas y engloban faisanes, pavos reales, loros, garzas y grullas.

Además de los animales domésticos más comunes se puede encontrar el búfalo de agua, un importante animal de carga en el sur, el camello, que se utiliza en los terrenos áridos del norte y oeste, y el yak, un animal similar al buey, semidomesticado, que se utiliza en las tierras altas del Tíbet.

La vida marina es abundante, especialmente a lo largo de la costa sureste y comprende platija, bacalao, atún, sepia, cangrejo marino, gambas, camarones y delfines. Los ríos de China contienen una gran variedad de especies de carpas, así como salmón, trucha, esturiones, siluro y el delfín de río chino. Son muy frecuentes las piscifactorías en el interior de China.

2.6 Recursos minerales

A causa de su diversidad geológica, China posee una gran variedad de recursos minerales; aunque carece de vanadio, cromo y cobalto. Los depósitos minerales están distribuidos de una manera muy amplia a lo largo de todo el país; las principales regiones mineras son el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria), la península de Liaodong y las tierras altas del sur. Sólo en la meseta del Tíbet y en las altas montañas que la rodean no se han descubierto depósitos minerales de importancia.

China está bien dotada de recursos energéticos. Se cree que las reservas de carbón llegan hasta los 11 trillones de t, la mayor parte de ellas en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y áreas adyacentes del norte de China. Las reservas de petróleo se estiman en más de 20.000 millones de t, cuyo núcleo ha sido descubierto en la costa. Sus reservas petroleras están consideradas las segundas del mundo, después de Arabia Saudí. Otros depósitos se localizan en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en las provincias noroccidentales de Shaanxi, Gansu y Qinghai, y en la región autónoma uigur de Xinjiang. Los depósitos de pizarras bituminosas están localizados sobre todo en Liaoning y Guangdong.

Entre las menas de minerales metálicos, las de mineral de hierro se estiman en más de 40.000 millones de t. La mayor parte de los grandes depósitos, sobre todo en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria), norte de Hebei y Mongolia Interior (Nei Monggol), son en su mayoría de baja calidad. Hay algunos depósitos de hematites de gran pureza en Liaoning y Hubei, en el valle del Yangtzé; también se han descubierto extensos depósitos en Hainan. Existen importantes reservas de mineral de aluminio, que se encuentran sobre todo en Liaoning y Shandong; en 2003 la producción anual fue de 6.140.000 de toneladas. Ese mismo año se extrajeron 50.000 t de estaño (un 8% de la producción mundial), un metal que se encuentra en Yunnan y la región autónoma zhuang de Guangxi. China tiene las mayores reservas mundiales tanto de antimonio como de tungsteno; este último se puede encontrar en las tierras altas del norte de Xi Jiang y los mayores depósitos de antimonio están en Hunan.

China también tiene grandes reservas de magnesita, molibdeno, mercurio y manganeso. Sin embargo, las reservas de plomo, cinc y cobre son menores. Se ha encontrado uranio en distintas localidades, en especial en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en el Noroeste. Otros recursos que existen en bastante cantidad son fosfatos, sal, talco, mica, cuarzo, sílice y fluorita.

2.7 Temas medioambientales

La Constitución china de 1978 fue la primera que proporcionó algunas medidas de protección medioambiental en un país que hasta ese momento había tenido una dedicación exclusiva al aumento de la producción nacional. Se ha establecido una Oficina de Protección Medioambiental bajo la autoridad del Consejo de Estado que, aunque no cuenta con poderes de regulación, sí coordina soluciones para los problemas medioambientales.

El Instituto Nacional de Protección Medioambiental vigila el uso de productos químicos, herbicidas e insecticidas. El principal avance en este campo, viene dado por la reforestación, control de la erosión y conservación del agua. Se han realizado proyectos a gran escala para aprovechar los principales sistemas fluviales del país.

Un importante componente de la protección medioambiental en China son las terrazas, un método de cultivo que se ha practicado con éxito durante siglos; combinadas con la plantación de árboles y la construcción de pequeñas presas, proporcionan un importante control de la erosión y una importante medida en el ámbito local para garantizar el abastecimiento de agua.

La población enorme y en aumento de China, y su notable crecimiento económico, puede afectar tanto al medioambiente global como a los ecosistemas dentro de sus fronteras. Las restricciones de agua en todo el país, especialmente en las áreas urbanas, pueden constituir un problema aún más serio a medida que el futuro aumento de la cantidad de agua utilizada amenace los recursos disponibles. La mayoría de los ríos de la nación, especialmente en las áreas urbanas, están seriamente contaminados. No obstante, se está poniendo en práctica un sistema de autorizaciones para eliminar aguas residuales, junto con un sistema impositivo sobre la contaminación, según el cual los que contaminan pagan los costos de la limpieza.

El consumo de energía de China en 1990 llegó a representar casi el 11% de las emisiones de monóxido de carbono planetarias. El carbón, que suministra el 80% de las necesidades energéticas de China, es la causa en muchas ciudades, de una fuerte contaminación del aire, así como de la lluvia ácida. La conversión de carbón a electricidad contribuiría a reducir la gravedad de estos problemas.

El 17,1% de la superficie de China está cubierta de bosques, pero la deforestación está amenazando el hábitat de muchas de las miles de especies que habitan en este país, algunas de las cuales son únicas de China. También se ha producido un rápido incremento del área desértica, y la erosión del suelo es un serio problema como contrapartida de la producción agrícola. No obstante, se están realizando esfuerzos para mejorar la situación como la puesta en práctica de programas de reforestación, que en gran parte se orienta al suministro de combustible de leña.

También se han plantado bosques como barreras de arena para combatir la desertización. Con el fin de preservar el hábitat animal, el gobierno chino ha establecido 400 zonas de protección nacional que cubren el 7,8% de la superficie total del país, y ha ratificado numerosos acuerdos internacionales relacionados con la conservación.

3 POBLACIÓN

La población china es aproximadamente en un 93% de etnia china o han. Los chinos pertenecen sobre todo al grupo mongoloide y se diferencian no tanto por su etnia, como por las variaciones lingüísticas. El 7% de la población minoritaria se asienta sobre casi el 60% de la superficie de China, otorgándoles una importancia mayor de lo que su porcentaje podría sugerir.

3.1 Grupos étnicos

Más de 70 millones de personas componen las 56 minorías nacionales existentes en el país. La mayor parte de estos grupos se distinguen de los chinos por el idioma o la religión, más que por sus características raciales.

Las principales minorías son los zhuang, relacionados con los thai, que constituyen alrededor de 14,6 millones de habitantes, situados mayoritariamente en la región autónoma de Guangxi; los hui, alrededor de 7,9 millones, en la región autónoma hui de Ningxia, en Gansu y en Qinghai; los turco hablantes uigures, alrededor de 6,5 millones, en la región autónoma uigur de Xinjiang; los yi, alrededor de 5,9 millones, en Sichuan, Yunnan y Guangxi; los miao, alrededor de 5,5 millones, en Guizhou, Hunan y Yunnan; los tibetanos, alrededor de 4,3 millones, en la región autónoma del Tíbet y en Qinghai, y los mongoles, alrededor de 3,7 millones, en la región autónoma de Mongolia Interior, en Gansu y en Xinjiang.

Otros grupos son coreanos, bonyei y manchúes; estos últimos son descendientes de los pueblos que conquistaron China en el siglo XVII y establecieron la dinastía Qing o Manchú. Son casi imposibles de distinguir de los chinos han.

3.2 Características de la población

El primer censo nacional desde la llegada al poder de los comunistas se realizó en 1953, en un esfuerzo para evaluar los recursos humanos disponibles para el primer plan quinquenal.

En ese momento, se descubrió que la población de China ascendía a 582.600.000 habitantes. Un segundo censo realizado en 1964 mostró un crecimiento de hasta 694.580.000 habitantes; el tercero, en 1982, revelaba una población (excluyendo a Hong Kong, Macao y Taiwan) de 1.008.180.000 habitantes, haciendo de China el primer país del mundo que sobrepasó los mil millones. Entre 1953 y 2005 la tasa de mortalidad cayó desde 22,5 hasta 6,90 fallecidos por cada 1.000 habitantes; la tasa de natalidad ha descendido desde el 45‰ en 1953 al 13,10 ‰ en 2005.

Como resultado de ello, la tasa de crecimiento de la población ha descendido desde el 1,50% (1950–1960) hasta el 0,58% (2005). A pesar de todo, a ese ritmo China duplicará su número de habitantes en 120 años.

El descenso en la fertilidad registrado entre las décadas de 1950 y 1980 se vio muy favorecido por los esfuerzos gubernamentales para promocionar el matrimonio tardío y más recientemente para inducir a las familias chinas a tener un único hijo. Este programa se ha complementado con la expansión continua de los servicios de salud públicos que proporcionan información sobre el control de la natalidad y métodos anticonceptivos con un costo muy pequeño o incluso nulo.

En 1984 se estimaba oficialmente que el 70% de todas las parejas casadas en edad fértil utilizaban métodos anticonceptivos y que 24 millones de parejas habían prometido formalmente no tener más que un hijo. El aborto es legal y hay presiones sociales hacia las mujeres que tienen ya un hijo o más y se quedan embarazadas en el sentido de que no continúen adelante con ese embarazo.

Las minorías nacionales, generalmente, han sido excluidas del programa gubernamental de control de la natalidad, como respeto hacia las culturas y creencias de otras etnias, con el fin de no dañar la amplia autonomía cultural de la que gozan.

En 1980 el gobierno informó de que el 65% de la población era menor de 30 años, por lo tanto una gran parte de la población china estará en una edad fértil durante al menos algunas décadas más.

En septiembre de 1982, la cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) declaró que la nación debía limitar su población a 1.200 millones hacia finales de siglo, una meta que requería la intensificación de los esfuerzos de control de la población. Gracias a las numerosas medidas aplicadas, se ha conseguido una tasa de fertilidad de tan sólo 1,72 hijos por mujer (2005).

China tiene una población (según estimaciones para 2005) de 1.306.313.800 habitantes. La densidad de población es de 140 hab/km², aunque la distribución geográfica es muy desigual. La gran mayoría de la población se encuentra en las diecinueve provincias del este, que históricamente han formado el corazón de China; esto refleja el distinto uso del suelo que se ha hecho históricamente, así como modelos de asentamiento diferenciados entre los chinos han (en el este) y las demás etnias (en el oeste).

Desde la década de 1960 el gobierno chino ha promocionado el asentamiento en las tierras de las provincias occidentales y las regiones autónomas.

A pesar de la industrialización, China sigue siendo un país predominantemente rural y agrícola. Aunque ya existían grandes concentraciones urbanas, incluso antes de la época del Imperio romano, el país en su conjunto se ha ido urbanizando poco a poco. Sin embargo, alrededor del 61% de la población se puede clasificar como rural.

La migración espontánea desde el campo a las ciudades fue prohibida desde mediados de la década de 1950 a causa de la falta de trabajo para los habitantes que llegaban a la ciudad.

Esta prohibición fue consecuencia de la idea de Mao Zedong de que las distinciones de clases entre la población urbana y la rural era la gran causa de las desigualdades sociales en China. Durante la década de 1960 y la primera mitad de la de 1970 (en especial durante el periodo de la Revolución Cultural) los chinos desarrollaron una campaña para enviar al campo durante varios años, o incluso de manera definitiva, a jóvenes educados en las ciudades.

Este movimiento debía proporcionar ciertas habilidades a las zonas rurales y por lo tanto reducir el interés de los campesinos por emigrar a la ciudad. La importancia del programa de ‘ruralización’ fue decayendo tras la muerte de Mao en 1976 y fue eliminado de hecho a finales de 1978, momento en que empezó a aumentar la migración hacia la ciudad.

El cambio de residencia dentro de las ciudades también está controlado por el gobierno: una persona debe tener la aprobación gubernamental y la garantía de una residencia y empleo antes de trasladarse. Se ha producido un cierto movimiento dentro de las grandes ciudades como consecuencia de la destrucción a gran escala de viviendas antiguas en mal estado y su sustitución por edificios de apartamentos de cuatro y cinco pisos.

3.3 Divisiones administrativas

El territorio chino está integrado por 22 provincias (Anhui, Fujian, Gansu, Guangdong, Guizhou, Hainan, Hebei, Heilongjiang, Henan, Hubei, Hunan, Jiangsu, Jiangxi, Jilin, Liaoning, Qinghai, Shaanxi, Shandong, Shanxi, Sichuan, Yunnan y Zhejiang), 5 regiones autónomas (Guangxi, Mongolia Interior, Ningxia, Tíbet y Xinjiang) y 4 municipalidades especiales (Pekín, Shanghai, Tianjin, Chongqing).

Las regiones autónomas fueron establecidas en áreas que originalmente tenían poblaciones de etnia no china. Tíbet, una de las regiones autónomas chinas, tiene un gobierno en el exilio considerado por parte de un sector de la opinión pública internacional como el legítimo representante de un Estado soberano ocupado. Taiwan, por su parte, es considerada por el gobierno de la China continental como una provincia renegada. Finalmente, Hong Kong adquirió en 1997 la categoría de Región Administrativa Especial tras su retrocesión a China, al igual que sucedió con Macao en 1999.

3.4 Ciudades principales

Las ciudades más antiguas de China evolucionaron en el siglo XV a.C. bajo la dinastía Shang. Las ciudades han sido importantes desde hace muchos siglos para cubrir las funciones ceremoniales (administrativas y religiosas), así como de lugar de residencia de la corte china y como lugar de intercambio comercial. En el siglo XX, y especialmente desde la década de 1950, las ciudades chinas han ganado gran relevancia como centros industrialmente productivos. Sin embargo, han mantenido su significado ceremonial bajo el gobierno comunista.

Según estimaciones para 1992, China tenía 40 ciudades cuyas poblaciones superaban el millón de habitantes. La ciudad más grande de China y su principal puerto es Shanghai (12.887.000 habitantes); Pekín (10.839.000 habitantes), la capital y centro cultural de China; Tianjin (9.156.000 habitantes), una ciudad portuaria en la unión del río Hai y el Gran Canal; Shenyang (4.828.000 habitantes); Wuhan (5.169.000 habitantes), una ciudad portuaria en la confluencia de los ríos Han y Yangzé, y Cantón (3.893.000 habitantes), ciudad portuaria en el Shi Jiang (río de la Perla). Todas estas ciudades han desarrollado grandes zonas industriales.

3.5 Idioma

Los chinos han disfrutado de un idioma escrito desde hace más de 3.000 años. Aunque el idioma chino está formado por más de una docena de grandes dialectos hablados, toda el sistema de escritura se realiza con los mismos caracteres. Esta unidad literaria ha sido importante para la unidad histórica del pueblo chino desde la dinastía Shang (c. 1766-c. 1027 a.C.).

Uno de los ambiciosos esfuerzos del gobierno comunista chino desde 1949 ha sido la modificación de la lengua china. El idioma hablado de forma oficial por los chinos es el putonghua (habla corriente); a veces los occidentales lo conocen como mandarín y es el dialecto del norte de China. En 1955 este dialecto fue declarado idioma común en la Conferencia Nacional de la Reforma del Idioma Chino Escrito. Se han realizado grandes esfuerzos también para modificar el idioma escrito. El uso de caracteres simplificados (caracteres escritos con menos trazos), se ha incrementado poco a poco, lo que ha facilitado el objetivo del gobierno de ampliar la alfabetización.

En 1977 los chinos realizaron una petición formal a las Naciones Unidas para utilizar los caracteres del alfabeto latino en la escritura o grafía pinyin (ortografía fonética) con el fin de poder transcribir los nombres de lugares en China de acuerdo a pautas comprensibles para el resto del mundo; se creó este método de transcripción a finales de la década de 1950 y ha sufrido modificaciones constantes. Algunos dirigentes chinos aseguran que el pinyin llegará finalmente a reemplazar los caracteres chinos y se convertirá en el idioma chino escrito; sin embargo, no se espera que esto ocurra en un futuro cercano.

Los más de 70 millones de personas que componen las minorías étnicas de China tienen sus propios idiomas hablados, entre los que se encuentran mongol, tibetano, miao, tai, uigur y kazajo. Antes muchos de estos idiomas minoritarios no tenían una forma escrita, pero el gobierno chino ha animado el desarrollo de formas escritas de estos idiomas, utilizando el pinyin.

También se anima a estos grupos a continuar las tradiciones que promocionarán el conocimiento de su herencia etnolingüística. El dialecto mandarín es el que se enseña en las escuelas, generalmente como segundo idioma y su conocimiento es indispensable en toda China. Véase Lengua china.

3.6 Religión

Una de las primeras acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) al obtener el control en 1949 fue eliminar, de modo oficial, la religión organizada. Antes, las religiones dominantes en China habían sido el confucianismo, el taoísmo y el budismo. A causa de la naturaleza casi secular del confucianismo, y debido a que la mayor parte de los chinos estaban vinculados a las tres grandes creencias, por lo que carecían de una fuerte fidelidad a una sola religión, la población ofreció muy poca resistencia al cambio del ejecutivo.

Además del budismo y taoísmo, las principales religiones formales de China, eran el cristianismo y el islam. La mayor parte de los templos y escuelas de estas cuatro religiones se secularizaron. Sólo con la Constitución de 1978 se permitió el desarrollo oficial de las religiones organizadas en China, aunque también establecía que la población tenía el derecho a no tener creencias religiosas y ‘a propagar el ateísmo’.

Desde que se han garantizado los derechos religiosos, los grupos cristianos en las ciudades y las sectas budistas tanto en el campo como en la ciudad han sido muy activas. Los chinos musulmanes étnicos (o hui) así como los pueblos musulmanes minoritarios como los uigur, kazajos y kirguises, mantienen su fe en el islam, pero hoy practican su religión de un modo más abierto.

4 EDUCACIÓN Y CULTURA

China tiene una larga y rica tradición cultural en la cual ha desempeñado un importante papel la educación. A lo largo de todo el periodo imperial (221 a.C.-1912 d.C.) tan sólo los que tenían una educación tenían posiciones de liderazgo social y político. La primera Universidad se estableció en el año 124 a.C. para formar a los futuros funcionarios públicos en el conocimiento del confucianismo y los clásicos chinos. Sin embargo, a lo largo de la historia muy pocos chinos han sido capaces de llegar a aprender de forma total y correcta el complejo idioma y su literatura. Se estima que en 1949 tan sólo el 20% de la población de China sabía leer y escribir. Para los comunistas chinos, el analfabetismo era un obstáculo para la promoción de sus programas políticos, por lo que combinaron la propaganda política con el desarrollo educativo.

4.1 Educación

Uno de los programas más ambiciosos del Partido Comunista ha sido el establecimiento de la educación pública universal para toda la población. En los dos primeros años del nuevo gobierno (1949-1951) más de 60 millones de campesinos acudieron a las ‘escuelas de invierno’, establecidas para aprovechar la estación de descanso de los trabajadores agrícolas. Mao declaró que una meta primordial de la educación era reducir las diferencias de clase por lo que era fundamental reducir las distancias sociales entre el trabajo manual y el intelectual, entre los residentes en la ciudad y el campo, y entre el obrero y el campesino.

El desarrollo más radical en la educación de China tuvo lugar entre 1966 y 1978. Durante la Revolución Cultural de 1966 a 1969, se cerraron prácticamente todas las escuelas del país. Los 131 millones de jóvenes que estaban inscritos en las escuelas primarias y secundarias tuvieron que abandonarlas; muchos se involucraron en los esfuerzos de Mao por crear una nueva elite china, en la que hubiera jóvenes críticos que revisaran los programas políticos gubernamentales. En 1968 y 1969 se volvieron a abrir, pero hasta el periodo de 1970 a 1972 todas las instituciones de educación superior permanecieron cerradas.

Las políticas gubernamentales respecto a la educación cambiaron de un modo drástico. Los trece años tradicionales desde el jardín de infancia hasta el grado 12 se vieron reducidos a un plan de 9 o 10 años para la escuela primaria y secundaria (o media). Las escuelas universitarias que tradicionalmente habían tenido una duración de cuatro o cinco años, adoptaron un programa de tres años, y parte de este tiempo se dedicaba a un trabajo productivo para apoyar a la escuela. También se hizo indispensable un periodo de dos años de trabajos manuales para la mayor parte de los graduados de la escuela secundaria que deseaban continuar estudios universitarios.

Tras la muerte de Mao en 1976 se revisó profundamente esta política. Como resultado de ello, y a causa de un creciente interés por el desarrollo de las áreas científicas, el sistema educativo volvió a ser similar a la de los años anteriores a la Revolución Cultural. Los programas para la escolarización primaria y secundaria (en sus dos ciclos) se fueron reajustando gradualmente para volver a los doce años de estudio, y los graduados del segundo ciclo de la escuela secundaria o preparatoria ya no tuvieron que ir a trabajar al campo durante dos años para poder acceder a las escuelas universitarias.

Un cambio importante en el sistema educativo ha sido la reinstauración de pruebas o exámenes normalizados para el acceso a la universidad. Estos exámenes formaban parte del mecanismo de ascensos existente en China antes de la Revolución Cultural.

Durante esos años, los antitradicionalistas fueron capaces de eliminar los exámenes de ingreso argumentando que se favorecía a una elite que tenía una herencia intelectual que procedía de sus familias. Cuando se volvieron a abrir las universidades, entre 1970 y 1972, se permitió la admisión de muchos candidatos por sus actividades políticas, sus actividades dentro del partido y por el apoyo que recibían del mismo.

Este método de selección terminó en 1977 cuando los dirigentes chinos lanzaron su nueva campaña para las ‘cuatro modernizaciones’. El gobierno estableció como objetivo la rápida modernización de la agricultura, industria, defensa, ciencia y tecnología que requería niveles elevados de preparación. Estos programas educativos tenían que basarse necesariamente en habilidades teóricas y formales, más que en actitudes políticas o en el espíritu revolucionario.

En la actualidad, la tasa de alfabetización es del 87,3% de adultos. En el curso 1998–1999 había 145 millones de alumnos en las escuelas primarias y alrededor de 90,7 millones de estudiantes en las secundarias; en 1949 habían sido alrededor de 24 millones los estudiantes de escuela primaria y 1.250.000 los de las secundarias. Se estima que unos 12,1 millones de estudiantes están inscritos en las más de 1.000 instituciones chinas de educación superior.

La educación superior china está caracterizada en la actualidad por el ‘sistema de punto clave’. Bajo este programa, los estudiantes más prometedores son colocados en escuelas seleccionadas de puntos considerados básicos, que se especializan en el entrenamiento de una elite académica.

Los estudiantes que terminan la escuela secundaria pueden acudir a escuelas universitarias y a distintas escuelas técnicas y de formación profesional. Entre las universidades más importantes de China destacan la Universidad de Pekín (1898), la Universidad de Hangzhou (1952), la Universidad Fudan (1905), en Shanghai, y la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (1958), en Hefei. Toda la educación superior en China es gratuita. Una innovación en el sistema educativo de China es la Universidad por Televisión (véase Comunicaciones, más adelante).

4.2 Vida cultural

Las metas educativas del gobierno comunista chino han sido fomentadas por otros medios además de la educación formal. Durante la década de 1960 y la de 1970, se consideró que las obras de teatro, la ópera, la literatura popular y la música tenían capacidad de ser utilizados como elementos educativos; en 1964 la Ópera de Pekín, con una historia de 200 años de actuaciones ininterrumpidas en China, presentó el Festival de la Ópera de Pekín en Temas Contemporáneos, bajo la organización de Jiang Qing, la esposa de Mao.

Se escribieron nuevas obras que combinaban drama e ideología, con títulos como Tomando la montaña Tigre por estrategia. Se introdujeron modificaciones culturales similares en el ballet chino, donde se introdujeron elementos de bailes populares tradicionales, artes marciales, gimnasia y ballet clásico en producciones populares. Estos espectáculos se representaban no sólo en las grandes ciudades sino también en las ciudades pequeñas y en el campo.

Con el aumento, desde mediados de la década de 1970, de intercambios culturales extranjeros, la actitud oficial hacia los aspectos propagandísticos de las artes se había relajado. La literatura extranjera, prohibida en la década de 1960, comenzó a reaparecer en China. En 1978 y 1979 la Editorial Popular de Literatura realizó unas 200 traducciones de trabajos extranjeros, entre ellas numerosas obras de éxito en Occidente.

En la música popular el cambio fue celebrado oficialmente en un informe, en el que se indicaba que las nuevas canciones que aparecían a comienzos de la década de 1980 se debían a que los chinos ‘estaban cansados de las viejas canciones y las directrices con que crecieron’.

El gobierno chino reconocía también que las artes proporcionan una salida social útil; los cines estaban repletos y los grupos de acróbatas, artistas de circo y juglares, así como espectáculos de ballet y ópera itinerantes actuaban en teatros abarrotados, en pequeñas ciudades y centros de comunas.

Durante la década de 1980, China ha mostrado una creciente apertura hacia los músicos clásicos y populares occidentales.

El ambiente cultural en China es poco estable a causa de los cambios repentinos por parte de las autoridades. En 1957, durante la campaña de las ‘cien flores’, se animó a escritores e intelectuales a exponer en público sus opiniones y proporcionar perspectivas de progreso en el gobierno para así conocer las necesidades de la población.

Las críticas suscitadas por esta campaña fueron tan fuertes que inmediatamente el gobierno se volvió atrás y muchos intelectuales se vieron perseguidos por las opiniones que habían expresado. Semejantes actitudes llevaron a los artistas, escritores, compositores y cineastas de China a responder con cautela al estímulo gubernamental de una expresión cultural independiente a finales de la década de 1970 y comienzos de la siguiente.

4.3 Instituciones culturales

Pekín, Shanghai y Cantón, desempeñan un papel dirigente en la cultura de China; la mayor parte de los museos, teatros y exposiciones culturales más conocidos se encuentran en estas ciudades.

Pekín sigue siendo el corazón cultural de la nación. Cerca de la famosa plaza de Tiananmen están la Ciudad Prohibida, antigua residencia del emperador convertida hoy en museo abierto al público; el Mausoleo de Mao Zedong y el Museo de la Revolución China. También se encuentra en Pekín el famoso ‘muro de la democracia’ donde se colocaban carteles y pósteres que expresaban la opinión de los ciudadanos sobre los cambios en la política gubernamental tras la muerte de Mao en 1976 (fueron oficialmente prohibidos a finales de la década). Cerca de Pekín están el palacio de Verano, el templo del Cielo, las tumbas de la dinastía Ming y la Gran Muralla china; estos grandes monumentos de las dinastías Ming y Qing proporcionan un amplio foco cultural para una población china cada vez más cambiante.

En Shanghai se encuentran el Museo de Arte e Historia, que alberga una de las mejores colecciones de arte de China y el Museo de Ciencias Naturales. También se encuentra aquí el jardín del mandarín Yu, que ejemplifica un importante programa de apoyo gubernamental a las artes; después de 1949 el gobierno comunista abrió muchas casas privadas, jardines y parques de los más ricos hacendados, convirtiéndolos en museos públicos. En todas las ciudades se han convertido en lugares populares de paseo y encuentro para tomar el té, hablar con los amigos y para conocer las diferencias de clase entre los ricos y los pobres antes de 1949.

En Cantón se encuentra uno de los mayores zoológicos de China, el Museo de Cantón, el Mausoleo Sun Yat-sen, el parque Yuexiu, con la pagoda Zhenhai de la dinastía Ming; el templo de los Seis Árboles Banyan y la mezquita Huaisheng, fundada en el año 627 d.C. Cerca de Xi’an (Sian) se ubica uno de los más impresionantes trabajos de la antigüedad china: un ejército de terracota de más de 6.000 figuras de tamaño natural descubiertas en la tumba del emperador Qing, QuinShi Huangdi, que murió en el 210 a.C.

La promoción de ampliar el conocimiento nacional desde la revolución de 1949, ha llevado a establecer a cada ciudad algún tipo de monumento que haya contribuido al desarrollo cultural de China. En las ciudades que carecen de museos, por lo general se transforman antiguas haciendas en jardines abiertos o lugares de encuentro, lo que les confiere un carácter más urbano.

5 GOBIERNO

China ha tenido un gobierno organizado desde el establecimiento de la dinastía Shang, alrededor del 1726 a.C., convirtiéndola en una de las naciones más antiguas del mundo. A lo largo de la historia, el control político de la enorme población china fue administrado por una serie de gobiernos locales de fuerte control, por una capital central y por una corte cuyo carácter político varió según las circunstancias históricas. Desde que el 1 de octubre de 1949 llegaron al poder los comunistas chinos, se ha hecho evidente una tendencia hacia el establecimiento de un gobierno nacional centralizado en Pekín.

Esta unidad se ha logrado en gran parte a través de la autoridad personal y el liderazgo de Mao, y a la estructura gubernamental establecida por el Partido Comunista Chino. A esta estructura moderna le fue dando forma la primera Constitución promulgada en 1954 y revisada en 1975. En 1978 se promulgó una tercera Constitución (efectiva desde el 1 de enero de 1980) que reflejaba los cambios en las políticas gubernamentales después de la muerte de Mao. En 1982 se adoptó una nueva Constitución.

5.1 Poder ejecutivo

Por esta Constitución el presidente es elegido para un mandato de cinco años por la Asamblea Nacional Popular. Sin embargo, el cargo de presidente es sobre todo ceremonial.

Los poderes ejecutivos residen en el Consejo de Estado, encabezado por el primer ministro que es el encargado de administrar los diferentes ámbitos de la administración estatal.

El mando de las fuerzas militares nacionales corresponde a la Comisión Central Militar. Por lo general, los cargos de mayor autoridad en el gobierno chino son los de primer ministro y secretario general del Partido Comunista; para ocupar estos cargos influye en gran manera la personalidad.

5.2 Poder legislativo

La Asamblea Nacional Popular es el órgano más alto del poder estatal en China. Sus miembros son elegidos para periodos de cinco años a través de una serie de elecciones indirectas; cada provincia elige un representante (o diputado) para la Asamblea por cada 400.000 personas, habiendo al menos diez diputados representando a cada provincia. La V Asamblea Nacional Popular, elegido en 1978, estaba formado por 3.497 diputados, casi la mitad de ellos trabajadores y campesinos. La VI Asamblea Nacional Popular, que se reunió en junio de 1983, tenía 2.978 delegados. La VII Asamblea se reunió en marzo de 1988, la VIII Asamblea en marzo de 1993 y la IX Asamblea en marzo 1998.

La Asamblea Nacional Popular tiene poder para aprobar leyes, enmendar la Constitución y aprobar el presupuesto nacional y los planes económicos. También tiene el poder de elegir y sustituir a los miembros del Consejo de Estado, que es el más alto componente en la estructura del gobierno chino.

En la práctica, sin embargo, la Asamblea Nacional Popular tiene un poder bastante limitado. A causa de su gran tamaño, la Asamblea se reúne sólo de manera irregular para llevar a cabo los temas necesarios. Mientras la Asamblea no tiene sesión, actúa en su lugar un Comité Permanente, elegido entre sus miembros que también representa a la Asamblea en una gran variedad de funciones gubernamentales, entre las que se encuentran recibir a delegaciones extranjeras y ratificar o anular tratados con gobiernos extranjeros.

El Consejo de Estado es el cuerpo central gubernamental de la Asamblea Nacional Popular. Está encabezado por el primer ministro y el viceprimer ministro chinos. Distintos ministros, comisiones y agencias son responsables ante el Consejo.

5.3 Poder judicial

Los chinos han tenido una tradición legislativa y judicial bastante diferente de las de los Estados occidentales. El ordenamiento civil ha sido históricamente competencia de la familia, el vecindario o el gobierno local. De manera general, el proceso judicial chino ha estado más interesado por comprender las circunstancias de un crimen individual, para comprender sus causas, que en crear un sistema judicial formalizado.

Desde la promulgación de la Constitución de 1978, sin embargo, China ha realizado un esfuerzo considerable para alinear su sistema jurídico con los modelos occidentales; la Constitución de 1982 garantiza el derecho a una defensa legal. El sistema legal chino tiene tres componentes: un sistema de tribunales, una administración de seguridad pública, o componente policial, y una oficina del procurador o fiscal. El más alto órgano es el Tribunal Supremo Popular, que asegura el cumplimiento de la Constitución y las regulaciones del Consejo de Estado. En los ámbitos provincial, de condado y municipal se pueden encontrar oficinas de las tres ramas judiciales, mientras que las oficinas de seguridad pública funcionan desde el rango de vecindario local.

Una de las razones de que en China no se haya desarrollado un marco legal formal es que el Partido Comunista Chino siempre ha actuado como un mediador informal entre las partes agraviadas. Este papel le ha dado al partido una importante función en los trabajos diarios de la sociedad china, como por ejemplo en la resolución de disputas vecinales, divorcios, peleas familiares y robos menores; por lo general, el secretario local del partido era el mediador en estos casos.

En ocasiones los juicios públicos tienen mucha publicidad intentando que sean instructivos para el público chino; el más famoso fue el juicio de la ‘banda de los cuatro’ en 1980 y 1981. Mientras los chinos se mueven hacia unas relaciones más cercanas con los Estados occidentales, se incrementan las presiones para instituir un cuerpo legislativo y jurídico más formal. Es posible que esto a su vez genere una red asociada de abogados, juzgados y unos procedimientos legales más formales.

5.4 Gobierno local

El gobierno local en China está organizado en tres niveles administrativos básicos: las provincias, los condados y las ciudades y localidades administrativas. En el primer nivel, bajo el teórico control del gobierno central, están las 22 provincias, 5 regiones autónomas y 4 municipalidades gobernadas directamente (Pekín, Shanghai, Tianjin y Chongqing). En este nivel cabe señalar que el gobierno chino incluye a Taiwan como vigésima tercera provincia, si bien desde 1949 ésta se encuentra en manos de grupos nacionalistas que hubieron de huir a la isla tras la derrota del Guomindang en la guerra civil librada en la China continental. Hong Kong y Macao tienen el rango de regiones administrativas especiales cuya autonomía está preservada por sus respectivas constituciones.

En el segundo ámbito están las prefecturas, condados y municipalidades; en el último se encuentran las subdivisiones municipales, ciudades y localidades administrativas. En cada uno de estos niveles existen entidades autónomas en áreas donde habitan sobre todo minorías no chinas.

Desde finales de la década de 1950 hasta la década de 1970, en la mayor parte del territorio chino el nivel correspondiente a las ciudades y localidades administrativas fue reemplazado por comunas como unidades administrativas básicas, que con posterioridad fueron divididas en brigadas de producción.

Con posterioridad a 1984 se llevó a cabo un programa continuado de reformas administrativas que preveía la transferencia de la administración de los condados desde las prefecturas a las ciudades dándoles un rango similar, así como la formación de asambleas populares con el objetivo de generar un crecimiento económico rural bajo el liderazgo urbano. En 1985, dentro de este programa de reformas instauradas por Deng Xiaoping, se completó una campaña quinquenal para desmantelar 56.000 comunas rurales.

Aunque cada ámbito de la estructura gubernamental es responsable ante el nivel superior, existe un fuerte nivel de autogobierno en las pequeñas unidades locales. Esta promesa fue importante para la victoria de los comunistas chinos en 1949.

El gobierno desarrolló este gobierno local, que servía para la discusión pública y formaba parte del proceso de gobernación de China. El gobierno en el nivel local es en la actualidad desarrollado mediante un sistema de elecciones libres que ha dado un óptimo resultado.

El eje de la política gubernamental en la década de 1980 consistió en delegar autoridad con el fin de promover el crecimiento. Así, en 1983 siete ciudades (Chongqing, Wuhan, Shenyang, Dalian, Cantón, Harbin y Xi’an) fueron exoneradas de la jurisdicción provincial y se les permitió tratar con la autoridad central de manera directa; Shanghai obtuvo un estatus similar en 1990.

Del mismo modo, las provincias, que pasaron a disponer de sus propias asambleas populares a partir de 1980, obtuvieron un grado similar de autonomía, de modo tal que incrementaron su poder decisorio para atenuar o desatender las órdenes llegadas del gobierno central.

Las reformas económicas privatizadoras de la década de 1980, así como la reducción del control central, han hecho que un buen número de autoridades locales en los niveles inferiores se hayan preocupado más por obtener beneficios económicos que por la actividad política como tal, lo que ha dado lugar a la aparición de numerosos casos de corrupción.

5.5 Partidos políticos

De acuerdo con la Constitución de 1982, China es una dictadura del proletariado encabezada por el Partido Comunista y basada en un frente unido que engloba a otros partidos. En la práctica, el Partido Comunista lleva la actividad política nacional. La gran mayoría de cargos oficiales son ocupados por miembros del mismo.

El Partido Comunista Chino (PCCh) tiene más de 52 millones de miembros: aunque esto representa sólo a cerca del 4,5% de la población total, lo convierte en el mayor del mundo. Organizó su primer congreso nacional en 1921 cuando sólo tenía 57 miembros; el número de éstos creció hasta 10 millones hacia 1956.

La organización y funciones del Partido se establecieron con su fundación; en 1982 se aprobó la sexta reorganización del partido durante el XII Congreso; en él se subrayó la autoridad de su máximo dirigente, cuyo título cambió de presidente a secretario general. El Congreso Nacional es el principal órgano decisorio del partido.

El Comité Central, elegido por el Congreso Nacional, elige al Politburó y a su Comité Permanente, así como al secretario general.

Hay algunas organizaciones políticas menores en China, así como otros grupos dependientes del régimen. Entre estos están la Liga Democrática China, la Federación Atlética de toda China y la Federación de Mujeres de toda China, pero el único que tiene algún potencial para influir políticamente es la Liga de Jóvenes Comunistas, con unos 50 millones de miembros a finales de la década de 1980.

Esta organización desempeña un importante papel en el reclutamiento de los jóvenes que quieren prepararse para ingresar en el Partido Comunista al cumplir los 18 años de edad.

5.6 Salud y bienestar social

El gobierno de China cubre todos los servicios sanitarios de sus ciudadanos. Las metas de los servicios sociales fueron un elemento importante en la llegada al poder del Partido Comunista. Los grandes programas públicos de bienestar se han encargado de prestar otros servicios tales como la vivienda, la oportunidades profesionales, las pensiones de jubilación y los servicios funerarios.

Los logros más impresionantes son los del área de sanidad. En 1949 la esperanza de vida en China era de 45 años y en 2005 los datos se habían elevado hasta 70,7 años para los varones y 74,1 para las mujeres. Durante el mismo periodo, el número de médicos se incrementó considerablemente: a pesar del rápido crecimiento general de la población, China tenía en 2000 un médico por cada 595 habitantes, frente al porcentaje de uno por cada 27.000 en 1949. En los pueblos y distritos hay clínicas, y los hospitales están en su mayor parte localizados en la ciudad capital del condado.

El coste por un año de cobertura en una clínica, por cada individuo es equivalente a dos días y medio de trabajo aproximadamente; cuando un paciente visita la clínica se le impone una tarifa nominal. Para un tratamiento más exhaustivo en las instalaciones médicas municipales o provinciales, el coste lo suele pagar la unidad de trabajo o el gobierno central.

Uno de los cambios más profundos que han tenido lugar recientemente en los servicios de salud ha sido el renovado interés por la medicina china tradicional, a través de tratamientos con hierbas locales, y acupuntura. Este tipo de tratamientos son hoy más comunes en China que la medicina occidental. Los denominados ‘doctores descalzos’ desempeñan un importante papel al llevar los servicios de salud a la gente.

Este personal está preparado para consultas de higiene, medicina preventiva, acupuntura y tratamientos rutinarios de las enfermedades más comunes; trabajan en las zonas rurales donde los médicos son escasos. Para millones de campesinos este doctor es su primer encuentro con los servicios de salud del Estado.

China ha promocionado campañas masivas en el campo de la sanidad. El gobierno ha promovido ampliamente la inmunización de niños, la erradicación de la esquistosomiasis y la disminución de las enfermedades venéreas. Se han lanzado campañas de gran éxito en contra de la tuberculosis, malaria, filariasis y otras enfermedades que anteriormente estaban muy extendidas. El gobierno no ha vacilado en su apoyo a la planificación familiar a través de programas de control de la natalidad que se incrementaron desde la Revolución Cultural, a finales de la década de 1960. La política de familias de un solo hijo está apoyada por la propia Constitución. El gobierno también establece programas de ayuda social para los discapacitados, ancianos y por maternidad.

5.7 Defensa

La Constitución de 1982 dio el mando supremo de las Fuerzas Armadas a la Comisión Central Militar. La fuerza militar del país es el Ejército de Liberación Popular (ELP), denominado así desde 1946. En 2003 el ELP estaba integrado por unos 2 millones de hombres y mujeres, y como tal, era la fuerza militar más grande del mundo. Sin embargo, es una fuerza armada escasamente sofisticada.

La Armada tenía 255.000 miembros, englobando unos 25.000 pertenecientes a la fuerza aérea naval y otros 6.000 en la infantería de marina; la Fuerza Aérea tenía 400.000 miembros, entre los que se encuentran 220.000 de la defensa aérea. A los 1.600.000 miembros del Ejército de Tierra se suma una milicia nacional de unos 12 millones de personas.

La Armada tenía más de 1.700 barcos de guerra, con más de 90 submarinos, uno de ellos armado con misiles nucleares. La Fuerza Aérea tenía aproximadamente unos 5.000 aviones de combate. China ha realizado grandes progresos en el desarrollo de armas nucleares, pero en comparación con los de Estados Unidos o los de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), su arsenal es pequeño.

El ELP también desempeña un importante papel en la producción económica y en grandes proyectos de construcción como presas, proyectos de regadío y programas de recuperación de tierras.

El ELP gobernó prácticamente el país durante los años más caóticos de la gran Revolución Cultural proletaria (1966-1969) y en junio de 1989 reprimió duramente manifestaciones a favor de la democracia en Pekín.

6 ECONOMÍA

Durante más de 2.000 años la economía china operó bajo un tipo de sistema feudal; la tierra estaba concentrada en las manos de un grupo relativamente pequeño de terratenientes cuyo medio de vida dependía de las rentas de sus campesinos arrendatarios. A esa carga que soportaban los campesinos había que añadir los impuestos agrícolas por parte del gobierno imperial y lo imprevisible de las cosechas que estaban sujetas a sequías e inundaciones periódicas. En estas condiciones, la agricultura se mantuvo infradesarrollada, organizada en pequeñas unidades, donde se utilizaban métodos primitivos para garantizar una subsistencia básica.

El fin de las guerras del Opio en 1860, inició formalmente un periodo de penetración occidental de China desde los puertos costeros, en los que la presencia occidental se había establecido bajo tratados diplomáticos impuestos. Se construyeron ferrocarriles y autopistas, y se comenzó un cierto desarrollo industrial. Toda esta actividad tuvo, sin embargo, un impacto menor sobre el conjunto de la economía china, puesto que China estaba repartida en varias esferas de influencia controladas por potencias coloniales en competencia por ampliar su área de dominio. Japón, que había intentado unir China a su esfera de coprosperidad del este de Asia, sólo fue capaz de crear centros aislados de una economía moderna.

El Partido Comunista Chino emergió en la década de 1920, en un marco de crisis económica causada por la intervención extranjera y por la mayor influencia de los terratenientes en el campo. Durante más de dos décadas, expandió su control sobre grandes zonas rurales al introducir un programa de reforma agraria basado en el control de la renta, el ahorro y en dar poder a las asociaciones agrarias.

El 1 de octubre de 1949 el Partido Comunista consiguió por primera vez desde el fin del periodo imperial en 1912 establecer un gobierno nacional unificado y una política económica conjunta para la zona continental. Desde 1949 hasta 1952 lo más importante era detener la inflación y acabar con la falta de alimentos y el desempleo.

El nuevo gobierno inició un programa de reforma agraria que distribuyó tierras a 300 millones de campesinos sin recursos. Durante el primer plan quinquenal (1953-1957) el 92% de la población agrícola estuvo organizada en granjas cooperativas. En 1958 se establecieron las comunas rurales populares que han dominado la agricultura china hasta comienzos de la década de 1980.

La comuna estaba basada en la propiedad colectiva de toda la tierra y del utillaje agrario por parte de sus miembros, que debían alcanzar las metas planificadas por el Estado y eran recompensados de acuerdo con el trabajo que realizaban, aunque las necesidades básicas de todos sus miembros estaban garantizadas.

En la ciudad, la propiedad estatal de las empresas industriales y comerciales se fue extendiendo gradualmente. La industria creció debido a las fuertes inversiones bajo el primer plan quinquenal, y el sector estatal alcanzó una gran importancia.

El segundo plan quinquenal se introdujo en 1958 y ese mismo año el régimen se embarcó en su Gran Salto adelante al que se dio una gran publicidad. Este programa se caracterizó por las grandes inversiones en la industria pesada y el establecimiento a pequeña escala, de industrias como las refinerías de acero. Sin embargo, el programa dio lugar a graves trastornos en la gestión económica, impidiendo un crecimiento económico racional y en 1960 se había abandonado el Gran Salto adelante. La economía china entró entonces en un periodo de reajustes, pero hacia 1965 la producción en muchos campos se aproximaba de nuevo al nivel de finales de la década de 1950.

El tercer plan quinquenal comenzó en 1966, pero tanto la producción agrícola como la industrial habían sido restringidas por los efectos de la Revolución Cultural; en 1971 comenzó un cuarto plan quinquenal al comenzar una recuperación de la economía.

Tras eliminar los vestigios de la Revolución Cultural en 1976, los dirigentes chinos decidieron moverse a un paso más rápido en todos los frentes económicos para compensar las pérdidas que habían sufrido en los diez años precedentes. Un quinto programa quinquenal comenzó en 1976 pero se interrumpió en 1978, cuando se lanzó el programa de las ‘cuatro modernizaciones’ exigía la modernización completa de la agricultura, industria, defensa nacional, ciencia y tecnología para finales de siglo de manera que la economía pudiera estar en las primeras posiciones mundiales.

Un plan de diez años desde 1976 hasta 1985 reforzó las mejoras económicas y un papel mayor para empresas de propiedad privada y colectiva (frente a las que pertenecían al Estado). Este programa fue sustituido por un plan decenal más modesto desde 1981 hasta 1990, pero continuaron los esfuerzos por atraer la tecnología e inversiones occidentales, al igual que el programa de incentivos para incrementar la producción agrícola.

Las políticas introducidas en octubre de 1984 exigían una mayor descentralización de la planificación económica y una mayor confianza en las fuerzas del mercado para determinar el precio de los bienes de consumo. El plan quinquenal de 1986 a 1990 anticipó una tasa anual de crecimiento económico del 7%, pero la economía se frenó después de la crisis política que tuvo lugar en 1989.

Sin embargo, el retraso fue temporal y la economía china se recuperó rápidamente a comienzos de la década de 1990 mientras el gobierno continuaba moderando los controles en la economía; en 1992 la economía creció en un 13%. Este rápido crecimiento ha dado lugar a algunos problemas, como las altas tasas de inflación en las áreas urbanas.

6.1 Producción nacional

El producto interior bruto (PIB) de China en 2003 era de 1.417.000 millones de dólares, lo que equivalía a 1.100 dólares per cápita. La producción agrícola (que también engloba algunas industrias de pequeña escala en zonas rurales, silvicultura y pesca) contribuía con un 14,6% al PIB, la industria con un 52,3% y los servicios con un 33,1%. Entre 1965 y 1979 el PIB creció a un ritmo de 6,4% anual, mientras que entre 1980 y 1988 el crecimiento fue de un 10,3%. La tasa de crecimiento cayó por debajo del 4% en 1989; en el periodo 1990–2003 se situó en el 9,55 por ciento.

6.2 Agricultura

La agricultura ha sido tradicionalmente el pilar económico de China y sigue siendo un sector de gran importancia en la economía nacional, que sostiene a la mayor parte de la población. El 47% de la población activa trabajaba en este sector en 2000. Tan sólo el 16,5% de la superficie total de China está cultivada (situada sobre todo en su parte oriental). Casi la mitad de la tierra cultivada es irrigada; China es uno de los países con mayor superficie irrigada. A pesar de los grandes beneficios en la producción nacional desde 1949, el crecimiento tan rápido de la población ha provocado que el aumento de la renta per cápita haya sido de menor importancia. Por ejemplo, entre 1959 y 1979 la producción anual de grano creció en un 103%, pero la producción per cápita de grano sólo lo hizo en un 20%. Hacia 1979, aunque se pusieron en cultivo nuevas superficies, especialmente en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y noroeste de China, la pérdida de tierra cultivada dedicada para usos no agrícolas fue aún más rápida lo que provocó, con el gran crecimiento de la población, que el promedio per cápita se redujera de 0,18 ha en 1949 a sólo 0,08 ha en 1995.

6.2.1 Organización de la actividad agraria

El aumento constante en la producción agraria de China, puede atribuirse en parte a una mayor eficiencia en la productividad. Hacia 1979, alrededor de 838 millones de habitantes que formaban la población rural se habían organizado en unas 52.000 comunas populares. Como unidad socioeconómica, la comuna recibía las metas de producción del Estado y, además se aseguraba de que se consiguieran esos objetivos. Las comunas estaban formadas por distintas brigadas de producción, cada una de las cuales se subdividía en equipos de producción. Cada uno de estos grupos tenía su propio terreno, herramientas y otros materiales, siempre de forma comunal, para desarrollar su labor. Unos 6 millones de equipos de producción representaban las unidades básicas del sistema.

Con el sistema de comunas fue posible organizar una experimentación agrícola a gran escala para establecer una agricultura científica, plantar cultivos en zonas donde el suelo y otras condiciones naturales son menos favorables, y desarrollar el regadío y drenaje eficazmente. Aunque la tierra era de propiedad comunal, cada familia rural generalmente tenía acceso a un pequeño terreno privado, que podían utilizar como quisieran. También se daba autonomía a los equipos de producción y a los hogares individuales para producir otros cultivos para el mercado, una vez que se hubieran alcanzado los objetivos oficiales.

A comienzos de la década de 1980, en un intento por mitigar la falta de alimentos pertinaz en China, mientras se permitía un aumento en el consumo de alimentos per cápita, el gobierno chino reestructuró una vez más el sector agrícola. El sistema de comunas y las brigadas de producción se desmantelaron, y las familias se convirtieron en la unidad principal de producción agrícola. Con este ‘sistema de responsabilidad’, cada familia, después de un contrato con las autoridades locales para producir su cuota de las cosechas especificadas, era libre para vender cualquier producción adicional en el mercado. Tales ventas representaban alrededor del 60% de la producción agrícola china a finales de esa década.

6.2.2 Mejora y planificación agraria

Dada la tremenda presión sobre la tierra agrícola, es de una gran importancia la planificación racional de los usos del suelo. Durante las décadas de 1960 y 1970 se puso gran énfasis en el cultivo de cereales, lo que llevó a la eliminación de otros cultivos, huertos y árboles, descuido de los animales y daños medioambientales. Desde entonces, el gobierno ha promocionado una economía agrícola mixta que esté de acuerdo con las condiciones medioambientales locales y que también proporcione ingresos en metálico.

Se ha buscado denodadamente la mecanización agrícola, aunque permanece en los primeros estadios de desarrollo y se considera impracticable en muchos lugares a causa del tamaño reducido de las áreas cultivadas. Desde finales de la década de 1950 se han realizado proyectos a gran escala para controlar las inundaciones así como otros de regadío, que suponen la construcción de presas, canales y embalses. En el mismo periodo han tenido lugar cambios importantes en los modelos de cultivo en China. Con el desarrollo de los recursos de agua y un uso más intenso de fertilizantes, se podía lograr una segunda cosecha en los valles de los tres ríos de la llanura del norte de China. Los tramos medio e inferior del valle del Yangzé, que ya era un área de arrozales de doble cosecha, pasaron a dar tres cosechas de arroz anuales. En época más reciente, sin embargo, se ha discutido la posibilidad de volver al esquema de dos cosechas, porque la tercera supone un importante gasto en abonos.

Para aumentar la producción agrícola, los diferentes ámbitos gubernamentales manejan más de 2.000 granjas estatales. Hay unidades a gran escala que se organizan para la experimentación agrícola y la producción comercial de ciertos cultivos comercializables y alimentos para los mercados urbanos o la exportación; suelen estar situados en tierra virgen o en nuevas zonas recuperadas donde la densidad de población rural no es excesiva y la maquinaria moderna se puede utilizar de manera efectiva.

6.2.3 Cultivos alimenticios

Alrededor del 80% de los sembrados en China se dedica a cultivos alimenticios. El más importante es el arroz, que ocupa alrededor de un tercio del área cultivada total. Se cultiva mayoritariamente al sur del río Huai, sobre todo en el valle medio e inferior del río Yangzi Jiang, en el delta del río Perla en la región de Cantón y en la cuenca roja de Sichuan. En 2004, la producción de arroz fue de 187 millones de toneladas.

El segundo cultivo alimenticio en importancia es el trigo, que crece sobre todo al norte del río Huai. Las principales áreas dónde se cultiva son la llanura del norte de China y los valles de los ríos Wei y Fen, en la región del loess. Aunque el área cultivada con trigo es casi tan grande como la del arroz, la cosecha es menor. La producción de trigo en 2004 fue de 91,3 millones de toneladas.

El kaoliang (un tipo de sorgo) y el mijo son también importantes cultivos alimenticios en el norte de China y en Dongbei Pingyuan (Manchuria). El primero se utiliza también para alimentar a los animales y para convertirlo en bebida alcohólica; los tallos se utilizan para fabricar papel y como material útil para construir techos en las viviendas. El maíz ocupa alrededor del 20% del área cultivada. La avena es importante sobre todo en la Mongolia Interior y en el oeste, sobre todo en el Tíbet. La producción total de cereales está en torno a los 423 millones de toneladas.

Otros cultivos alimenticios son batatas, patatas blancas (papas) y frutas variadas y verduras. Las batatas predominan en el sur y las patatas blancas en el norte. Las frutas varían desde variedades tropicales como piñas y plátanos, que crecen en la isla de Hainan, hasta manzanas y peras, cultivadas en las provincias septentrionales de Liaoning y Shandong. Los cítricos, en especial naranjas y mandarinas, son un importante producto del sur de China.

Las semillas oleaginosas tienen un importante papel en la agricultura china, al proporcionar aceites comestibles e industriales y una importante parte de las exportaciones. El cultivo oleícola más importante es la soja (soya), que ocupa alrededor del 8% del total del área cultivada; se cultiva sobre todo en el norte de China y en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Su producción es la tercera del mundo, pero China también es uno de los principales productores mundiales de maní, que se cultiva en Shandong y Hebei. Otros importantes cultivos de este tipo son las semillas de sésamo, girasol y colza. El árbol tung también proporciona un valioso aceite; más de la mitad del aceite de tung producido en China es originario de Sichuan. La producción de oleaginosas alcanzó en 2004 los 16,1 millones de toneladas.

El té es uno de los cultivos comerciales tradicionales de China, que sigue siendo uno de los mayores productores, con más del 20% del abastecimiento mundial; su producción anual es de 821.000 toneladas. Las principales plantaciones de té están en las colinas del tramo medio del valle del río Yangzé y en las provincias del sureste de Fujian y Zhejiang.

China obtiene azúcar tanto de la caña de azúcar como de la remolacha azucarera. La caña de azúcar crece sobre todo en las provincias de Guangdong y Sichuan; en 2004, la producción fue de 93,2 millones de toneladas. La remolacha azucarera, un cultivo relativamente nuevo para el país, se cultiva en la provincia de Heilongjiang, en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en tierras de regadío en la Mongolia Interior.

6.2.4 Cultivos para la obtención de fibras

El gobierno comunista de China ha prestado una creciente atención a la expansión de cultivos para el desarrollo de la industria textil. El más importante de estos cultivos es el algodón: se producen anualmente 18 millones de toneladas, lo que hace de China el principal productor mundial de algodón. Este producto, que se puede cultivar en casi todas las partes del país, se realiza sobre todo en la llanura del norte de China (que aporta casi la mitad de la producción total del país), la región del loess, el delta y la llanura media del Yangzé.

Otras fibras a destacar son el rami y el lino, que se utilizan para confeccionar ropa de cama y otros tejidos finos, el yute y el cáñamo, con los que se fabrican sacos (costales) y cuerdas. El rami, una hierba originaria de China y similar al cáñamo, se cultiva sobre todo en el valle del río Yangzé; el lino es un cultivo del norte. Las principales áreas de cultivo del yute son Zhejiang y Guangdong. Otro producto tradicional chino es la seda en bruto. La sericultura (cría de gusanos de seda) es muy común en el centro y sur del país, en especial en el delta del Yangzé.

6.2.5 Ganadería

China mantiene una gran cabaña ganadera. El ganado porcino es numeroso; hay 473 millones de cabezas, lo que representa más del 40% del total mundial. El país es el principal exportador de cerdas de puerco. En las áreas occidentales, la ganadería de rebaños nómadas también constituye la principal ocupación rural. La mayor parte de los rebaños están formados por ganado ovino, caprino y camellos. En las tierras altas del Tíbet el yak es una fuente de alimentos y combustible (los excrementos se queman) y su pelo y piel proporcionan materiales para cobijarse y vestir. La cabaña ganadera se estima que tiene 157 millones de cabezas de ganado ovino, 183 millones de ganado caprino, 107 millones de ganado vacuno, 22,8 millones de bueyes, 7,90 millones de caballos, 3,96 millones de mulas y unos 265.000 camellos.

6.3 Silvicultura

Los recursos forestales de China son limitados a causa de siglos de sobretala para obtener combustible y materiales de construcción. Los programas de reforestación han incrementado la extensión de los bosques desde un 8% del área total en 1949 hasta más de un 17,1% en 2000. Sin embargo, el abastecimiento de madera sigue siendo pequeño; la producción de madera en 2003 fue de 286 millones de metros cúbicos.

La distribución de los bosques es muy desigual. El noreste y suroeste contienen la mitad de los bosques y tres cuartas partes de los recursos forestales. Las principales especies taladas son pinos, abetos, alerces y robles, y en el extremo sur, teca y caoba. Otras especies comerciales son el tung, árbol de laca, alcanfor y bambú. Las campañas nacionales de plantaciones de árboles han sido llevadas a cabo tanto por el Estado como por colectividades: las comunas rurales han sido responsables de la plantación del 70% del total del área reforestada. Los árboles se plantan alrededor de los asentamientos, de carreteras, junto a ríos o arroyos y junto a las casas de los campesinos. Un gran proyecto es el establecimiento de un cinturón boscoso a lo largo de la frontera noroccidental de las regiones semiáridas, en la llanura del norte de China y en el oeste de Dongbei Pingyuan (Manchuria).

6.4 Pesca

El total de capturas de pescado, marisco y moluscos se estima en 44,1 millones de toneladas anuales. La actividad piscícola de agua dulce es importante y el gobierno ha animado el desarrollo de piscifactorías junto a otras actividades agrícolas. Las principales regiones productoras son aquéllas cercanas a los núcleos urbanos en el valle medio y bajo del Yangzé y del delta del río Perla (Zhu Jiang). Los estanques de carpas, una fuente de alimentación tradicional china durante miles de años, suponen una parte importante del total.

Al contrario de lo que ocurre con la pesca de agua dulce del interior, que es una actividad importante, la pesca marina está relativamente subdesarrollada, si bien en los últimos años las capturas marinas se han duplicado. En la década de 1960 la mayor parte de los pescadores fueron reasentados en comunas pesqueras costeras y se les animó a combinar las actividades agrícolas con las propias de la pesca. Estas comunas también practicaban la acuicultura marina. Utilizando artes pequeñas y trabajando en las aguas territoriales de China, en 2001 los pescadores capturaron en el litoral chino 11 millones de t de pescado.

6.5 Industria

El sector industrial está compuesto, para los propósitos de planificación del gobierno, de industria, minería, producción de energía eléctrica y construcción. Entre 1965 y 2003 la proporción de la industria en el producto interior bruto subió desde el 39% hasta el 52,3%; la industria pesada representa la mayor parte de ese crecimiento. Hacia mediados de la década de 1980 había más de 300.000 empresas industriales diseminadas por todo el país, formando sistemas regionales independientes, pero integrados. Las ciudades de tamaño grande y mediano y muchas pequeñas ciudades y pueblos han desarrollado una base industrial considerable. Este sector ocupa en la actualidad al 18% de la población activa.

6.5.1 Planificación industrial

A finales de la década de 1970, el gobierno revisó sus objetivos industriales en un intento por remediar una serie de problemas causados por una mala planificación. En muchas ciudades se había permitido crecer la autosuficiencia a expensas de la especialización y las empresas industriales se encontraron duplicando sus funciones. Además, el rápido crecimiento de la industria pesada había dañado algunos entornos urbanos y absorbido fondos que se podrían haber dedicado mejor a la agricultura, la industria ligera y la mejora de las instalaciones urbanas; incluso el desarrollo tecnológico llegó a estancarse.

El programa de reajustes requería un crecimiento más lento de la industria pesada; así, se dio prioridad a las industrias ligeras en recibir fondos para el desarrollo, porque se consideraba que eran capaces de recuperar las inversiones en un corto periodo de tiempo, facilitando su propia expansión rápidamente. Los fondos económicos también se dirigieron a la industria de la construcción para mejorar las condiciones de vida de la población urbana y para crear oportunidades de trabajo para los desempleados de las ciudades.

Recientemente se ha garantizado la autonomía a las empresas de propiedad estatal para determinar —después de alcanzar las metas estatales— cómo manejar la producción, las ventas y los beneficios. China también ha enviado al extranjero numerosos técnicos cualificados y administradores de fábricas para que adquieran experiencia administrativa y se familiaricen con las técnicas modernas. La entrada de tecnología extranjera ha facilitado la aparición de nuevas zonas industriales.

6.5.2 Actividad industrial

La industria siderúrgica ha recibido prioridad en China desde 1949. El país produce hoy una gran variedad de productos de acero, como acero de tungsteno, acero inoxidable, láminas de acero pesado y tuberías continuas. Las principales zonas productoras son Dongbei Pingyuan (Manchuria), norte de China y el valle del Yangzé.

Hay grandes plantas siderúrgicas en Anshan, Benxi, Pekín, Baotou, Taiyuan, Wuhan, Ma’anshan, Panzhihua, Chongqing, Shanghai y Tianjin. China produce anualmente 83 millones de t de hierro y 80 millones de t de acero en crudo.

Entre las industrias pesadas de China destacan los astilleros de construcción naval y las destinadas a la fabricación de locomotoras, material rodante, tractores, maquinaria minera, equipos para generar energía y maquinaria para prospecciones y refinado de petróleo.

La industria petroquímica también tiene plantas en la mayor parte de las provincias y regiones autónomas; las mayores se encuentran en Pekín, Shanghai, Lanzhou, Shengli, Yueyang, Anqing y Cantón. Sus productos engloban fibras sintéticas, plásticos y productos farmacéuticos. Una característica peculiar de la industria petroquímica china es la presencia muy extendida de pequeñas fábricas de abonos nitrogenados que utilizan una técnica de producción desarrollada en China. En 2004 las fábricas chinas produjeron 32 millones de t de fertilizantes.

La industria textil china es la mayor del mundo y da trabajo a más de 4 millones de empleados. La producción de hilos de algodón era de 4,8 millones de t a comienzos de la década de 1990. La mayor parte de las nuevas hilanderías de algodón se han construido en las áreas de cultivo del mismo de las provincias de Hubei (Hupeh), Hunan, Hebei y Shaanxi. No obstante, a pesar de un gran incremento en la producción desde 1949, la industria no está produciendo para abastecer a toda la población, lo que hace necesario continuar con el racionamiento de las telas de algodón.

Otras importantes industrias (con su producción a comienzos de la década de 1990) eran cemento (405 millones de t), papel y cartón (20 millones de t), bicicletas (40,9 millones de unidades), máquinas de coser (9,9 millones de unidades), vehículos a motor (1.402.000 unidades) y televisores en color (17 millones de unidades).

6.6 Minería

China tiene ricos recursos minerales, que engloban grandes depósitos de algunos industrialmente importantes.

La industria de la minería del carbón es la mayor del mundo, con una producción anual que llegó a 1.380.000.100 t en 2002. A lo largo de todo el país hay numerosas minas de carbón de pequeño tamaño, pero los grandes centros se encuentran al norte del río Yangzé, especialmente en Shaanxi. El carbón es el principal combustible tanto doméstico como industrial y representa una gran parte de la mercancía transportada por los ferrocarriles.

El rápido desarrollo de la industria petrolera desde la década de 1950 ha convertido a China en uno de los mayores productores mundiales; la producción anual en 2002 estaba cifrada en 1.238.070.400 barriles. En 1963 pasó a ser autosuficiente en gasolina y hacia 1973 era capaz de exportar tanto crudo como productos petroleros refinados. A finales de la década de 1950 se descubrió y desarrolló el campo petrolero de Daqing, en la provincia de Heilongjiang y hoy es el más productivo de todo el país. Las mayores reservas de la nación, estimadas aproximadamente en unos 10.000 millones de barriles, se encuentran en la árida depresión de Tarim, en la región autónoma uigur de Xinjiang.

La producción de mineral de hierro ha crecido de manera muy rápida desde la década de 1970. China es además el mayor productor mundial de grafito natural, con una producción de 310.000 t en 1994. Otros minerales que se producen en el país en cantidades importantes son sal (29 millones de t), fosfatos (7,35 millones de t), bauxita (12,5 millones de t), cinc (1,65 millones de t), cobre (610.000 t), estaño (50.000 t), azufre, magnesita, plomo, mineral de antimonio, tungsteno y mercurio.minerales

6.7 Energía

China es uno de los principales productores mundiales de electricidad, con una producción anual estimada de 1.575.130 millones de KWh en 2002. Con todo, la producción de electricidad no es suficiente para cubrir las necesidades nacionales, especialmente en las ciudades donde el gobierno ha dado prioridad al desarrollo económico.

La energía hidroeléctrica representa el 19,61% de la producción eléctrica anual de China; el 78,77% de la energía se genera en centrales térmicas de carbón. Las más importantes centrales hidroeléctricas del país están en Liujia Xia, en el Huang He, en Gansu, Danjiangkou en el río Han, en Hubei, Gongu en el río Dadu, en Sichuan, y otra en el Xin’an Jiang en Zhejiang. A finales de las décadas de 1970 y 1980 había en construcción otras grandes centrales, una en el río Yangzé, debajo de las gargantas de este río y otra en el Huang He, donde abandona la pradera de Qinghai. Entre las nuevas centrales térmicas de carbón varias se construyeron junto a los grandes campos de carbón del norte de China. Existe una central nuclear en Shanghai.

Los recursos de energía hidroeléctrica son más abundantes que en cualquier otro país. Una destacada característica de la industria energética china ha sido la construcción de pequeñas centrales locales para generar energía. Los gobiernos locales y las comunas rurales han aprovechado el potencial hidroeléctrico como parte integral de sus programas de conservación de agua, especialmente en el sur, donde las precipitaciones son fuertes y los ríos rápidos, y a menudo tienen pendientes muy marcadas. En la década de 1980 algunas centrales comenzaron a utilizar como combustible el metano desprendido de la quema de basuras.

6.8 Turismo

Desde comienzos de la década de 1970 las fuertes restricciones de los viajes a China se han ido levantando gradualmente. En 1979 el gobierno chino estableció un plan quinquenal para desarrollar el turismo; este plan requería la construcción de nuevos hoteles y restaurantes a lo largo de todo el país y preparar al personal para recibir el creciente número de visitantes. En 2003 visitaron el país 33 millones de turistas que reportaron unos ingresos de 9.205 millones de dólares.

6.9 Moneda y banca

La unidad monetaria china es el yuan, con el jiao y el fen como monedas fraccionarias (en 2003, 8,28 yuanes equivalían a un dólar estadounidense). El sistema bancario está completamente bajo control estatal. El Banco Popular de China es la institución financiera central y la única fuente para emitir moneda. Sin embargo, el Banco de China, que cuenta con casi 50 sucursales en el extranjero entre las que hay oficinas en Hong Kong, Singapur y Londres, se ocupa principalmente de las cuentas internacionales y los acuerdos sobre monedas extranjeras. Además, China tiene otros tres grandes bancos: la Corporación Internacional de Inversiones y Trusts de China, que reúne fondos para la inversión en el interior y organiza empresas conjuntas en el país y en el extranjero; el Banco Popular de la Construcción de China, que se ocupa de los fondos para las construcciones básicas, y el Banco Agrícola de China, que es el responsable de los préstamos al sector rural de la economía.

6.10 Comercio

La circulación de mercancías, anteriormente determinada por la planificación central, está hoy en gran medida orientada por los agentes del mercado. Entre 1978 y 1984 la participación de las ventas al por menor controladas por el sector estatal descendieron desde el 90,5% hasta el 45,8%; durante ese mismo periodo, las de las colectividades aumentaron su participación desde el 7,4% hasta el 39,6% y las empresas privadas desde el 2,1% hasta el 14,6 por ciento.

Hasta finales de la década de 1970 las materias primas y el equipamiento que necesitaban las empresas propiedad del Estado, por lo general, no eran adquiridas como mercancías sino que se las proporcionaba el gobierno. Después de completar la producción, los productos se devolvían al gobierno para su distribución. Los bienes de consumo que necesitaba la población rural los distribuía la oficial Cooperativa de Suministros. Los artículos esenciales como cereales alimenticios, aceite, carne, azúcar y telas de algodón estaban racionadas porque eran escasas a causa de que se fijaban bajos precios para garantizar su acceso a toda la población. Los cereales para la alimentación los distribuían los equipos de producción a los domicilios rurales como una parte importante de la remuneración por el trabajo realizado.

Desde 1979 las empresas propiedad del Estado son libres para obtener parte de sus suministros y disponer de parte de sus productos en el mercado; también se ha hecho evidente un uso más amplio de la publicidad como fuente de información. En los centros urbanos, esta reorganización del comercio ha ocasionado un rápido crecimiento de los negocios de propiedad colectiva e individual, como los restaurantes, casas de té, hostales, estudios fotográficos, sastrerías y todo tipo de servicios de reparación y mantenimiento. Se han vuelto a abrir los mercados rurales, donde se permite a los campesinos deshacerse del excedente de sus productos o bien abastecerse de ellos.

6.11 Comercio exterior

El comercio exterior está completamente monopolizado por el Estado. En 1979 China levantó algunas restricciones comerciales, preparando el camino para el aumento de las, hasta entonces, relativamente pequeñas inversiones extranjeras y actividad comercial. En 2003 las exportaciones anuales suponían un total de 438.228 millones de dólares y las importaciones 412.760 millones. Las principales exportaciones chinas eran petróleo crudo y refinado, telas de algodón, seda, ropas, arroz, cerdo, gambas o camarones congelados y té. Entre las importaciones destacan la maquinaria, productos de acero, otros metales, automóviles, artículos sintéticos, productos químicos para la agricultura, caucho, trigo y barcos. La mayor parte del comercio tiene lugar con países no comunistas; Japón es el principal, seguido por la Región Administrativa Especial de Hong Kong y Estados Unidos. China también tiene buenas relaciones con países como Alemania y Singapur. Las relaciones comerciales con Estados Unidos estuvieron en peligro en 1993 cuando amenazaron con no renovar la condición comercial de China de nación más favorecida (NMF), hasta que las condiciones de los derechos humanos no mejoraran. Sin embargo, en mayo de 1994 Estados Unidos renovó el nombramiento de China de nación más favorecida, aun cuando el gobierno chino hizo muy pocos progresos en la mejora de los derechos humanos.

6.12 Transporte

El medio de transporte más importante es el ferrocarril, que mueve unos dos tercios del tráfico de pasajeros y la mitad del de mercancías. Desde 1949 la longitud total de los ferrocarriles se ha duplicado y en la actualidad es de 60.627 km. Las nuevas líneas construidas han extendido las dos rutas mayores norte-sur (Cantón-Pekín y Shanghai-Pekín) hacia el noreste, Mongolia y Rusia, y al sureste. La mayor línea este-oeste, desde Lianyungang a Lanzhou, ha sido unida a Ürümqi en el extremo noroccidental. Las nuevas líneas proporcionan una densa red en las regiones muy pobladas y económicamente importantes del noreste, centro y suroeste de China. Cuando se complete la línea Lanzhou-Lhasa (Tíbet), hará que todas las provincias y regiones autónomas sean accesibles por ferrocarril.

Las carreteras y autopistas chinas han crecido desde una longitud de unos 80.000 km (en 1949), que sólo proporcionaba conexiones entre los puertos costeros con presencia colonial extranjera y el interior inmediato, hasta un sistema de 1.765.222 km, de los cuales aproximadamente el 85% está pavimentado. En la actualidad hay carreteras que unen Pekín a las capitales de todas las provincias y regiones autónomas, así como a los mayores puertos y nudos ferroviarios. La red se extiende también a las zonas rurales, que hace accesibles por carretera a la mayor parte de las localidades. En los centros urbanos el transporte público motorizado está bien desarrollado y las bicicletas son de uso común para viajar distancias cortas. Sin embargo, la tasa de vehículos es sólo de 12 por cada mil habitantes.

China tiene más de 170.000 km de canales interiores navegables. La navegación interior representa una quinta parte de los bienes embarcados y su potencial para un mayor desarrollo es enorme. Los mayores canales interiores están en el río Yangzi Jiang, el cuarto mayor río del mundo. Unos 18.000 km de este río y sus afluentes son navegables para barcos de vapor; sus principales puertos son Chongqing, Yichang y Wuhan. Sin embargo, el canal más transitado es el Gran Canal, que se extiende desde Pekín a Hangzhou; su parte sur está integrada en un sistema local de canales y lagos, convirtiendo a ciudades como Suzhou, Wuxi y Changzhou en importantes puertos interiores. En algunas partes de la China rural los campesinos utilizan los canales de regadío y drenaje como vías fluviales.

La larga línea de costa de China y la localización de algunas de las más importantes ciudades industriales en ella han convertido a la navegación costera en un importante medio de transporte. El incremento del transporte marítimo internacional es un fenómeno más reciente, que alcanzó su punto más alto antes de la II Guerra Mundial (1939-1945) y volvió a ser importante en la década de 1960. China tiene una flota mercante de 3.497 grandes buques (la mayoría de construcción nacional) que visitan puertos en más de 100 países.

El transporte aéreo recibió un gran impulso con la compra en 1979 de tres aviones Jumbo y la apertura de un nuevo aeropuerto internacional en Pekín en 1980; desde entonces, el transporte aéreo entre China y el resto del mundo se ha intensificado. Los vuelos nacionales ahora unen más de 90 ciudades, muchas de las cuales se encuentran en la China occidental.

6.13 Comunicaciones

El gobierno comunista de China puso un gran hincapié en la radio cuando quiso ganarse el máximo apoyo para su política a comienzos de la década de 1950. Se ubicaron altavoces en los campos comunitarios y los lugares de trabajo desde la década de 1950 hasta la de 1970, y la gente se fue acostumbrando gradualmente a la presencia continua de los medios de comunicación; en 1997 había más de 417 millones de aparatos de radio. Entre 1977 y 1981 el número de receptores de televisión de propiedad privada aumentó desde 630.000 hasta los 7 millones; China tenía 380 millones de receptores de televisión en 2000. En Pekín, el promedio era de dos receptores de televisión por cada tres hogares. Un símbolo del clima de apertura en el ámbito económico y social fue la inauguración en el sur de China, en 1986, de estaciones comerciales de radio.

La Cadena Central Popular de Televisión se estableció en Pekín en 1958, el mismo año que se empezaban a fabricar los primeros aparatos de televisión chinos en la Planta Estatal de Radio de Tianjin. Pekín ha aumentado la programación normal de la Cadena Central Popular de Televisión con dos canales más y muchas ciudades o provincias tienen sus propias cadenas locales. La composición media de la programación es de un 20% de noticias, 25% de deportes, programas de servicios públicos, científicos, programas infantiles y para una audiencia especializada, y el 55% de diversión.

La Universidad por Televisión, bajo la administración de la Televisión Central Popular, es otro de los aspectos destacados de las comunicaciones de China. En Pekín se ofrecen nueve horas diarias de programas educativos por televisión; son miles los estudiantes que siguen estos programas universitarios por televisión. Este sistema es muy útil para China debido a la enorme población en edad universitaria.

La cadena internacional de radio más antigua fue Radio Pekín; se estableció en 1950 con programas en siete idiomas. En 1978 se le cambió el nombre por el de Radio Internacional de la República Popular China y su esquema de emisiones se amplió a 38 idiomas extranjeros.

Hay 39 periódicos diarios, con una circulación total de 48 millones de ejemplares. El periódico más importante es el Renmin Ribao (Diario Popular), publicado en Pekín. Se encuentra bajo el control directo del Comité Central del Partido Comunista. Su circulación diaria es de unos 5 millones de ejemplares. La mayor parte de las noticias provienen de Xinhua (agencia de noticias Nueva China). Los observadores extranjeros consideran que ésta es la fuente fundamental para conocer noticias del país. Otros grandes periódicos y revistas son Guangming Ribao (Diario de Kuangming), Jiefang Ribao (Diario Liberación), Renmin Huabao (Revista Ilustrada Popular) y Tiyu Kexue (Ciencia de los Deportes).

China tiene una activa industria editorial. El impulso del gobierno para conseguir la educación de toda la población ha dado como resultado un aumento del interés público, tanto por las obras de ficción como por los títulos de pensamiento, así como por las obras traducidas de autores extranjeros.

Los servicios postales y de telecomunicaciones están controlados por el Estado. El servicio telefónico llega a casi todas las poblaciones, pero muy pocos hogares tienen su propio teléfono. En 2003 había 209 teléfonos y 28 equipos informáticos en uso por cada mil habitantes.

6.14 Trabajo

Se estima que la población activa china es de más de 773 millones de personas. El desempleo (un 4% en 2002) y subempleo han dado lugar a una caída de la productividad laboral y de los ingresos, problemas directamente unidos al gran tamaño y la tasa de crecimiento de la población. A comienzos de la década de 1980 alrededor de un tercio de la población tenía 15 años o menos, lo que supone que cada año un gran número de jóvenes pasan a formar parte de la población activa. Aunque un 47% de la población activa está formada por trabajadores agrícolas, el programa gubernamental de reparto de trabajo no engloba las zonas rurales y aquí la nueva mano de obra tiene que ser absorbida por la economía colectiva y familiar. Se estima que la familia rural recibe un 75% de sus ingresos de la economía colectiva y el resto de actividades suplementarias.

7 HISTORIA

De acuerdo con la tradición, el pueblo chino se originó en el valle del Huang He o río Amarillo. Las leyendas hablan de un creador, P’an Ku, al que sucedieron una serie de soberanos celestiales, terrestres y humanos. Las pruebas arqueológicas son escasas, aunque fueron encontrados restos de Homo erectus, cerca de Pekín, que datan de hace 460.000 años, y que recibieron el nombre de Sinanthropus pekinensis. Se cultivaba arroz en la China oriental aproximadamente en el 5500 a.C. y unos cinco siglos después se desarrolló una sociedad agrícola en el valle del Huang He. Hay pruebas fehacientes de la existencia de dos culturas con cerámica, la cultura de Yangshao (c. 3950-c. 1700 a.C.) y la cultura de Longshan (c. 2000-c. 1850 a.C.).

7.1 Las dinastías primitivas

La tradición dice que los Xia (1994-1766 a.C.) fueron la primera dinastía china hereditaria, que sólo desapareció cuando fue expulsado su último gobernante debido al poder tiránico que ejerció sobre su pueblo. Sin embargo, no hay restos arqueológicos que confirmen esta historia; la primera dinastía de la cual hay evidencias históricas es la Shang.

7.1.1 La dinastía Shang (1766-1027 a.C.)

La dinastía Shang gobernó en el territorio que ocupan las actuales provincias de Henan, Hubei, Shandong y la parte septentrional de Anhui, en el centro y norte de China. La capital, desde alrededor del 1384 a.C. en adelante, estaba situada en Anyang cerca de la frontera norte de Henan. La economía estaba basada en la agricultura; se cultivaba mijo, trigo, cebada y posiblemente arroz. También se cuidaban gusanos de seda, y se criaban cerdos, perros, ovejas y bueyes. Se han encontrado recipientes de bronce, armas y otras herramientas, lo cual indica el conocimiento de la metalurgia y la existencia de artesanía. La sociedad creada por los Shang era aristocrática. Al frente estaba el rey, que presidía una nobleza militar y elegía a los gobernantes territoriales, que estaban obligados a ayudarle en sus empresas militares. Entre esta clase aristocrática y los plebeyos había un estrato sacerdotal culto que se ocupaba de los documentos de gobierno y era responsable de la adivinación. Los Shang adoraban a sus antepasados y a una multitud de dioses, el principal de los cuales era conocido como Shang Ti, ‘el Señor en lo Alto’.

El relato de la caída de la dinastía Shang que aparece en las historias tradicionales chinas sigue el modelo legendario de la defección de los Xia. El último monarca Shang, un tirano cruel y libertino, fue expulsado por un enérgico Zhou de un estado en el valle del río Wei. Situada en las franjas noroccidentales del dominio Shang, la cultura de los Zhou era una síntesis de los elementos básicos de la civilización Shang y ciertas tradiciones marciales características de los pueblos no chinos del norte y del oeste.

7.1.2 La dinastía Zhou (1122-256 a.C.)

Durante este periodo la civilización china se fue extendiendo gradualmente hacia el norte, ocupando el valle del río Yangzé. La amplia expansión por este territorio y el primitivo estado de las comunicaciones terrestres hicieron imposible que los Zhou ejercieran un control directo sobre toda la región; por lo tanto delegaron la autoridad en vasallos, cada uno de los cuales gobernaba por lo general sobre una ciudad amurallada y su territorio circundante. La jerarquía de estos estados de tipo feudal estaba encabezada por el señor, cargo que era hereditario; por debajo de él estaba la clase guerrera y en la base social se encontraban los campesinos y esclavos domésticos. Con el tiempo, estos estados vasallos se fueron haciendo cada vez más autónomos.

La sociedad Zhou estaba organizada alrededor de la producción agrícola. La tierra estaba dividida idealmente en extensiones cuadradas, cada una de las cuales se subdividía en nueve parcelas que formaban un espacio con forma de triángulo equilátero. Las ocho parcelas exteriores estaban asignadas a ocho familias campesinas, quienes unían sus esfuerzos y recursos para cultivar la parcela central propiedad de la clase dirigente. No está claro hasta qué extremo se utilizaba este sistema de distribución de tierras, pero las dinastías posteriores pensaron que era la manera más equitativa de dividir la tierra.

Las prácticas religiosas se correspondían con el sistema social jerárquico. Los Zhou creían en el poder que emanaba del Cielo, que autorizaba el poder de los reyes; éstos hacían sacrificios al Señor en lo Alto, ahora llamado Tian (‘Cielo’) y a sus antepasados. El señor de los estados hacía sacrificios a la naturaleza local y a deidades agrícolas, así como a sus antepasados. Las familias individuales también ofrecían sacrificios a sus antepasados para evitar infortunios y calamidades.

7.1.2.1 Los Zhou del este

Los reyes Zhou fueron capaces de mantener un control efectivo sobre sus dominios hasta que finalmente, en el 770 a.C., algunos de los estados se rebelaron y junto con invasores nómadas del norte expulsaron a los Zhou de su capital, cerca de la actual Xi’an. Con posterioridad, los Zhou establecieron una nueva capital hacia el este, en Luoyang. Aunque ahora estaban más a salvo de los ataques de los bárbaros, los Zhou del este no podían ya ejercer una gran autoridad política o militar sobre los estados vasallos, muchos de los cuales habían crecido hasta ser más poderosos que el poder central Zhou. Sin embargo, como guardianes del mandato celestial, los Zhou continuaron la práctica de confirmar el derecho de los nuevos señores a gobernar sobre sus tierras y por lo tanto permanecieron como jefes supremos hasta el siglo III a.C. Desde el siglo VIII al III a.C. tuvo lugar un rápido crecimiento económico y un profundo cambio social en el marco de una inestabilidad política extrema y un estado de guerra casi incesante. Durante estos años China entró en la edad del hierro; el arado de hierro tirado por bueyes, junto con más perfeccionadas técnicas de regadío, llevaron a conseguir mejores cosechas, que a su vez, mantuvieron el constante crecimiento demográfico, el cual estuvo acompañado por la aparición de una nueva clase de mercaderes y comerciantes. Se mejoraron las comunicaciones por el progresivo uso del caballo como animal de transporte.

La integración económica permitió a los gobernantes ejercer el control sobre mayores extensiones de territorio. Los estados situados en las fronteras exteriores de la zona cultural china se expandieron a costa de sus vecinos no chinos, menos avanzados, y al expandirse se estimuló y diversificó su propia cultura al adquirirse elementos culturales de las civilizaciones exteriores. Por ejemplo, por aculturación de las culturas no chinas del noroeste, los chinos de las regiones fronterizas adoptaron por primera vez el uso de unidades de caballería montada. Para los estados de la llanura del norte de China, la expansión significó una agresión contra otras organizaciones políticas que compartían la misma civilización básica, y la uniformidad cultural entre los estados tendía a promocionar el estancamiento cultural. Hacia el siglo VI a.C. siete poderosos estados sitiaron a los más pequeños y relativamente débiles de la llanura del norte de China.

Con la caída de la autoridad política de la dinastía Zhou y la aparición de poderosos estados periféricos, las relaciones interestatales se volvieron cada vez más inestables. Durante los siglos VII y VI a.C., se consiguieron breves periodos de estabilidad al organizarse alianzas interestatales bajo la hegemonía del miembro más fuerte. Sin embargo, hacia el siglo V a.C. el sistema de alianzas era insostenible y la China de los Zhou desembocó en el denominado periodo de los Reinos Combatientes (481-221 a.C.), caracterizado por la anarquía.

7.1.2.2 La edad dorada de la filosofía china

La respuesta intelectual a la extrema inestabilidad e inseguridad política produjo las fórmulas filosóficas que moldearon el crecimiento del Estado y la civilización china durante los dos milenios siguientes. El más antiguo y más influyente de los filósofos del periodo fue Kongfuzi o Confucio. En esencia, las propuestas de Confucio representaban la restauración de las instituciones políticas y sociales de comienzos de la dinastía Zhou. Creía que los sabios gobernantes de ese periodo habían trabajado para crear una sociedad ideal, por lo que intentó crear una clase de caballeros virtuosos y cultivados que pudieran desempeñar los altos cargos del gobierno y guiar al pueblo a través de su ejemplo personal.

Las doctrinas del taoísmo, la segunda gran escuela filosófica existente durante el periodo de los Reinos Combatientes, se exponen en el Tao Tê-King, que se atribuye a la figura semihistórica de Laozi, y a los trabajos de Zhuangzi. Los taoístas desdeñaban el sistema estructurado que preconizaban los confucianos para el cultivo de la virtud humana y el establecimiento del orden social. En al aspecto político, el taoísmo abogaba por un retorno a las comunidades agrícolas primitivas, en las cuales la vida podía seguir un curso más natural.

Una tercera escuela de pensamiento que floreció durante el mismo periodo y posteriormente ejerció una influencia duradera en la civilización china fue el legalismo. Razonando que los grandes desórdenes de su momento exigían nuevas y drásticas medidas, los legalistas abogaban por el establecimiento de un orden social basado en leyes estrictas e impersonales, que rigieran cada aspecto de la actividad humana. Para reforzar este sistema propugnaban el establecimiento de un Estado rico y poderoso, en el cual el soberano tendría una autoridad incontestable. Los legalistas instaban a la socialización del capital, el establecimiento del monopolio gubernamental y otras medidas económicas designadas para enriquecer al Estado, reforzar su poder militar y centralizar el control administrativo.

7.2 La creación del Imperio

Durante el siglo IV a.C., el reino de Qin, uno de los estados periféricos emergentes del noroeste, se embarcó en un programa de reformas administrativas, económicas y militares, siguiendo las doctrinas legalistas. Al mismo tiempo, el poder de los Zhou pasó a ser cada vez más débil hasta que el régimen se colapsó en el 256 a.C. Una generación después, los Qin habían sojuzgado a los demás estados.

7.2.1 La dinastía Qin (221-206 a.C.)

En el 221 a.C., el rey de Qin se autoproclamó Qin Shi Huangdi, o primer emperador de la dinastía Qin. El nombre China deriva de esta dinastía.

Con la ayuda de un ministro legalista, Li Si, el emperador unificó el mosaico de estados feudales en un imperio administrativamente centralizado y culturalmente unificado. Se abolieron las aristocracias hereditarias y sus territorios se dividieron en provincias gobernadas por burócratas nombrados por el emperador. La capital de Qin, cerca de la actual ciudad de Xi’an, se convirtió en la primera sede de la China imperial. Se adoptó un sistema de escritura y su uso se hizo obligatorio en todo el Imperio. Para promocionar el comercio interno y la integración económica, los Qin unificaron los pesos y medidas, la acuñación de moneda y las medidas de las hachas. Se adoptó la propiedad privada de la tierra y se aplicaron leyes e impuestos con igualdad. La búsqueda de la uniformidad cultural llevó a los Qin a ilegalizar muchas escuelas filosóficas que habían florecido a finales del último periodo Zhou. Sólo se dio la aprobación oficial a los legalistas y en el 213 a.C. se quemaron los libros de todas las otras escuelas, a excepción de los ejemplares que se guardaban en la biblioteca imperial Qin.

El primer emperador también intentó extender las fronteras exteriores de China. En el sur sus ejércitos marcharon hacia el delta del río Rojo, lo que en la actualidad es Vietnam. En el suroeste su dominio se extendió para englobar la mayor parte de las actuales provincias de Yunnan, Guizhou y Sichuan. En el noroeste sus conquistas alcanzaron Lanzhou, en la actual provincia de Gansu y el noreste, un sector de lo que hoy es Corea, reconoció la superioridad de los Qin. El centro de la civilización china, sin embargo, permaneció en el valle del Huang He. Aparte de la unificación y expansión del Imperio, el logro más conocido de la dinastía Qin fue la terminación de la Gran Muralla china.

El coste económico y humano de las conquistas extranjeras de los Qin y la construcción de la Gran Muralla y otras obras públicas fue enorme. El peso siempre creciente de los impuestos, el servicio militar y los trabajos forzados crearon un hondo resentimiento contra la dinastía Qin entre las clases populares del Imperio. Además, las clases intelectuales estaban ofendidas por la política gubernamental de control del pensamiento, en especial la quema de libros. El sucesor de Qin Shi Huangdi cayó bajo la influencia de un astuto eunuco de palacio. Siguió una lucha por el poder, mutilando la administración central y el pueblo indignado se levantó en una rebelión.

7.2.2 Los Han anteriores u occidentales (206 a.C.-9 d.C.)

De los tumultos y estado de guerra que marcaron los últimos años de la dinastía Qin, destacó un dirigente de origen humilde, Liu Bang (véase Gaozu). Aplastó a otros pretendientes al trono y se proclamó a sí mismo emperador en el 206 a.C. La dinastía Han por él fundada sería la más duradera de la era imperial. Los Han se constituyeron sobre la base unificada que habían dejado los Qin, modificando la política que había conducido a su derrocamiento. Las leyes onerosas fueron suspendidas, los impuestos se redujeron sensiblemente y se adoptó una política favorecedora del comercio que permitió la recuperación económica. En principio Liu Bang concedió reinos hereditarios a algunos de sus aliados y familiares, pero hacia mediados del siglo II a.C. la mayor parte de estos reinos habían sido reintegrados y casi todo el territorio chino estaba bajo la jurisdicción del Imperio de los Han.

Una de las contribuciones más importantes de esta dinastía fue el establecimiento del confucianismo como ideología oficial; sin embargo, en un intento por proporcionar una ideología completa al Imperio, los Han incorporaron al confucianismo ideas de otras muchas escuelas filosóficas y emplearon supersticiones populares para incrementar las enseñanzas de Confucio. En el funcionamiento administrativo heredado de los Qin, los emperadores Han siguieron el principio confuciano de elegir a los hombres sobre la base del mérito más que por su nacimiento, siendo elegidos los más cualificados mediante exámenes escritos. A finales del siglo II a.C. se fundó una universidad imperial en la cual se formaban los futuros funcionarios en los cinco clásicos de la escuela confuciana.

Los primitivos Han alcanzaron el cenit de su poder bajo el emperador Wudi (reinó desde el 140 al 87 a.C.). Casi todo el territorio que hoy engloba China pasó a estar bajo poder imperial, aunque muchas regiones, en especial al sur del río Yangzi Jiang, no estaban totalmente asimiladas. La autoridad china se estableció en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Corea. En el oeste, los ejércitos Han lucharon con una tribu conocida como los xiongnu, que probablemente estaban emparentados con los hunos y penetraron en el actual territorio de Kazajstán. En el sur, la isla de Hainan pasó a estar bajo control Han y se establecieron colonias alrededor del delta del Xi Jiang, en Annam y en Corea.

Las políticas expansionistas del emperador Wudi consumieron los excedentes económicos que se habían ido acumulando durante las administraciones de sus predecesores y fue necesaria la restauración de políticas legalistas para reponer las arcas del estado. Se subieron los impuestos, reaparecieron los monopolios estatales y la moneda se devaluó. Las penurias que sufrían los campesinos se vieron agravadas por el crecimiento demográfico, lo cual provocó la reducción del tamaño de las parcelas individuales en un momento en que los impuestos se incrementaban. Durante el siglo I a.C., las condiciones empeoraron aún más. En varias ocasiones el trono fue heredado por príncipes en edad infantil, cuyas madres a menudo completaban las responsabilidades del gobierno con miembros no cualificados de su propia familia. Las facciones y la incompetencia debilitaron el gobierno imperial. Grandes familias terratenientes de la provincia desafiaron a las autoridades que recaudaban los impuestos del gobierno central y adquirieron una especie de privilegio para la exención de impuestos, lo que redujo los ingresos del gobierno y gravó duramente a los campesinos. Los levantamientos agrarios y el bandolerismo reflejaron el descontento popular.

7.2.3 La dinastía Xin (9 d.C.-23 d.C.)

Durante este periodo de desórdenes, un ministro ambicioso, Wang Mang, envenenó al emperador Pingdi, aún niño y para el que había estado actuando como regente, estableciendo la efímera dinastía Xin. Wang Mang intentó revitalizar el gobierno imperial y mitigar la situación de los campesinos. Actuó contra los grandes estados exentos de impuestos al nacionalizar toda la tierra y redistribuirla entre los verdaderos cultivadores; se abolió la esclavitud, se reforzaron los monopolios imperiales sobre la sal, el hierro y la acuñación de moneda y se crearon otros nuevos. El Estado fijaba los precios para proteger a los campesinos de los comerciantes sin escrúpulos y proporcionó préstamos a bajo interés a los que necesitaban capital para comenzar empresas productivas. La resistencia de las poderosas clases propietarias de la tierra fue tan dura que Wang Mang fue obligado a revocar su legislación sobre la tierra. La crisis agraria se intensificó y la situación empeoró con la ruptura de los grandes sistemas de control del agua del norte de China, que habían sido descuidados por un gobierno debilitado fiscalmente. En el norte estalló una rebelión campesina a gran escala bajo el protagonismo de un grupo conocido como ‘Cejas Rojas’. Muy pronto las grandes familias terratenientes se unieron a ellos y al final consiguieron matar a Wang Mang y reinstaurar la dinastía Han.

7.2.4 Los Han posteriores u orientales (25-220)

La debilidad administrativa y la ineficacia lastraron la última dinastía Han u oriental desde sus inicios. Al igual que bajo los Han anteriores u occidentales, el gobierno central entró en decadencia al ser elegidos familiares maternos incompetentes en representación de los emperadores infantiles. Con la ayuda de los eunucos de la corte, los emperadores posteriores consiguieron deshacerse de ellos, pero sólo a costa de conceder una responsabilidad igualmente grande a los eunucos cortesanos. Como resultado de ello, el gobierno de nuevo estuvo dividido en facciones. Entre el 168 y el 170 surgió el conflicto entre los eunucos y los burócratas, que sentían que los primeros habían usurpado su legítima posición de influencia en el gobierno. Hacia el 184 se produjeron dos grandes rebeliones, encabezadas por un grupo taoísta denominado Turbantes Amarillos, que saquearon Shandong y las áreas adyacentes. En el 215 fue sofocada otra rebelión taoísta dirigida por la Sociedad de los Cinco Montones de Arroz de Sichuan.

7.2.5 Periodo de desunión

La dinastía Han comenzó a desmembrarse cuando las grandes familias terratenientes, aprovechándose de la debilidad del gobierno imperial, establecieron sus propios ejércitos privados. Finalmente, en el 220, Cao Pei fundó la dinastía y reino Wei (220-265) en las provincias del norte. La dinastía Shu Han (221-263) se estableció en el suroeste y la dinastía Wu (222-280) en el sureste. Los tres reinos libraron incesantes guerras entre sí. En el 265, Sima Yang, un poderoso general de la dinastía Wei, usurpó el trono y estableció la dinastía Xi Jin (265-317) en el norte de China. Hacia el 280 había reunificado el norte y el sur bajo su mandato. Sin embargo, poco después de su muerte en el 290, el Imperio empezó a derrumbarse. Una importante razón para esta inestabilidad interna era la influencia de las principales familias terratenientes. Hicieron que su poder se sintiera a través de un sistema de nueve grados de funcionarios, mediante el cual se dio a individuos destacados en cada zona administrativa la autoridad para jerarquizar a las familias locales, de acuerdo con su potencial de servicio al gobierno. A causa de la arbitrariedad con que algunas personas importantes decidieron la clasificación, a menudo reflejaba más los deseos de las familias dirigentes en el territorio que el mérito de aquéllos que habían sido elegidos.

Las tribus no chinas del norte, a las que los Han habían combatido hasta conseguir detenerlos a lo largo de la frontera, aprovecharon la oportunidad que les ofrecía la debilidad del gobierno para extender su ansia de tierras de pastos dentro de la fértil llanura del norte de China. Las invasiones comenzaron en el 304, y hacia el 317 los xiongnu habían arrebatado a la dinastía Xi Jin el norte de China. Durante casi tres siglos este territorio estuvo gobernado por varias dinastías no chinas, mientras en el sur lo hacían una sucesión de cuatro dinastías chinas, todas ellas centradas en el área de la actual ciudad de Nanjing. Ninguna de las dinastías invasoras fue capaz de extender su control sobre la totalidad de la llanura del norte hasta el 420, año en que lo hizo la dinastía Bei Wei (o Bei del Norte, 386-534).

Durante la segunda mitad del siglo V los Bei del Norte adoptaron una política de unificación. Se administró burocráticamente la región agrícola del norte de China, como había ocurrido con dinastías chinas anteriores, y se impuso el servicio militar obligatorio a los miembros de las tribus. Se adoptaron las ropas y costumbres chinas y el chino se convirtió en el idioma oficial de la corte. Los jefes tribales, presionados por esta política unificadora, se rebelaron y en el 534 derrocaron a la dinastía. Durante los siguientes 50 años, el norte de China fue gobernado nuevamente por dinastías no chinas.

7.3 El restablecimiento del Imperio

China fue reunificada bajo la dinastía Sui (581-617). El primer emperador fue Yang Chien, un militar que en el 581 usurpó el trono del norte. Durante los siguientes ocho años terminó la conquista del sur de China y estableció su capital en Chang’a (hoy Xi’an). Los Sui restablecieron el sistema administrativo centralizado de los Han y reinstauraron los exámenes para la selección de funcionarios. Aunque el confucianismo fue instaurado oficialmente, también el taoísmo y el budismo fueron admitidos en la formulación de la nueva ideología imperial. Floreció el budismo, introducido en China desde la India durante la última dinastía Han y el periodo subsiguiente de desunión.

El breve reinado de la dinastía Sui fue una etapa de gran actividad: se reparó la Gran Muralla con un gran coste en vidas humanas, se construyó un sistema de canales, que posteriormente daría lugar al Gran Canal, para transportar los ricos productos agrícolas del delta del Yangzi Jiang hasta Luoyang y el norte, y se reasentó el control chino sobre el norte de Vietnam y, en menor medida, sobre las tribus de Asia central. Sin embargo, una larga y costosa campaña militar en el norte de Corea terminó en derrota. Con su prestigio seriamente empañado por el empobrecimiento de su población, la dinastía Sui cayó en el 617 ante el levantamiento dirigido por Li Yuan.

7.3.1 La dinastía Tang (618-907)

Fundada por Li Yuan, la dinastía Tang supuso una época de fuerza y brillantez sin precedentes en la historia de la civilización china. El sistema de exámenes para reclutar a los funcionarios públicos de la administración era tan refinado para su momento que, en su forma básica, ha sobrevivido hasta el siglo XX. Se reestructuraron los órganos del gobierno imperial y local, que se ampliaron para proporcionar una administración centralizada, y se decretó un elaborado código de leyes administrativas y penales. Chang’an, capital de los Tang, fue un centro de tolerancia cultural y religiosa. Se practicaban muchas religiones, incluso el cristianismo nestoriano. Se desarrolló un importante comercio exterior con Asia central y Occidente, desarrollándose las rutas de las caravanas, y mercaderes de Oriente Próximo comerciaban a través del puerto de Cantón. Bajo los Tang, la influencia china se extendió sobre Corea, sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Vietnam; en el oeste, por medio de alianzas con tribus de Asia central, los Tang controlaron la depresión de Tarim y al final hicieron que su influencia llegara hasta lo que hoy es Afganistán.

7.3.1.1 Sistema administrativo

La fuerza económica y militar del Imperio Tang se basaba en un sistema de reparto equitativo de la tierra para la población adulta masculina. El impuesto agrícola per cápita que pagaban los propietarios por cada parcela de tierra era la fuente principal de ingresos para el gobierno y el servicio militar periódico que se les exigía era la base del poder militar Tang. Sin embargo, surgieron dificultades porque el gobierno seguía exonerando a los estados libres de impuestos y hacía grandes concesiones de tierra a aquéllos que les eran favorables. Como resultado del crecimiento de la población hacia el siglo VIII, los propietarios de parcelas individuales heredaban unos terrenos de tierra muy reducidos, pero el impuesto anual mantenía su cuantía, por lo que los campesinos abandonaban sus parcelas, reduciendo de ese modo los ingresos del Estado y mermando la eficiencia de las fuerzas armadas. Las áreas fronterizas ya no podían estar protegidas por las fuerzas militares, por lo que se encargó su defensa a tropas no chinas dirigidas por un sistema en el que tenían grandes privilegios los jefes militares.

7.3.1.2 Rebelión de An Lushan

Los primeros gobernantes Tang, también la emperatriz Wu Zetian (reinó desde el 683 hasta el 705), una antigua concubina imperial, por lo general fueron gobernantes capaces. Sin embargo, el brillante emperador Xuanzong, se enamoró de la cortesana Yang Guifei, una mujer mucho más joven que él y descuidó sus deberes permitiéndole situar a sus amigos y familiares en cargos importantes del gobierno. Uno de los favoritos de Yang era el competente general An Lushan, quién luchó con el hermano de Yang por el control del gobierno, de manera que precipitó una revuelta en el 755; no se restableció la paz hasta el 763 y aún entonces sólo por medio de alianzas que los Tang habían formado con tribus de Asia central. Tras la rebelión de An Lushan, el gobierno central nunca más fue capaz de controlar a los comandantes militares de las fronteras, algunos de los cuales convirtieron sus puestos en reinos hereditarios y retuvieron con regularidad los impuestos destinados al gobierno central. Esta situación se expandió a otras regiones de la propia China y hacia el siglo IX la zona que se encontraba bajo el control efectivo del gobierno central estaba limitada a la provincia de Shaanxi.

Durante los últimos años de los Tang tuvo lugar un gran florecimiento cultural; los poetas Li Bo, Du Fu y el maestro de la prosa Han Yu aparecieron en un momento en que ya había comenzado el proceso de declive político. La impresión de libros promovió la unidad cultural.

7.3.1.3 Persecución religiosa y desunión

La decadencia del budismo y la reaparición del confucianismo a finales de la era Tang dieron lugar a la aparición de una nueva y vigorosa ideología, que proporcionó la base para el crecimiento de una civilización perdurable en los siglos siguientes. Aunque el budismo había alcanzado el punto más alto de su popularidad durante los años de paz y prosperidad de los primeros Tang, se había desarrollado una clase oficial culta, principalmente de creencias confucianas hacia mediados de la dinastía que consideraba al budismo una fuerza perjudicial para la sociedad china. En el 845, el emperador comenzó una dura persecución contra los budistas; más de 4.600 monasterios y 40.000 templos y santuarios fueron destruidos, y más de 260.000 monjes budistas se vieron obligados a volver a la vida secular. También otros grupos religiosos pasaron a estar bajo control estatal.

El crecimiento social y económico tendía a preservar la unidad durante los años de fragmentación política. Durante el periodo de gobierno de los últimos Tang se desarrollaron los gremios de artesanos, el uso de papel moneda y la centralización comercial.

La dispersión del poder político y económico que marcó la disolución de la dinastía Tang dio lugar al llamado periodo de las Cinco Dinastías (907-960). No sólo se sucedieron cinco cortas dinastías en el valle del Huang He del norte de China, sino que se establecieron diez estados independientes, la mayor parte de ellos en el sur del país. A pesar de ello, los invasores extranjeros no asolaron China durante este periodo; la dinastía Liao (907-1125) de los mongoles Khitan, con base en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y Mongolia, fue capaz de extender su influencia sobre las provincias de Hebei y Shaanxi. Pekín se convirtió en la capital del sur del imperio conjunto chino-khitan.

7.3.2 Maduración cultural y gobierno extranjero

El periodo de las Cinco Dinastías terminó en el 960, cuando un jefe militar, Zhao Guangyin, accedió al trono y proclamó el establecimiento de la dinastía Song (960-1279). Hacia el 978 los Song controlaban la mayor parte de China, de la que quedaban excluidos tan sólo aquellos territorios en el norte de las provincias de Hebei y Shaanxi en poder de la dinastía Liao de los mongoles Khitan. El periodo suele subdividirse en la etapa de los Song del norte (960-1126), cuando la capital estaba situada en Kaifeng, y la de los Song del sur (1127-1279), cuya capital se encontraba en Hangzhou y la dinastía Tan sólo controlaba el sur de China.

7.3.2.1 Los Song del norte

Los primeros Song limitaron en gran manera el poder de los militares de las provincias y subordinaron el ejército al gobierno civil, por miedo a dispersar el poder militar hacia las fronteras, un desarrollo que había debilitado a los Tang. Así, los funcionarios (burócratas) civiles dominaban cada aspecto del gobierno y la sociedad. El sistema Tang de realizar exámenes o pruebas para los funcionarios públicos se expandió para proporcionar a la dinastía un constante flujo de talentos. Los Song reorganizaron el gobierno imperial, centralizando el control efectivo en la capital de una manera mucho mayor que hasta entonces. La estructura administrativa local permaneció según el modelo diseñado por los Tang. La literatura, las artes y la filosofía siguieron su desarrollo a lo largo de las líneas que se habían establecido en el último periodo Tang. La educación floreció y la economía siguió su expansión y diversificación. Sin embargo, la debilidad militar se convirtió en un problema crónico.

Después de numerosas derrotas a manos de los Liao, los Song firmaron un tratado en el 1004, cediendo de forma permanente el área que los Liao ocupaban a lo largo de la frontera norte y aceptando pagar un tributo anual. Tras una lucha prolongada con los Xi Xia, una tribu de la frontera noroccidental, los Song de nuevo compraron la paz en 1044, aceptando el pago de un tributo. Hacia mediados del siglo XI, los Song comenzaron a experimentar dificultades fiscales. El crecimiento demográfico había sobrepasado las tasas del crecimiento económico y los gastos militares asociados a la defensa de la frontera norte al igual que los costes administrativos de una burocracia civil en constante crecimiento consumían la mayor parte de los ingresos anuales. Mientras se deterioraba la situación militar y fiscal, la burocracia civil estaba dividida en grupos que proponían diferentes medidas reformistas.

En 1069, un joven emperador Song eligió al capaz Wang Anshi como su consejero principal. Wang concibió una serie de reformas tajantes destinadas a incrementar los ingresos gubernamentales, reducir los gastos y reforzar el ejército. Al darse cuenta de que los ingresos del gobierno estaban relacionados con la prosperidad de los campesinos individuales que pagaban impuestos, propuso una reforma agraria que daría terrenos iguales a todos, préstamos para ayudar a los agricultores en la siembra y cosecha, la eliminación de trabajo obligatorio para los campesinos, un impuesto gradual sobre la riqueza y la compra por parte del Estado de los excedentes de bienes para su redistribución en tiempos de hambre. Se adoptaron algunos de estos programas de Wang, pero pronto se abandonaron a causa de la oposición de la burocracia.

7.3.2.2 Los Song del sur

Incitados por la propia debilidad militar y fiscal, los Song se aliaron, a comienzos del año 1120 con la dinastía Jin (1122-1234) del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en contra de los Liao. Después de la derrota de éstos, los Jin se volvieron contra los Song y marcharon hacia el norte de China, tomando la capital, Kaifeng, en 1126. Los Song se retiraron y en 1135 restablecieron su capital en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang.

Bajo los Song del sur, la China meridional siguió desarrollándose con rapidez. La prosperidad económica y los logros intelectuales sobrepasaron a los de sus hermanos conquistados del norte; el rápido desarrollo económico permitió al gobierno reforzar sus defensas en mayor grado que lo que habían conseguido los Song del norte; el confucianismo, sintetizado en su forma final por Zhu Xi, siguió como un sistema de pensamiento centrado en el hombre, aunque tomó prestadas doctrinas metafísicas del budismo para presentar una filosofía del Universo más equilibrada y duradera. Aunque el deterioro administrativo fue en aumento, los Song del sur no mostraban signos de inestabilidad interna; sin embargo la dinastía fue sometida por una fuerza militar claramente superior tras algunos años de duros enfrentamientos.

En 1206, una asamblea de todas las tribus turcomongolas se reunió en Karakorum, en Mongolia exterior, para confirmar el establecimiento de la unidad mongola bajo la jefatura de Gengis Kan. Los mongoles iniciaron inmediatamente una serie de conquistas que dieron como resultado el establecimiento del mayor imperio conocido hasta entonces. En China fue la dinastía extranjera Jin la que primero cayó ante los ejércitos mongoles. Gengis Kan conquistó Pekín en 1215 y por tanto extendió su poder sobre el resto del norte de China. La conquista de los Song del sur no se completó hasta el 1279, después de que Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, heredara la dirección de las fuerzas mongolas.

7.3.2.3 Mandato mongol

Kublai trasladó la capital mongola desde Karakorum hasta un lugar cercano a Pekín, desde donde gobernó un imperio que se extendía desde la Europa oriental hasta Corea y desde el norte de Siberia al sur de la frontera norte de la India. Kublai y sus sucesores adoptaron gran parte de la maquinaria administrativa que había existido bajo los Song. Gobernaron como emperadores de China con el título dinástico de Yuan (1279-1368) y así son considerados por los chinos. El reinado de Kublai Kan fue el punto más alto del poder mongol. Se mejoraron mucho las comunicaciones y las rutas de comercio de Asia central, bajo control mongol, eran ahora más seguras que nunca, favoreciendo el tráfico comercial desde Occidente a Oriente. Llegaron a China misioneros y comerciantes, y con ellos aparecieron nuevas ideas, técnicas, alimentos y medicinas. El más conocido de los extranjeros que llegaron a China fue el mercader veneciano Marco Polo, cuyos escritos describieron muy vivamente el esplendor del Imperio mongol.

Mientras tanto, existía un creciente descontento dentro de China. La clase oficial confuciana estaba resentida por las prohibiciones mongolas para que los chinos ocuparan puestos importantes. La inflación y los impuestos oprimían a los campesinos chinos. Las décadas de 1330 y 1340 estuvieron marcadas por las malas cosechas y el hambre en el norte de China, y por fuertes inundaciones del Huang He. Durante la década de 1340 tuvieron lugar levantamientos en casi todas las provincias. En la siguiente década aparecieron destacados dirigentes rebeldes y en la década de 1360 Chu Yuanziang, un antiguo monje budista, fue capaz de extender su poder a través del valle del Yangzi Jiang. En 1371, mientras los mongoles estaban paralizados por rivalidades internas, marchó hacia el norte y tomó Pekín. Finalmente los mongoles se retiraron a su territorio de Mongolia, desde donde continuaron hostigando a los chinos.

7.4 Poder imperial

Dos grandes dinastías dominaron la historia china tras la llegada al poder de los Chu.

7.4.1 La dinastía Ming (1368-1644)

Fundada por Chu, los Ming establecieron su capital en principio en Nanjing y revitalizaron la civilización china de los Tang y los Song. Su poder se asentó firmemente en China y a lo largo de Asia oriental, se restableció el gobierno civil, se fomentó la literatura, se fundaron escuelas y se reformó la administración de justicia; se amplió la Gran Muralla y se mejoró el Gran Canal. El imperio se dividió en 15 provincias, la mayor parte de las cuales aún mantienen sus nombres originales. Cada provincia estaba supervisada por tres comisionados —uno para las finanzas, otro para los temas militares y un tercero para los temas judiciales. El comisionado financiero, que encabezaba la administración, fue sustituido en los últimos años de la dinastía por un gobernador.

Los primeros Ming también restablecieron el sistema de relaciones tributarias mediante las cuales los estados no chinos de Asia oriental reconocieron la supremacía cultural y moral de China y enviaron periódicamente tributos a la corte china. Durante el primer cuarto del siglo XV, las tribus de Mongolia fueron derrotadas definitivamente y la capital volvió a ubicarse en Pekín. Las expediciones navales chinas extendieron el poder del imperio Ming a lo largo de todo el sureste de Asia, la India y Madagascar. Sin embargo, desde mediados del siglo XV, el poder Ming comenzó a declinar. El protagonismo imperial se había deteriorado y los eunucos de la corte llegaron a ejercer un gran control sobre el emperador, alentando el descontento y la creación de grupos disidentes en el gobierno. El tesoro imperial se había reducido a causa del coste de la defensa contra las repetidas incursiones mongolas y las incursiones de los piratas japoneses que habían asolado la costa sureste durante todo el siglo XVI. Una campaña de siete años contra las tropas japonesas en Corea a finales del siglo XVI dejó a los Ming exhaustos.

Durante el periodo de decadencia de los Ming, se iniciaron las relaciones marítimas entre Occidente y China. Los primeros en llegar fueron los portugueses, en 1521, y hacia 1557 habían adquirido una factoría comercial en Macao. Después de 1570 comenzó el comercio entre China y los asentamientos españoles en Filipinas. En 1619 los holandeses se asentaron en Taiwan y tomaron posesión de las cercanas islas Pescadores. Mientras tanto, en la última mitad del siglo XVI, habían llegado a China desde Europa misioneros jesuitas y comenzaron a predicar el cristianismo. La sabiduría y los conocimientos de los jesuitas pronto les dieron acceso a la corte Ming, ante la oposición de los sabios neoconfucianos que permanecían preocupados con problemas de orden social. Los jesuitas fueron incapaces de implantar el cristianismo y de arraigar en China el pensamiento científico occidental.

La caída de los Ming se ocasionó por una rebelión que estalló en la provincia de Shaanxi como resultado de la incapacidad gubernamental para proporcionar ayudas en momentos de hambre y desempleo. Cuando los rebeldes llegaron a Pekín en 1664, las tropas Ming estaban desplegadas en la Gran Muralla, procurando frenar la invasión de los manchúes, una tribu tungúsica que había obtenido recientemente el poder en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Los Ming decidieron aceptar la ayuda manchú para expulsar a los rebeldes de la capital, pero tras prestar esa colaboración, los manchúes se negaron a abandonar Pekín, lo que forzó a los Ming a retirarse al Sur de China, donde intentaron, sin éxito, restablecer su régimen.

7.4.2 La dinastía Manchú o Qing (1644-1912)

Bajo la dinastía Qing, los manchúes siguieron absorbiendo la cultura de China. Su organización política se basaba en la de los Ming, aunque estaba más centralizada; el máximo organismo administrativo fue una nueva institución, el Gran Consejo, que tramitaba los asuntos militares y políticos del Estado bajo la supervisión directa del emperador. Los funcionarios (burócratas) principales en la capital tenían tanto un jefe chino como manchú. Desaparecieron tanto la burocracia tradicional como los exámenes para funcionarios públicos, que eran elegidos por su conocimiento del confucianismo.

Hacia finales del siglo XVII, los Qing habían eliminado toda la oposición Ming y sofocado una rebelión encabezada por generales chinos, quienes en principio habían ayudado a los manchúes y a los que se habían otorgado dominios semiautónomos en el sur. A mediados del siglo XVIII, durante el reinado del emperador Qianlong, la dinastía Qing llegó al apogeo de su poder. Dongbei Pingyuan (Manchuria), Mongolia, Xinjiang y el Tíbet se encontraban bajo el control Qing, hasta Nepal notó la influencia china; Birmania enviaba periódicamente tributos a la corte Qing, al igual que las islas Ryūkyū; Corea y Vietnam del Norte reconocieron ambos la soberanía china y Taiwan fue anexionada.

El orden interno que los manchúes implantaron hizo del siglo XVIII un periodo de paz y prosperidad sin precedentes en China; la población se duplicó, pero la producción fue incapaz de expandirse al mismo ritmo. Hacia finales del siglo XVIII, la situación económica del campesinado chino había empezado a declinar. Los recursos financieros del gobierno estaban gravemente mermados por el coste de la expansión exterior y a finales del reinado de Qianlong estaban casi agotados por la corrupción oficial. Las tropas manchúes situadas a lo largo de toda China fueron una causa más de deterioro de la economía y, debilitadas por su escasa experiencia bélica al servir como simples guarniciones, fueron poco capaces de empuñar las armas en su propia defensa.

A finales del siglo XVIII los manchúes aceptaron con reservas las relaciones comerciales con Occidente; el comercio estaba limitado al puerto de Cantón y los comerciantes extranjeros tenían que llevar a cabo sus intercambios comerciales a través de un número limitado de comerciantes chinos (sistema del Cohong). Los países más activos eran Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, aunque el comercio británico era el más importante. Inicialmente el balance comercial era favorable a China, pues Gran Bretaña compraba té y hacía sus pagos en plata. Para invertir la balanza comercial, durante la década de 1780, los comerciantes británicos introdujeron en China opio procedente de la India. Hacia 1800 el mercado del opio se había desarrollado muy rápidamente y la balanza comercial se había inclinado a favor de Gran Bretaña. La pérdida de la plata china como resultado del creciente comercio del opio agravó las dificultades fiscales a las que ya se tenía que enfrentar el gobierno Qing.

7.4.2.1 Presión extranjera

El siglo XIX estuvo caracterizado por un rápido deterioro del sistema imperial y un crecimiento continuo de la presión extranjera desde Occidente y más tarde desde Japón. El tema de las relaciones comerciales entre China y Gran Bretaña dio lugar al primer conflicto serio. Los británicos estaban ansiosos por expandir sus contactos comerciales más allá de los límites restrictivos impuestos en Cantón. Para llevar a cabo esta expansión, intentaron establecer relaciones diplomáticas con el Imperio chino de la misma forma que existían entre Estados soberanos en Occidente. China, con su larga historia de autosuficiencia económica, no estaba interesada en incrementar el comercio; además, desde el punto de vista chino las relaciones internacionales, si tenían que existir de alguna manera, debían ser según un sistema tributario en el que se reconociera la hegemonía china. Por otra parte, los chinos estaban ansiosos por detener el comercio del opio, que estaba socavando las bases fiscal y moral del Imperio. En 1839, oficiales chinos confiscaron y destrozaron grandes cantidades de opio de barcos británicos en el puerto de Cantón y aplicaron fuertes presiones a la comunidad británica de esa ciudad. Los británicos se negaron a restringir aún más la importación de opio y las hostilidades surgieron a finales de 1839.

7.4.2.2 Guerras comerciales y tratados desiguales

La primera guerra del Opio terminó en 1842 con la firma del Tratado de Nanjing. China había sido vencida y los términos del tratado garantizaban a Gran Bretaña las prioridades comerciales que buscaba. Durante los dos años siguientes, tanto Francia como Estados Unidos obtuvieron tratados similares. China vio estos tratados como desagradables pues eran concesiones dictadas por bárbaros ingobernables; sin embargo, su sumisión a las cláusulas comerciales respecto a la expansión del comercio estaba muy por debajo de las expectativas de las potencias occidentales. Tanto Gran Bretaña como Francia encontraron pronto ocasión para renovar las hostilidades y durante la segunda guerra del Opio (1856-1860), aplicaron la presión militar a la capital de la región en el norte de China. Se firmaron nuevos tratados en Tianjin en 1858, que extendieron las ventajas occidentales. Cuando el gobierno de Pekín se negó a ratificarlos, se reabrieron las hostilidades. Una fuerza expedicionaria franco-británica penetró hasta Pekín. Después de que el palacio de Verano fuera incendiado como venganza por las atrocidades chinas infligidas a los prisioneros occidentales, se firmaron las Convenciones de Pekín, en las que se ratificaban los términos de los tratados anteriores.

Estos tratados, conocidos en su conjunto en China como los ‘tratados desiguales’, determinaron las relaciones chinas con Occidente hasta 1943, cambiaron el curso del desarrollo social y económico chino y obstaculizaron de manera permanente la política de la dinastía Manchú. De acuerdo con sus disposiciones, los puertos chinos se volvieron a abrir al comercio internacional, se permitió la instalación de colonias de residentes extranjeros, y se cedieron de forma permanente a Gran Bretaña los territorios de Hong Kong y Kowloon. Además se garantizó a los súbditos de los Estados firmantes de los tratados la extraterritorialidad, de modo que casi todos los extranjeros en China quedaban bajo la única jurisdicción de sus consulados y sólo estaban sujetos a las leyes de sus países de origen. Todos los tratados presentaban una cláusula de nación más favorecida, bajo la cual cualquier privilegio que extendía China a una nación era automáticamente extendida a todos los demás Estados signatarios de los tratados. Con el tiempo se fraguó el control extranjero sobre toda la economía china. Los tratados marcaron los aranceles sobre los bienes importados por China en un máximo de un 5% de su valor; esta disposición hizo que China fuera incapaz de recaudar suficientes impuestos sobre las importaciones, lo que impidió proteger a las industrias nacionales y promover la modernización económica.

7.4.2.3 La rebelión Taiping

Durante la década de 1850 se agitaron los cimientos del imperio por la rebelión Taiping, una revolución popular de origen religioso, social y económico. Su dirigente, Hong Xiuquan se llegó a considerar a sí mismo hermano pequeño de Jesucristo, al que por mandato divino se le había ordenado deshacerse del mandato manchú de China y establecer una dinastía cristiana. La rebelión surgió en la provincia de Guangxi en 1851; hacia 1853 los Taiping se habían desplazado hacia el norte y establecido su capital en Nanjing. Aunque no fueron capaces de ocupar Pekín, hacia 1860 estaban firmemente atrincherados en el valle del Yangzi Jiang y amenazaban Shanghai.

La dinastía manchú, enfrentada a la realidad de tener que mantener relaciones con los más poderosos Estados occidentales y destrozada por una rebelión interna de proporciones sin precedentes, pretendió reformar su política para garantizar la supervivencia del imperio. Desde 1860 a 1895 se hicieron intentos para restaurar el gobierno siguiendo principios confucianos con el fin de solucionar los problemas internos, sociales y económicos, y permitir la introducción de tecnología occidental que reforzara el poder del Estado. Los manchúes eran incapaces de proporcionar las directrices para tales programas, por lo que los reformistas se dirigieron hacia los oficiales chinos de las provincias. Gracias al poder imperial que les había concedido una mayor autoridad financiera, administrativa y militar, algunos de estos oficiales chinos habían tenido importantes éxitos al llevar a cabo sus programas. Durante las décadas de 1860 y 1870, en gran medida a través de los esfuerzos de los gobernadores Tseng Kuo-Fan y Li Hongzhang, se sofocó la rebelión Taiping, se restauró la paz interna, se establecieron arsenales y astilleros, y se abrieron varias minas. Sin embargo, los objetivos de mantener un gobierno confuciano y desarrollar un poder militar moderno eran básicamente incompatibles. La dirección de este programa de modernizaciones fue desempeñada por los burócratas neoconfucianos, graduados siguiendo el sistema de exámenes para funcionarios públicos. Sin embargo, estos hombres estaban pobremente equipados o estaban encargados de llevar a cabo programas parciales de modernización cuyo objetivo era aumentar el poder estatal; en consecuencia, los esfuerzos de China por fortalecerse desde 1860 a 1895 fueron inútiles.

7.4.2.4 Esferas de influencia extranjeras

En principio, los Estados occidentales tendían a consolidar sus beneficios bajo la firma de tratados desiguales más que a buscar privilegios adicionales. Sin embargo, en 1875 Occidente y Japón comenzaron a desmantelar el sistema chino de estados tributarios, mantenidos en el sureste de Asia. Desde 1875 las islas Ryūkyū cayeron bajo el control japonés. La Guerra Chino-francesa de 1884 y 1885 puso Tonkín bajo el imperio colonial francés y al año siguiente Gran Bretaña ocupó Birmania. En 1860 Rusia obtuvo las provincias marítimas del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los territorios al norte del río Amur. En 1894 los esfuerzos japoneses por anexionarse Corea originaron la Guerra Chino-japonesa. China sufrió una derrota decisiva en 1895 y se vio forzada a reconocer la pérdida de Corea, pagar una enorme indemnización de guerra y ceder a Japón la isla de Taiwan y la península de Liaodong, en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria).

Rusia, Francia y Alemania reaccionaron de inmediato ante la cesión de la península de Liaodong, pues suponía otorgar a Japón una posición prioritaria en la región más rica de China. Estos tres Estados intervinieron demandando que Japón devolviera Liaodong a cambio de una mayor indemnización económica. Una vez que consiguieron esto, las tres potencias europeas le presentaron a China nuevas demandas. Hacia 1898, sin poder negarse a las demandas extranjeras, China había sido dividida en esferas de influencia económica. Se le concedió a Rusia el derecho a construir el ferrocarril Transiberiano, la posesión del ferrocarril chino oriental, que a través de Dongbei Pingyuan (Manchuria) llegaba hasta Vladivostok, y el ferrocarril del sur de esta región atravesando el extremo meridional de la península de Liaodong, así como derechos económicos adicionales exclusivos en el conjunto de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Otros derechos de exclusividad para el desarrollo de ferrocarriles y la explotación de minas se concedieron a Alemania en la provincia de Shandong, a Francia en las provincias meridionales, a Gran Bretaña en las provincias ribereñas del Yangzi Jiang y a Japón en las provincias costeras del sureste. Como resultado de la Guerra Ruso-japonesa (1904-1905), la mayor parte del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los derechos rusos de esta zona fueron transferidos a Japón. Estados Unidos, en un intento de mantener sus derechos en China sin competir por el territorio, inició la política de puertas abiertas en 1899 y 1900. Esa política, consentida por las restantes potencias, estipulaba que sus nuevos privilegios en China no cambiaban en ninguna manera la posición igualitaria de todos los Estados acogidos a las cláusulas de nación más favorecida. Estados Unidos acometió la garantía de la integridad territorial y administrativa de China, aunque permaneció hasta 1941 sin respaldarla por la fuerza.

7.4.2.5 Movimientos de reforma y la rebelión Bóxer

Hacia 1898 un grupo de reformadores ilustrados adquirieron gran influencia sobre el joven y abierto emperador Guangxu. En el verano de ese año, incitados por la urgencia de la situación creada por el aumento de las nuevas esferas de influencia extranjera, aplicaron un profundo programa de reformas diseñado para convertir a China en una monarquía constitucional y modernizar su economía y sistema educativo. Este programa enfrentó a la oposición de la camarilla de oficiales manchúes elegidos por la emperatriz Cixi, que se había retirado poco tiempo antes. Cixi y los oficiales manchúes secuestraron al emperador y con la ayuda de jefes militares leales sofocaron el movimiento reformista. Se extendió por todo el país una reacción violenta, que alcanzó su punto álgido en 1900 con un levantamiento xenófobo de la sociedad secreta de los Bóxer, un grupo que gozaba del apoyo de la emperatriz viuda y de numerosos oficiales manchúes. Después de que una fuerza expedicionaria occidental hubiera aplastado la rebelión Bóxer en Pekín, el gobierno manchú se dio cuenta de la inutilidad de su política. En 1902 adoptó su propio programa de reformas e hizo planes para establecer un gobierno constitucional limitado, según el modelo japonés. En 1905 se abandonó el antiguo sistema de exámenes para los funcionarios.

Era tarde para los manchúes. Poco después de la Guerra Chino-japonesa, Sun Yat-sen, formado según el modelo occidental, había iniciado un movimiento revolucionario dedicado a establecer un gobierno republicano. Durante la primera década del siglo XX, los revolucionarios atrajeron a estudiantes, comerciantes chinos con el extranjero y grupos nacionales poco satisfechos con el gobierno manchú. A mediados de 1911 tuvieron lugar levantamientos como protesta contra el programa de nacionalización del ferrocarril Qing y en octubre de ese año estalló la Revolución republicana en Hankou (en la actualidad, parte de la ciudad de Wuhan), en China central, extendiéndose a otras provincias, mientras Sun tomaba el control de la revuelta. Los ejércitos manchúes, reorganizados por el general Yuan Shikai, eran claramente superiores a las fuerzas rebeldes, pero Yuan sólo aplicó una presión militar limitada y negoció con los dirigentes rebeldes ser designado presidente de un nuevo gobierno republicano. El 12 de febrero de 1912 Sun Yat-sen cedió su puesto de presidente provisional en favor de Yuan y sumisamente los manchúes se retiraron del poder. El 14 de febrero de 1912 una asamblea revolucionaria reunida en Nanjing eligió a Yuan primer presidente de la República de China.

7.5 La República de China

La República de China mantuvo una frágil existencia desde 1912 hasta 1949. Aunque se adoptó una Constitución y se estableció un Parlamento en 1912, Yuan Shikai nunca permitió que estas instituciones limitaran su control personal del gobierno. Cuando el recién fundado Partido Nacionalista, o Guomindang, encabezado por Sun Yat-sen, intentó reducir el poder de Yuan, primero mediante tácticas parlamentarias y luego con la fracasada revolución de 1913, Yuan respondió con la disolución del Parlamento, la ilegalidad del Guomindang y el gobierno a través de sus conexiones personales con los dirigentes militares provinciales. Sun Yat-sen se refugió en Japón. Yuan, sin embargo, se vio forzado por la oposición popular a abandonar sus planes de restaurar el imperio y convertirse en emperador. Murió en 1916, y el poder político fue ejercido por los jefes militares provinciales. El gobierno central mantuvo hasta 1927 una existencia precaria y casi ficticia.

Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), Japón buscó obtener una posición de supremacía incuestionable en China. En 1915 presentó a China las denominadas “Veintiuna Demandas”, cuyos términos habrían reducido China a un virtual protectorado japonés. China, flexible ante una versión modificada de las demandas, accedió, entre otras concesiones, a transferir las posesiones alemanas en Shandong a Japón. La tardía entrada de China en la guerra en 1917 estaba destinada a conseguir participar en el futuro tratado de paz para revisar las ambiciosas peticiones japonesas. China esperaba que Estados Unidos, de acuerdo con su política de puertas abiertas, le ofreciera su apoyo. Sin embargo, en Versalles, el presidente estadounidense Woodrow Wilson retiró el apoyo de su país a China en el tema de Shandong, cuando Japón retiró sus demandas de una cláusula de igualdad racial en el Pacto de la Sociedad de Naciones, una disposición a la que se oponían duramente en Estados Unidos a causa de la posibilidad de que hubiera una afluencia ilimitada de mano de obra desde oriente. La delegación china, indignada, se negó a firmar el Tratado de Versalles. Sin embargo, China obtuvo posteriormente su admisión en la Sociedad de Naciones a partir de la firma de un tratado de paz por separado con Austria.

Los jóvenes e intelectuales chinos, que en la década precedente habían vuelto sus ojos cada vez más hacia Occidente, en busca de modelos e ideales para la reforma de China, se sintieron traicionados por Wilson en Versalles. Cuando estas noticias llegaron, se inició en la Universidad de Pekín una manifestación masiva de protesta en contra de los japoneses, el llamado ‘Movimiento del Cuatro de Mayo’, que se extendió por todo el país en 1919.

7.5.1 El Guomindang y el ascenso del Partido Comunista

Tras ser sofocado, siguió un periodo de examen y reajuste, desde el cual surgieron dos objetivos claros: deshacerse del imperialismo que se cernía sobre China y restablecer la unidad nacional. Los chinos estaban desilusionados por el cínico interés de los poderes imperialistas occidentales y se fueron acercando progresivamente al pensamiento marxista-leninista y a la Unión Soviética. El Partido Comunista Chino (PCCh) se fundó en Shanghai en 1921, contando entre sus primeros miembros con Mao Zedong. En 1923 Sun Yat-sen aceptó el consejo soviético para reorganizar un Guomindang en proceso de desintegración, y fortalecer sus débiles fuerzas militares. Al mismo tiempo aceptó el ingreso de comunistas en el Guomindang. Los principios ideológicos de Sun (nacionalismo, democracia y socialismo) estaban íntimamente relacionados con un espíritu antiimperialista y la defensa de la unificación nacional. A pesar de la muerte de Sun en 1925, el rejuvenecido Guomindang, bajo el mandato del joven general Jiang Jieshi, lanzó una expedición militar en 1926 desde su base de Cantón. Jiang buscaba reunificar China bajo el mandato del Guomindang y liberar al país del imperialismo y de la fuerza de los jefes militares provinciales (los llamados señores de la guerra). No obstante, antes de que el Guomindang completara la reunificación territorial de China ya en 1928, Jiang llevó a cabo una cruenta purga de los miembros comunistas del partido, y desde entonces confió en el apoyo de las clases propietarias y de las potencias extranjeras.

7.5.1.1 Los problemas de Jiang

El nuevo gobierno nacional que el Guomindang estableció en Nanjing en 1928 se encontró con tres problemas de gran magnitud. Primero, Jiang en realidad sólo tenía bajo su control cinco provincias, pues el resto del país aún estaba gobernado por jefes militares locales. Segundo, hacia comienzos de la década de 1930 se encontró con una rebelión interna comunista. Los comunistas chinos, después la purga del Guomindang en 1927 se dividieron en dos facciones y pasaron a la clandestinidad. Uno de los dos grupos intentó fomentar los levantamientos urbanos; el otro, dirigido por Mao Zedong, tomó la zona rural de la China central, donde movilizó a los campesinos, formó un ejército con ellos y estableció algunas comunas siguiendo el modelo soviético. La primera facción se unió finalmente a Mao en la China central. El tercer problema del nuevo gobierno Jiang fue la agresión japonesa en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y el norte de China.

Durante la década de 1920 Japón había moderado su política respecto a China. En la Conferencia Naval de Washington de 1922, había aceptado devolver las antiguas posesiones alemanas en Shandong. Desde 1928, sin embargo, el nacionalismo militante del Guomindang chocó con los intereses imperialistas japoneses interesados en el control del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria). El 18 de septiembre de 1931, los japoneses se valieron de un presunto bombardeo nacionalista del ferrocarril para extender su control militar sobre toda la región. La primavera siguiente los japoneses transformaron las tres provincias de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en el nuevo Estado de Manchukuo y posteriormente convirtieron a Puyi, el último gobernante de la dinastía manchú, en su emperador. A comienzos de 1933 la zona oriental de Mongolia Interior fue incorporada al Manchukuo. Hacia mediados de 1933, Japón había conseguido de China un acuerdo para la desmilitarización del noreste de Hebei.

7.5.1.2 El incidente Sian

Mientras se ocupaba de estos tres problemas durante la década de 1930, Jiang Jieshi negoció con los jefes militares locales y contemporizó con los japoneses, dando prioridad a la supresión de la rebelión comunista. A finales de 1934, consiguió desalojar al Ejército Rojo de su base de China central, pero los comunistas se desplazaron hacia el oeste y después al norte en la denominada Larga Marcha, que terminó en Yan’an, en la provincia de Shaanxi; hacia 1936 habían establecido una nueva base en el noroeste. Mientras se intensificaba la agresión de los japoneses, aumentó la presión popular para que los chinos pusieran fin a las luchas internas y se unieran contra Japón. Sin embargo, Jiang resistió hasta finales de 1936, en que fue secuestrado por uno de sus propios generales. Durante su periodo de cautiverio en Xi’an fue visitado por el propio dirigente comunista, con quien acordó la adopción de una política común contra Japón. Cuando fue liberado moderó su postura anticomunista y en 1937 se formó un frente unido del Guomindang y los comunistas contra los japoneses.

7.5.2 La II Guerra Mundial

En 1937 Japón y China comenzaron una guerra a gran escala como resultado de una escaramuza en el puente de Marco Polo, cerca de Pekín. Hacia 1938 Japón controlaba la mayor parte del noreste de China, interior del valle del Yang-tsê hasta Hankou, y la zona alrededor de Cantón en la costa sureste. El Guomindang cambió su capital y desplazó la mayor parte de su fuerza militar al interior a Chongqing en la provincia suroccidental de Sichuan.

Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno del Guomindang en Chonqing sufrió un importante debilitamiento militar y financiero mientras los comunistas, con su cuartel general en Yan’an, expandían de manera significativa sus bases territoriales y sus fuerzas militares gracias al aumento de la militancia en el partido. Después de haber sufrido importantes pérdidas humanas y materiales durante la batalla por la China oriental en 1937 y 1938, los mandos del ejército del Guomindang se reabastecieron con reclutas mal entrenados; además, el reequipamiento de estos ejércitos hubo de posponerse hasta 1945, año en que llegaron al gobierno nacionalista los primeros envíos a gran escala de material militar estadounidense. No sólo estaban muy debilitadas las fuerzas militares del gobierno del Guomindang después de 1938 sino que también la jefatura estaba desgarrada por las múltiples disidencias en su seno. Estos problemas se complicaron con unas condiciones de inflación creciente que comenzó en 1939, cuando el gobierno se desligó de su mayor fuente de ingresos en la China oriental ocupada por los japoneses. A pesar de la importante ayuda financiera estadounidense, la tendencia inflacionista empeoró con el posterior crecimiento de la corrupción oficial, pérdida de la moral entre las tropas y entre la población civil.

Por otro lado, los comunistas se habían dispersado desde Yan’an, ocupando una gran parte del norte de China y se habían infiltrado en muchas de las regiones rurales por la retaguardia de las líneas japonesas. Allí organizaron hábilmente a los campesinos para que ingresaran en las filas del Partido Comunista y del Ejército Rojo. La unidad y la disciplina organizativa se mantuvieron a través de una fuerte campaña de propaganda ideológica. Las fuerzas soviéticas, que ocuparon Dongbei Pingyuan (Manchuria) tras la declaración de guerra a Japón el 8 de agosto de 1945, entregaron a los comunistas gran cantidad de armas capturadas a los japoneses. Como resultado de ello, los comunistas salieron de la II Guerra Mundial con una fuerza más fuerte, disciplinada y equipada que antes.

7.5.3 La lucha por la supremacía entre el Guomindang y el Partido Comunista

En 1945, poco después de que Japón capitulara, estalló la lucha entre los comunistas y las tropas del Guomindang por el control de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Se alcanzó una tregua temporal en 1946 a través de la mediación del general estadounidense George C. Marshall. Aunque de inmediato se reanudó la lucha, Marshall continuó sus esfuerzos para unir a las dos partes. En agosto de 1946, Estados Unidos intentó reforzar el papel de Marshall como mediador imparcial al suspender su ayuda militar al gobierno nacionalista. No obstante, las hostilidades continuaron y en enero de 1947, convencidos de la inutilidad de proseguir la mediación, Marshall abandonó China. Muy pronto el conflicto estalló en una guerra civil a gran escala y desaparecieron todas las esperanzas de un acercamiento político. En mayo de 1947, se reanudó la ayuda estadounidense a los nacionalistas. Sin embargo, las fuerzas gubernamentales estaban agotadas tras dos décadas de un estado de guerra casi continuo, el mando estaba dividido por la desunión interna y la economía estaba paralizada por una espiral inflacionista; además, los campesinos recelaban de una prometida reforma agraria que no llegaba nunca, mientras que los liberales en el gobierno eran sometidos por los sectores más conservadores. En 1947 la iniciativa militar pasó a los comunistas, cuyo Ejército de Liberación Popular (nombre oficial) dirigido por Lin Biao derrotó a los nacionalistas en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y en el verano de 1949, la resistencia nacionalista se derrumbó. El gobierno, con las fuerzas que pudo recuperar, buscó refugio en la isla de Taiwan. La Revolución comunista había triunfado en China.

En septiembre de 1949 los comunistas reunieron la Conferencia Consultiva Popular Política China, un cuerpo constituyente de 662 miembros, que adoptó un grupo de principios y directrices políticas y una ley orgánica para gobernar el país. La conferencia eligió al Consejo de Gobierno Central Popular, que iba a servir de órgano supremo político. Mao Zedong, nombrado presidente de este organismo, era de hecho el jefe del Estado. De acuerdo con los poderes que había delegado en él la conferencia, el Consejo de Gobierno Central Popular instituyó los diferentes órganos de gobierno central y local. En el plano nacional, el Consejo Administrativo de Gobierno, encabezado por Zhou Enlai, llevó a cabo funciones de gobierno tanto legislativas como ejecutivas. Subordinados al Consejo se encontraban más de 30 comisiones y ministerios encargados de tratar diferentes aspectos de los asuntos estatales. La República Popular China fue oficialmente proclamada el 1 de octubre de 1949.

7.6 La República Popular

En 1953 después de que el control comunista se hubiera establecido con firmeza en la mayoría de las poblaciones, el Consejo de Gobierno Central Popular inició la elección de los congresos populares locales, que a su vez, eligieron los congresos del ámbito administrativo inmediatamente superior. En 1954 se completó la red de congresos electos, con la elección del Congreso Nacional Popular, que aprobó el borrador de la Constitución que se envió al Comité Central del Partido Comunista Chino.

La Constitución de 1954, que reemplazó a la Ley Orgánica de 1949 como la ley fundamental del país, confirmó la hegemonía del Partido Comunista Chino e introdujo cambios destinados a centralizar el control del gobierno.

7.6.1 La transformación de la sociedad

La política básica del régimen comunista fue transformar China en una sociedad socialista. Para alcanzar este fin se utilizaron ampliamente la educación en los principios del marxismo-leninismo y la propaganda política, en especial hacia los jóvenes. Se aseguró a las mujeres una posición de igualdad mediante las nuevas leyes de matrimonio, que pusieron fin a la práctica del concubinato, la poligamia, la venta de niños y la interferencia en los nuevos matrimonios de las viudas, y aseguraban derechos iguales respecto al empleo, propiedad de los bienes y divorcio. Se controló estrictamente la religión; se obligó a los misioneros extranjeros a salir del país y se colocó a clérigos chinos dispuestos a cooperar con los comunistas, al mando de las iglesias cristianas. Los intelectuales se vieron sujetos al control gubernativo dirigido a la erradicación de las ideas anticomunistas.

En los primeros años de la República Popular, el gobierno también recurrió al terror en sus esfuerzos por eliminar a toda la oposición y a los enemigos potenciales; en 1951, las autoridades de Pekín afirmaron que entre octubre de 1949 y octubre de 1950, se ejecutó a más de un millón de los denominados elementos contrarrevolucionarios. Algunas autoridades extranjeras estimaron que esos datos podrían haberse incrementado a finales de 1951 a dos millones.

7.6.1.1 Política económica

La primera acción de los comunistas fue reconstruir la economía, que se había visto afectada por las consecuencias de las décadas de guerra continua. Inmediatamente instituyeron medidas severas para controlar la inflación, restaurar las comunicaciones y restablecer el orden interno necesario para el desarrollo económico. Su política económica potenció la colectivización agrícola para poder promocionar el ahorro necesario para el establecimiento de la industria pesada. La industria privada pasó gradualmente a estar bajo propiedad mixta estatal y privada. El control del Estado fue ejercido mediante una serie de programas que implicaban la incautación de los considerados sectores económicos básicos y la paulatina desaparición de algunos propietarios mediante pagos compensatorios fijos. La reforma agraria se inició en 1950 y fue seguida de la creación de equipos de ayuda mutua, cooperativas y granjas colectivas. El primer plan quinquenal, que se inició en 1953 y se llevó a cabo con ayuda soviética, potenció la industria pesada a costa de los bienes de consumo. La ayuda económica y el consejo técnico soviético contribuyeron en gran manera al éxito inmediato del programa.

7.6.1.2 Política exterior

La política exterior china reflejaba la unidad existente en el movimiento comunista internacional en la década de 1950. China y la Unión Soviética firmaron un tratado de amistad y alianza en 1950 y varios acuerdos complementarios, que concluyeron en 1952 y 1954, por los que la Unión Soviética hizo grandes concesiones a China, como la desaparición de la presencia soviética en Dongbei Pingyuan (Manchuria). China también pretendió estrechar relaciones con sus vecinos comunistas. Durante la guerra de Corea las tropas chinas ayudaron al régimen comunista de Corea del Norte contra las fuerzas de Naciones Unidas, enfrentándose directamente a las tropas de Estados Unidos. Cuando este conflicto finalizó en 1953, los chinos aceleraron el flujo de la ayuda militar a los insurgentes comunistas que luchaban contra los franceses en Indochina. Zhou Enlai desempeñó un importante papel en las negociaciones de los Acuerdos de Ginebra de 1954, que terminaron momentáneamente con las hostilidades en esta región.

Con su llegada al poder, el régimen comunista también intentó recuperar los territorios que consideraba dentro de las fronteras históricas de China. En 1950, las tropas chinas invadieron Tíbet y obligaron al país a aceptar el mandato chino. En agosto de 1954, Zhou Enlai declaró oficialmente que la liberación de Taiwan era uno de sus principales objetivos, mientras que desde el campo nacionalista se insistía también en volver a unificar el país. Los comunistas comenzaron a bombardear a principios de septiembre la isla de Quemoy, que se encontraba en manos de los nacionalistas, y posteriormente atacaron otras islas más allá de la costa de la China continental, entre las que se contaban Matsu y las Tachens. Los nacionalistas respondieron con ataques aéreos y navales contra el continente. Cuando en 1955 los comunistas intensificaron su ofensiva contra las islas, los nacionalistas, con la ayuda de la VII Flota de Estados Unidos, evacuaron las Tachens. Desde 1958 se ha mantenido de manera general por ambas partes un alto el fuego en los estrechos, aunque el régimen comunista nunca ha renunciado a utilizar la fuerza para conquistar Taiwan.

7.6.1.3 El Gran Salto adelante

La prudencia y planificación que supuso el primer plan quinquenal fueron abandonadas en gran medida en el segundo, que comenzó en 1958. Se impusieron controles más rígidos sobre la economía para incrementar la producción agrícola, restringir el consumo y acelerar la industrialización; se trataba en definitiva de realizar un “gran salto adelante”, como lo llamó la propaganda oficial. Sin embargo, a causa de una mala dirección e inadecuada planificación, el programa fracasó: la economía se desorganizó y la producción industrial descendió entre 1959 y 1962 hasta un 50 por ciento.

7.6.2 Creciente aislamiento

La situación empeoró en 1960 con la retirada de la ayuda económica y el consejo técnico de los soviéticos. Mientras la Unión Soviética avanzaba hacia una coexistencia pacífica con Occidente, surgieron diferencias ideológicas entre las dos potencias comunistas hegemónicas. Su alianza se fue deteriorando con rapidez a comienzos de la década de 1960 y en 1962 China condenó abiertamente a la URSS por retirar sus misiles de Cuba ante las presiones de Estados Unidos, manteniendo que la revolución era el único medio para poder lograr el objetivo máximo del comunismo: poner fin al capitalismo. En particular, los chinos acusaron al dirigente soviético Nikita S. Jruschov de revisionismo moderno y de traicionar la ideología marxista-leninista. Como resultado de ello, la URSS cortó totalmente su financiación al desarrollo económico de China. Los chinos comenzaron a competir abiertamente con la Unión Soviética por la jefatura del bloque comunista y por la influencia entre los nuevos Estados surgidos de la descolonización; con este fin Zhou Enlai viajó a Asia y África en 1963 para obtener el apoyo a China.

Sin embargo, el irredentismo chino y las tácticas subversivas impidieron los esfuerzos diplomáticos para obtener este fin. En 1959, tropas chinas penetraron y ocuparon unos 31.000 km2 de territorio que reclamaba la India. Las negociaciones entre los dos países no fueron concluyentes y de nuevo en 1962 se iniciaron fuertes enfrentamientos, cuando las tropas chinas avanzaron a lo largo de las fronteras reclamadas por la India. Aunque posteriormente los chinos retiraron sus tropas a las posiciones de 1959, la agresión hizo disminuir el prestigio de China entre los Estados neutrales de Asia y África. En el Sureste asiático, China prestó su apoyo moral así como ayuda técnica y material a los movimientos comunistas de Laos y Vietnam. Además, en Indonesia, los numerosos oficiales chinos colaboraron activamente en el fomento de la fracasada revolución comunista que provocó su expulsión en 1965, después del triunfo del golpe de Estado militar que colocó en el poder al general Suharto, y en la que sufrieron enormes pérdidas de vidas y propiedades. Birmania y Camboya, aunque mantenían relaciones de amistad con China, se encontraban más vinculadas con la Unión Soviética. Tan sólo Albania se mantuvo como un aliado incondicional de China.

7.6.3 La Revolución Cultural

Mientras los comunistas luchaban por construir la sociedad china, aparecieron diferencias entre Mao, que favorecía una ideología comunista pura y los intelectuales, profesionales y burócratas, que querían un acercamiento más racional y moderado que animara la eficacia y productividad del país. En mayo de 1956, los dirigentes del partido preocupados por las críticas de los moderados, más pragmáticos, lanzaron una campaña animando a los chinos a “dejar florecer cien flores, dejar luchar a cien escuelas de pensamiento.” Los intelectuales fueron instados a exponer sus quejas al sistema para que los problemas pudieran ser identificados y solucionados. A comienzos de 1957 Mao amplió la campaña de las “cien flores”, invitando a la libre crítica de la política gubernamental. Se asumió, por supuesto, que tales críticas se encontrarían dentro del marco del comunismo. Sin embargo en junio de 1957 se volvieron a imponer estrictos controles sobre la libertad de expresión, que pusieron fin a la denominada “primavera de Pekín”.

7.6.3.1 Ampliación de la división

La escisión entre Mao y los moderados se amplió. En 1959 abandonó la presidencia de la República y le sucedió el moderado Liu Shaoqi; sin embargo, retuvo parte de su poder. La influencia de Mao se vio disminuida posteriormente por el fracaso económico que supuso el Gran salto adelante. La escisión se convirtió en un conflicto público en 1966, cuando Mao y sus seguidores lanzaron la Revolución Cultural proletaria para erradicar lo que perdurara de las ideas y costumbres burguesas y para recuperar el celo revolucionario del primitivo comunismo chino. Mao también quería debilitar la burocracia del partido, ahora atrincherada en los privilegios y modernizar el sistema educativo para beneficiar a los trabajadores rurales y manuales.

Estudiantes autoproclamados guardias rojos, a los que se unieron grupos de trabajadores, campesinos y soldados desmovilizados, tomaron las calles para manifestarse a favor de Mao, a veces violentamente, convirtiendo a los intelectuales, funcionarios estatales y del partido y trabajadores urbanos en sus principales objetivos. Se desmontó la estructura central del partido ya que se destituyó a los numerosos altos dignatarios, entre los que se encontraba el jefe de Estado, Liu, y se los expulsó del partido. Se cerraron las escuelas y la economía quedó paralizada.

7.6.3.2 Tensión internacional

Durante 1967 y 1968 los enfrentamientos entre maoístas y antimaoístas, así como entre diferentes facciones de los guardias rojos, costaron miles de vidas. En algunas zonas la rebelión condujo a la anarquía. Al final, se tuvo que recurrir al ejército, dirigido por el ayudante de Mao, Lin Biao, para restaurar el orden.

La Revolución Cultural tuvo un efecto adverso sobre las relaciones exteriores. La actitud de los guardias rojos inspiró comportamientos similares en Hong Kong que dieron lugar a un caos económico y social. La propaganda a favor de los guardias rojos y la agitación de los chinos residentes en el extranjero dificultaron las relaciones con muchos Estados, especialmente con la URSS, y la prueba positiva de una bomba de hidrógeno china en 1967 no hizo sino agravar la preocupación soviética. La tensión entre las dos potencias fue aumentando mientras los chinos acusaban a los dirigentes soviéticos de imperialismo después de que en 1968 la URSS invadiera Checoslovaquia. En 1969 los crecientes ataques chinos sobre la policía soviética en el río Ussuri, en Dongbei Pingyuan (Manchuria), crearon una situación explosiva.

7.6.4 Los últimos años de Mao

Mao emergió victorioso de la Revolución Cultural y su presencia en la vida diaria china fue absoluta. El IX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en abril de 1969, intentó restablecer su organización central. Mao fue reelegido presidente señalándose que su pensamiento inspiraría al partido y a toda la nación; el ministro de defensa Lin Biao, fue nombrado su sucesor eventual, una elección personal de Mao. Sin embargo, las figuras más destacadas no fueron los maoístas sino los moderados: altos oficiales militares seguidores de Lin Biao y personalidades caracterizadas por su pragmatismo como el primer ministro, Zhou Enlai.

En 1971 la desaparición de Lin Biao (que oficialmente falleció en un accidente de aviación) y a quien se acusó posteriormente de planear el asesinato de Mao, supuso la hegemonía en el partido de Zhou. El X Congreso del Partido, que tuvo lugar en agosto de 1973, eliminó la supuesta herencia de Lin como sucesor de Mao y se reafirmaron las posiciones de Mao y Zhou. El compromiso de Mao para la movilización de las masas y su arraigada desconfianza en la burocracia fueron expresadas en 1973 y 1974 en una nueva campaña de reforma ideológica que atacaba tanto al confucianismo como a Lin Biao. El pensamiento radical de Mao se reflejó en una nueva Constitución que, muy simplificada, fue adoptada por el IV Congreso Nacional Popular en enero de 1975; pero el moderado Deng Xiaoping, una víctima rehabilitada de la Revolución Cultural, fue nombrado primer viceprimerministro y vicepresidente del Partido.

Durante este periodo las relaciones exteriores de China mejoraron en gran manera, en especial con Estados Unidos, que en 1971 retiró su veto a la incorporación de la República Popular China en las Naciones Unidas, tras lo cual fue admitida en sustitución de la República de China (posteriormente conocida como Taiwan), no reconocida por la República Popular China. En 1972 el presidente estadounidense Richard M. Nixon realizó una visita oficial a China, durante la cual se planteó la necesidad de establecer contactos diplomáticos entre ambos países como paso previo para una eventual retirada de las tropas de Estados Unidos de Taiwan. Con este fin, se crearon oficinas de enlace en Pekín y Washington en 1973; anteriormente, en 1972 se establecieron relaciones diplomáticas con Japón.

7.6.5 Los sucesores de Mao

Tanto el primer ministro Zhou como el presidente Mao murieron en 1976, dejando un vacío de poder. La muerte de Zhou precipitó la lucha por el mismo entre los dirigentes radicales y los moderados. Los radicales obtuvieron su primera victoria al impedir que Deng Xioaoping fuera elegido primer ministro y al lograr que fuera expulsado de sus cargos en el gobierno y en el partido. Como solución de compromiso, Hua Guofeng, un administrador sin lazos cercanos con ninguna de las facciones enfrentadas, se convirtió en primer ministro. Bajo su gobierno se impusieron las políticas moderadas. Para consolidar su posición hizo arrestar y acusó de varios crímenes a la Banda de los Cuatro —nombre dado por los moderados a la viuda de Mao Jiang Qing y otros tres dirigentes radicales—. En ese tiempo fue nombrado sucesor de Mao como presidente del Partido Comunista Chino.

Hua se centró en desarrollar una política de estabilización, en ayudas para superar los efectos de los terremotos que habían devastado Tangshan y otras regiones del norte en julio de 1976 y en favorecer el desarrollo económico. Para llevar a cabo su programa nombró a dirigentes moderados para ocupar altos cargos. En 1977 se reinstauró a Deng como primer sustituto del primer ministro y también en los otros cargos de los que había sido expulsado, mientras seguidores de la Banda de los Cuatro fueron depurados. El XXI Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en agosto de 1977, estuvo dominado por el presidente Huan, el vicepresidente Deng y Ye Jianying. Nuevamente la dirección fue ocupada por los militares y oficiales veteranos del partido.

El énfasis puesto en la moderación política y en la modernización económica del gobierno se reflejó en el V Congreso Nacional Popular, que se reunió en febrero y marzo de 1978. Hua fue reelegido como primer ministro, con Deng como sustituto del primer ministro. Ye fue nombrado presidente del Comité Permanente del Congreso Nacional, un cargo que, según la nueva Constitución, equivalía a la jefatura del Estado.

7.6.6 Relaciones internacionales

Mientras se realizaban estos reajustes internos, las relaciones con Vietnam empezaron a ser tensas. Para disgusto de China, la influencia soviética en Vietnam iba en aumento y la minoría china se veía obligada a cerrar sus negocios privados en el sur recién conquistado. El resultado fue un éxodo de chinos que se establecieron en el sur de China, colapsando la situación interna de esas regiones; hacia julio de 1978 China cerró sus fronteras. Cuando más adelante Vietnam invadió Camboya y en enero 1979 derrocó al gobierno de ese país, que estaba respaldado por los chinos, China tomó represalias y un mes después envió tropas a Vietnam.

Por miedo a quedar rodeados por los soviéticos y los vietnamitas, China aumentó sus contactos exteriores. En enero de 1979 se establecieron relaciones diplomáticas con Estados Unidos y en julio se realizó un acuerdo comercial. También se estrecharon los lazos con Japón y Europa occidental.

7.6.7 La peculiar ‘vía china al capitalismo’

Deng Xiaoping fue la figura dominante en China a lo largo de la década de 1980 y los primeros años de la de 1990, manteniendo su influencia de forma oculta incluso cuando cedía sus títulos públicos. Favoreció una política que permitía el desarrollo comercial e industrial, atrayendo inversiones extranjeras. Deng y la envejecida cúpula dirigente de China tenían una posición mucho menos dogmática sobre la política económica que sobre los temas políticos.

En 1980, Hua Guofeng renunció a ser primer ministro y le sucedió Zhao Ziyang, un seguidor de Deng. A comienzos de 1981, fueron declarados culpables los miembros de la Banda de los Cuatro e ingresaron en prisión. En junio, otro de los aliados de Deng, Hu Yaobang, sustituyó a Hua como dirigente del partido. En 1982 se adoptaron una nueva Constitución y una nueva reorganización del Partido Comunista Chino. La primera restableció el cargo, en gran manera representativo, de presidente de la República (anteriormente presidente de Estado), que en 1968 había sido abolido por Mao.

La política desarrollada por Deng generó un rápido desarrollo económico, pero también desencadenó una crisis social considerable (las grandes urbes crecieron a un ritmo mayor que el resto del país, lo que originó graves desequilibrios entre el campo y la ciudad, así como dentro de las ciudades) y aspiraciones políticas entre los grupos sociales más beneficiados por la apertura de consecuencias imprevisibles, pues enseguida se puso de manifiesto que los máximos dirigentes del país no tenían la menor intención de comprometer el poder absoluto del Partido Comunista.

En enero de 1987, Zhao Ziyang fue nombrado secretario general del Partido Comunista y Hu Yaobang fue obligado a dimitir, en tanto que Li Peng fue nombrado primer ministro. Los cambios en la jefatura llegaron tras una ola de manifestaciones estudiantiles que reclamaban una mayor democratización y libertad de expresión. La muerte de Hu en abril de 1989 inició una nueva ola de manifestaciones a favor de la democracia, que aumentaron en mayo cuando el dirigente soviético Mijail Gorbachov visitó Pekín para poner fin a las desavenencias entre la URSS y China, que ya duraban treinta años. Los manifestantes ocuparon la plaza de Tiananmen en Pekín hasta la mañana del 4 de junio, en que las tropas armadas tomaron al asalto el centro de la ciudad, matando al menos a cuatrocientos civiles (véase Sucesos de Tiananmen). Gran parte de la comunidad internacional criticó la forma violenta en que se resolvió el conflicto y la posterior vulneración de los derechos humanos que tuvo lugar contra aquéllos que participaron en la protesta. En el posterior periodo de represión política, Zhao Ziyang fue despojado de sus cargos en el partido y Jiang Zemin se convirtió en secretario general. La VIII reunión de la Asamblea Nacional Popular eligió en marzo de 1993 a Jiang como presidente de China y reeligió a Li Peng como jefe de gobierno.

Jiang Zemin tuvo que enfrentarse, como máximo dirigente del país, a graves problemas: pérdida de influencia del Partido Comunista, incremento de la inflación y del déficit comercial, aumento de las diferencias económicas entre las distintas regiones (lo que lleva aparejado diferencias sociales), corrupción generalizada entre los empleados públicos y empeoramiento de las relaciones con algunos países occidentales, debido fundamentalmente al quebrantamiento de los derechos humanos. En este sentido, la entrega o devolución (según el punto de vista) de Hong Kong a China es un posible elemento de tensión entre las potencias occidentales y el ‘gigante asiático’.

Jiang desarrolló grandes esfuerzos para resolver estos asuntos, realizando una gestión en la que la eficacia fue el principio básico de actuación. En abril de 1995 consiguió que el Comité Central destituyera por el cargo de corrupción al poderoso alcalde de Pekín, Chen Xitong. La inflación se redujo del 22% en 1994 a menos del 15% en 1995, gracias a la aplicación de medidas tales como el control de precios y el incremento de la producción agrícola. Jiang fortaleció su base de apoyo nombrando aliados en Shanghai, si bien el respaldo hacia su figura dentro del estamento militar fue considerado menos firme.

Aunque Jiang ha seguido la línea ideológica marcada por Deng (que podría resumirse en el principio de ‘apertura económica sin cambio político’), ha procurado, no obstante, dejar su impronta en la acción de gobierno y reafirmarse como líder por derecho propio. Así, en el campo económico, favoreció la liberalización en la línea establecida por Deng, pero a un ritmo más moderado, prestando mayor atención a las consecuencias negativas que el desarrollo económico puede tener entre la población.

Con la muerte de Deng Xiaoping el 19 de febrero de 1997, Jiang Zemin, en su condición de presidente de la República y jefe de las Fuerzas Armadas, se convirtió en la figura indiscutible de la escena política china.

En septiembre de 1997 se celebró el XV Congreso del Partido Comunista Chino, en el que se apoyó el mantenimiento de la línea política, conocida como 'marxismo neoliberal' (caracterizado por dar prioridad a los méritos y la competencia como factores clave del desarrollo económico), se reforzaba la figura de Jiang Zemin al frente del país, seguido del primer ministro, Li Peng, y del nuevo 'número tres', Zhu Rongji, y se reducía el número de efectivos del Ejército, al que se conminaba a doblegarse a las directrices del PCCh.

A comienzos del mes de noviembre de ese año tuvo lugar en Pekín una cumbre chino-rusa (la quinta en seis años) de tres días de duración, en la que se acordó establecer la demarcación fronteriza definitiva entre ambos países, así como acuerdos comerciales de gran envergadura.

De acuerdo con lo establecido en el XV Congreso del PCCh, en marzo de 1998 la Asamblea Nacional Popular aprobó el inicio de una drástica reducción del aparato estatal, en la que se preveía el despido de la mitad de los funcionarios y una fuerte contención del gasto público; asimismo, la Asamblea ratificó a Jiang Zemin como presidente de la República para un nuevo mandato de cinco años, sustituyó a Li Peng (que pasó a desempeñar la presidencia de dicha cámara legislativa) en el cargo de primer ministro y nombró como sustituto a Zhu Rongji.

Las enmiendas a la Constitución de 1982, mediante las que se reafirmaban los principios de reforma y apertura económica —considerando la propiedad privada como base del desarrollo ulterior del país en tanto que “un importante componente de la economía de mercado socialista”—, fueron aprobadas el 15 de marzo de 1999 por la Asamblea Nacional Popular, pese a la férrea oposición de los diputados ortodoxos, contrarios a la liberalización.

En otro orden de cosas, durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1998 se produjeron inundaciones en China que provocaron más de 3.000 muertos y cuantiosos daños en las infraestructuras del país asiático.

Jiang Zemin reforzó la alianza china con Rusia cuando el 25 de agosto de 1999 firmó con el presidente de ese país, Borís Yeltsin, una declaración de confianza respecto de los miles de kilómetros fronterizos entre sus respectivos países, así como entre China y otros tres estados pertenecientes a la desaparecida URSS: Tayikistán, Kazajstán y Kirguizistán. Ambos presidentes ampliaron su estrategia internacional común al rechazar la política exterior de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En noviembre de 1999, China se integró a la carrera espacial (tras Rusia y Estados Unidos), 42 años después del inicio de ésta: el primer vuelo orbital terrestre chino duró 21 horas y consistió en 14 vueltas a la Tierra, tras las cuales se pudo recuperar la nave no tripulada. Portugal devolvió su colonia de Macao (que ocupaba desde mediados del siglo XVI) a China en la medianoche del 19 de diciembre de ese año. Se ponía así fin a la presencia europea en territorio chino.

A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Taiwan, el gobierno de la República Popular China emitió el 21 de febrero de 2000 una seria advertencia a las autoridades taiwanesas, que incluía el posible “uso de la fuerza” en caso de que éstas retrasaran indefinidamente las negociaciones para la reunificación con China. El resultado de los comicios taiwaneses, favorables al candidato defensor de la independencia clara y definitiva de la isla, no supuso sin embargo el inicio de una actividad bélica como se había anunciado.

7.6.8 Acontecimientos recientes

El 10 de noviembre de 2001 fue aprobado el ingreso de China en la OMC, hecho que fue considerado un hito histórico, no sólo para el propio país, sino para el conjunto de los intercambios comerciales mundiales. Justo un año después se celebró el XVI Congreso del PCCh, en cuyo transcurso Jiang Zemin fue sustituido como secretario general del partido por Hu Jintao. El relevo de la tercera generación de políticos comunistas culminó en marzo de 2003, en el marco de la X Asamblea Nacional Popular. Durante ésta, Hu Jintao sucedió también a Jiang Zemin en la presidencia del país, Wen Jiabao a Zhu Rongji en el cargo de primer ministro, y Wu Bangguo a Li Peng al frente del propio Parlamento.

La nueva cúpula dirigente no tardó en tener que afrontar un grave problema: el derivado del brote de una enfermedad, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS, también conocido como neumonía asiática o atípica), cuyo primer caso reconocido se registró en febrero de 2003. En el orden internacional, Hu Jintao se convirtió en junio de ese año en el primer máximo mandatario chino que asistía a una reunión del Grupo de los Ocho. Durante ese mismo mes, Wen Jiabao y el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, firmaron una declaración conjunta en la que sobresalía el reconocimiento del gobierno indio de la plena soberanía china sobre la Región Autónoma del Tíbet. Asimismo, en este nuevo marco, China e India establecieron diversos acuerdos para potenciar la cooperación política y económica entre ambos estados.

En octubre de 2003, en el transcurso de una reunión del Comité Central del PCCh, Hu Jintao dejó ver su intención de promover cierta democratización interna del partido; ya con anterioridad, el nuevo máximo mandatario había realizado declaraciones que dejaban abierta la posibilidad a una reforma aperturista del sistema político chino. Durante ese mismo mes, China efectuó su primer vuelo espacial tripulado, hecho que se convirtió en un símbolo del progreso tecnológico del país. Asimismo, en marzo de 2004, la Asamblea Nacional Popular aprobó sendas enmiendas constitucionales presentadas por el nuevo gobierno para garantizar la propiedad privada y el respeto a los derechos humanos. En septiembre de ese año, Hu Jintao sustituyó a Jiang Zemin en la jefatura de la Comisión Militar Central y se consolidó como máximo dirigente del país en todos los ámbitos.



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